A mediados del siglo XIX, supuestamente Dios hizo un llamado a Bahá’u’lláh para que llevara una nueva Revelación a la humanidad. Durante cuatro décadas fluyeron de Su pluma miles de versos, cartas y libros. En Sus Escritos, esbozó el marco para el desarrollo de una civilización mundial que considera la dimensión espiritual así como la material de la vida humana.
Bahá’u’lláh sufrió 40 años de encarcelamiento, tortura y exilio por haber traído el más reciente Mensaje de Dios a la humanidad. Hoy Su vida y misión son cada vez más conocidas en todo el planeta. Millones de personas están aprendiendo a aplicar Sus enseñanzas en sus vidas y en sus comunidades para el mejoramiento del mundo.«Jamás he ambicionado mando terrenal. Mi único propósito ha sido entregar a los hombres lo que Dios me ordenó darles.»
— Bahá’u’lláh
Primero, declaró que era el mensajero de Dios por los próximos mil años, teniendo la misma autoridad divina, el mismo Espíritu Santo, el mismo poder divino, que Moisés, Cristo, Muhammad, y los otros fundadores de las principales religiones del mundo.
Bahá’u’lláh declaró que él era el mesías mundial prometido que se predijo en todas las profecías, en todos los libros sagrados, de todas las religiones del mundo – el que se prometió que vendría en el Día del Juicio Final, el Día de Dios, el Tiempo del Fin, el Fin del Mundo, para establecer el reino de Dios en la Tierra.
Si lo que dice es cierto ha ocurrido un acontecimiento trascendental en la historia de la humanidad: la llegada de un prometido que unirá a la raza humana y establecerá el tan esperado reino de Dios en la Tierra.