Re: Elena G. de White, mensajera del Señor
Estimado Manuel5. Saludos cordiales.
.. Te pregunté basándote en tu anterior juicio: “¿Crees que Isaías se refería a que Jesús nació en su época? ya que dice: “un niño nos es nacido…” (Isaías 9:6)
Tú respondes: ..Sabes que Isaías le está hablando al rey Acaz.
...Sabes cómo los judios de entonces, los de tiempo de Jesús y los de ahora también, aplicaban los textos de las Escrituras.
Respondo: Entonces tú juicio emitido sobre “Ya los juicios de Dios están en la tierra, según se ven en tempestades, inundaciones, tormentas, terremotos, peligros por tierra y mar. El gran Yo Soy está hablando a aquellos que anulan su ley. Cuando la ira de Dios se derrame sobre la tierra, ¿quién podrá subsistir? Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 146
"GRACIAS, por este último Testimonio: Así se podrán dar cuenta todos los lectores que clase de falsa profeta fué la señora White. Vió tormentas, tempestades y terremotos en su época (Los años 1.800) y ella se convenció de que se acababa el mundo...". (Manuel5)
...´¿Qué diría ahora, un siglo más tarde, si viviera? NO RESPONDAN , por favor =me lo imagino.”
“Pero escribir que ya era el Fin del mundo porque había oído de terremotos, tempestades,..etc. fué un desliz de la señora White, que entonces se creyó, pero que, ahora, con la distancia en el tiempo, muestra las "visiones" y las "interpretaciones" que la señora White dió , en su justo valor.”
Respondo: Manuel sigo opinando que eres absurdo lo mismo que tu respuesta, debes saber que muchas de las condiciones mundiales mostradas a Ellen White corresponden al futuro y no como tú intentas señalar que se referían a su época (1800 d. C.); muchas de sus declaraciones señalan lo que la misma Biblia declara por lo que si tu compras un periódico actual, verás que nada tienen de extraño ests noticias al tiempo a que se aplican estas declaraciones de la pluma inspirada.
Como botón de muestra te dejo estos escritos:
“Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros los castigos de Dios: incendio e inundaciones, terremotos, guerras y derramamientos de sangre. No debemos quedar sorprendidos en este tiempo por acontecimientos grandes y decisivos; porque el ángel de la misericordia no puede permanecer mucho más tiempo para proteger a los impenitentes. (Profetas y Reyes, pág. 208)
“La transgresión casi ha llegado a su límite máximo. La confusión llena al mundo, y pronto ha de venir sobre los seres humanos un gran terror. El fin está muy cerca. Nosotros, que conocemos la verdad, hemos de prepararnos para lo que pronto ha de irrumpir sobre el mundo como una sorpresa agobiadora” (Testimonies, tomo 8, pág. 28)
“En este tiempo en que prevalece la iniquidad podemos saber que la última crisis está por llegar. Cuando el desafío a la ley de Dios sea casi universal, cuando su pueblo sea oprimido y afligida por sus semejantes, el Señor se interpondrá” (Lecciones Prácticas del Gran Maestro, pág 165)
“Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuanta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de destrucción producida por incendios e inundaciones con gran pérdida y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera de fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar a hombres y mujeres un sentido del peligro que corren” (Profetas y Reyes pág. 207)
“En su ceguera, los hombres se jactan de haber alcanzado maravillosos progresos e ilustración; pero su culpabilidad y depravación interior son manifiestas para el ojo de la Omnisciencia. Los vigilantes celestiales ven la tierra llena de violencia y crimen. Se obtienen riquezas robando de toda manera posible, no sólo a los hombres sino también a Dios. Los hombres emplean sus recursos para satisfacer su egoísmo. Usan todo lo que pueden obtener para servir a su codicia. La avaricia y la sensualidad prevalecen. Los hombres aprecian los atributos del primer gran engañador. Le han aceptado como Dios y se han compenetrado de su espíritu.
Pero la nube de la ira justiciera los cubre y encierra los elementos que destruyeron a Sodoma. En las visiones de las cosas venideras, el profeta Juan contempló esta escena. Le fue revelada esta adoración del demonio, y le pareció como que todo el mundo estuviese al borde de la perdición. Pero mientras miraba con intenso interés, contempló la compañía del pueblo que guarda los mandamientos de Dios. Tenían sobre sus frentes el sello del Dios vivo, y dijo: "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.” (J. T. 2, 369)
“La época en que vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas sobre los que menosprecian la gracia de Dios. Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad.
Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos.
El estado actual de las cosas muestra que tiempos de perturbación están por caer sobre nosotros. Los diarios están llenos de alusiones referentes a algún formidable conflicto que debe estallar dentro de poco. Son siempre más frecuentes los audaces atentados contra la propiedad. Las huelgas se han vuelto asunto común. Los robos y los homicidios se multiplican. Hombres dominados por espíritus de demonios quitan la vida a hombres, mujeres y niños. El vicio seduce a los seres humanos y prevalece el mal en todas sus formas.
El enemigo ha alcanzado a pervertir la justicia y a llenar los corazones de un deseo de ganancias egoístas. "La justicia se puso lejos: porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir." (Isa 59: 14.) Las grandes ciudades contienen multitudes indigentes, privadas casi por completo de alimentos, ropas y albergue, entretanto que en las mismas ciudades se encuentran personas que tienen más de lo que el corazón puede desear, que viven en el lujo, gastando su dinero en casas lujosamente amuebladas y el adorno de sus personas, o lo que es peor aún, en golosinas, licores, tabaco y otras cosas que tienden a destruir las facultades intelectuales, perturban la mente y degradan el alma. Los gritos de las multitudes que mueren de inanición suben a Dios, mientras algunos hombres acumulan fortunas colosales por medio de toda clase de opresiones y extorsiones.” J. T. 3, 280, 281.
“La hora de crisis va avecinándose gradualmente. El sol brilla en el cielo, recorriendo su camino habitual, y los cielos todavía declaran la gloria de Dios. Los hombres siguen comiendo y bebiendo, plantando y edificando, casándose y dándose en casamiento. Los comerciantes continúan comprando y vendiendo. Los hombres se atropellan mutuamente por alcanzar el puesto más alto. Los amantes de los placeres siguen aglomerándose en los teatros, en las carreras de caballos, y en los antros de juego. Prevalece la más alta excitación, y sin embargo el tiempo de gracia está terminando rápidamente, y cada caso está por ser decidido para la eternidad. Satanás ve que su tiempo es corto. El ha puesto en acción a todos sus agentes a fin de que los hombres sean engañados, estén alucinados, ocupados y fascinados hasta que el día de gracia termine, y la puerta de la misericordia se cierre para siempre.” (Southern Watchman, 3 de octubre de 1905.)
“Vivimos en medio de una "epidemia de crímenes," frente a los cuales los pensadores y los temerosos de Dios por todas partes se sienten horrorizados. Describir la corrupción que prevalece está fuera del poder de la pluma humana. Cada día trae consigo nuevas revelaciones de luchas políticas, de cohechos y de fraudes. Cada día trae consigo su porción de aflicciones para el corazón en materia de violencia, anarquía, indiferencia para con los padecimientos humanos, brutalidades y alevosas muertes. Cada día confirma el aumento de la locura, los asesinatos y los suicidios. ¿Quién puede dudar de que los agentes de Satanás están trabajando entre los hombres con creciente actividad para perturbar y corromper la mente, manchar y destruir el cuerpo?” (El Ministerio de Curación, págs. 132, 133.)
“El espíritu de anarquía está penetrando en todas las naciones, y los disturbios que de vez en cuando excitan el horror del mundo, no son sino señales de los reprimidos fuegos de las pasiones y de la maldad que, una vez que escapen del dominio de las leyes, llenarán el mundo de miseria y desolación. El cuadro del mundo antediluviano que pintó la inspiración representa con fiel veracidad la condición a la cual la sociedad moderna está llegando rápidamente. Ahora mismo, en el presente siglo, y en países que se llaman cristianos, se cometen diariamente crímenes tan negros y atroces, como aquellos por los cuales los pecadores del antiguo mundo fueron destruidos. (Patriarcas y Profetas, pág. 91.)
Antes del diluvio, Dios mandó a Noé que diese aviso al mundo, para que los hombres fuesen llevados al arrepentimiento, y para que así escapasen a la destrucción. A medida que se aproxima el momento de la segunda venida de Cristo, el Señor envía a sus siervos al mundo con una amonestación para que los hombres se preparen para ese gran acontecimiento. Multitudes de personas han vivido violando la ley de Dios, y ahora, con toda misericordia, las llama para que obedezcan sus sagrados preceptos. A todos los que abandonen sus pecados mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en Cristo, se les ofrece perdón.” (Patriarcas y Profetas, pág. 91.)
Como ves Manuel, estos mensajes abarcan sin duda alguna a la época que antecede al regreso de nuestro Señor, podemos decir entonces que tú afirmación: “Así se podrán dar cuenta todos los lectores que clase de falsa profeta fué la señora White” es incorrecta como todas las anteriores que has formulado en su contra.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo