Re: Don de continencia, del cielo o de los hombres?
Es un martirio tener este don. Pues yo lo tengo. Te comento, en qué consiste, su sufrimiento. Primero, debo decirte, que soy varón. Está lleno de mujeres continentes y que son célibes. ¿Empero machos humanos?: ¿aparte de los sacerdotes católicos?. Solo sé, que soy la única persona, que lo tiene, dentro de los que quieren ser mis amigos. Digo lo anterior, porque, ningún sacerdote católico, quiere aceptarme dentro de su círculo de amistades. Aclaro, que tengo todas las cualidades, que se esperan de un varón. Soy metalmecánico. Realizo deportes vigorosos. Camino como un orangután. Hablo de autos, deportes, caza, pesca. Refiero anécdotas de extrema aventura. Nadie
puede quejarse de mi virilidad. ¿Se me podría objetar mi cultura?: me la paso todo el tiempo, educándome, aprendiendo conceptos nuevos, informándome. ¿Podría ocurrírsele, a alguno, objetarme mi humor?: constantemente, estoy aprendiendo cuentos, chistes, poniendo la mejor cara, tratando se ser cortesano. ¿Alquien quiere objetarme algo, más?: seguro, estoy perfecccionándome en eso. Sin embargo, frustrantemente, mi programa semanal ... anual, incluye fijar cada cita social. Supongamos, que, yo, no tome la iniciativa?: entonces, en breve, nadie, se acuerda, más, de mí; ni me llama, ni me visita, ni me invita. Es un sacrificio, que me tiene harto, porque, mi día, en realidad, más que estar programado a Dios, lo está para evitar la soledad, la cual pende sobre mí, como espada de Damocleso. Últimamente, me aburre tanto mi existencia, porque soy un servidor de mi cuerpo (o psiquis). Claro, por cortesanía, debo ocultar toda frustración ... poniendo la mejor sonrisa, organizando la mejor reunión o festejo ... ¡Debo tener tantos amigos y cumplir con cada uno!. Es una fatiga. Quiero hacer otras cosa; que, los contactos sociales, me vengan, más, fácilmente. Sí; ya, he probado "ser yo mismo". ¡Ja, ja, ja!. Por poco, caigo en depresión grave. ¿Ahora?: ¿estoy feliz?: ¿teniendo todo, lo que, mi cuerpo y psique, necesitan?: No. Pues, estos logros, me insume un trabajo enorme. Estoy cansado. Sería muy lindo ser continente-laico, ¡y!, además, que, Dios, me pusiera otro amigo, como yo, en el camino. Siempre, se lo pido, a mi buen Dios. No puedo mentirte; hasta lo hago llorando. Pues quiero librarme de esta opresión; de este Eclesiastés. ¡Ojalá, la raza humana, hubiera sido creada, para resistir el aislamiento social!. Mientras tanto, aquí, estoy, deseando estar en otra parte; sí, como Jonás. Por ahí, esto, que te cuento, disgregue tus dudas y te haga re-pensar: ¿¿pues estás pidiendo este don, verdad??. ¡Ja, ja, ja!. Es horrible tener este don ... ¿Dije, don?: Sí; y lo agradezco. No puedo mentirte. ¡Claro, que lo agradezco! ¡Lo que odio es el trabajo, que me insume vencer la soledad, a la que me estoy precipitado por poseerlo!