El Vaticano Busca Nuevos Cardenales y Papables
Por ALESSANDRA STANLEY
ROMA, Sept. 19 - Para los católicos, un Año Santo es un tiempo para hacer romerías a Roma y abrir las puertas de su fe.
En el Vaticano, sin embargo, hay señales que indican que los altos funcionarios de la iglesia trabajan a puerta cerrada durante este Año Santo para reconstituir la alta jerarquía y prepararse para el futuro.
La más deslumbrante señal fue la reasignación de un asistente cercano al Papa Juan Pablo II, el obispo Giovanni Battista Re, 66, secretario diputado de estado, cuyo trabajo en el Vaticano es semejante al de un Secretario de Estado de la Casa Blanca. El último fin de semana, el obispo, un diplomático vaticanense de carrera, fue encargado de la oficina que selecciona a los obispos, un puesto poderoso que casi seguramente resultará en su elevación a cardenal.
Los cambios administrativos, que fueron impulsados por la dimisión de Lucas Cardinal Moreira Neves, un viejo de 75 años, brasileño, por razones de enfermedad, también sugirió una profunda conciencia de la declinante salud de papa, que ya tiene 80 años.
El número de cardenales menores de 80 años - y por lo tanto elegibles para votar en un conclave para escoger a un nuevo papa – se ha encogido a 100, siendo 120 el máximo 120. Eso significa que Juan Pablo podría nombrar pronto unos 20 cardenales que están dentro del margen de edad para ser tanto electores y candidatos papales potenciales. Si el obispo Re es hecho cardenal, por ejemplo, él sería elegible para ser elegido papa, o por lo menos para ayudar a formar el proceso de elección.
El ocupado calendario del Año Santo no ha desviado la preocupación en la administración de la iglesia con el proceso de la selección de cardenales -, que se espera sea completado por febrero. "Todo lo que se oye es hablar de cardenales y de cuándo serán nombrados," dijo el obispo Joseph Fiorenza de Galveston - Houston este verano después de visitar las oficinas vaticanenses.
La reinstalación del obispo Re, además, ha impulsado a los reporteros italianos a estorbar la competencia entre los "papables," la palabra castellana para los candidatos que pueden ser elegidos papa. En su edición dominical, el diario La Repubblica imprimió un cuadro gigante que dividía a los cardenales importantes en siete categorías, incluyendo a los "moderados," "tercer-mundistas" y "tradicionalistas."
Los vaticanicastanistasi, somo se llaman los expertos italianos, han discutido largamente si los cardenales, basados en el precedente de un papa polaco, se inclinarían a un candidato de Africa, América Latina o Asia, o si volverían a un italiano. Pero la tan mencionada batalla entre conservadores y llamados liberales dentro del Vaticano puede ser un pequeño indicio exagerado. Juan Pablo ha nombrado a casi todos los cardenales actuales, y ellos comparten sus puntos de vista básicos.
Juan Pablo, sin embargo, no da ninguna muestra de disminuir su misión al final del Año Santo, dicen los funcionarios vaticanenses. En semanas recientes, los planes han resurgido para que el papa visite Armenia o este año o a comienzos del 2001. El secretario de estado vayicanense, Angelo Cardinal Sodano, dijo la semana pasada que el papa quería resucitar su plan de hacer una romería en Ur, una ciudad santa en Iraq, un viaje anulado en diciembre después que el gobierno Iraquí retiró el permiso.
Pero había otras señales recientes que los consejeros vayicanenses más cercanos al papa buscan clavar como su legado. El cardenal Joseph Ratzinger, que dirige la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicó este mes un documento papal de 36 páginas sobre la primacía de la Iglesia Católica Romana, que declaró que no puede ser "iglesia hermana" de ningún grupo porque eso implicaría una "pluralidad." Y dijo que - las religiones no cristianas, mientras se mantenían en la posibilidad de la gracia divina, "están en una situación gravemente deficiente en comparación con los que están dentro de la iglesia, que tiene la plenitud de los medios de salvación."
Para algunos, el documento pareció desinflar los esfuerzos audaces del papa para fomentar el ecumenicismo y el diálogo interfe, la mayoría notablemente con sus rezos silenciosos frente a la Pared Occidental en Jerusalén en marzo pasado. El documento agravió a muchos líderes de otras iglesias, que lo vieron como un retroceso sin tacto.
Juan Pablo, quien el lunes abrió una comisión conjunta sobre de diálogo entre católicos y la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas, no aludió a ninguno cambio en su propio pensar, diciendo, "El compromiso de la Iglesia Católica al diálogo ecuménico es irrevocable."
Mayormente, el documento de Ratzinger apuntó a los teólogos católicos que han buscado reducir las distinciones entre las diferentes confesiones de fe. El día anterior a la emisión del documento, el Rev. Jacques Dupuis, un jesuita francés, fue llamado ante el cardinal Ratzinger, cuya oficina se llamó una vez la Inquisición Santa.
Hace dos años, al padre Dupuis se le ordenó que dejara de enseñar en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, después el cardinal Ratzinger abrió una investigación de herejía en su libro, "Hacia una Teología Cristiana de Pluralismo Religioso. " La investigación no ha publicado aún una conclusión, pero el documento del cardinal indicó el resultado probable.
Pero mientras los funcionarios vaticanenses hacen la ley, las otras instituciones católicas están buscado señales de cambio. América, una revista jesuita publicada en Nueva York, este mes mandó un artículo sugiriendo que en el Vaticano crecía la tolerancia por el uso de condones para combatir la diseminación del SIDA.
Los autores, John D. Fuller y James F. Keegan, aprovecharon de un artículo por un funcionario vaticanense francés, Jacques Suaudeau, publicado en el periódico vaticanense, L'OSSERVATORE Romano, en Abril. Condenó el uso de condones para combatir el SIDA pero permitió que en Tailandia el gobierno distribuyera condones a las prostitutas para detener la diseminación de H.I.V. Fue un "mal menor," aunque "no puede proponerse como un modelo de humanización y desarrollo."
Entrevistado en su oficina vaticanense, el Padre Suaudeau insistió que su artículo no buscaba agrandar la enseñanza de la iglesia sino simplemente explicarla. Dijo que su artículo reiteró la postura de la iglesia que la abstinencia antes del casamiento y la fidelidad conyugal permanece como el único método efectivo para prevenir el SIDA.
"No comprendo por qué la gente quiere interpretar lo que afirmé claramente en mi artículo," dijo con un suspiro el Padre Suaudeau. "Pero no hay cambio en la enseñanza de la iglesia."
Por ALESSANDRA STANLEY
ROMA, Sept. 19 - Para los católicos, un Año Santo es un tiempo para hacer romerías a Roma y abrir las puertas de su fe.
En el Vaticano, sin embargo, hay señales que indican que los altos funcionarios de la iglesia trabajan a puerta cerrada durante este Año Santo para reconstituir la alta jerarquía y prepararse para el futuro.
La más deslumbrante señal fue la reasignación de un asistente cercano al Papa Juan Pablo II, el obispo Giovanni Battista Re, 66, secretario diputado de estado, cuyo trabajo en el Vaticano es semejante al de un Secretario de Estado de la Casa Blanca. El último fin de semana, el obispo, un diplomático vaticanense de carrera, fue encargado de la oficina que selecciona a los obispos, un puesto poderoso que casi seguramente resultará en su elevación a cardenal.
Los cambios administrativos, que fueron impulsados por la dimisión de Lucas Cardinal Moreira Neves, un viejo de 75 años, brasileño, por razones de enfermedad, también sugirió una profunda conciencia de la declinante salud de papa, que ya tiene 80 años.
El número de cardenales menores de 80 años - y por lo tanto elegibles para votar en un conclave para escoger a un nuevo papa – se ha encogido a 100, siendo 120 el máximo 120. Eso significa que Juan Pablo podría nombrar pronto unos 20 cardenales que están dentro del margen de edad para ser tanto electores y candidatos papales potenciales. Si el obispo Re es hecho cardenal, por ejemplo, él sería elegible para ser elegido papa, o por lo menos para ayudar a formar el proceso de elección.
El ocupado calendario del Año Santo no ha desviado la preocupación en la administración de la iglesia con el proceso de la selección de cardenales -, que se espera sea completado por febrero. "Todo lo que se oye es hablar de cardenales y de cuándo serán nombrados," dijo el obispo Joseph Fiorenza de Galveston - Houston este verano después de visitar las oficinas vaticanenses.
La reinstalación del obispo Re, además, ha impulsado a los reporteros italianos a estorbar la competencia entre los "papables," la palabra castellana para los candidatos que pueden ser elegidos papa. En su edición dominical, el diario La Repubblica imprimió un cuadro gigante que dividía a los cardenales importantes en siete categorías, incluyendo a los "moderados," "tercer-mundistas" y "tradicionalistas."
Los vaticanicastanistasi, somo se llaman los expertos italianos, han discutido largamente si los cardenales, basados en el precedente de un papa polaco, se inclinarían a un candidato de Africa, América Latina o Asia, o si volverían a un italiano. Pero la tan mencionada batalla entre conservadores y llamados liberales dentro del Vaticano puede ser un pequeño indicio exagerado. Juan Pablo ha nombrado a casi todos los cardenales actuales, y ellos comparten sus puntos de vista básicos.
Juan Pablo, sin embargo, no da ninguna muestra de disminuir su misión al final del Año Santo, dicen los funcionarios vaticanenses. En semanas recientes, los planes han resurgido para que el papa visite Armenia o este año o a comienzos del 2001. El secretario de estado vayicanense, Angelo Cardinal Sodano, dijo la semana pasada que el papa quería resucitar su plan de hacer una romería en Ur, una ciudad santa en Iraq, un viaje anulado en diciembre después que el gobierno Iraquí retiró el permiso.
Pero había otras señales recientes que los consejeros vayicanenses más cercanos al papa buscan clavar como su legado. El cardenal Joseph Ratzinger, que dirige la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicó este mes un documento papal de 36 páginas sobre la primacía de la Iglesia Católica Romana, que declaró que no puede ser "iglesia hermana" de ningún grupo porque eso implicaría una "pluralidad." Y dijo que - las religiones no cristianas, mientras se mantenían en la posibilidad de la gracia divina, "están en una situación gravemente deficiente en comparación con los que están dentro de la iglesia, que tiene la plenitud de los medios de salvación."
Para algunos, el documento pareció desinflar los esfuerzos audaces del papa para fomentar el ecumenicismo y el diálogo interfe, la mayoría notablemente con sus rezos silenciosos frente a la Pared Occidental en Jerusalén en marzo pasado. El documento agravió a muchos líderes de otras iglesias, que lo vieron como un retroceso sin tacto.
Juan Pablo, quien el lunes abrió una comisión conjunta sobre de diálogo entre católicos y la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas, no aludió a ninguno cambio en su propio pensar, diciendo, "El compromiso de la Iglesia Católica al diálogo ecuménico es irrevocable."
Mayormente, el documento de Ratzinger apuntó a los teólogos católicos que han buscado reducir las distinciones entre las diferentes confesiones de fe. El día anterior a la emisión del documento, el Rev. Jacques Dupuis, un jesuita francés, fue llamado ante el cardinal Ratzinger, cuya oficina se llamó una vez la Inquisición Santa.
Hace dos años, al padre Dupuis se le ordenó que dejara de enseñar en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, después el cardinal Ratzinger abrió una investigación de herejía en su libro, "Hacia una Teología Cristiana de Pluralismo Religioso. " La investigación no ha publicado aún una conclusión, pero el documento del cardinal indicó el resultado probable.
Pero mientras los funcionarios vaticanenses hacen la ley, las otras instituciones católicas están buscado señales de cambio. América, una revista jesuita publicada en Nueva York, este mes mandó un artículo sugiriendo que en el Vaticano crecía la tolerancia por el uso de condones para combatir la diseminación del SIDA.
Los autores, John D. Fuller y James F. Keegan, aprovecharon de un artículo por un funcionario vaticanense francés, Jacques Suaudeau, publicado en el periódico vaticanense, L'OSSERVATORE Romano, en Abril. Condenó el uso de condones para combatir el SIDA pero permitió que en Tailandia el gobierno distribuyera condones a las prostitutas para detener la diseminación de H.I.V. Fue un "mal menor," aunque "no puede proponerse como un modelo de humanización y desarrollo."
Entrevistado en su oficina vaticanense, el Padre Suaudeau insistió que su artículo no buscaba agrandar la enseñanza de la iglesia sino simplemente explicarla. Dijo que su artículo reiteró la postura de la iglesia que la abstinencia antes del casamiento y la fidelidad conyugal permanece como el único método efectivo para prevenir el SIDA.
"No comprendo por qué la gente quiere interpretar lo que afirmé claramente en mi artículo," dijo con un suspiro el Padre Suaudeau. "Pero no hay cambio en la enseñanza de la iglesia."