Las indulgencias.
Los católicos que se han identificado como tales, en este tema, sin importar el orden:
1. Sebas S.
2. M1st1co, el católico enmascarado. Simboliza los pecados ocultos del Vaticano.
3. Jorge Enrique, de vieja data.
4. La señora Sandra, con menos de un año en el foro.
Como se puede apreciar, no son muchos, por ahí faltará uno que otro, pero no son muchos.
Quiero compartirles algo del Señor en los días de su Ministerio Terrenal, y he escogido el evangelio de Mateo por ser el más judío de los evangelios y porque, en su parte final, cuando ha sido rechazado de plano por su propio pueblo, uno puede percibir el dolor de su corazón, como cuando el profeta señaló siglos antes, este dolor, leemos:
Zac 13:6 Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.
El capítulo escogido es el 22 y la audiencia allí son los fariseos, los herodianos, los saduceos y hasta un intérprete de la ley contemplamos allí.
Todos ellos unidos contra Cristo.
En el capítulo anterior, el Señor había vuelto a limpiar el templo, leemos:
Mat 21:12 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
Mat 21:13 y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
La primera vez que lo hizo, al principio de su Ministerio, les dijo que la casa de su Padre la habían convertido en una casa de mercado (Jn.2:16); ellos no hicieron caso, ahora, al final de su Ministerio era una cueva de ladrones.
Lo que comenzó como una casa de mercado, terminó siendo una cueva de ladrones.
Qué advertencia para el catolicismo romano con su venta de indulgencias.
Estos certificados emitidos por la Iglesia Católica Romana, conocidos comúnmente como “indulgencias”, eran más bien documentos codiciosos firmados por el papa de turno, que podía reducir el tiempo de permanencia en el purgatorio.
“Tan pronto la moneda caiga en la cajuela, el alma del difunto al cielo vuela”
En el próximo mensaje, les hablaré de los pormenores de aquel día cuando el Señor sufrió varios ataques de parte de estos grupos.
Esto de las indulgencias, sólo es un abrebocas.