DESARROLLO DEL EPÍGRAFE
Antes que nada, quiero dejar muy claro, que mi objetivo al referirme con dos temas vinculados a España, no ha sido referirme a la nación como tal. No conozco personalmente la nación española, nunca he estado ahí. Por lo tanto, tengo muy claro, que no guardo ningún tipo de rencor contra España.
Como he dicho en el anterior epígrafe, he estado por algún tiempo visitando los distintos epígrafes que se desarrollan en Iglesia net, muchos de ellos me han sido interesantes y buenos. Pero también he notado, que algunos cristianos residentes de España, han orientado los temas a un asunto más personal, cayendo en las descalificaciones, en el ataque, he incluso en la condenación de aquellos hermanos que persisten en sus opiniones y no aceptan las opiniones de los que creen tener la razón y la verdad.
Inicié mi participación, abriendo el epígrafe: “Es la caída al suelo una manifestación del poder del Espíritu Santo”, con sorpresa, interrumpen el epígrafe con una expulsión, me refiero a la expulsión de Raúl Fierro.
Me propuse saber las razones por las cuales fue expulsado, en primer lugar, porque él estaba participando en el tema que en lo particular me interesaba y me interesa todavía. Fue cortada su participación y por ende, me perdí la continuación de sus intervenciones. Busqué en los epígrafes que Raúl había participado o abierto, dejando claro en mi epígrafe, que sus opiniones son complicadas y quizás un poco difícil de entender sin un análisis más profundo o completo. Pero –en lo personal- no encontré ninguna insolencia que pudiera ser motivo de una expulsión, ahora bien, quizás para algunos hermanos pudo ser de insolencia lo que él exponía o la manera en lo que lo hacía, pero, al apreciar –como lo he dicho antes- los distintos epígrafes que se han desarrollado en iglesia net, he visto las descalificaciones, los ataques personales y la condenaciones que se le hacen a otros participantes, y lo más grave, que la Biblia es utilizada para camuflar dichas actitudes.
Al utilizar la Escritura para imponer su voluntad, están tratando de espiritualizar sus emociones de desagrado que tienen o siente por la persona que no se rinde a sus opiniones o enseñanzas, no están asiendo otra cosa que golpear a la persona hasta matarla y si no muere, sufrirá la expulsión, como lo ocurrido con Raúl y quizás con otros también. Ahora bien, yo me refiero al caso que me tocó vivir en el epígrafe que abrí, si otra persona haya sido expulsada, sólo sus protagonistas sabrán por qué.
Creo que en esto no tiene nada que ver con el webmaster, sino con aquellos que se sintieron ofendidos.
Pero esos que se sintieron ofendidos, también han ofendido, y han utilizado la Escritura para hacer valer sus sentimientos encontrados.
A mi juicio, cuando una persona le comienza a molestar la opinión de otro, cuando aprecia que no se rinde a sus enseñanzas, que espera que su discrepante pida perdón públicamente y no lo hace, comenzara a buscar los recursos bíblicos y teológicos necesarios para desprestigiarlo públicamente.
Es decir, sin tener la autoridad, se colocan en la cátedra de Moisés, son los jueces de los hermanos, son los dioses que creen que pueden tratar al hermano como les plazca.
Los que critican no les gusta que los critiquen. Claro está, que las criticas de sus opositores, la verán como negativas, que vienen de personas que no son cristianas, y como me han calificado y condenado a mí de cizañero (Perverso, dañino, venenoso). Es decir, me ha condenado tal persona a una realidad que sólo ella imagina y cree. Y ¿Por qué?, Porque les he dicho, que si creen estar en la verdad, y creen tener el derecho o la autoridad de descalificar y condenar a otros, ¿Por qué No examinan su propia realidad personal y nacional?
Cuando me referí al “Orgullo Español”, fue para evidenciar quiénes todavía no pueden dominar el orgullo que se evidencia en algunos epígrafes que abren y participan, sobre todo, cuando la contienda es entre católicos y protestantes.
Claro que este orgullo no es en todos los cristianos españoles, sólo en algunos pocos. Me refiero a los pocos que participan en iglesia net. Si algún cristiano español no se ha sentido ofendido, es porque a aprendido poner el orgullo donde corresponde, bajo el Señorío de Cristo. No lo ha puesto de palabra, lo ha puesto en la practica.
La pregunta ahora es: ¿Qué me importa el orgullo de los demás? Como bien ustedes saben, cada uno debe preocuparse de sacar la paja de su propio ojo, por lo tanto, no es el orgullo en sí lo que me preocupa, porque eso es algo personal de lo cual cada uno debe preocuparse, pero, cuando ese orgullo impulsa a la descalificación y a la condenación de otro hermano, entonces daré a conocer mi posición.
Pero tampoco es justificable la descalificación y la condenación para aquellos que no son cristianos o participan en otra organización religiosa. No hemos sido llamados para detestar o maldecir a las personas, aunque en el camino todos hemos ofendido más de alguna vez, nadie está libre de pecar. Amar es algo que se aprende en el camino y en ocasiones las experiencias nos evalúan para vernos a nosotros mismo y corregir nuestros errores.
¿Cuántas veces debemos perdonar al hermano?, Cristo nos dejó dicho que muchas veces y quizás toda la vida. ¿Tendremos que esperar su arrepentimiento, sea público o no para perdonarlo? Pienso que no, creo que el perdón empieza en el corazón, se arrepienta o no el ofensor (si es que a ofendido) ¿De no perdonarlo porque no se arrepiente, viviremos el resto de la vida con esa herida que a la larga se transformará en una amargura en el corazón? La falta de perdón, es por el orgullo o el amor propio que todavía predomina en el corazón.
¿Cómo será posible, que una persona que no perdona en su corazón al hermano pueda entregar la Palabra de Dios de manera sana? No se puede esperar recibir de una fuente agua salada y dulce a la vez, no podemos recoger dos frutos distintos del mismo árbol.
Como bien ustedes saben, Cristo dijo que de nuestro corazón sale lo que verdaderamente nos contamina.
Por último, si tenemos enemigos que nos maldicen, ¿No estamos llamados a bendecir a los que nos maldicen? ¿No debemos acaso sufrir el agravio? La perfección a la cual se refiere Cristo, no es la perfección intelectual de la Biblia, ni teológica ni doctrinal, sino en el amor. En ser capaces de amar, y esto es algo que todos debemos aprender a vivir y las experiencias nos ayudan, nos evalúan y nos corrigen. Si no aprendemos amarnos, a perdonarnos, a comprendernos, a tener paciencia entre nosotros mismos, ¿Cómo entonces estaremos preparados para demostrar a la sociedad que nos rodea que somos los verdaderos cristianos? No estamos llamados amar sólo a los que nos aman o estiman, no podemos sólo amar a los que nos caen bien, debemos todos aprender amar a todos.
Todo debe estar fundamentado en ese amor divino, si no perdonamos, tampoco nuestros pecados serán perdonados, si no tenemos misericordia, tampoco alcanzaremos misericordia. En ocasiones, es necesario estar más tiempo en el desierto (en la escuela espiritual de Dios) que un instituto bíblico.
No estaré nunca de acuerdo con aquellos que se sientan en la cátedra de Moisés y juzgan y condenan al hermano. Que se mofan o ironizan sus respuestas, porque resulta evidente, que eso viene más del orgullo personal y religioso, que de un corazón perfeccionado en el amor.
Reitero, he dicho, que nunca estaré de acuerdo con aquellos que se ponen en una posición de autoridad que no les ha sido dada para condenar a otros hermanos, pero no digo que no sean hermanos. ¿Acaso los hermanos de carne no están en desacuerdo en sus opiniones? Claro que sí, no somos autómatas, somos seres humanos. Lo importante, es aprender a vivir como una sola familia.
Por esta razón, he puesto la oración de Jesús por su iglesia, para que sea una. No somos de este mundo, pero estamos en el mundo. Y por sobre nuestras nacionalidades, somos ante todo cristianos, como bien dijo “Siervo D^s”: “Yo dejé de ser español el día que nací de nuevo. Mi Rey es Cristo y mi patria los cielos de donde soy ciudadano. Sigo viviendo en España con documentos españoles para poder circular con normalidad pero siendo consciente de la misión diplomática que D´s me ha encomendado como embajador Suyo”
Esto es lo rescatable, entender y discernir espiritualmente, que todos, sean españoles, chilenos, chinos, alemanes, etc, que somos uno solo, una sola familia y por ende todos somos hermanos.
El pecado y la maldad es una realidad mundial, ni Chile tiene más pecado que España, o España más pecado que Chile, todos fuimos constituidos pecadores.
Los hechos históricos, son eso, históricos, cosa del pasado. Y cada generación rendirá cuentas de sus actos, nosotros debemos preocuparnos de nuestras realidades actuales y combatir contra la desunión de la iglesia, que muchas veces está desunida por asuntos doctrinales.
Este ha sido el único fin de los dos epígrafes relativo a España.
Con esto, doy terminado mi intervención, si no he podido expresarme mejor, pido disculpas.
Dios y nuestro Señor Jesús, los bendiga a cada uno de ustedes, a sus familias y comunidades en las cuales participan.