Ecumenismo Católico. Una perspectiva desde la Teología de la Liberación...

11 Diciembre 2001
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Quisiera aportar al foro una (cosmo)visión que quizás no es demasiado conocida en círculos protestantes: la teología de la liberación. Para empezar, será bueno hablar de ecumenismo. Lo que sigue es de Leonardo Boff, de un artículos suyo títulado "¿Quién subvierte el Concilio?:

"Dejando la polémica, importa ahora sugerir algunos puntos, derivados del Vaticano II mismo, que puedan fundamentar un ecumenismo católico menos arrogante y más dialogal. Antes, sin embargo, cabe evocar algunas consideraciones de orden teológico-pastoral.
Se dice -y la Dominus Iesus lo subraya fuertemente, que la Iglesia es enviada a anunciar el evangelio al mundo, según el mandato del Señor. Sin embargo, observando la producción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en esta última Declaración y en tantas otras, se nota una ausencia clamorosa de conocimiento del mundo actual, con sus oportunidades y sus riesgos. Y cuando se ofrece alguna perspectiva, es casi siempre pesimista, típica de instituciones en crisis de fe y de esperanza. Todo está fundamentalmente vuelto hacia adentro, construyendo la Iglesia como un bastión que se preserva y que se basta a sí mismo. Con esa actitud solipsista no se evangeliza y no se va ad gentes.
O las Iglesias -sobre todo la católica- se abren a la nueva fase de la humanidad, la planetaria, o se condenan a ser un subproducto de la cultura occidental. Aquí debemos asumir como virtud lo que el Card. J. Ratzinger consideraba vicio a ser duramente combatido: el relativismo eclesiológico.
Debemos ser doblemente relativistas. Primeramente debemos relativizar la expresión occidental de la Iglesia de Cristo, romana más específicamente. En su comprensión del poder y en la forma como lo organiza y lo distribuye, se nota la mentalidad romana, centralizadora y autoritaria, muy diversa de la evangélica. Si el cristianismo se hubiese encarnado, por ejemplo, en la gran cultura tupí-guaraní, cultura común de millones de indígenas, otro habría sido el sentido del poder. Para este pueblo, el cacique se caracteriza por la generosidad, por el servicio incondicional a los otros y por la donación de todo lo que posee. En algunas tribus se puede reconocer el jefe en la persona de aquel que posee menos que los otros y que lleva ornamentos más pobres y hasta miserables, pues todo lo donó (cf.Clastres, P., Echanges et pouvoir: philosophie de la chefferie indienne, en L’homme, Paris l965, 51-57). Si el cristianismo, en vez de haberse encarnado en la cultura romana con su legalismo y con su centralización, se hubiese encarnado en la cultura política tupí-guraní, tendríamos entonces sacerdotes pobres, obispos miserables y el papa… un verdadero mendigo. Entonces sí, podrían ser testigos de Aquel que dijo: "estoy entre vosotros como quien sirve” (Lc 22,27), y quien quiera ser el primero que sea el último" (Mc 9,35b). Y la misión no habría sido dominación religiosa aliada a la dominación política; los cristianos no serían cómplices y partícipes del genocidio de los pueblos originarios de América Latina y de otras partes. Tendríamos, seguramente, una Iglesia mejor, más sensible, más participativa, más servicial, mas integrada, más ecológica y más espiritual que la romano católica.
La catolicidad del cristianismo y de todas las Iglesias pasa por la capacidad de relativización de su encarnación occidental y de apertura a nuevas posibilidades de encarnación, posibles evangélicamente. Pasa también por la capacidad de mantener comunión con todas las encarnaciones, pues todas ellas traducen, bien o mal, el evangelio para el mundo, hoy globalizado.
Liberada de su matriz occidental, la Iglesia católica romana se daría cuenta del ridículo arrogante de las tesis sustentadas por la Dominus Iesus. Su lado occidental hace que tenga una visión capitalística y concentradora de la herencia de Jesús y, al mismo tiempo, una perspectiva imperialista de la misión, como conquista de pueblos y culturas para los cuadros de la eclesialidad romano-occidental.
En segundo lugar, importa relativizar positivamente la eclesiología, es decir: mantener todas las Iglesias y Comunidades eclesiales relacionadas unas con otras, pues son expresiones de la misma Iglesia de Cristo. En vez de que una descalifique a la otra, o de disputar si merece o no el atributo de Iglesia, debería regirnos la pericóresis entre ellas (inter-retro-relacionamiento de todos con todos), a semejanza de aquella que se da entre las divinas Personas de la Santísima Trinidad.
En una perspectiva de globalización, importa ver el cristianismo más como el Movimiento de Jesús en el mundo que como una institución con características pesadas en función de viejas tradiciones, sobrecargada de reflexión y con marcas de los conflictos religioso-políticos que caracterizaron la historia cristiana en Occidente.

Hechas estas observaciones, elenquemos, sumariamente, algunos puntos doctrinales, inspirados por el Vaticano II, capaces de fundar otro tipo de ecumenismo católico.
En primer lugar, hay que anclar la unidad de la iglesia en el ministerio trinitario y no en una metafísica clásica y neoescolástica, como hace el Card. J. Ratzinger. En el Decreto sobre el Ecumenismo se dice claramente: "De este misterio (de la unidad de la Iglesia) es modelo supremo y principio la unidad de un Dios en la Trinidad de personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo" (nº 2). En la Trinidad hay diversidad de Personas, una no es la otra; no hay ninguna jerarquía entre ellas, pues ninguna Persona está encima o debajo de la otra (al contrario que en la Iglesia católica); y, con todo, rige una profunda unidad que nace de la pericóresis, a saber, del entrelazamiento de todas las divinas Personas entre sí, todas acogiéndose en su diversidad y todas autoentregándose totalmente. La esencia de la pericóresis es el amor. Bien decía san Bernardo: "en la Santísima Trinidad, ¿qué es lo que conserva aquella suprema e inefable unidad, sino el amor? El amor constituye la Trinidad en la unidad y, de cierta forma, unifica las Personas en el vínculo de la paz. El amor engendra amor. Esta es la ley eterna y universal, ley que crea todo y todo lo gobierna" (Liber de diligendo Deo, c. 12, nº 35: PL 192, 996 B). Esa unidad es "modelo supremo" para la unidad de la Iglesia y entre las Iglesias. Son diversas, pero todas uni-ficadas en la misma relación de aceptación mutua y de mutuo amor.
En segundo lugar, la Iglesia ha de ser entendida como communio, tema importante en el Vaticano II y en toda la eclesiología posconciliar (especialmente el Sínodo de 1985), llamada con razón eclesiología de comunión. La primera epístola de San Juan nos ofrece el sentido radicalmente teológico de la comunión: "aquello que vimos y oímos, nosotros os lo anunciamos para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1Jn 1,3). Nuevamente la comunión se realiza en diversidad de las Personas que se unen por los lazos de vida y de amor. Juan Pablo II, delante de todos los obispos latinoamericanos, hizo una declaración de las más bellas de su Magisterio: "Nuestro Dios en su misterio más íntimo no es soledad, sino una familia, pues lleva en sí mismo la paternidad, la filiación y la esencia de al familia que es el amor, el Espíritu Santo" (Documentos de Puebla, 28/1/1979, Ed. Vozes, Petrópolis 1979, 46). Familia expresa aquí la communio. Es la comunión entre todas las Iglesias la que hace de ella la única Iglesia de Cristo. La Iglesia universal no es otra cosa que la comunión de las Iglesias particulares, "en la cuales a partir de las cuales existe (exsistit) la Iglesia católica una e única", como dice con pertinencia la Lumen Gentium (nº 23a). Esta comprensión comunional evita la crítica hecha por la Declaración Mysterium Ecclesiae, según la cual la Iglesia universal sería el conjunto o la suma (summa) de las Iglesias. Por la comunión no se suman las Iglesias, sino que se reconoce la comunión real entre ellas, con mayor o menor densidad, pero todas ellas con carácter eclesial.
En tercer lugar, cabe resaltar la importancia de que se entienda la Iglesia-Pueblo-de-Dios, considerada por el Card. J. Ratzinger en su conferencia sobre la naturaleza de la Iglesia como "tema impropio", "porque se presta menos a describir la estructura jerárquica de la comunidad eclesial" (cf Il Regno, op. cit., 233b-234a). Ahora bien, ahí reside el valor de este concepto de Iglesia no captado por el Cardinal. Fué por eso precisamente por lo que en la Lumen Gentium fue antepuesto al capítulo sobre la Estructura Jerárquica de la Iglesia (en las fases anteriores el orden era el contrario). Antes de haber jerarquía, hay el pueblo de Dios sin estas diferenciaciones internas.
Además este concepto muestra mejor la Iglesia universal como peregrinación y movimiento de todos los que siguen a Jesús, y por tanto de todas las Iglesias, antes de que haya dentro de ellas distinciones de ministerios, servicios y carismas. Estos no son facciones sino funciones de servicio y de animación de toda la comunidad. El conjunto orgánico de todas las Iglesias y comunidades eclesiales -conjunto estructurado por relaciones de comunión y de servicio al mundo- constituye fundamentalmente el Pueblo de Dios en marcha. Eso está bien expresado por el término bíblico y profundamente teológico de "Pueblo de Dios", lógicamente incómodo a las construcciones reduccionistas del Card. J. Ratzinger.
En cuarto lugar es decisiva la misión para que se entienda la naturaleza de la Iglesia de Cristo. Esta no existe para sí. No es a ella a la que Dios ama en primer lugar, sino al mundo, pues a él envió a su Hijo (Jn 3, 16). Frente al mundo, ella tiene una estructura sacramental" es señal e instrumento, portanto, es de Cristo para el mundo. Debe apuntar hacia Cristo, y no sustituirlo. Debe por un lado afirmarse, porque mediante ella la herencia e Jesús se mantiene viva en la historia. Pero, por otro, debe simultáneamente negarse para que Cristo aparezca y gane centralidad. La Iglesia posee solamente centralidad en la medida en que está en Cristo y en el Espíritu y no fundada en sí misma. Es a partir de la misión como ella entiende que pertenece al orden de los medios, como sacramento y señal que ya anticipa y hace presente la salvación, pero que es llamada a desaparecer para dar lugar a los Pueblos de Dios en el Reino definitivo (cf Apoc 21, 3).
Por fin, en función de su misión en el mundo, hoy globalizado, la Iglesia se da a sí misma las estructuras y servicios que le parecen adecuados para cumplir su misión. Importa imitar el comportamiento de las comunidades eclesiales de los primeros tiempos, que supieron traducir el mensaje de Jesús par aun tiempo posterior, cuanto ya no se esperaba la parusía, y asumieron formas de organización tomadas del medio circundante pero que les eran funcionales.

Conforme a las principales investigaciones tanto católicas como ecuménicas, se puede decir con seguridad que la Iglesia, en lo que concierne a su lado institucional, no puede ser deducida, directamente, del Nuevo Testamento. Este no conoce la estructura obispo-presbítero-diácono, presentada como un fetiche intocable por los documentos oficiales. Tal estructuración es testimoniada solamente a partir de San Ignacio de Antioquía, en la tercera generación apostólica. Y al decidir, las comunidades eclesiales originarias se inspiraban más en el Espíritu presente (cf Hech 15, 28) y en el Señor resucitado que en las referencias del pasado. Hoy, la Iglesia se confronta con la osadía de mirar hacia delante, pues frente a una situación absolutamente inédita, la emergencia de una única sociedad mundial, debe, en el Espíritu, tomar decisiones, cargadas de consecuencias para el futuro del Evangelio en el mundo. Como decía el viejo maestro Karl Rahner, la Iglesia debe ser atrevida, en la fuerza del Resucitado y de su Espíritu, hasta el punto en que ir más allá sería herejía o traición. Y se puede permitir tal osadía porque se siente divinamente acompañada. Sólo de esta forma se coloca a la altura de los desafíos mundiales. El desafío vale no sólo para esta o aquella Iglesia, sino para la totalidad del Cristianismo como Movimiento de Jesús que debe articularse con otros movimientos espirituales que también ofrecen su mensaje a la humanidad. Todos juntos son corresponsables para que lo Supremo que habita el ser humano no sea sofocado ni erradicado de la faz de la Tierra: la presencia de Dios en el corazón del universo, en el centro mismo de la historia y en la profundidad del ser humano.
El ecumenismo no apunta solamente a la paz entre las Iglesias y religiones por el mutuo reconocimiento en el amor y en la cordialidad, sino, principalmente, a la paz entre las tribus e la Tierra y la paz perenne con la Tierra misma, Magna Mater y Gaia. Sin esa paz, podremos sufrir el destino de los dinosaurios. El eje de la cuestión no es ya quién es Iglesia de Cristo y quién no lo es... ni cuál es el futuro del cristianismo, o de la civilización occidental que sirvió de nicho encarnatorio para las principales Iglesias. La nueva centralidad se encuentra en eso:¿En qué medida la herencia de Jesús, la Iglesia católica, con toda su pretensión de exclusividad, y las demás Iglesias y Comunidades cristianas ayudan a garantizar un futuro de vida y de esperanza para la Tierra y la Humanidad? En esta vez no hay un arca de Noé que salve a algunos y deje perecer a los otros. O nos salvamos todos o nos perdemos todos, con o sin elementos eclesiales. Para eso debe servir el ecumenismo.
Ante la crisis de la Tierra y de la Humanidad, es diversionismo irresponsable hablar de subsistit in o de est, de "subsistencia" o de "ganar forma concreta". El Titanic se está hundiendo para todos, y algunos alienados, alegremente, todavía insisten en ocuparse de tales cuestiones. Bien nos advirtió el Señor: "Cuando veis levantarse una nube en el poniente, enseguida decís: va a llover. Y así ocurre. Cuando sentís soplar el viento sur, decís: va a hacer calor. Y así sucede... Hipócritas, sabéis juzgar los fenómenos de la tierra y del cielo; entonces, ¿cómo no sabéis juzgar el momento presente? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?" (Lc 24, 54-57). "


Es un poco largo, pero espero que os haya merecido la pena. Espero vuestras aportaciones.


Paz y Bien.
 
Interesante artículo el de Leonardo Boff. Lo que voy a añadir al respecto. mas que un intento de polemizar es de reflexión.

Inicialmente el cristianismo no se encarnó en la cultura romana, sino no en la creco-judaica. Del judaísmo adquiere un fuerte aporte del concepto ley. Aquello que es o no es justo conforme al pensar de Dios. De lo griegos la cultura. Para los griegos su imperio era una especie de exportación de su cultura a todos aquellos pueblos que conquistaron. Precisamente los pueblos más pro cultura griega fueron los de la Mesopotamia en tiempos del imperio romano. Mucho mas que los de la Grecia originaria.

Si observamos la diferencia entre las iglesias ortodoxas y la romana nos damos cuenta que solo en el occidente de Europa (salvo Polonia) tienen una estructura conformada a la del Imperio Romano. Las ortodoxas, en cambio, su estructura eclesiastica es Patriarcal y quien es considerado el Primado lo es como "primero entre iguales". Para ellos lo importante es la vinculación "doctrinal" (cultura) para los otros lo importante es la cabeza, concepto romano (En la Roma republicana, quien presidia el Senado o Pontifex Máximus. Para la Imperial el Cesar que accedia por herencia a la Presidencia del Senado y consecuentemente a Pontífex Maximus)

En la Reforma se vuelve al concepto griego de lo doctrial junto al concepto de justicia conforme a la ley natural revelado por Dios. De aquí que hay un fuerte ecumenismo entre iglesias y denominaciones. Este ecumenismo no lo puede entender la iglesia romana porque parte de algo completamente distinto y aún menos un Ratzinguer que procede de una cultura de clan (los clanes alemanes, y por ello el cardenal es mas papista que el papa) cuyo Jefe tiene el poder absoluto y él es quien hace la ley. De aquí la perfecta simbiosis que se realizó con el Imperio germano-romano.
Un intento de cambiar estos conceptos fué precisamente lo que hizo el Concilio de Constanza al ser el concilio quien nombró al papa Martin V. Pero dicho concepto estaba demasiado arraigado y fracasó con el concilio de Florencia Ferrara.
La Reforma lo ha ido imponiendo lentamente a pesar de que de vez en cuando vuelve a aparecer con una fuerte virulencia como, por ejemplo, en la Alemania de Hitler con su Jefe indiscutible el cual se erige en la ley. Observese a aquellos que fueron juzgados por "crimenes contra la humanidad y de guerra" que la única defensa que alegaron fué la de debida obediencia al Jefe de todos los clanes. Este concepto no fué entendido por los juzgadores y los juzgados jamás entendieron el porque no lo admitían los juzgadores. Lo mismo ocurrió en Japon que tambien es una sociedad de clan.

No obstante tampoco ha desaparecido en el ámbito protestante y muchos misioneros a causa de ello no supieron separar cristianismo y sus culturas de procedencia causando desazón entre aquellos que aceptaron el mensaje de Cristo. Para verlo solo hay que hacer un repaso histórico de los resultados de las misiones protestantes en las islas del pacífico.

La católica, en la America Latina, con su concepto de jerarquización ha sido fatal. El jerarca, ya sea politico, eclesiastico o económico es el que dicta la ley en cuanto que su jerarquización lo es por "la gracia de Dios". Los pueblos bajo estos conceptos no pueden progresar y de aquí que siempre están fluctuando entre la dictadura y la anarquía.
Aquí es donde acierta Leonardo Boff sobre el concepto de Jerarquía entre los pueblos geuinamente indígenes de America Latina.
Bendiciones, ermitaño.
 
Ermitaño:
Quisiera aportar al foro una (cosmo)visión que quizás no es demasiado conocida en círculos protestantes: la teología de la liberación

Luis:
Je, ya verás la ilusión que crea entre muchos protestantes la teología de la liberación. Vete agarrando que vienen curvas

Ermitaño:
Para empezar, será bueno hablar de ecumenismo

Luis:
Alguno de ellos ya debe de estar cruzando los dedos, :cool:


Ermitaño:
Lo que sigue es de Leonardo Boff, de un artículos suyo títulado "¿Quién subvierte el Concilio?

Luis:
Eso, ¡¡GRAN PREGUNTA!!


Boff:
"Dejando la polémica, importa ahora sugerir algunos puntos, derivados del Vaticano II mismo, que puedan fundamentar un ecumenismo católico menos arrogante y más dialogal. Antes, sin embargo, cabe evocar algunas consideraciones de orden teológico-pastoral.

Luis:
¿Utilizará los textos del Vaticano II o se limitará a argumentar que el concilio enseñó tal o cual cosa cuando no hay nada en los documentos conciliares que apoye sus palabras?
Lo pregunto porque me he dado cuenta que los "católicos" liberales-progresistas suelen mantralizar "Vaticano II.... Vaticano II" sin hacer referencia a ni un solo texto del Vaticano II.
Veamos sus consideraciones teológicas-pastorales

Boff:
Se dice -y la Dominus Iesus lo subraya fuertemente, que la Iglesia es enviada a anunciar el evangelio al mundo, según el mandato del Señor. Sin embargo, observando la producción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en esta última Declaración y en tantas otras, se nota una ausencia clamorosa de conocimiento del mundo actual, con sus oportunidades y sus riesgos.

Luis:
A ver, que nos razone Boff porqué la SCDF adolece de una ausencia clamorosa de conocimiento del mundo actual, cuando resulta que su jefe, Ratzinger, está reconocido por los sociólogos como el cardenal católico que más sabe sobre sociología moderna, habiendo escrito libros enteros en esa línea.
Que una cosa es que a Boff no le guste las teorías de Ratzinger y otra el que le acuse de no tener teorías por desconocimiento de la realidad


Boff:
Y cuando se ofrece alguna perspectiva, es casi siempre pesimista, típica de instituciones en crisis de fe y de esperanza. Todo está fundamentalmente vuelto hacia adentro, construyendo la Iglesia como un bastión que se preserva y que se basta a sí mismo. Con esa actitud solipsista no se evangeliza y no se va ad gentes.

Luis:
Bien, en cuanto que la Iglesia es un bastión que se preserva y se basta a sí mismo, sólo hay que acudir a la Biblia para entender que efectivamente es así.
La Iglesia es, entre otras cosas, la columna y baluarte de la verdad (1ª Tim 3,15) y la plenitud del Aquél que todo lo llena en todo (Ef 1,22-23)
Desde el reconocimiento de su realidad la Iglesia puede ejercer mucho mejor su labor. Y como bien dice la Declaración Dominus Iesus (DI): "La misión universal de la Iglesia nace del mandato de Jesucristo y se cumple en el curso de los siglos en la proclamación del misterio de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y del misterio de la encarnación del Hijo, como evento de salvación para toda la humanidad"


Boff:
O las Iglesias -sobre todo la católica- se abren a la nueva fase de la humanidad, la planetaria, o se condenan a ser un subproducto de la cultura occidental. Aquí debemos asumir como virtud lo que el Card. J. Ratzinger consideraba vicio a ser duramente combatido: el relativismo eclesiológico.


Luis:
O sea, que el relativismo, según Boff, es una virtud en vez de un vicio.
Claro, a Boff no le gusta el siguiente párrafo de la DI:
El perenne anuncio misionero de la Iglesia es puesto hoy en peligro por teorías de tipo relativistas, que tratan de justificar el pluralismo religioso, no sólo de facto sino también de iure (o de principio). En consecuencia, se retienen superadas, por ejemplo, verdades tales como el carácter definitivo y completo de la revelación de Jesucristo, la naturaleza de la fe cristiana con respecto a la creencia en las otra religiones, el carácter inspirado de los libros de la Sagrada Escritura, la unidad personal entre el Verbo eterno y Jesús de Nazaret, la unidad entre la economía del Verbo encarnado y del Espíritu Santo, la unicidad y la universalidad salvífica del misterio de Jesucristo, la mediación salvífica universal de la Iglesia, la inseparabilidad —aun en la distinción— entre el Reino de Dios, el Reino de Cristo y la Iglesia, la subsistencia en la Iglesia católica de la única Iglesia de Cristo.

Pero de ese párrafo, todos los protestantes evangélicos están de acuerdo con la totalidad a excepción de la última frase. Alguno dirá que cuando Boff llama virtud al relativismo eclesial, no está sino negando precisamente esa última frase y sólo esa. Pero una vez que uno abre la puerta al relativismo eclesial, ¿qué le impide abrirla al relativismo teológico que enseña que también la mediación universal de Cristo es relativa o que el cristianismo entero, no sólo el católico, es relativo? Para conocimiento de todos, diré que Boff ya ha abierto esas otras puertas


Boff:
Debemos ser doblemente relativistas. Primeramente debemos relativizar la expresión occidental de la Iglesia de Cristo, romana más específicamente. En su comprensión del poder y en la forma como lo organiza y lo distribuye, se nota la mentalidad romana, centralizadora y autoritaria, muy diversa de la evangélica. Si el cristianismo se hubiese encarnado, por ejemplo, en la gran cultura tupí-guaraní, cultura común de millones de indígenas, otro habría sido el sentido del poder. Para este pueblo, el cacique se caracteriza por la generosidad, por el servicio incondicional a los otros y por la donación de todo lo que posee. En algunas tribus se puede reconocer el jefe en la persona de aquel que posee menos que los otros y que lleva ornamentos más pobres y hasta miserables, pues todo lo donó (cf.Clastres, P., Echanges et pouvoir: philosophie de la chefferie indienne, en L’homme, Paris l965, 51-57).

Luis:
¿Vais comprendiendo?
Cristo se equivocó. No debió nacer en tiempos del Imperio Romano. No debió abrir la oportunidad a la conversión de los gentiles siendo estos, en su inmensa mayoría, herederos a la vez de la cultura religiosa judaica y de la cultura greco-latina.
Y, sin duda, fue un error celebrar un concilio "centralista" en Jerusalén para decidir sobre un tema tan importante como es la relación entre fe, salvación y Ley mosaica, de manera que las decisiones de ese concilio tuvieran autoridad sobre el resto de la Iglesia. Y no digamos nada de las pretensiones de un apóstol como Pablo, que pedía obediencia a sus indicaciones, las cuales equiparaba a mandamientos de Dios (1ª Cor 14,37)
No, Cristo debió de haber nacido en América, en medio de alguna tribu tupi-guaraní, con sus chamanes, su poligamia total permitida sólo a los jefes de tribu y los jefes religiosos, con sus ceremonias de inciación en la que se beben pociones que te "ponen" más que dos rayas de cocaína. Y, por supuesto, con su antropofagia. Esta es una descripción de lo que hacían esos insignes muchachotes y muchachotes guaraníes con los prisioneros de guerra:
"Creían que al tragarse a su enemigo conseguían su fuerza, el poder de su alma y su vida reforzando así los poderes propios. El prisionero recibía un tratamiento especial antes de ser sacrificado. Era tenido como invitado de honor, incluso el captor podía darle una de sus hijas como esposa, adornos, buena ropa. Se lo llenaba de honores para que muriera en su plenitud y así el que lo ingiriera se llenaría de su fuerza. El día del sacrificio era llevado a la plaza por las mujeres y se le entregaba un garrote para que pelee. El ejecutor lo mataba de una mazazo, lo descuartizaban y lo asaban a la parilla. La carne se repartía entre los asistentes y el cráneo se clavaba en la empalizada que rodeaba la aldea."
Lo mismo es que Ñanderú, su dios al que llaman "Nuestro Gran Padre", les indicó que debían hacer esas cosas.
Pues sí, según Boff, Cristo debió de haber nacido entre esas tribus. De esa manera, en vez de haber sido crucificado, habría sido parte del desayuno-comida-merienda-cena de un día cualquiera.
Todo sea en favor del relativismo, señores


Boff:
Si el cristianismo, en vez de haberse encarnado en la cultura romana con su legalismo y con su centralización, se hubiese encarnado en la cultura política tupí-guraní, tendríamos entonces sacerdotes pobres, obispos miserables y el papa… un verdadero mendigo

Luis:
En vez de hogueras sólo para quemar herejes, habríamos tenido hogueras para preparar y servir platos tipo "hereje al ast", "fritura de herejes", "Criadillas asadas de hereje anabaptista", "luteranitos asados", "costillas fritas de iluminados", "Tomasmoro roastbeef", etc
Vamos, una delicia.
Eso sí, los sacerdotes, obispos y Papa todos pobretones. Al fin y al cabo les tocaría ser sólo los cocineros de semejantes festines.

La obsesión por la pobreza, como si por sí sola fuera una virtud, no suele ser buena


Boff:
Entonces sí, podrían ser testigos de Aquel que dijo: "estoy entre vosotros como quien sirve” (Lc 22,27), y quien quiera ser el primero que sea el último" (Mc 9,35b).

Luis:
En todo caso podrían haber sido testigos de algún otro que hubiera dicho "estoy entre vosotros como el cerdo que espera la matanza para ser devorado o el pavo antes de Navidad" (¿Karaí, 3,2?) y "quien sea el último en probar bocado, se comerá la peor parte" (¿Jakaira 7,5?)


Boff:
Y la misión no habría sido dominación religiosa aliada a la dominación política; los cristianos no serían cómplices y partícipes del genocidio de los pueblos originarios de América Latina y de otras partes.

Luis:
¿Era mejor haberles dejado que siguieran comiéndose unos a otros?
Podríamos preguntarles a los pueblos indígenes que estaban esclavizados por los incas qué les pareció la llegada de los europeos. Pero no, lo políticamente correcto es considerar todo bajo un prisma negativo


Boff:
Tendríamos, seguramente, una Iglesia mejor, más sensible, más participativa, más servicial, mas integrada, más ecológica y más espiritual que la romano católica.

Luis:
Y sin duda más rica gastronómicamente hablando. De haber sabido Hitler las bondades de la cultura guaraní, los campos de concentración con sus hornos crematorios se habrían convertido en auténticos restaurantes de cinco tenedores. Y Lenin habría aplacado el hambre de su pueblo dándoles de comer "congelados de carne de deportados a Siberia"


Boff:
La catolicidad del cristianismo y de todas las Iglesias pasa por la capacidad de relativización de su encarnación occidental y de apertura a nuevas posibilidades de encarnación, posibles evangélicamente. Pasa también por la capacidad de mantener comunión con todas las encarnaciones, pues todas ellas traducen, bien o mal, el evangelio para el mundo, hoy globalizado.

Luis:
Ahí lo tienen. Todas las encarnaciones valen. El cristianismo tal y como lo entendemos, tal y como nos ha sido transmitido de generación en generación, no vale para evangelizar.


Boff:
Liberada de su matriz occidental, la Iglesia católica romana se daría cuenta del ridículo arrogante de las tesis sustentadas por la Dominus Iesus. Su lado occidental hace que tenga una visión capitalística y concentradora de la herencia de Jesús y, al mismo tiempo, una perspectiva imperialista de la misión, como conquista de pueblos y culturas para los cuadros de la eclesialidad romano-occidental.

Luis:
Lo ideal es encontrar una Iglesia que en vez de ser, hipotéticamente capitalista, sea en realidad marxista. Que en vez de conquistar a pueblos enteros para el Reino de Dios, se limite a llevarlas un evangelio a la medida. La desgracia, para las tesis de Boff, es que eso ya se ha hecho en más de una ocasión. Ese sincretismo ha jugado muy malas pasadas al catolicismo dando como fruto regiones enteras donde el verdadero cristianismo se mezclaba con el paganismo más rampante. A una cultura pagana, o se la vence con los conceptos doctrinales y ético-morales del evangelio, o se pierden dichos conceptos en medio del marasmo pagano. El afán evangelizador de muchos misioneros católicos, muy digno de elogio, les llevó a aceptar cosas que no deberían haber aceptado, como es el simple cambio de nombre entre una deidad indígena por un santo o virgen católicos. Eso ha ocurrido y Boff lo sabe. Pero Boff propone que ese es el camino a seguir nada más que profundizando mucho más en sus errores. Por eso Boff se enfada con los protestantes evangélicos que pretenden evangelizar a los indígenes que quedan librándoles de lo peor de su cultura religiosa. Cuando Boff ataca al catolicismo de toda la vida, que ha sido mucho más permisivo con la realidad socio-religiosa de los pueblos que ha evangelizado, ¿piensan los evangélicos que no se ensañará con ellos por ir mucho más lejos que el catolicismo en sus métodos de evangelizar? ¿o es que alguien piensa que Boff prefiere los métodos usados por los protestantes con los indígenes de Norteamérica a los usados por los católicos al sur del Río Grande?

Boff:
En segundo lugar, importa relativizar positivamente la eclesiología, es decir: mantener todas las Iglesias y Comunidades eclesiales relacionadas unas con otras, pues son expresiones de la misma Iglesia de Cristo. En vez de que una descalifique a la otra, o de disputar si merece o no el atributo de Iglesia, debería regirnos la pericóresis entre ellas (inter-retro-relacionamiento de todos con todos), a semejanza de aquella que se da entre las divinas Personas de la Santísima Trinidad.

Luis:
Pero es que, para desgracia de Boff, el Vaticano II al que tanto gusta de referirse como signo de bondad para sus tesis, afirma lo siguiente en la Lumen Gentium:
Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica, la que nuestro Salvador entregó después de su resurrección a Pedro para que la apacentara (Jn., 24,17), confiándole a él y a los demás apóstoles su difusión y gobierno (cf. Mt., 28,18), y la erigió para siempre como "columna y fundamento de la verdad" (1Tim., 3,15). Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, permanece en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, aunque pueden encontrarse fuera de ella muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, inducen hacia la unidad católica.

Y eso, al mismo tiempo, no es incompatible, por mucho que diga Boff, con lo siguiente que también de afirma en dicho documento:
Así, pues, de todas las gentes de la tierra se compone el Pueblo de Dios, porque de todas recibe sus ciudadanos, que lo son de un reino, por cierto no terreno, sino celestial. Pues todos los fieles esparcidos por la haz de la tierra comunican en el Espíritu Santo con los demás, y así "el que habita en Roma sabe que los indios son también sus miembros". Pero como el Reino de Cristo no es de este mundo (cf. Jn., 18,36), la Iglesia, o Pueblo de Dios, introduciendo este Reino no arrebata a ningún pueblo ningún bien temporal, sino al contrario, todas las facultades, riquezas y costumbres que revelan la idiosincrasia de cada pueblo, en lo que tienen de bueno (nota mía: se excluye lo que tienen de malo, que no suele ser poco), las favorece y asume; pero al recibirlas las purifica, las fortalece y las eleva. Pues sabe muy bien que debe asociarse a aquel Rey, a quien fueron dadas en heredad todas las naciones (cf. Sal., 2,8) y a cuya ciudad llevan dones y obsequios (cf. Sal., 71 [72], 10; Is., 60,4-7; Ap., 21,24). Este carácter de universalidad, que distingue al Pueblo de Dios, es un don del mismo Señor por el que la Iglesia católica tiende eficaz y constantemente a recapitular la Humanidad entera con todos sus bienes, bajo Cristo como Cabeza en la unidad de su Espíritu.

Ni con esto:
La Iglesia se siente unida por varios vínculos con todos lo que se honran con el nombre de cristianos, por estar bautizados, aunque no profesan íntegramente la fe (nota mía: como Boff y ermitaño), o no conservan la unidad de comunión bajo el Sucesor de Pedro. Pues conservan la Sagrada Escritura como norma de fe y de vida, y manifiestan celo apostólico, creen con amor en Dios Padre todopoderoso, y en el hijo de Dios Salvador, están marcados con el bautismo, con el que se unen a Cristo, e incluso reconocen y reciben en sus propias Iglesias (nota mía: Ortodoxos) o comunidades eclesiales (nota mía: protestantes) otros sacramentos. Muchos de ellos tienen episcopado, celebran la sagrada Eucaristía (nota mía: sólo ortodoxos) y fomentan la piedad hacia la Virgen Madre de Dios (nota mía: sólo ortodoxos). Hay que contar también la comunión de oraciones y de otros beneficios espirituales; más aún, cierta unión en el Espíritu Santo, puesto que también obra en ellos su virtud santificante por medio de dones y de gracias, y a algunos de ellos les dio la fortaleza del martirio. De esta forma el Espíritu promueve en todos los discípulos de Cristo el deseo y la colaboración para que todos se unan en paz en un rebaño y bajo un solo Pastor, como Cristo determinó. Para cuya consecución la madre Iglesia no cesa de orar, de esperar y de trabajar, y exhorta a todos sus hijos a la santificación y renovación para que la señal de Cristo resplandezca con mayores claridades sobre el rostro de la Iglesia.


Boff:
En una perspectiva de globalización, importa ver el cristianismo más como el Movimiento de Jesús en el mundo que como una institución con características pesadas en función de viejas tradiciones, sobrecargada de reflexión y con marcas de los conflictos religioso-políticos que caracterizaron la historia cristiana en Occidente.

Luis:
Eso de Movimiento de Jesús me suena a ONG. Y cada vez que oigo a Boff hablar de globalización, no puedo dejar de pensar en el G-7 y la globalización que nos quieren vender desde las más altas instancias políticas. Precisamente ese tipo de globalización contra el que Ratzinger ha escrito muy duramente


Continuará......
 
A Manuel Corona: gracias, amigo. Estoy de acuerdo contigo en tu última frase: "Parece imposible, pero todo es de Dios". A partir de este pensamiento deberíamos reflexionar todos, cuál es nuestra posición respecto del Padre. Seguro que hallaríamos que muchas veces actuamos como si no dependiéramos enteramente de su Gracia.



Paz y bien, Manuel.




A Tobi:

Tengo que descubrirme otra vez ante tu vastísima cultura. Acertadísimo el recorrido analítico, breve pero profundo, sobre la influencia cultural en la Iglesia(s).
Por eso quisiera plantearte alguna cuestión:

¿Crees que el Evangelio puede incardinarse en cualquier cultura sin perder su esencia?

¿Consideras que los cristianos debemos denunciar las estructuras antievangélicas de las culturas y sociedades donde vivimos?

Paz y bien, Tobi...
 
Ermitaño:
Quisiera aportar al foro una (cosmo)visión que quizás no es demasiado conocida en círculos protestantes: la teología de la liberación

Luis:
Je, ya verás la ilusión que crea entre muchos protestantes la teología de la liberación. Vete agarrando que vienen curvas

Ermitaño:
Pues hasta ahora buen rollito.

Ermitaño:
Para empezar, será bueno hablar de ecumenismo

Luis:
Alguno de ellos ya debe de estar cruzando los dedos,

Ermitaño:
Igual te sorprendes :cool:.

Ermitaño:
Lo que sigue es de Leonardo Boff, de un artículos suyo títulado "¿Quién subvierte el Concilio?

Luis:
Eso, ¡¡GRAN PREGUNTA!!

Ermitaño:
y, ¿por qué no la contestas?

Paz y bien
 
Estimado Ermitaño:


Te he de confesar algo, soy "alérgica" a la palabra ecumenismo :D , es algo creado por el hombre, y yo creo en el ecumenismo proveniente del Espíritu, o sea lo que la Biblia llama la unidad en el Espíritu


Supongo que es solo cuestión de semántica, porque en esencia estamos hablando de lo mismo ;)



Maripaz
 
Boff:
Se dice -y la Dominus Iesus lo subraya fuertemente, que la Iglesia es enviada a anunciar el evangelio al mundo, según el mandato del Señor. Sin embargo, observando la producción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, en esta última Declaración y en tantas otras, se nota una ausencia clamorosa de conocimiento del mundo actual, con sus oportunidades y sus riesgos.

Luis:
A ver, que nos razone Boff porqué la SCDF adolece de una ausencia clamorosa de conocimiento del mundo actual, cuando resulta que su jefe, Ratzinger, está reconocido por los sociólogos como el cardenal católico que más sabe sobre sociología moderna, habiendo escrito libros enteros en esa línea.
Que una cosa es que a Boff no le guste las teorías de Ratzinger y otra el que le acuse de no tener teorías por desconocimiento de la realidad

Ermitaño:
¿Qué sociólogos? ¿Amando de Miguel y compañía? Sabe que Ratzinger quiso fichar a Leonardo Boff cuando éste estudiaba en Alemania. Pero le salió rana. La CDF, se está cubriendo de gloria poniendo advertencias en libros de editoriales cristianas. Sólo falta que resucite el famoso Índice de Libros prohibidos. Si eso es conocimiento de la realidad, baje Dios y lo vea.

Paz y bien.
 
Originalmente enviado por: Maripaz
Estimado Ermitaño:



Dice Maripaz:
Supongo que es solo cuestión de semántica, porque en esencia estamos hablando de lo mismo ;)

Sí, creo que estamos hablando de lo mismo, pero creo que debemos trabajar para que la religión sea un factor positivo, moralizador, que sirva de ejemplo a los pueblos, que no sea el motivo de guerras. Que nadie arguya que mata en nombre de la única Verdad. ¿Qué opinas?


Paz y bien

:angel:
 
Luis:
Bien, en cuanto que la Iglesia es un bastión que se preserva y se basta a sí mismo, sólo hay que acudir a la Biblia para entender que efectivamente es así.
La Iglesia es, entre otras cosas, la columna y baluarte de la verdad (1ª Tim 3,15) y la plenitud del Aquél que todo lo llena en todo (Ef 1,22-23)
Desde el reconocimiento de su realidad la Iglesia puede ejercer mucho mejor su labor. Y como bien dice la Declaración Dominus Iesus (DI): "La misión universal de la Iglesia nace del mandato de Jesucristo y se cumple en el curso de los siglos en la proclamación del misterio de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y del misterio de la encarnación del Hijo, como evento de salvación para toda la humanidad"

Ermitaño:
Intentando refutar el argumento de Boff: lo reafirmas. Te olvidas siempre que "Aquél" es el que manda. O una de dos: o somos un bastión que nos bastamos a nosotros mismos, o proclamamos el Misterio y salimos FUERA. Por tanto, Cristo tiene la preferencia,y todo debe ser subordinado a esto.
 
Luis:
O sea, que el relativismo, según Boff, es una virtud en vez de un vicio.
Claro, a Boff no le gusta el siguiente párrafo de la DI:
El perenne anuncio misionero de la Iglesia es puesto hoy en peligro por teorías de tipo relativistas, que tratan de justificar el pluralismo religioso, no sólo de facto sino también de iure (o de principio). En consecuencia, se retienen superadas, por ejemplo, verdades tales como el carácter definitivo y completo de la revelación de Jesucristo, la naturaleza de la fe cristiana con respecto a la creencia en las otra religiones, el carácter inspirado de los libros de la Sagrada Escritura, la unidad personal entre el Verbo eterno y Jesús de Nazaret, la unidad entre la economía del Verbo encarnado y del Espíritu Santo, la unicidad y la universalidad salvífica del misterio de Jesucristo, la mediación salvífica universal de la Iglesia, la inseparabilidad —aun en la distinción— entre el Reino de Dios, el Reino de Cristo y la Iglesia, la subsistencia en la Iglesia católica de la única Iglesia de Cristo.

Pero de ese párrafo, todos los protestantes evangélicos están de acuerdo con la totalidad a excepción de la última frase. Alguno dirá que cuando Boff llama virtud al relativismo eclesial, no está sino negando precisamente esa última frase y sólo esa. Pero una vez que uno abre la puerta al relativismo eclesial, ¿qué le impide abrirla al relativismo teológico que enseña que también la mediación universal de Cristo es relativa o que el cristianismo entero, no sólo el católico, es relativo? Para conocimiento de todos, diré que Boff ya ha abierto esas otras puertas

Ermitaño:
Lo que se pone en duda es el vehículo fundamentalmente, y parte del mensaje; v.g.: la subsistencia en la Iglesia católica de la única Iglesia de Cristo. Deja de pensar por los protestantes, y decir lo que deben creer o no. Por que estás cayendo en contradicciones sin cesar y no creo ya que te hagan mucho caso: por un lado les negáis el Reino, y más adelante habláis de elementos de salvación ¿Quién subvierte el Concilio, ahora? Además ya te pasaré la parte del artículo en que se debate la diferencia entre subsistire y esse.
 
Luís:
Para conocimiento de todos, diré que Boff ya ha abierto esas otras puertas

Di lo que quieras, otra cosa es que lo puedas demostrar.:D


Paz y bien.
 
Boff:
Debemos ser doblemente relativistas. Primeramente debemos relativizar la expresión occidental de la Iglesia de Cristo, romana más específicamente. En su comprensión del poder y en la forma como lo organiza y lo distribuye, se nota la mentalidad romana, centralizadora y autoritaria, muy diversa de la evangélica. Si el cristianismo se hubiese encarnado, por ejemplo, en la gran cultura tupí-guaraní, cultura común de millones de indígenas, otro habría sido el sentido del poder. Para este pueblo, el cacique se caracteriza por la generosidad, por el servicio incondicional a los otros y por la donación de todo lo que posee. En algunas tribus se puede reconocer el jefe en la persona de aquel que posee menos que los otros y que lleva ornamentos más pobres y hasta miserables, pues todo lo donó (cf.Clastres, P., Echanges et pouvoir: philosophie de la chefferie indienne, en L’homme, Paris l965, 51-57).

Luis:
¿Vais comprendiendo?
Cristo se equivocó. No debió nacer en tiempos del Imperio Romano. No debió abrir la oportunidad a la conversión de los gentiles siendo estos, en su inmensa mayoría, herederos a la vez de la cultura religiosa judaica y de la cultura greco-latina.
Y, sin duda, fue un error celebrar un concilio "centralista" en Jerusalén para decidir sobre un tema tan importante como es la relación entre fe, salvación y Ley mosaica, de manera que las decisiones de ese concilio tuvieran autoridad sobre el resto de la Iglesia. Y no digamos nada de las pretensiones de un apóstol como Pablo, que pedía obediencia a sus indicaciones, las cuales equiparaba a mandamientos de Dios (1ª Cor 14,37)
No, Cristo debió de haber nacido en América, en medio de alguna tribu tupi-guaraní, con sus chamanes, su poligamia total permitida sólo a los jefes de tribu y los jefes religiosos, con sus ceremonias de inciación en la que se beben pociones que te "ponen" más que dos rayas de cocaína. Y, por supuesto, con su antropofagia. Esta es una descripción de lo que hacían esos insignes muchachotes y muchachotes guaraníes con los prisioneros de guerra:
"Creían que al tragarse a su enemigo conseguían su fuerza, el poder de su alma y su vida reforzando así los poderes propios. El prisionero recibía un tratamiento especial antes de ser sacrificado. Era tenido como invitado de honor, incluso el captor podía darle una de sus hijas como esposa, adornos, buena ropa. Se lo llenaba de honores para que muriera en su plenitud y así el que lo ingiriera se llenaría de su fuerza. El día del sacrificio era llevado a la plaza por las mujeres y se le entregaba un garrote para que pelee. El ejecutor lo mataba de una mazazo, lo descuartizaban y lo asaban a la parilla. La carne se repartía entre los asistentes y el cráneo se clavaba en la empalizada que rodeaba la aldea."
Lo mismo es que Ñanderú, su dios al que llaman "Nuestro Gran Padre", les indicó que debían hacer esas cosas.
Pues sí, según Boff, Cristo debió de haber nacido entre esas tribus. De esa manera, en vez de haber sido crucificado, habría sido parte del desayuno-comida-merienda-cena de un día cualquiera.
Todo sea en favor del relativismo, señores


Ermitaño:
Lo único que está claro es :denfadado , lo demagógico y absurdo que te pones cuando te ves amenazado: sabes perfectamente que Boff se refiere a que el cristianismo ha adoptado muchas estructuras de pecado de las civilizaciones en que se ha desarrollado. Que la civilización occidental no es la más perfecta, y que en todas las culturas hay aspectos positivos. Cuentas cómo, según tú, trataban los guaraníes a sus enemigos: yo prefiero que me coja un guaraní ,que no un dominico en Valladolid en el siglo XVI ¿Pillas por dónde voy? Y prefiero encontrarme con un guaraní colocado con alguna seta alucinógena, que no con un skinhead occidental borracho de cerveza. . Está quedando claro que circunscribes el Reino, no solo a un Iglesia, a una cultura, si no también a una raza.Deberías aprender de Tobi ya que te gusta llamar tanto a los protestantes, a tener una cabeza clara y equilibrada
 
Originalmente enviado por: ermitaño
Originalmente enviado por: Maripaz
Estimado Ermitaño:



Dice Maripaz:
Supongo que es solo cuestión de semántica, porque en esencia estamos hablando de lo mismo ;)

Sí, creo que estamos hablando de lo mismo, pero creo que debemos trabajar para que la religión sea un factor positivo, moralizador, que sirva de ejemplo a los pueblos, que no sea el motivo de guerras. Que nadie arguya que mata en nombre de la única Verdad. ¿Qué opinas?


Paz y bien

:angel:



También siento "aversión" por la palabra religión , no lo puedo evitar. ;)


Hemos de mostrar el fruto del Espíritu en nuestras vidas, pero no con nuestro esfuerzo, sino con la ayuda de la Gracia de Dios


Matar en nombre de la Verdad es una falacia; la Verdad es Cristo y Él no mató, sino que murió y dió Su vida para vencer a la muerte y librarnos del pecado, entre ellos el homicidio.


Creo que estamos más que de acuerdo. :corazon:
 
Boff:
Si el cristianismo, en vez de haberse encarnado en la cultura romana con su legalismo y con su centralización, se hubiese encarnado en la cultura política tupí-guraní, tendríamos entonces sacerdotes pobres, obispos miserables y el papa… un verdadero mendigo

Luis:
En vez de hogueras sólo para quemar herejes, habríamos tenido hogueras para preparar y servir platos tipo "hereje al ast", "fritura de herejes", "Criadillas asadas de hereje anabaptista", "luteranitos asados", "costillas fritas de iluminados", "Tomasmoro roastbeef", etc
Vamos, una delicia.
Eso sí, los sacerdotes, obispos y Papa todos pobretones. Al fin y al cabo les tocaría ser sólo los cocineros de semejantes festines.

La obsesión por la pobreza, como si por sí sola fuera una virtud, no suele ser buena

Ermitaño:
Bueno, si se lo hubiesen comido en Valladolid, POR LO MENOS SU MUERTE HUBIESE SERVIDO PARA ALGO. NO PARA QUEDAR COMO ESCARNIO DE LA IGLESIA.
Pero, según tú, la obsesión por la riqueza sí. Eso es "santificar el trabajo

Boff:
Entonces sí, podrían ser testigos de Aquel que dijo: "estoy entre vosotros como quien sirve” (Lc 22,27), y quien quiera ser el primero que sea el último" (Mc 9,35b).

Luis:
En todo caso podrían haber sido testigos de algún otro que hubiera dicho "estoy entre vosotros como el cerdo que espera la matanza para ser devorado o el pavo antes de Navidad" (¿Karaí, 3,2?) y "quien sea el último en probar bocado, se comerá la peor parte" (¿Jakaira 7,5?)

Ermitaño:
Atiéndeme bien porque te voy a "mantralizar" (bonito palabro) con el Concilio. Ahora va a quedar claro quién subvierte, quién adultera y, lo que es peor, quién se cachondea del Concilio y de la Iglesia en general:

"Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días, se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas (animismo. Esta aclaración es mía) y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también en el reconocimiento de la suma divinidad e incluso del Padre."

"Nostra aetate. Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas, número 2)"

O sea, que la jerarquía que dices defender es más tolerante, humana y abierta que tú. Rezo por que el próximo Papa sea negro como el carbón. O indio. Y que le apeteciera "integriste au vine".


paz y bien.
 
Boff:
Liberada de su matriz occidental, la Iglesia católica romana se daría cuenta del ridículo arrogante de las tesis sustentadas por la Dominus Iesus. Su lado occidental hace que tenga una visión capitalística y concentradora de la herencia de Jesús y, al mismo tiempo, una perspectiva imperialista de la misión, como conquista de pueblos y culturas para los cuadros de la eclesialidad romano-occidental.

Luis:
Lo ideal es encontrar una Iglesia que en vez de ser, hipotéticamente capitalista, sea en realidad marxista. Que en vez de conquistar a pueblos enteros para el Reino de Dios, se limite a llevarlas un evangelio a la medida. La desgracia, para las tesis de Boff, es que eso ya se ha hecho en más de una ocasión. Ese sincretismo ha jugado muy malas pasadas al catolicismo dando como fruto regiones enteras donde el verdadero cristianismo se mezclaba con el paganismo más rampante. A una cultura pagana, o se la vence con los conceptos doctrinales y ético-morales del evangelio, o se pierden dichos conceptos en medio del marasmo pagano. El afán evangelizador de muchos misioneros católicos, muy digno de elogio, les llevó a aceptar cosas que no deberían haber aceptado, como es el simple cambio de nombre entre una deidad indígena por un santo o virgen católicos. Eso ha ocurrido y Boff lo sabe. Pero Boff propone que ese es el camino a seguir nada más que profundizando mucho más en sus errores. Por eso Boff se enfada con los protestantes evangélicos que pretenden evangelizar a los indígenes que quedan librándoles de lo peor de su cultura religiosa. Cuando Boff ataca al catolicismo de toda la vida, que ha sido mucho más permisivo con la realidad socio-religiosa de los pueblos que ha evangelizado, ¿piensan los evangélicos que no se ensañará con ellos por ir mucho más lejos que el catolicismo en sus métodos de evangelizar? ¿o es que alguien piensa que Boff prefiere los métodos usados por los protestantes con los indígenes de Norteamérica a los usados por los católicos al sur del Río Grande?

Ermitaño:
:D jajajajejejejojojojijijujuju, ¿Cuándo los católicos hemos vencido a los paganos? SIEMPRE, hemos integrado los conceptos paganos. Pero ¿En qué iglesia crees que estás? Por que lo del Rocío es un rito pagano cristianizado, es un culto a la Diosa Madre.

Paz y bien, hale hasta luego
 
Ermitaño:
jajajajejejejojojojijijujuju, ¿Cuándo los católicos hemos vencido a los paganos? SIEMPRE, hemos integrado los conceptos paganos. Pero ¿En qué iglesia crees que estás? Por que lo del Rocío es un rito pagano cristianizado, es un culto a la Diosa Madre.
.



Estimado ermitaño, y si la gente supiera lo que es la famosa "virgen del Rocio".....mi padre que es de Almonte, la ha visto, y es un busto con un esqueleto de metal, al que cubren con ricos y vistosos ropajes............todo el mundo que la ve, deja de creer en ella; y la gente va a la romeria para pasarselo bien y emborracharse, para bailar y "ligar"....................y Cristo, olvidado :(


Ese es uno de los frutos de la iglesia católica, que Luis Fernando y muchos como él, pretenden ignorar, intentando "tapar el sol con un dedo"............pero como tu bien dices:


Dios sabe más
 
Maripaz, ermitaño quiere eso y más
Es decir, que el modelo rociero extremo se extienda ecuménicamente por toda la tierra

Evidentemente no es lo que yo quiero para mi Iglesia ni para el mundo

Y no sé si tú le llamarías tapar el sol con un dedo a lo siguiente:
Ese sincretismo ha jugado muy malas pasadas al catolicismo dando como fruto regiones enteras donde el verdadero cristianismo se mezclaba con el paganismo más rampante. A una cultura pagana, o se la vence con los conceptos doctrinales y ético-morales del evangelio, o se pierden dichos conceptos en medio del marasmo pagano. El afán evangelizador de muchos misioneros católicos, muy digno de elogio, les llevó a aceptar cosas que no deberían haber aceptado, como es el simple cambio de nombre entre una deidad indígena por un santo o virgen católicos.

Entenderás que esa es una forma un tanto rara de tapar el sol con un dedo, con la mano o con el brazo entero
 
Estooo....

Estooo....

Queridos Maripaz y ermitaño:

Perdonad que interrumpa vuestro idilio :D , pero...

Vamos a ver...

ermitaño:

¿Crees tú que la idea del ecumenismo es una MENTIRA DE SATANÁS?

Es que Maripaz sí lo cree. Mira si no en un tema de este Foro que lleva por título: "Juan Pablo II llamó a perseguir la justicia y no la venganza".

Y, como éste, si tienes curiosidad, seguro que encuentras muchos más...

Y, ya puesto, ¿por qué no echas un vistazo a los cómics de Chick, que tienen gran aceptación entre los protestantes de estos Foros...? Te podrán dar una idea cabal de su peculiar temple ecuménico. Mira, por ejemplo, éste:

http://www.chick.com/es/reading/comics/0314/0314_fourpages.asp

También podrías aprovechar para darnos tu opinión acerca de cuestiones tales como la homosexualidad (¿crees tú que alcanzarán la salvación los homosexuales "activos"?) , la inerrancia de la Biblia (¿o acaso contiene errores históricos, e.g.?), la autoría y fecha de los libros del NT o el evolucionismo... Estoy seguro de que serán de gran interés para el Foro... :D

Yo, por mi parte, sigo :leyendo:

:angel:
 
Re: Estooo....

Re: Estooo....

Originalmente enviado por: USOZ
Queridos Maripaz y ermitaño:

Perdonad que interrumpa vuestro idilio :D , pero...

Vamos a ver...

ermitaño:

¿Crees tú que la idea del ecumenismo es una MENTIRA DE SATANÁS?

Es que Maripaz sí lo cree. Mira si no en un tema de este Foro que lleva por título: "Juan Pablo II llamó a perseguir la justicia y no la venganza".

Y, como éste, si tienes curiosidad, seguro que encuentras muchos más...

Y, ya puesto, ¿por qué no echas un vistazo a los cómics de Chick, que tienen gran aceptación entre los protestantes de estos Foros...? Te podrán dar una idea cabal de su peculiar temple ecuménico. Mira, por ejemplo, éste:

http://www.chick.com/es/reading/comics/0314/0314_fourpages.asp

También podrías aprovechar para darnos tu opinión acerca de cuestiones tales como la homosexualidad (¿crees tú que alcanzarán la salvación los homosexuales "activos"?) , la inerrancia de la Biblia (¿o acaso contiene errores históricos, e.g.?), la autoría y fecha de los libros del NT o el evolucionismo... Estoy seguro de que serán de gran interés para el Foro... :D

Yo, por mi parte, sigo :leyendo:

:angel:




¡¡¡ USOZ en los foros !!!



Pero hay algo que me sorprende, y además negativamente :(


Parece que pretende meter cizaña, y eso no me ha gustado :no:


Usoz :corazon:


Ermitaño ya sabe mi opinión con respecto al ecumenismo; y sabe que creo en la unidad en el Espíritu que sale del corazón de Dios, no en el ecumenismo que sale del corazón del hombre, en concreto de algunos hombres y en otros casos el enemigo lo utiliza como arma para unir de forma ficticia, lo que solo debe unir el Espíritu.:cuadrado: