Jeremías 8:8, nos dice: ¿Como podéis decír ´somos sabios´ tenemos con nosotros la ley del Señor?... ¡Miradla ahí,
cambiada en falsedad por la pluma mentirosa de los escribas!
Cuando encontremos enseñanzas que no corresponden a la Verdad y la Justicia del Evangelio, no tenemos que considerarlas palabra de Dios.
Las leyes y las prácticas del mundo, persiguen a los cristianos, persiguen a Cristo en sus hijos, porque no somos del mundo. Las leyes del mundo no están hechas por hombres justos. Las prácticas del mundo condenan muchas veces a los inocentes, castigan a los buenos y limpios y dejan escapar y enseñorearse y tiranizar a los malvados.
Las leyes del mundo se oponen a la justicia de Dios, nada tienen que ver con la Ley del Señor. El mundo está confundido y arrastrado y sirviendo a Satanás, que es su príncipe. El mundo es enemigo de Dios y de los cristianos.
El Señor dice Paz...El mundo dicen violencia, invasión, masacre, guerra. El Señor dice justicia...Las leyes de los hombres dicen robo, opresión, dominio y maltrato de los ricos y los fuertes sobre los pobres y los débiles, persecución y muerte a quienes les descubran como malvados.
Escuchemos atentamente a nuestro Maestro, volvámonos al Camino a la Verdad y la Vida y cerremos los oidos a los cantos de sirena que nos arrastran al abismo.
¡Que Dios nos ayude y nos ablande el corazón, para servir a su Justicia!
¡Bendiciones, hermanos!