NUEVA RELIGIÓN DEL ESTADO
«¿Se avergüenzan
de sus actos repugnantes?
De ninguna manera,
¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse!
Por lo tanto,
estarán entre los caídos en la matanza;
serán derribados cuando los castigue»,
dice el Señor. Esto dice el Señor:
«Deténganse en el cruce
y miren a su alrededor;
pregunten por el camino antiguo,
el camino justo, y anden en él.
Vayan por esa senda
y encontrarán descanso para el alma.
Pero ustedes responden:
“¡No, ese no es el camino que queremos!”.
Puse centinelas sobre ustedes, que dijeron:
“Estén atentos al sonido de alarma”.
Pero ustedes respondieron:
“¡No! ¡No prestaremos atención!”.
»Por lo tanto, naciones, escuchen esto;
tomen nota de la situación de mi pueblo.
¡Escuchen, habitantes de toda la tierra!
Traeré desastre sobre mi pueblo.
Es el fruto de sus propias intrigas,
porque se niegan a escucharme;
han rechazado mi palabra.»
Jeremías 6:15-19 NTV
«»”’¿Cómo pueden decir:
“Somos sabios porque tenemos
la palabra del Señor”,
cuando, al escribir mentiras,
sus maestros la han torcido?
Estos maestros sabios
caerán en la trampa
de su propia necedad,
porque han rechazado
la palabra del Señor.
Después de todo,
¿son ellos tan sabios?
Les daré sus esposas a otros
y sus fincas a extranjeros.
Desde el menos importante
hasta el más importante,
sus vidas están dominadas por la avaricia.
Es cierto, incluso mis profetas
y sacerdotes son así;
todos ellos son unos farsantes.
Ofrecen curas superficiales
para la herida mortal de mi pueblo.
Dan garantías de paz cuando no hay paz.
¿Se avergüenzan de estos actos repugnantes?
De ninguna manera,
¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse!
Por lo tanto, estarán entre los caídos
en la matanza;
serán derribados cuando los castigue, dice el Señor.
Con toda seguridad los consumiré.
No habrá más cosechas de higos ni de uvas;
todos sus árboles frutales morirán.
Todo lo que les di, pronto se acabará.
¡Yo, el Señor, he hablado!’”.
»Luego el pueblo dirá:
“¿Por qué deberíamos esperar aquí para morir?
Vengan, vayamos a las ciudades fortificadas
para morir allí.
Pues el Señor nuestro Dios ha decretado
nuestra destrucción y nos ha dado a beber
una copa de veneno
porque pecamos contra el Señor.
Esperábamos paz, pero la paz no llegó;
esperábamos tiempos de sanidad,
pero solo encontramos terror”.
»Ya se puede oír el resoplido
de los caballos de guerra del enemigo
¡desde tan lejos como la tierra
de Dan en el norte!
El relincho de sus sementales
hace temblar toda la tierra.
Vienen a devorar el país
y todo lo que hay en él,
tanto las ciudades como los habitantes.
Enviaré estas tropas enemigas
entre ustedes como serpientes venenosas
a las que no pueden encantar.
Los morderán y ustedes morirán.
¡Yo, el Señor, he hablado!».»
Jeremías 8:8-17 NTV