Re: Dos papas herejes desde la doctrina católica-romana. ¿Infalibilidad?
¿Y qué pasó con la historia?
Veamos las cartas, recojo las partes que cita el Denzinger:
Explicación sobre la terminología:
De manera que en la carta sí existe ambigüedad; pero no herejía. El problema viene luego, cuando Sergio se aprovecha de la terminología para confundir todo. Prosigue Hubert:
En cuanto a la terminología, lo mismo explica otro libro que poseo, que por cierto, ya he citado:
Hubert, recoge también el testimonio de Máximo el Confesor, respecto de la terminología:
De esta forma queda probada la ambigüedad de aquella carta, producto de la confusión entre el término latino que ha usado el papa Honorio (probablemente por responder con prisa a Sergio), y los términos griegos que el Patriarca Sergio ha usado para generar la confusión. Por tanto sí hay ambigüedad lingüistica, que se presta para confusiones teológicas, pero no pasa de ahí. Lamentablemente, se le prestó poca atención a la distinción lingüistica que Máximo el Confesor, a pesar de que también él exigía cierto rigor a la cuestión del tehlema o telía.
Sin embargo, poseemos otra carta del papa Honorio:
En esta nueva carta del papa Honorio al mismo Sergio se ve claramente más prudecia: menos confusión de términos. Luis Suárez explica:
Aquí, ya comenzamos a dudar seriamente de lo que dices sobre la carta del papa Honorio, pues él no se limita sencillamente a aceptar lo que dice Sergio, como pretendes hacernos creer.
Revisemos algunos factores políticos: El Concilio de Letrán de 649 y Constante II
Veamos qué pasó con el papa Martín I y Máximo por no suscribir la prohibición de Constante:
¿Será que estas rivalidades históricas no importen nada en el contexto de la cuestión del papa Honorio? Indudablemente sí. Probablemente tu opinión esté infectada de prejuicios que no te hacen ver el contexto histórico, de ahí que te limitas a repetir lo que ya has dicho.
Otro punto importante es considerar la doctrina de la Infaliblidad papal que, al parecer, te la han explicado, pero sigues terco en tu postura de afirmar una herejía dicha por una papa sin siquiera tomar en cuenta que no habló ex cathedra. Adicional a esto, el problema fundamental de la cuestión no es tanto la terminología de la carta que, según hemos probado: no es herética; sino ambigüa, y que ciertamente se presta para confusiones. El problema real de la cuestión, y por tanto de la herejía que se le achaca injustamente al papa Honorio, tiene que ver mucho con el contexto histórico, y con la autoridad del Romano Pontífice. Hemos ya demostrado que varios papas contemporáneos, entre ellos León II, y Juan IV no consideran al papa Honorio hereje, sino algo ambigüo.
Pero sigámos examinando los factores políticos en el contexto histórico:
De tal forma que no se puede considerar que el anatema del Concilio III de Constinopla contra el papa Honorio haya sido sobre las enseñanzas heréticas de este, como te he explicado anteriormente; sino sobre la cuestión de Honorio, que cobraba cierto valor legendario ya en aquella época. Esto se demuestra fácilmente viendo el sentir de los papas que he citado respecto a la carta de Honorio: a un abismo de declarar hereje a aquel papa.
Este hecho, como hemos probado, implica una confusión en la terminología de un sencillo escrito, que se había hecho famoso por ser esta una carta del mismo papa, autoridad indiscutible en temas doctrinales, tal como se había afirmado anteriormente, y de la cual, los herejes de entonces, como hoy mismo, hacen uso para justificar sus falsedades. Algo muy lamentable. Por lo mismo no se tuvo en cuenta la persona del papa Honorio en el Concilio de Letrán del 649, hecho que destaca el Santo Doctro Roberto Belarmino.
En cuanto al Concilio II de Nicea, he ya expresado que se condena la cuestión de Honorio, y no al papa en sí, puesto que la controversia habría ya cobrado un tinte legendario décadas atrás, de manera que no se le puede achacar al papa mismo un anatema que, ha afirmado el Concilio II de Nicea, para evitar ser negligentes frente a una eventual herejía. Esto, evidentemente para evitar que gente herética, que pensaba que la autoridad de Honorio había sido "ortodoxa" según su sentir, cayera en la herejía; o para evitar que gente que confiaba plenamente en la autoridad del Romano Pontifice, cayera en la herejía al dejarse llevar por relatos legendarios sobre la cuestión. Se trata de una actitud prudente, que no tiene nada que ver con lo que tu afirmas.
Pruébalo.
Ya hemos citado lo que el papa León II pensaba sobre su antecesor Honorio, y está muy lejos de lo que pretendes hacernos creer. Cita la fuente, el texto de la carta completo, en su contexto, y confrontemos.
Vuelve a ponerla porque no la veo.
En otro tema me acusaste de lo mismo. Es lamentable que tomes tan poco seriamente un tema tan apasionante como este. Como puedes ver, he citado los libros, sus autores y en qué página se encuentra el texto referido, así que ya déjate de conjeturar según tu infección de prejuicios sobre nosotros y sobre la Santa iglesia.
No. Todo apunta a tu ignorancia de la doctrina católica, y tu débil comprensión de lectura... si es que leíste alguna carta del Papa Honorio....
A lo fácil es repetir lo mismo que ya se ha refutado sin siquiera citar un libro serio. Dejas mucho que desear.
No pienso responder a esto. Probablemente uses mi respuesta como cortina de humo.
Si te refieres a los foristas, pues .. Yo sé que en este foro hay lectores serios, a pesar de los numeritos de algunos que he visto en mi pequeña estancia en ellos. Si te refieres a los estudiosos que he citado, pues te recomiendo prudencia.
Así es. Tu culpas a Roma de barnizar la cuestión. Pues no. Eres tu, junto con el forista que inició este tema quien deforma la doctrina del Romano Pontífice, junto con las declaraciones del Papa para afirmar que este supuestamente hablando ex cathedra dijo una herejía. Seamos sinceros vayikra, la carta del papa Honorio supone solamente ambigüedad, jamás herejía, y ya he probado el problema de la terminología. Y con respecto a la infalibilidad, ¿será esa carta una declaración ex cathedra del papa Honorio? No vengas a avalar cuentos por favor.... Aquí hay claramente un intento de manipulación de la doctrina católica, como del contexto histórico de una cuestión para justificar una falsedad, eso es DIFAMACIÓN.
vayikra dijo:Pues el contexto histórico es el de la herejía monotelita, que enseñaba la existencia de una sola voluntad en Cristo, lo que tendía a minimizar la naturaleza humana de nuestro Señor como antes lo habían hecho los monofisitas.
El emperador Heraclio deseaba conciliar a los monofisitas con los ortodoxos, y una fórmula que parecía adecuada para ambos bandos le fue remitida a Sergio, patriarca de Constantinopla... A su vez Sergio le envió a Honorio de Roma una carta dogmática, solicitando su opinión... y Honorio acepto los terminos de la carta...que por supuesto, no fue privada.
“...Estas cosas predicará vuestra fraternidad con vosotros, así como nosotros las predicamos juntamente con usted” ... dijo a Sergio
Ni mas, ni mas.
¿Y qué pasó con la historia?
Veamos las cartas, recojo las partes que cita el Denzinger:
[De la Carta 1 Scripta fraternitatis vestrae a Sergio, patriarca de Constantinopla, del año 634]
Nota: (2) Msi XI 538, D s y 579 D ss; Jf 2018 y 2024 c. Add.; Hrd III 1319 B ss y 1351 E ss; PL 80, 471 B ss y 475 A. - Este texto latino es versión de la versión griega. - Más de esta carta y de la siguiente, en Kch 1057 ss.
D-251 ... Si Dios nos guía, llegaremos hasta la medida de la recta fe, que los Apóstoles extendieron con la cuerda de la verdad de las Santas Escrituras: Confesando al Señor Jesucristo, mediador de Dios y de los hombres [1 Tim. 2, 8], que obra lo divino mediante la humanidad, naturalmente [griego: hipostáticamente] unida al Verbo de Dios, y que el mismo obró lo humano,
por la carne inefable y singularmente asumida, quedando íntegra la divinidad de modo inseparable, inconfuso e inconvertible...; es decir, que permaneciendo, por modo estupendo y maravilloso, las diferencias de ambas naturalezas, se reconozca que la carne pasible está unida a la divinidad... De ahí que también confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo, [***aquí la cuestión del una voluntas***] pues ciertamente fué asumida por la divinidad nuestra naturaleza, no nuestra culpa; aquella ciertamente que fué creada antes del pecado, no la que quedó viciada después de la prevaricación. Porque Cristo, sin pecado concebido por obra del Espíritu Santo, sin pecado nació de la sana e inmaculada Virgen madre de Dios, sin experimentar contagio alguno de la naturaleza viciada... Porque no tuvo el Salvador otra ley en los miembros o voluntad diversa o contraria, como quiera que nació por encima de la ley de la condición humana... Llenas están las Sagradas Letras de pruebas luminosas de que el Señor Jesucristo, Hijo y Verbo de Dios, por quien han sido hechas todas las cosas [Ioh. 1, 3], es un solo operador de divinidad y de humanidad. Ahora bien, si por las obras de la divinidad y la humanidad deben citarse o entenderse una o dos operaciones derivadas, es cuestión que no debe preocuparnos a nosotros, y hay que dejarla a los dramáticos que suelen vender a los niños exquisitos nombres derivados. Porque nosotros no hemos percibido por las Sagradas Letras que el Señor Jesucristo y su Santo Espíritu hayan obrado una sola operación o dos, sino que sabemos que obró de modo multiforme.
Explicación sobre la terminología:
[…] Él cita las palabras de Jesús: «No he venido para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió», y estas otras: «No se haga mi voluntad, sino la tuya». y así reconoce de alguna manera una radical facultad volitiva humana en Cristo. Si luego habla de una voluntas, se refiere a ojos vistas, no a esta facultad radical, sino en cada caso al respectivo acto concreto de voluntad, que viene determinado por la voluntad divina y sólo por ésta. Lo fatal fue que se volviera a emplear precisamente en lugar de un verbo (querer) un substantivo no explicado, que podía entenderse no sólo como facultad radical, sino también como un arbitrium, como el acto volitivo concreto y definitivo.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 625
De manera que en la carta sí existe ambigüedad; pero no herejía. El problema viene luego, cuando Sergio se aprovecha de la terminología para confundir todo. Prosigue Hubert:
[…] Sergio quedó encantado por la ayuda adicional que le ofrecía el papa. Y como el papa prefería la fórmula una voluntas, el patriarca se mostró dispuesto a ponerla en lugar de la fórmula, que en todo caso había sido ya abandonada, ἐνέργεια (energía), mas en griego se dice θέλημα (telía). Logró ganar al emperador para que promulgase un decreto, y todavía en el año de la muerte del patriarca y del papa (638) apareció la Ectesis de Heraclio, en la que se formulaba la prohibición de hablar de una o de dos operaciones, y en cambio se decretaba la única voluntad en Cristo como fórmula de fe, explicada a su vez en el sentido de que Cristo en la carne no quiso nunca nada separadamente de la voluntad del Logos o contra ésta, o sea, que θέλημα no se interpreta como una facultad teorética, sino como un querer actual. Lo que aquí fallaba no era la teología, sino la terminología.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 626
En cuanto a la terminología, lo mismo explica otro libro que poseo, que por cierto, ya he citado:
[…] El 634 Honorio recibió una carta del patriarca Sergio de Constantinopla en la que solicitaba o proponía una aclaración doctrinal en torno al modo de operar de la voluntad de Jesucristo. La fórmula propuesta por Ciro de Alejandría y abrazada por Sergio, «dos naturalezas distintas en una sola operación», había sido denunciada por el monje Sofronio como una forma disfrazada de monofisismo. El griego causaba ciertas confusiones que no se daban en latín. Honorio se precipitó probablemente en su afán de dar una respuesta inmediata, sin esperar a disponer de más información, especialmente de la parte contraria. Decía que había que confesar sencillamente «un solo Jesucristo que obra en las dos naturalezas las obras de la divinidad y las de la humanidad. Es necesario, ante todo, poner a salvo la voluntad personal y debe reconocerse «alguna unidad de voluntad», ya que el Verbo ha tomado nuestra naturaleza, mas no el pecado que hay en ella». El texto era claro, pero los términos griegos energía o telía (de donde procede monotelismo) no resultaban tan inequívocos.
Diccionario de los Papas y Concilios, Paredes Javier, tomo I, p. 73 [Luis Suárez]
Hubert, recoge también el testimonio de Máximo el Confesor, respecto de la terminología:
Máximo el Confesor, que había estado un tiempo al servicio de Heraclio, luego se había hecho monje y más tarde, huyendo de los persas, pasó a África y se reveló como el hombre que estaba a la altura de las dificultades lingüísticas de índole filosófica. Tras un largo período de preparación, en el que no tomó partido definitivamente, hacia el año 640 intervino enérgicamente en la disputa. Para él θέλημα φυσιχον es una facultad radical que pertenece a la naturaleza; y puesto que él era un adepto entusiasta del Calcedonense, era por tanto dioteleta. Se ve en la obligación, pues, de rechazar la fórmula del papa Honorio y de la Ectesis; cierto que interpreta al papa ortodoxamente, mientras que no lo hace así con el término griego. Otro es el caso del θέλημα «gnómico», que se identifica con el arbitrium y es propiedad de la persona, y que sólo puede ser uno en Cristo, pues éste subsiste en la persona divina.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 627
De esta forma queda probada la ambigüedad de aquella carta, producto de la confusión entre el término latino que ha usado el papa Honorio (probablemente por responder con prisa a Sergio), y los términos griegos que el Patriarca Sergio ha usado para generar la confusión. Por tanto sí hay ambigüedad lingüistica, que se presta para confusiones teológicas, pero no pasa de ahí. Lamentablemente, se le prestó poca atención a la distinción lingüistica que Máximo el Confesor, a pesar de que también él exigía cierto rigor a la cuestión del tehlema o telía.
Sin embargo, poseemos otra carta del papa Honorio:
[De la Carta 2 Scripta dilectissimi filii, al mismo Sergio]
D-252 Por lo que toca al dogma eclesiástico, lo que debemos mantener y predicar en razón de la sencillez de los hombres y para cortar los enredos de las cuestiones inextricables, no es definir una o dos operaciones en el mediador de Dios y de los hombres, sino que debemos confesar que las dos naturalezas unidas en un solo Cristo por unidad natural operan y son eficaces con comunicación de la una a la otra, y que la naturaleza divina obra lo que es de Dios, y la humana ejecuta lo que es de la carne, no enseñando que dividida ni confusa ni convertiblemente la naturaleza de Dios se convirtió en el hombre ni que la naturaleza humana se convirtiera en Dios, sino confesando íntegras las diferencias de las dos naturalezas... Quitando, pues, el escándalo de la nueva invención, no es menester que nosotros proclamemos, definiéndolas, tina o dos operaciones; sino que en vez de la única operación que algunos dicen, es menester que nosotros confesemos con toda verdad a un solo operador Cristo Señor, en las dos naturalezs; y en lugar de las dos operaciones, quitado el vocablo de la doble operación, más bien proclamar que las dos naturalezas, es decir, la de la divinidad y la de la carne asumida, obran en una sola persona, la del Unigénito de Dios Padre, inconfusa, indivisible e inconvertiblemente, lo que les es propio.
En esta nueva carta del papa Honorio al mismo Sergio se ve claramente más prudecia: menos confusión de términos. Luis Suárez explica:
Cuando recibió al enviado de Sofronio, un presbítero llamado Esteban, intentó el papa evitar deformaciones con una segunda carta en la que recomendaba silencio.
De esta segunda carta sólo se han conservado fragmentos, que son importantes: «No debemos definir ni una ni dos energías... sino confesar las dos naturalezas en unidad de un solo Cristo. Debemos confesar un único operante que es Cristo, el Señor, en las dos naturalezas; y en lugar de las dos energías que se proclame más bien con nosotros dos naturalezas... las dos operando lo que les es propio sin confusión, sin separación y sin cambio.» Fue enviada a Sergio, a Ciro y a Sofronio. Pero ya entonces el patriarca y el emperador Heraclio habían entendido que con el texto de la primera el papa les daba la razón y publicaron un documento, Ekthesis, declarando el monotelismo como fórmula ortodoxa y obligatoria. Se trataba en realidad de un esfuerzo para atraer la buena voluntad de los monofisitas, fuertes en Egipto, en un momento de extraordinario peligro para el Imperio por persas y árabes.
Diccionario de los Papas y Concilios, Paredes Javier, tomo I, p. 73 [Luis Suárez]
Aquí, ya comenzamos a dudar seriamente de lo que dices sobre la carta del papa Honorio, pues él no se limita sencillamente a aceptar lo que dice Sergio, como pretendes hacernos creer.
Revisemos algunos factores políticos: El Concilio de Letrán de 649 y Constante II
[…] Así pues, mientras que en la parte oriental del imperio asomaba aquí y allá la voluntad de unión sobre la base de la Ectesis, en el África bizantina surgió un foco de resistencia contra la política imperial. En vista de la situación, el emperador Constante II (641-668) decidió dictar una nueva disposición. Su Tipo del año 648 prohibió toda clase de discusión sobre una o dos operaciones, sobre una o dos voluntades, y derogó la Ectesis. Naturalmente, tal prohibición no tenía la menor probabilidad de ser observada. Máximo se dirigió por fin a Roma, donde el nuevo papa, Martín I, mostró la mayor comprensión con sus razonamientos. Así, en 649 se celebró el concilio Lateranense, que estuvo totalmente influenciado por las ideas de Máximo. Los padres conciliares reprobaron tanto la Ectesis de Heraclio como el Tipo de Constante. Definieron la doctrina de las dos voluntades en Cristo y excomulgaron a Sergio, a su sucesor Pirro y a Ciro de Fasis, como si entonces fueran ya cosa corriente las distinciones de Máximo. El que exceptuaran del anatema a Honorio sólo se explicó en el fondo en razón de las ideas que se tenían del papado.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 627
Veamos qué pasó con el papa Martín I y Máximo por no suscribir la prohibición de Constante:
[...] El emperador Constante reaccionó con la mayor violencia. Hizo que el papa Martín fuese trasladado de Roma a Constantinopla (653). Se le hizo un proceso de alta traición, sin duda porque el exarca de Ravena, que era quien debería haberle arrestado, ya el año 650, se había hecho aclamar como antiemperador en Roma y había dado lugar a un entendimiento con el papa Martín, que a buen seguro debió estar precedido de un reconocimiento tácito de la usurpación por el papa. De todos modos, ahora no se habló ya de la razón primigenia del arresto, y toda tentativa del emperador de hacer que en el proceso se ventilara la cuestión del Tipo y de la disputa monoteleta, fue rechazada por el tribunal. Al fin el papa fue condenado a muerte por delito de alta traición, pena que se le conmutó por la de destierro, en el que el papa murió en 655.
En 653 logró la policía imperial detener también a Máximo y trasladarlo a Constantinopla, donde fue igualmente condenado por delito de alta traición. Parece ser que su amistad con el exarca de Cartago, Gregorio, que por entonces se había hecho proclamar también emperador, tuvo para él fatales consecuencias. Máximo, mutilado de manos y lengua, murió en el destierro el año 662.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 627-628
¿Será que estas rivalidades históricas no importen nada en el contexto de la cuestión del papa Honorio? Indudablemente sí. Probablemente tu opinión esté infectada de prejuicios que no te hacen ver el contexto histórico, de ahí que te limitas a repetir lo que ya has dicho.
Otro punto importante es considerar la doctrina de la Infaliblidad papal que, al parecer, te la han explicado, pero sigues terco en tu postura de afirmar una herejía dicha por una papa sin siquiera tomar en cuenta que no habló ex cathedra. Adicional a esto, el problema fundamental de la cuestión no es tanto la terminología de la carta que, según hemos probado: no es herética; sino ambigüa, y que ciertamente se presta para confusiones. El problema real de la cuestión, y por tanto de la herejía que se le achaca injustamente al papa Honorio, tiene que ver mucho con el contexto histórico, y con la autoridad del Romano Pontífice. Hemos ya demostrado que varios papas contemporáneos, entre ellos León II, y Juan IV no consideran al papa Honorio hereje, sino algo ambigüo.
Pero sigámos examinando los factores políticos en el contexto histórico:
[…] Le sucedió Constantino IV (668-685), que no tenía el menor interés en continuar una disputa que había terminado sin resultado alguno. No se podía pensar en ganar a los monofisitas. La mayor parte de ellos hacía ya mucho tiempo que no estaban bajo la soberanía bizantina y no había esperanza de recobrar las provincias orientales perdidas. África, que durante largo tiempo había sido el centro de la oposición, había perdido con Máximo su adalid y además, precisamente entonces, cayó también en manos del islam. La nueva orientación de la política de Bizancio, que daba gran importancia a la Italia bizantina, hizo que pareciera oportuno separar al papa de una oposición que podía resultar peligrosa para el imperio. Así, en vista de que el papa Agatón había podido celebrar ya el año 680 un sínodo preparatorio con 125 obispos, que siguiendo el espíritu del sínodo de 649 había condenado el monotelismo, se reunió en Constantinopla en 680-681 el VI concilio ecuménico, bajo la presidencia del emperador mismo. A los padres conciliares les fue presentada una carta del papa, que indicaba el camino a seguir. Casi todos los obispos se adhirieron al decreto pontificio. Sólo seis hicieron excepción, entre ellos el patriarca Macario de Antioquía, que parece haber sido el único representante de talla de la doctrina de Sergio. Contra todos ellos se pronunció el anatema que nuevamente fue extendido a Teodoro de Farán, a Ciro de Fasis, a los patriarcas Sergio y Pirro y, finalmente, incluso al papa Honorio. Lo que con ello se condenaba era una terminología que por entonces podía considerarse ya anticuada.
Hubert, Manual de Historia de la Iglesia, Tomo II,2 p. 627-628
De tal forma que no se puede considerar que el anatema del Concilio III de Constinopla contra el papa Honorio haya sido sobre las enseñanzas heréticas de este, como te he explicado anteriormente; sino sobre la cuestión de Honorio, que cobraba cierto valor legendario ya en aquella época. Esto se demuestra fácilmente viendo el sentir de los papas que he citado respecto a la carta de Honorio: a un abismo de declarar hereje a aquel papa.
Este hecho, como hemos probado, implica una confusión en la terminología de un sencillo escrito, que se había hecho famoso por ser esta una carta del mismo papa, autoridad indiscutible en temas doctrinales, tal como se había afirmado anteriormente, y de la cual, los herejes de entonces, como hoy mismo, hacen uso para justificar sus falsedades. Algo muy lamentable. Por lo mismo no se tuvo en cuenta la persona del papa Honorio en el Concilio de Letrán del 649, hecho que destaca el Santo Doctro Roberto Belarmino.
En cuanto al Concilio II de Nicea, he ya expresado que se condena la cuestión de Honorio, y no al papa en sí, puesto que la controversia habría ya cobrado un tinte legendario décadas atrás, de manera que no se le puede achacar al papa mismo un anatema que, ha afirmado el Concilio II de Nicea, para evitar ser negligentes frente a una eventual herejía. Esto, evidentemente para evitar que gente herética, que pensaba que la autoridad de Honorio había sido "ortodoxa" según su sentir, cayera en la herejía; o para evitar que gente que confiaba plenamente en la autoridad del Romano Pontifice, cayera en la herejía al dejarse llevar por relatos legendarios sobre la cuestión. Se trata de una actitud prudente, que no tiene nada que ver con lo que tu afirmas.
vayikra dijo:Pues no... se condeno la herejía y el hereje, que en este caso lo fue Honorio..
Pruébalo.
vayikra dijo:El mismo Papa León II (682-683), sucesor de Agatón, reiteró la condenación de Honorio. En una carta al emperador dice del papa hereje que Honorio “no santificó esta apostólica Iglesia con la enseñanza de la tradición apostólica sino que con profana traición trastornó su fe inmaculada”....
Ya hemos citado lo que el papa León II pensaba sobre su antecesor Honorio, y está muy lejos de lo que pretendes hacernos creer. Cita la fuente, el texto de la carta completo, en su contexto, y confrontemos.
vayikra dijo:Ya la puse arriba...
Vuelve a ponerla porque no la veo.
vayikra dijo:Y por cierto...todos ustedes escriben siempre lo mismo... denme el link de donde sacan todo eso, para no triangular datos
En otro tema me acusaste de lo mismo. Es lamentable que tomes tan poco seriamente un tema tan apasionante como este. Como puedes ver, he citado los libros, sus autores y en qué página se encuentra el texto referido, así que ya déjate de conjeturar según tu infección de prejuicios sobre nosotros y sobre la Santa iglesia.
vayikra dijo:Eso hago...y todo apunta a la herejia de Honorio
No. Todo apunta a tu ignorancia de la doctrina católica, y tu débil comprensión de lectura... si es que leíste alguna carta del Papa Honorio....
vayikra dijo:A claro...no fallo el Concilio...no fallo el Papa Honorio...falle yo ...a la facil
A lo fácil es repetir lo mismo que ya se ha refutado sin siquiera citar un libro serio. Dejas mucho que desear.
vayikra dijo:Asi es...la Iglesia de Cristo... solo falta aclarar que la Iglesia de Cristo sigue adelante...pese a las herejias que hoy vemos
No pienso responder a esto. Probablemente uses mi respuesta como cortina de humo.
vayikra dijo:Pues yo no tengo ningun empacho en reconocer mis errores ... pero un lector serio se dará cuenta de inmediato el "barniz" que Roma coloca en ese "asuntito" del hereje papa Honorio..
Si te refieres a los foristas, pues .. Yo sé que en este foro hay lectores serios, a pesar de los numeritos de algunos que he visto en mi pequeña estancia en ellos. Si te refieres a los estudiosos que he citado, pues te recomiendo prudencia.
vayikra dijo:Y lo mas facil es culpar a un tercero...no es nuevo.
Así es. Tu culpas a Roma de barnizar la cuestión. Pues no. Eres tu, junto con el forista que inició este tema quien deforma la doctrina del Romano Pontífice, junto con las declaraciones del Papa para afirmar que este supuestamente hablando ex cathedra dijo una herejía. Seamos sinceros vayikra, la carta del papa Honorio supone solamente ambigüedad, jamás herejía, y ya he probado el problema de la terminología. Y con respecto a la infalibilidad, ¿será esa carta una declaración ex cathedra del papa Honorio? No vengas a avalar cuentos por favor.... Aquí hay claramente un intento de manipulación de la doctrina católica, como del contexto histórico de una cuestión para justificar una falsedad, eso es DIFAMACIÓN.