Estas cosas suceden por que muchos se niegan a estudiar la Biblia a la luz de la Tradición, entonces lo que se produce es que cada uno desde su punto de vista subjetivo dé una reflexión, pero claramente esto no hace a la objetividad de un único y solo mensaje universal, debido a que entre todos se contradicen en algún punto. No es más que una mera opinión de lo que se está leyendo. Todos los que tienen como única regla de fe a la Biblia dicen seguir únicamente la Sagrada Escritura, y todos ellos dicen ser guiados por el Espíritu Santo, pero al mismo tiempo entre todos se contradicen.
El mismo Martín Lutero, padre del protestantismo y fundador de la teoría "Sola Escritura" en el siglo XVI vio esa realidad, y dijo:
"Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo; el de más allá cree que hay otro mundo en el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay palurdo ni patán que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya".
Otro facto que también influye demasiado en una interpretación bíblica son las cuestiones de los géneros literarios. Hasta el momento se conocen alrededor de ciento cincuenta géneros literarios diferentes en la Biblia, pero hay quienes no los tienen en cuenta y hacen de la revelación algo totalmente relativo.
Para explicar esto pondré un ejemplo real:
Una vez me había pasado algo en mi vida importante. Siempre que me suceden cosas así yo suelo escribir mi estado de ánimo. En esa ocasión, lo he escrito metafóricamente, con muchos símbolos y códigos. Les pasé ese escrito a un par de personas. Después de que la leyeron les pregunté qué habían entendido por lo que leyeron. Algunos me respondieron una cosa; otros, otra. Algunos dieron respuestas similares entre ellos; otros, no tanto. Pero en fin, todos tenían una conclusión diferente.
Sus interpretaciones podían ser interesantes, y muchas de ellas estaban muy bien pensadas, pero no era objetivamente lo que me había ocurrido. Entonces, lo que tuve que hacer es explicarles todo lo que me había pasado y allí entendieron cada una de mis palabras.
Exáctamente sucede lo mismo con la Sagrada Escritura. Podemos llegar a comprender algunos conceptos leyéndolas, pero si no se lo aborda estríctamente desde la teología, razón y fe, exégesis y hermenéutica, géneros literarios e intencionalidades de los hagiógrafos que tuvieron en el momento de escribir iluminados por la sabiduría de Dios, pues de cierto que se la entenderá poco; lo que se estaría haciendo sin estos criterios (y muchos más) es descontextualizar la Escritura (por más que se la haya leído de tapa a tapa cientos de veces). Entonces, se produciría indefectiblemente (de hecho, lo que ya sucede) es que todos interpreten algo diferente. Esto rompe con el criterio de unidad que Cristo tanto anhela, porque si Dios es la Palabra de Dios, y sabiendo que Él la infundió a sus seguidores, y también sabiendo que Dios es uno solo, que el Espíritu Santo es uno solo quien nos iba a conducir hacia toda la verdad (Juan 16,13), pues no tiene que existir contradicciones y la Iglesia como nota y característica es que tiene que ser una sola (ve en la historia cuál fue la Iglesia que siempre fue una sola y sabrás de esta manera cuál fue la Iglesia fundada por Jesucristo).
De todas estas cosas, el apóstol Pedro ya nos venía anticipando sobre lo que son las Sagradas Escrituras y lo difícil que nos es comprenderlas, diciéndonos que las mismas no son de interpretación privada/personal (2 Pedro 1,20), y también dijo claramente:
2 Pedro 3
15. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,
16. casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
17. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.