Re: Elena G. de White en Jupiter y Saturno
"Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?" Job 38:3-7.
Estrellas del alba. Sin duda un sinónimo de "hijos de Dios". En cuanto a la identidad de estos "hijos de Dios"
Se regocijaban.
Se dice que tres veces los ángeles gritaron de alegría: en la creación, en la redención y en la nueva creación de la tierra (6T 456; PP 51; 3JT 225).
Parece innecesario que los encuentros de Dios con sus criaturas celestiales tengan que corresponder con cómputos terrenales. Es obvio que la frase implica que la reunión se celebró en un tiempo señalado por Dios.
Tanto los ángeles como los hombres son seres creados (Col. 1: 16), y en este sentido hijos de Dios.
Según Job 38, ¿cuándo se regocijaban todos los hijos de Dios?
"Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás.
¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?
¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,
Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?" Job 38:3-7.
Estrellas del alba. Sin duda un sinónimo de "hijos de Dios". En cuanto a la identidad de estos "hijos de Dios"
Se regocijaban.
Se dice que tres veces los ángeles gritaron de alegría: en la creación, en la redención y en la nueva creación de la tierra (6T 456; PP 51; 3JT 225).
Parece innecesario que los encuentros de Dios con sus criaturas celestiales tengan que corresponder con cómputos terrenales. Es obvio que la frase implica que la reunión se celebró en un tiempo señalado por Dios.
Tanto los ángeles como los hombres son seres creados (Col. 1: 16), y en este sentido hijos de Dios.