Viendo la gran confusión existente entre las miles de denominaciones evangélicas, con prácticas muchas veces anticristianas, se pregunta uno, ¿CUAL HA SIDO EL ORIGEN DE ESOS MALES EN ESAS IGLESIAS?.
Ninguno de los errores aceptados por el mundo cristiano ataca más atrevidamente la autoridad de Dios, ninguno está en tan abierta oposición con las enseñanzas de la razón, ninguno es de tan perniciosos resultados como la doctrina moderna que tanto cunde, de que la ley de Dios ya no es más de carácter obligatorio para los hombres.
Toda nación tiene sus leyes que exigen respeto y obediencia; ningún gobierno podría subsistir sin ellas; ¿y es posible imaginarse que el Creador del cielo y de la tierra no tenga ley alguna para gobernar los seres a los cuales creó? Supongamos que los ministros más eminentes se pusiesen a predicar que las leyes que gobiernan a su país y amparan los derechos de los ciudadanos no estaban más en vigencia, que por coartar las libertades del pueblo ya no se les debe obediencia. ¿Por cuánto tiempo se tolerarían semejantes prédicas? ¿Pero es acaso mayor ofensa desdeñar las leyes de los estados y de las naciones que pisotear los preceptos divinos, que son el fundamento de todo gobierno?
Más acertado sería que las naciones aboliesen sus estatutos y dejaran al pueblo hacer lo que quisiese, antes de que el Legislador del universo anulase su ley y dejase al mundo sin norma para condenar al culpable o justificar al obediente. ¿Queremos saber cuál sería el resultado de la abolición de la ley de Dios? El experimento se ha hecho ya. Terribles fueron las escenas que se desarrollaron en Francia cuando el ateísmo ejerció el poder. Entonces el mundo vio que rechazar las restricciones que Dios impuso equivale a aceptar el gobierno de los más crueles y despóticos. Cuando se echa a un lado la norma de justicia, queda abierto el camino para que el príncipe del mal establezca su poder en la tierra.
¿Cómo van a ignorar expresiones como las siguientes?
"Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos" Salmos 119:1-3
"¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación" Salmos 119:97
"Mucha paz tienen los que aman tu ley,
Y no hay para ellos tropiezo" Salmos 119:165
"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" Romanos 7:12
"Luego por la fe invalidamos la fe? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" Romanos 3:31
ACLARATORIA: este epígrafe se abre con el sólo propósito de reflexionar sobre el problema que aquejan a estas iglesias. Creo que así como existió una contrarefforma en la iglesia católica, que corrigió muchos males en esa iglesia, tambien es necesario que las iglesias evangélicas se replanteen si ha valido la pena sostener que la ley de Dios no está vigente para los hombres.
Ninguno de los errores aceptados por el mundo cristiano ataca más atrevidamente la autoridad de Dios, ninguno está en tan abierta oposición con las enseñanzas de la razón, ninguno es de tan perniciosos resultados como la doctrina moderna que tanto cunde, de que la ley de Dios ya no es más de carácter obligatorio para los hombres.
Toda nación tiene sus leyes que exigen respeto y obediencia; ningún gobierno podría subsistir sin ellas; ¿y es posible imaginarse que el Creador del cielo y de la tierra no tenga ley alguna para gobernar los seres a los cuales creó? Supongamos que los ministros más eminentes se pusiesen a predicar que las leyes que gobiernan a su país y amparan los derechos de los ciudadanos no estaban más en vigencia, que por coartar las libertades del pueblo ya no se les debe obediencia. ¿Por cuánto tiempo se tolerarían semejantes prédicas? ¿Pero es acaso mayor ofensa desdeñar las leyes de los estados y de las naciones que pisotear los preceptos divinos, que son el fundamento de todo gobierno?
Más acertado sería que las naciones aboliesen sus estatutos y dejaran al pueblo hacer lo que quisiese, antes de que el Legislador del universo anulase su ley y dejase al mundo sin norma para condenar al culpable o justificar al obediente. ¿Queremos saber cuál sería el resultado de la abolición de la ley de Dios? El experimento se ha hecho ya. Terribles fueron las escenas que se desarrollaron en Francia cuando el ateísmo ejerció el poder. Entonces el mundo vio que rechazar las restricciones que Dios impuso equivale a aceptar el gobierno de los más crueles y despóticos. Cuando se echa a un lado la norma de justicia, queda abierto el camino para que el príncipe del mal establezca su poder en la tierra.
¿Cómo van a ignorar expresiones como las siguientes?
"Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos" Salmos 119:1-3
"¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación" Salmos 119:97
"Mucha paz tienen los que aman tu ley,
Y no hay para ellos tropiezo" Salmos 119:165
"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" Romanos 7:12
"Luego por la fe invalidamos la fe? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" Romanos 3:31
ACLARATORIA: este epígrafe se abre con el sólo propósito de reflexionar sobre el problema que aquejan a estas iglesias. Creo que así como existió una contrarefforma en la iglesia católica, que corrigió muchos males en esa iglesia, tambien es necesario que las iglesias evangélicas se replanteen si ha valido la pena sostener que la ley de Dios no está vigente para los hombres.