Originalmente enviado por j frank chapa:
<STRONG>Queridos hermanos en Cristo
Esta semana me ha tocado dar un estudio sobre la satanologia
y he querido buscar informacion sobre este tema tan popular,
¿quien o que? es satanas
¿de donde provienen estos nombres como; satanas, diablo, lucifer, belzebu, leviatan, etc, y que significan?
si usted tiene algo que aportar y que me pueda ayudar, heme aqui, soy todo oidos.
Dios os bendiga</STRONG>
SATANÁS (del hebreo, satan, que significa enemigo, adversario). Acusador del pueblo escogido y enemigo de Dios por excelencia. Genéricamente, puede aplicarse a todo opositor ante un tribunal (Sal 71.13; 109.6; 1 S 29.4), pero como nombre propio se refiere al DIABLO.
Según el monoteísmo riguroso de la Biblia, este ser sobrehumano fue creado por Dios y está sujeto a su voluntad soberana. Satanás, por ejemplo, aparece como uno de los «hijos de Dios» que rinden informes ante el trono, y necesita el permiso divino para tocar al piadoso Job (Job 1.6–2.7, cf. Lc 22.31). En Zac 3.1ss no se había desarrollado todavía el concepto pleno de Satanás como un ser maligno, pero en 1 Cr 21.1 (cf. //; 2 S 24.1), donde el sujeto es «Jehová» ( DEMONIOS), es evidente la hostilidad implacable de Satanás. Asimismo, aparentemente Jehová manda un espíritu mentiroso como instrumento de su voluntad (1 R 22.19ss) que, sin embargo, pertenece al «ejército del cielo». La noción del acusador no aparece con frecuencia en el Antiguo Testamento; pero, ya sea que aparezca como abogado acusador o como principio demoníaco y destructivo, siempre está dentro del plan redentor.
En el período intertestamentario varios conceptos originalmente independientes fueron combinados con la noción de Satanás: el ángel de la muerte, el principio del mal, la tentación interna del hombre, AZAZEL, el capitán de los demonios, etc. Se le identifica con la SERPIENTE de Gn 3.1ss (cf. Ap 12.9) y por consiguiente como fuente de la muerte (Sabiduría 2.24). Se le llama BELIAL, BAAL-ZEBUB y Sammael. Es esencial recordar que en estos desarrollos Satanás sigue como una figura celestial, ya que una «caída del cielo» haría imposible su obra acusadora. Su identificación como príncipe de los ÁNGELES caídos aparece muy tarde y no influye en el Nuevo Testamento, ya que Lc 10.18 describe una visión profética del Señor Jesús, y los otros pasajes aducidos (Is 14.12–17; Ez 28.11–19; Jud 6; ) son también de tinte apocalíptico y describen el triunfo final de Dios.
Los rabinos asimismo daban poca importancia a Satanás. Solían asociarlo con el impulso maligno interno del hombre y lo llamaban el tentador (cf. Mt 4.3; 1 Ts 3.5).
Dos ideas sobresalen en el Nuevo Testamento: la antítesis absoluta entre Dios y Satanás y la victoria del Reino de Dios sobre él. Satanás es el príncipe o dios de este mundo que dispone de sus reinos (Jn 12.31; 2 Co 4.4; Lc 4.6) y mantiene dominio sobre la mayoría de sus habitantes (Mt 6.13). «Guárdanos del maligno»; Hch 26.18; Col 1.13). Es el fuerte que, armado, vigila sus bienes (Mc 3.27). El hombre no puede, sin la gracia divina, escapar de su esclavitud. Por tanto, con el consentimiento humano, la hegemonía de Satanás produce un MUNDO cuyas obras son malas (1 Jn 3.8; 2.15, 16), y Satanás mismo es padre de todo lo funesto (Hch 13.10; Jn 6.70; 8.44).
Desde el nacimiento de Cristo, Satanás hizo todo lo posible por destruirlo y estorbarle en su ministerio (Mt 2.16; cf. Ap 12.3, 4). La tentación en el desierto (Mt 4; Lc 4) fue una tentativa satánica de arruinar el ministerio de Cristo. El hecho de que, después de la tentación, Satanás «se apartó de él por un tiempo» (Lc 4.13) significa que volvió a tentarle en otras ocasiones (cf. Heb 2.18; 4.15). Cristo vino precisamente «para deshacer las obras del diablo» (1 Jn 3.8; Heb 2.14), y por eso Satanás se opone a toda su obra. Cuando Pedro protestó por la idea de la muerte de Cristo, este le dijo: «¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres tropiezo» (Mt 16.23). La traición de Judas fue instigada por Satanás. (Lc 22.3; Jn 13.2, 27).
La destrucción que Satanás ha efectuado abarca procesos nefastos de toda índole (Mc 3.23ss; Lc 13.11, 16; 1 Co 5.5; 2 Co 12.7; 1 Ti 1.20) que a menudo son efectuados por sus súbditos, los demonios. En este sentido Satanás tiene «el imperio de la muerte» (Heb 2.14 HA). Tras el paganismo están los demonios y, en fin de cuentas, su capitán (Hch 13.10; 1 Co 10.20). Satanás no deja jamás de ser el acusador (Ap 12.10). Contra este reino satánico, Cristo alza el estandarte de Dios. Él ha atado al fuerte y saqueado sus bienes; por Él el adversario es echado del cielo (Ap 12.10–13; Jn 12.31; Lc 10.18). Aun así, a Satanás le queda algo de tiempo en la tierra (Ap 12.12).
En los primeros días de la iglesia, Satanás aparece como protagonista hostil (Hch 5.3; Ro 16.20; 1 Co 7.5; 2 Co 2.11, etc.) que arrebata la semilla del evangelio (Mc 4.15) y siembra otra que es espuria (Mt 13.25). Aunque los cristianos son salvaguardados de Satanás (2 Ts 3.3) y le han vencido (1 Jn 2.13), se les exhorta a combatirle con todas sus fuerzas (Ef 6.10ss).
En los últimos días, Satanás llama al ANTICRISTO y al falso profeta para que estos le sirvan (Ap 13.2, 11; 2 Ts 2.9s). Su éxito inicial es evidente, pero la SEGUNDA VENIDA de Cristo resulta en la derrota del triunvirato satánico, y Satanás es echado en cadenas al ABISMO. Después del MILENIO, queda suelto brevemente, pero de nuevo Dios lo derrota y finalmente lo arroja al tormento eterno en el lago de fuego (Ap 20.1–10).
Bibliografía:
«Diablo» y «Satán» en DBH, EBDM, DTB y VTB.
P. van Imschoot, Teología del Antiguo Testamento, Fax, 1969, pp. 175–188. R. Schnackenbrug, Reino y reinado de Dios, Fax, Madrid, 1970, pp. 110–114, 285–291, 308–321.
DIABLO Transcripción del vocablo griego "diabolos", calumniador,acusador, usado en la LXX para traducir la palabra hebrea "satan" . El Nuevo Testamento usa el nombre diablo como sinónimo absoluto de Satanás, pero esta última denominación es más típica de Palestina ( BELIAL; BAAL-ZEBÚ; DEMONIOS). En las Epístolas pastorales (1 Ti 3.11; 2 Ti 3.3; Tit 2.3) el plural de este vocablo se traduce «calumniadores».
BAAL-ZEBUB (señor de las moscas). Dios filisteo cuyo santuario se hallaba en Ecrón. Ocozías, rey israelita, quiso consultarlo pero Eliseo se lo impidió (2 R 1.1–6, 16).
Baal-zebub quizás se refiera al dios que producía o prevenía la peste de las moscas. Es posible que su verdadero nombre fuera Baal-Zebul (señor elevado o señor príncipe), un dios bien conocido en los textos de UGARIT, y que los judíos, para burlarse de él, lo llamaran «señor de las moscas».
BELIAL (tragadero). Término que en el Antiguo Testamento se usa generalmente en sentido abstracto y no como nombre propio. Se refiere a lo malo y perverso (Jue 19.22; 2 S 16.7, RV-1909). En los rollos del mar Muerto se refiere a los enemigos satánicos de la comunidad. En 2 Co 6.15 es sinónimo de Satanás.
LEVIATÁN Término perteneciente a una familia de palabras hiperbólicas y de significado siniestro, juntamente con behemot, Rahab y dragón. Entre los seres vivos de la Biblia, el leviatán es el más grande y behemot el que le sigue en tamaño. Según la mitología, el behemot es macho y el leviatán es hembra. Solo aparecen en el Antiguo Testamento. Dios hizo el leviatán (Sal 104.26) y solo Él lo puede dominar.
Los leviatanes son seres marítimos y la palabra connota básicamente algo «enrollado» o «tortuoso». Job 41 expresa en forma poética lo horrible y enorme del leviatán. Lo describe muy a menudo así: estima como paja el hierro, hace hervir como olla el mar profundo, y es rey sobre todos los soberbios. Otros pasajes importantes son Sal 74.13s e Is 27.1, que revelan al leviatán como serpiente tortuosa y veloz, que tiene muchas cabezas. En RAS SAMRA también se habla del lotán que tenía siete cabezas. Parece que esta característica del leviatán se ha fundido con la figura del dragón en Ap 12.3, etc.
El consuelo del creyente es que, por espantoso que sea el leviatán, Dios lo puede vencer (Sal 74.14; cf. Ap 19.20).
LUCERO (el brillante o portador de luz). Nombre usado en Is 14.12–14 para describir al rey de Babilonia que, engreído por su esplendor y progreso, intentó colocarse entre los dioses. Tipológicamente es posible que este pasaje describa la caída de Satanás, un ángel brillante, de su posición en el cielo, debido a su arrogancia y deseo de reemplazar a Dios (cf. Lc 10.18; Ap 9.1; 12.9). El verdadero poseedor de este título es Cristo (Ap 22.16).
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.