LA IRRESPONSABILIDAD DEL CATOLICISMO ROMANO EN EL USO DE CONFESIONARIOS
Estos católicos irresponsables, que andan por ahí perdonando pecados, haciéndose pasar por "cristos" me hace acordar de la tribu de Dan, en los tiempos de los jueces, leemos:
Jue 18:1 En aquellos días no había rey en Israel. Y en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde habitar, porque hasta entonces no había tenido posesión entre las tribus de Israel.
Llegaron al monte de Efraín y en la casa de Micaía habitaba un levita con un ministerio torcido, con su idolatría, leemos:
Jue 18:14 Entonces aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de Lais dijeron a sus hermanos: ¿No sabéis que en estas casas hay efod y terafines, y una imagen de talla y una de fundición? Mirad, por tanto, lo que habéis de hacer.
Y se llevaron al Levita con sus ídolos para que les ministrase a ellos, aquí está su ofrecimiento de trabajo ministerial:
Jue 18:19 Y ellos le respondieron: Calla, pon la mano sobre tu boca,
y vente con nosotros, para que seas nuestro padre y sacerdote. ¿Es mejor que seas tú sacerdote en casa de un solo hombre, que de una tribu y familia de Israel?
Y aquí está la reacción del levita torcido, leemos:
Jue 18:20 Y se alegró el corazón del sacerdote, el cual tomó el efod y los terafines y la imagen, y se fue en medio del pueblo.
Así están estos sacerdotes del catolicismo, cuando mandan hacer sus templos, no pueden faltar los terafines y les han añadido otros ídolos como son los de la reina del cielo y de los muertos que ellos han elevado a los altares, mediante la canonización.
Pero hay algo más que supera el ministerio torcido del levita, los católicos mandaron a construir una caja de madera de dos metros y medio de altura, le pusieron ventanas y una silla dentro, y ahí se sienta el sacerdote católico mientras el ingenuo feligrés, dobla sus rodillas y le dice:
"-ME ACUSO PADRE-"
Micaías, viendo que se robaban su sacerdote y sus ídolos los persiguió:
Jue 18:24 El respondió: Tomasteis mis dioses que yo hice y al sacerdote, y os vais; ¿Qué más me queda? ¿Por qué, pues, me decís: ¿Qué tienes?
Y ahora viene este ingenuo católico a preguntar:
¿Qué quiere afirmar con esta frase?
¿Qué el presbítero de la iglesia católica no es hijo de Dios?
No entiende que al frente de la idolatría de su religión se halla Satanás.
Pero vive su vida pensando que son hijos de Dios, porque hicieron un ídolo de Jesús y lo exhiben en compañía de otros ídolos en el panteón sus templos.
Tratan los redimidos por la sangre de Cristo, de ayudarlos, mostrando la locura idolátrica de su religión, por medio de las Escrituras, y se los echa uno de enemigos, pues exigen que se les respete su fe, su santuario, sus terafines, sus confesionarios y todas las prácticas que los alejan de la preeminencia de Cristo y de la Doctrina apostólica.
Toca continuar orando por estas almas extraviadas de la sincera fidelidad a Cristo.