¿DÓNDE DEJAS
EL
SOLA ESCRITURA
DE LA REFORMA?
Y oí uno que me hablaba desde la casa;
y un varón estaba junto a mí,
y me dijo: Hijo de hombre,
este es el lugar de mi trono,
el lugar donde posaré
las plantas de mis pies,
en el cual habitaré
entre los hijos de Israel para siempre;
y nunca más profanará
la casa de Israel mi santo nombre,
ni ellos ni sus reyes,
con sus fornicaciones,
ni con los cuerpos muertos
de sus reyes en sus lugares altos.
Ezequiel 43:6-7 RVR1960
Y por otra semana confirmará
el pacto con muchos;
a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Después con la muchedumbre
de las abominaciones vendrá el desolador,
hasta que venga la consumación,
y lo que está determinado
se derrame sobre el desolador.
Daniel 9:27 RVR1960
Por tanto,
cuando veáis en el lugar santo
la abominación desoladora
de que habló el profeta Daniel
(el que lee, entienda),
[...]
Porque habrá entonces gran tribulación,
cual no la ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora,
ni la habrá.
Y si aquellos días no fuesen acortados,
nadie sería salvo;
mas por causa de los escogidos,
aquellos días serán acortados.
[...]
E inmediatamente después
de la tribulación de aquellos días,
el sol se oscurecerá,
y la luna no dará su resplandor,
y las estrellas caerán del cielo,
y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces aparecerá la señal
del Hijo del Hombre en el cielo;
y entonces lamentarán
todas las tribus de la tierra,
y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles
con gran voz de trompeta,
y juntarán a sus escogidos,
de los cuatro vientos,
desde un extremo del cielo hasta el otro.
S. Mateo 24:15, 21-22, 29-31 RVR1960
Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá
sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición,
el cual se opone y se levanta
contra todo lo que se llama Dios
o es objeto de culto;
tanto que se sienta en el templo
de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios.
2 Tesalonicenses 2:3-4 RVR1960
Dios me llevó a esa ciudad,
y allí vi a un hombre que parecía
estar hecho de bronce.
Estaba de pie, junto a la entrada,
y en la mano tenía una cinta de lino
y una regla para medir.
Aquel hombre me dijo:
«Ezequiel, hombre mortal,
Dios te trajo aquí para mostrarte
la ciudad santa y su templo.
Así que presta mucha atención,
para que comprendas muy bien
lo que te voy a enseñar.
Luego tú deberás decir
a los israelitas todo lo que veas».
Lo primero que vi fue una muralla
que rodeaba el templo.
La regla que aquel hombre
tenía en la mano medía tres metros,
y con ella midió la muralla.
Y la muralla tenía tres metros
de espesor y tres de alto.
Ezequiel 40:3-5 TLA
Entonces me fue dada una caña
semejante a una vara de medir,
y se me dijo:
Levántate, y mide el templo de Dios,
y el altar, y a los que adoran en él.
Pero el patio que está fuera
del templo déjalo aparte,
y no lo midas,
porque ha sido entregado a los gentiles;
y ellos hollarán la ciudad santa
cuarenta y dos meses.
Apocalipsis 11:1-2 RVR1960