Y esta periodista tambien
Tres temas, una virtud
Hoy serán varios temas los que ocupen este espacio; serán diversos los tópicos, sin embargo, todos ellos comparten una virtud central que los vincula a todos y que al final explicaré.
Las personas que escribimos nuestras opiniones y pensamientos, al menos en lo que a mí respecta, lo hacemos con la única idea en mente de compartir una experiencia y nunca nuestro motivo es sermonear o pretender que nuestro particular punto de vista es el único a seguir, lo que inmediatamente me lleva al primer tema.
El famoso Cardenal Ratzinger, de todos conocido por los innumerables artículos y libros que su persona ha inspirado, hizo unas declaraciones a los medios de comunicación en días pasados, que son difíciles de entender en estos tiempos modernos en los que los seres humanos ya no respondemos al miedo como arma de poder y dominio.
El solo hecho de afirmar que una filosofía, doctrina, religión o modo de vida son las únicas vías que existen para "nuestra salvación" es poner limitaciones, primero a la inteligencia de los habitantes del mundo, y segundo a la grandiosidad, generosidad e inteligencia suprema que es Dios o aquella energía o fuerza en las que las demás personas crean.
Esto reconfirma que no importa lo que uno cree, si sus acciones no están regidas por sus convicciones religiosas o personales, y si las mismas excluyen en su proceder los principios básicos del amor y la tolerancia, de nada sirve que cumplamos con los requerimientos de la religión a la que pertenecemos, siendo que son las acciones y no los pensamientos o creencias los que nos llevarán ultimadamente a la "salvación", por decirle de alguna manera.
El siguiente tema es en referencia a los reacomodos que se están sucediendo día con día en el terreno político en México. Después de un abandono de principios y congruencia legendarios, militantes del tricolor, ya sean diputados, senadores o gobernadores, de pronto han sentido la necesidad de vigilar el destino de nuestro país; súbitamente pretenden lograr personalidad propia, carácter y amor por su patria, situaciones que hicieron a un lado en el pasado para no perder su lugar en la preferencia del dictador en turno, léase, presidente, jefe inmediato o líder de partido.
Al verse desamparados por un sistema que olvidaba y protegía, pretenden ser ahora paladines de la justicia y vigilantes del cumplimiento de unas leyes que fueron diseñadas con el fin de manipular sus propios intereses.
Se sabe que hay intenciones serias de parte de algunos de ellos de frenar a toda costa las reformas vitales tan necesarias para el país, tales como la reforma eléctrica. ¿Hasta cuándo comprenderemos los mexicanos que primero está el bienestar del país que el de un partido político en particular?
Si su intención es atacar, desprestigiar y obstruir las buenas ideas, sepan que ya no somos los mexicanos agachados y complacientes que fuimos años atrás. Vivimos nuevos tiempos y la sociedad civil tiene por primera vez voz y un auténtico poder de voto. Olvidar no será jamás un ejercicio tan fácil como lo fue en el pasado.
El tercer tema es una reflexión que parece apropiada tanto por su vigencia como por algunos acontecimientos que se han suscitado en las últimas semanas.
Imagine a una persona muy cercana a usted, que es beneficiaria directa de su confianza, en la cual usted tiene grandes esperanzas de éxito, a la que anima, ayuda y que posee el potencial de proveerle de grandes momentos de felicidad y de orgullo.
De pronto esta persona encuentra dificultades en su camino, y su rendimiento deja mucho que desear; no responde a sus súplicas de mejorar; sin embargo, trata de salir adelante, pero cada vez que se vuelve a tropezar la actitud tomada por usted de desesperación y burla lo hunden más en vez de darle la energía para recuperarse. ¿Cuál cree usted que sería el mejor camino a seguir: animarlo constantemente sin dejar de exigir, dejando las burlas atrás y buscando un método más eficaz para lograr el propósito deseado, o reñirlo, abuchearlo y abandonarlo a su suerte por incorregible, logrando con ello aniquilar la poca esperanza que todavía pudiera existir?
Nunca el abandono de la esperanza y la búsqueda continua de métodos alternos conducentes a lograr el beneficio del objetivo trazado han sido efectivos.
Si usted tiene un hijo o hija con problemas de adicciones, de estudios o de autoestima, por el bien de él o de ella, no pierda la batalla sin buscar todas las alternativas posibles, aunque la desesperación y la impotencia quieran ganarle.
Si en su lugar de trabajo, uno de sus subalternos o compañeros pasan por un momento difícil, sea creativo y propositivo, en vez de abandonarlo a su suerte; la satisfacción de ayudar a superar no tiene límites.
Y si su ciudad tiene un equipo de futbol que atraviesa dificultades, siga el ejemplo de otros clubes en los que su afición, sin importar el marcador, no cesa de animarlos. Jamás un equipo abucheado, castigado y deprimido ha logrado salir adelante.
Los nuevoleoneses no podemos darnos el lujo de perder nuestro particular espíritu de lucha y de trabajo, ni en las empresas, ni en la política ni en los deportes.
El lazo de unión entre estos tres temas es el amor. En el primero la tolerancia para reconocer que no somos los poseedores únicos de la verdad. En el segundo, las acciones congruentes al bienestar del país que trascienden a cualquier filosofía política. Y el tercero, la tenacidad para apoyar y ayudar aún en momentos difíciles situaciones que no se darán si no comprendemos la necesidad de hacer del amor una virtud constante y presente en nuestras vidas.
Extraido de:
http://www.elnorte.com/Editoriales/nacional/NinaZambrano/049137/