¿QUÉ SUCEDE REALMENTE AL MORIR?
Según la Biblia, ¿en qué estado se encuentran los muertos? Lo que sucede cuando fallecemos no es ningún misterio para Jehová, el Creador del cerebro. Él conoce la verdad, y en su Palabra, la Biblia, explica en qué estado se encuentran los difuntos. Allí se enseña con toda claridad este hecho: cuando una persona muere, deja de existir. La muerte es lo contrario de la vida, de modo que los muertos no ven ni oyen ni piensan. Ni una sola parte de nosotros sigue viviendo cuando muere el cuerpo. En efecto, no poseemos un alma o espíritu inmortal.
¿Qué nos enseña sobre la muerte la comparación que hizo Jesús?
Refiriéndose a un amigo suyo que había fallecido, Jesucristo mencionó el estado en que se encuentran los muertos. Primero dijo a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro está descansando”. Ellos entendieron que estaba durmiendo, recuperándose de una enfermedad. Pero se equivocaban, pues Jesús les aclaró a continuación: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:11-14). Observe que Jesús comparó la muerte a descansar y dormir. Su amigo no estaba ni en el cielo ni en un infierno ardiente. No se había reunido con los ángeles ni con sus antepasados, ni tampoco había vuelto a nacer como una persona distinta. Descansaba en la muerte, como si durmiera profundamente, pero sin soñar. Otros textos bíblicos también dicen que estar muerto es comparable a estar dormido. Por ejemplo, cuando mataron a pedradas al discípulo Esteban, la Biblia dice que “se durmió” (Hechos 7:60). De la misma forma, el apóstol Pablo escribió que algunas personas de su día se habían “dormido” en la muerte (1 Corintios 15:6).
¿CÓMO LE BENEFICIA CONOCER LA VERDAD SOBRE LA MUERTE?
Es todo un consuelo saber lo que enseña la Biblia sobre el estado en que se encuentran los muertos. Como hemos visto, no sufren ni sienten dolor. No hay que tenerles miedo, pues no pueden hacernos daño. No necesitan nuestra ayuda ni tampoco tienen la capacidad de ayudarnos. Ni ellos pueden hablar con nosotros ni nosotros con ellos. Hay muchos líderes religiosos que aseguran que pueden ayudar a los difuntos, y la gente, creyendo esa falsedad, les da dinero. Pero conocer la verdad impide que nos engañen con esas mentiras.
Cuando conocemos la verdad sobre los muertos, ya no nos engañan las mentiras religiosas. Además, entendemos mejor otras enseñanzas de la Biblia, como por ejemplo, la promesa de vivir eternamente en el Paraíso. Esta esperanza se vuelve muy real para nosotros cuando aprendemos que los difuntos no van a vivir como espíritus a otra parte.