Amados hermanos:
Si en lugar de chatear, agrediéndose mutuamente, se dedicaran a debatir, pensando primero y escribiendo después, se ahorrarían muchos inconvenientes y todos aprenderíamos de todos.
Es notorio que Escudriñador desde su aparición en el Foro está abriendo muchos epígrafes atendiéndolos de continuo. Por más tiempo que dedique a leer los mensajes es obvio que sus inmediatas respuestas no contestan a todo lo que se le cuestiona y así va dejando de lado un tendal de argumentos que no son tomados en cuenta.
Digamos a su favor que muchos de sus epígrafes plantean asuntos de real interés, ya que de alguna manera sacude esa modorra que nos hace creer que ya lo sabemos todo y nada nos queda por revisar. Bastante bien se las ingenia para responder prontamente sobre los más diversos asuntos y hasta proporciona las fuentes desde donde extrae sus datos.
En un principio él no dijo lo que después dijo, repitió, confirmó y se vio comprometido a seguir sosteniendo. Repasemos sus mensajes:
# 13 El Hijo sabe eso, pues es omnisciente. Lo que pasó fue que El no quiso darles esa información a Sus oyentes.
Esto va acorde con Jn 16:12 y su negativa a las señales que le pedían (Mt 12:39; 16:1-4
Respondiendo a Carlos en su # 15 dice:
Ojo : Hay mentira y mentira. La mentira de Jesús al hacerse el ignorante con respecto al día y a la hora no fue con el propósito de engañar, sino de preservar un dato escatológico bien específico. Es lo que los testigos de Jehová llaman una mentira teocrática, como la que les dijo Rahab a los que buscaban a los dos espías enviados por Josué, Jos. 2:4,5.
Acá Escudriñador la pifió contestando sin detenerse a pensar la respuesta. El pensar exige meditación y reflexión, por poca que sea. De tanto combatir a los TJ al final se asocia con ellos en la argucia de la “mentira teocrática”.
Finalmente confirma fatalmente lo dicho en el # 23:
En ambos casos, se mintió por causas justas.
Aunque hiciera yo de abogado del Diablo ya no puedo arreglar tal desaguisado.
No olviden que el escudriñador es como un buceador que explora las cuevas en lo profundo del mar, y en ocasiones queda apretado en ellas sin poder salir y agotando su oxígeno.
Ustedes recuerdan bien una de las principales leyes de la hermenéutica: “Un pasaje poco claro debe examinarse a la luz de otro paralelo más claro”.
Ese no decir “día y hora” de Jesús debiera compararse al episodio aquel en el templo, cuando le preguntan a Jesús con qué autoridad hacía estas cosas y quién se la había dado. La respuesta era muy comprometedora. Pero la pregunta que a su vez les hace Jesús también lo era. Ellos mienten diciendo que no sabían si el bautismo de Juan era del cielo o de los hombres. Jesús podía entonces haber contestado igual que ellos: “Yo tampoco lo sé”. Sin embargo, Él responde con la verdad diciéndoles: “Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas” (Lc 20:1-8).
Pienso que en la misma sintonía ha de interpretarse la negativa en cuestión del Hijo del hombre, ya que “es imposible que Dios mienta” (He 6:18).
Saludos cordiales.
Ricardo.