– C. S. Lewis, extracto de
"Esclavos dispuestos del Estado Bienestar",
publicado 20 de julio, 1959.
Un poco extenso,
pero valioso para los entendidos:
{{{ Creo que un hombre es más feliz, y feliz de una manera más rica, si tiene la 'mente libre'. Pero dudo que pueda tener esto sin la independencia económica, que la nueva sociedad está aboliendo. Ya que la independencia económica permite una educación no controlada por el Gobierno; y en la vida adulta es el hombre que no necesita, y no pide nada del Gobierno, quien puede criticar sus actos y señalar con sus dedos su ideología. Léase a Montaigne; esa es la voz de un hombre con las piernas debajo de su propia mesa, comiendo el cordero y los nabos criados en su propia tierra. ¿Quién hablará así cuando el Estado es el maestro y patrón de todos?
Una vez más, la nueva oligarquía debe basar cada vez más su pretensión de planificar nuestras vidas por su pretensión de conocimiento. Si el estado ha de ser nuestra madre, entonces, 'la madre debe saber mejor'. Esto significa que deben confiar cada vez más en el consejo de los científicos, hasta que al final los políticos propiamente dichos se conviertan en meras marionetas de los científicos. La tecnocracia es la forma a la que debe tender una sociedad planificada. Ahora bien, temo a los especialistas en el poder porque son especialistas que hablan fuera de sus temas especiales. Que los científicos nos hablen de ciencias. Pero el gobierno involucra cuestiones sobre el bien del hombre, y la justicia, y qué cosas vale la pena tener y a qué precio; y en estos una formación científica no da valor añadido a la opinión de un hombre. Que el doctor me diga que moriré a menos que haga esto y aquello; pero si vale la pena tener la vida en esos términos no es más una cuestión para él que para cualquier otro hombre.
En tercer lugar, no me gusta que las pretensiones del Gobierno, los motivos por los que exige mi obediencia, sean exageradas. No me gustan las pretensiones mágicas del curandero ni el Derecho Divino de los Borbonés. Creo en DIOS, pero detesto la teocracia. Porque todo gobierno consiste en meros hombres y es, estrictamente visto, un improvisado; si añade a sus mandatos 'así dice el Señor', miente, y miente peligrosamente.
Por la misma razón, temo al gobierno en nombre de la ciencia. Así es como surgen las tiranías. En cada época, los hombres que nos quieren bajo su control, si tienen algo de sentido común, reclamarán la pretensión particular de esa época, sus esperanzas y temores más potentes. Ellos 'sacan lucro' de esos impulsos. En el pasado, ha sido la magia, luego fue el Cristianismo. Ahora sin duda será ciencia. Quizás los verdaderos científicos no piensen mucho en la 'ciencia' de los tiranos; no pensaron mucho en las teorías raciales de Hitler o la biología de Stalin. Pero pueden ser amordazados.
Tenemos por un lado una necesidad desesperada; el hambre, la enfermedad y el miedo a la guerra. Tenemos, por el otro, la concepción de algo que podría enfrentarlo: la tecnocracia global 'omnicompetente'. ¿No son éstas la oportunidad ideal para la esclavitud? Así ha entrado antes; una necesidad desesperada (real o aparente) en una parte, un poder (real o aparente) para aliviarla, en la otra. En el mundo antiguo los individuos se vendían como esclavos para poder comer. Así en la sociedad moderna.
La pregunta sobre el progreso se ha convertido en la pregunta de si podemos descubrir alguna forma de someternos al paternalismo mundial de una tecnocracia sin perder toda privacidad e independencia personal. ¿Hay alguna posibilidad de conseguir la miel del súper Estado del Bienestar y evitar su aguijón?
No nos equivoquemos sobre su aguijón. Vivir tu vida a tu manera, llamar tu casa tu castillo, disfrutar de los frutos de tu propio trabajo, educar a tus hijos según lo indique tu conciencia, ahorrar para su prosperidad después de tu muerte: estos son deseos profundamente arraigados en el hombre civilizado. Su realización es casi tan necesaria para nuestras virtudes como para nuestra felicidad. De su privación total podrían derivarse resultados desastrosos tanto morales como psicológicos.
No nos dejemos engañar por frases como 'el hombre haciéndose cargo de su propio destino'. Todo lo que realmente puede suceder es que unos hombres se hagan cargo del destino de los demás. Serán simplemente hombres; ninguno perfecto; algunos codiciosos, crueles y deshonestos. Cuanto más completamente estemos planificados, más poderosos serán. ¿Hemos descubierto alguna nueva razón por la que, esta vez, el poder no debería corromper como lo ha hecho antes? }}}.
Entienda quien pueda …