El aniquilacionismo es una herejía que se ha puesto muy de moda. La Biblia deja muy claro que no solo el fuego es eterno sino el sufrimiento de los que lo padecen, así como su estado decrépito y oacuridad.
Todos los primeros cristianos entienden esto, manejando los lenguanes involucrados de forma nativa y siendo mucho más cercanos a los apóstoles. El control de daños promoviendo esta herejía es un fenómeno moderno sin fundamento.
El Señor no ha prometido inmortalidad a los impíos, solo a los creyentes. Juan 11:26.