Re: El reto Eucaristico
Pero dejemos que hablen las fuentes por sí mismas, en el Catecismo de Westminster, podemos leer:
P. 168. ¿Qué es la Cena del Señor?
R. La Cena del Señor es un sacramento del Nuevo Pacto, (676) en el cual, dando y recibiendo pan y vino conforme a la ordenanza de Jesucristo, se simboliza su muerte; y aquellos que participan dignamente, se alimentan de su cuerpo y de su sangre, para su nutrimiento espiritual y crecimiento en la gracia; (677) confirman así su unión y comunión con él; (678) testifican y renuevan su gratitud (679) y comprometimiento para con Dios (680) y su amor y amistad del uno con el otro como miembros del mismo cuerpo místico. (681)
(676) Luc. 22:20;
(677) Mat. 26:26, 27; Juan 6:55, 56; 1 Cor. 11:23-27;
(678) 1 Cor. 10: 16;
(679) 1 Cor. 11:25;
(680) 1 Cor. 10:16-21;
(681) 1 Cor. 10:17.
Comento:
No obstante este modo de alimentarse no es comiéndose el cuerpo material, pues la substancia carnal y sanguínea no se manifiesta de un modo físico, sino de un modo espiritual. El catolicismo sí insiste en la manifestación física; pero por mucho que vemos no hay carne ni sangre en sus altares; por esta razón creemos que no es conveniente hablar de substancias de ningún tipo, sino de una presencia corporal "espiritual" o "metafísica" y si a alguien esto le parece contradictorio, que no se preocupe, porque el cristianismo es así; también decimos que son Tres y es Uno, que Dios puede encarnarse, o multitud de misterios.
Es innegable la verdadera presencia de Cristo, es innegable que nos alimentamos de él (Juan 6), pero no hay que tener la mente retorcida como mal comprendieron los judíos de este capítulo del evangelio. En ninguna Iglesia del mundo, (y no voy a entrar a comentar milagros eucarísticos) se come carne y se bebe sangre, esto no es así realmente, físicamente, experimentable...
Así que soluciones:
1. Transubstanciación, pero permanencia de los accidentes. (Católica Romana)
A favor:
Ciertamente resulta elegante creer que todas las cosas tienen una substancia "lo que son" y unos accidentes "lo que vemos que son". Así lo concretó Aristóteles y la Iglesia creyó ver en esta explicación (dada en la Edad Media) una buena forma de comprender el misterio.
En contra:
Primero, para Aristóteles no existía contradicción posible entre substancia y accidentes. Hoy en día la ciencia sabe que no hay nada en la naturaleza cuya fenomenología, comportamiento, apariencia no dependa de su substancia.
Segundo, es una explicación sólo admisible desde una concepción aristotélica de la física. Aceptarla como la única supone un partidismo inaceptable para la teología actual que intenta buscar nuevas explicaciones o cambios en los paradigmas filosóficos que intenten racionalizar (entender, que no demostrar) el misterio.
2. La Consubstanciación, las dos substancias (Luterana)
A favor:
Es la visión más primitiva, ciertamente es la más obvia al entendimiento. En este caso responde a una visión sencilla del misterio. El pan y el vino siguen siendo lo que son, y es lo que vemos. Pero Cristo se hace presente "en, bajo y con" estas especies, de modo que aunque no lo vemos está presente en substacia, como escondido, en estas especies. Es en lo que creen también muchos católicos poco formados.
En contra:
También resulta que no vemos a Cristo. Una presencia corporal que sea substancial y accidental es visible. En este sentido la explicación romana es más lógica.
2. La presencia real pero metafísica o espiritual del cuerpo, las dos realidades. El pan y el vino y Jesús. (Calvinista)
A favor:
Es un desafío aceptarla, pero por otro lado es la más congruente ante lo que experimenta el que celebra la Cena. El pan y el vino están presentes en la cena; y Cristo también lo está en divinidad y humanidad; pero no visiblemente (carnal en sentido visible). Resuelve el problema de la imposible ubicuidad de Cristo, al plantear que es la Iglesia la que entra en la presencia de Cristo (sube) y no Cristo el que se hace presente en el local de la Iglesia (baja).
En contra:
Rompe con toda la tradición escolástica, y entiende substancia corporal de un modo distinto al físico; por eso que sea metafísico este cuerpo. Aunque no contradice la humanidad de Cristo (pues el cuerpo de Cristo está glorificado), también cae en el mismo problema que el catolicismo; para los católicos la substancia corporal de Cristo puede estar desligada de los accidentes, que son los del pan y el vino; para los calvinistas la substancia corporal de Cristo también se desliga de sus accidentes (pues resulta un Cristo no visible).
Por eso el canon 170 del Catecismo de Westminster añade

hay que entender que cuando dice "corporal o carnal" no se refiere a "substancia humana" sino a los accidentes de esta, es decir, lo que se ve, toca, etc..
P. 170. Los que participan dignamente de la Cena del Señor ¿cómo se alimentan del cuerpo y de la sangre de Cristo?
R. Como el cuerpo y la sangre de Cristo no están corporal o carnalmente presentes en, con o bajo el pan y el vino en la Cena del Señor, (683) y sin embargo están presentes espiritualmente a la fe del que recibe,
no con menos verdad y realidad que los elementos mismos a los sentidos externos; (684) así que los que participan dignamente del sacramento de la Cena del Señor, se alimentan del cuerpo y de la sangre de Cristo, no corporal o carnalmente, sino de una manera espiritual; y verdadera y realmente, (685) por la fe reciben y se aplican a sí mismos a Cristo crucificado y a los beneficios de su muerte. (686)
(683) Hch. 3:21;
(684) Gal. 3:1; Heb. 11:1;
(685) Juan 6:51-53;
(686) 1 Cor. 10:16.