Re: Detalle curioso en la oracion.
Hola hermano Dagoberto, te saludo cordialmente.
Dejame y te digo que no tengo idea de el tiempo que paso en oracion diariamente porque no llevo la cuenta, en verdad. Me refiero a la respuesta exacta a tu pregunta. Veamos, yo cada noche, antes de acostarme, me arrodillo delante de mi cama [mi esposa igualmente] y oro a Dios despues de leer un capitulo completo de La Palabra, meditando en lo que acabo de leer y dando gracias al Creador por las bendiciones y tambien por las pruebas que nos proporciona. Al despertar, luego de el aseo, nos sentamos mi esposa y yo 15 minutos a leer un salmo [a ella le gusta mucho el Libro de los Salmos] y asi comenzamos el dia orando sentados. Ahora bien, durante el dia, cualquier actividad que estoy haciendo la hago escuchando La Palabra de Dios, tengo la "Biblia" en CD, 44 discos compactos que tengo en mi automovil en el que tengo un estereo de 6 discos compactos y cada que se terminan estos seis, coloco los proximos 6 y asi sucesivamente hasta que termino de escuchar los 44 discos y luego comienzo denuevo. Esto, cuando ando en el automovil. Ahora, cuando ando en la granja trabajando, o en el doctor, o en la bodega, o en cualquier otro sitio, tambien voy escuchando la Palabra, pues tengo un mp3 en el cual solamente tengo reproducida la "Biblia" en ingles y tambien en espanol. Entonces, no puedo decirte, yo oro a Dios una hora o dos o diez, porque orar, mi estimado hermano es comunicarse con Dios, es clamarle, es buscarle, es escucharle, hablarle.
ORACIÓN Diálogo del hombre con Dios. Es un acto de ® Adoración y comunicación, e incluye la presentación de nuestros deseos a Dios, en el nombre de Jesucristo y con la asistencia del Espíritu Santo (Jn 14.13, 14; Ro 8.26, 27; Flp 4.6). Algunos consideran Gn 4.26 como el primer registro de una oración pública. La oración, juntamente con el ® Ayuno, era una de las prácticas del judío piadoso.
En el Antiguo Testamento la oración estaba relacionada con el ® Sacrificio en el templo y, después del año 70 d.C., los rabinos llegaron a sostener que la oración era «mejor que el sacrificio». En la sinagoga, aquella ocupó el lugar de este. Aunque no existe en la Biblia un orden al respecto, el judío acostumbraba orar al menos tres veces al día (Sal 55.17; Dn 6.10). Las horas de oración eran: la tercera, o sea las 9.00 (Hch 2.15), la sexta, las 12.00 (Hch 10.9) y la novena, 15.00 (Hch 3.1). Al orar, se acostumbraba mirar hacia Jerusalén (2 Cr 6.34; Dn 6.10). Cuando la oración se hacía en los atrios del templo, el rostro se tornaba hacia el templo mismo. Ambas costumbres, las de las horas fijas de oración y la de mirar hacia Jerusalén, las practicaron también los primeros cristianos.
La oración no solo se practicaba en el templo, sino también en las casas o en los lugares apartados (Dn 6.10; Lc 1.10). Cuando se hacía en la casa, generalmente se usaba una habitación en la planta alta, denominada ® Aposento alto, una especie de azotea (Hch 10.9). La posición usual para orar era de pie (Mt 6.5), aunque también se hacía inclinándose o de rodillas (Hch 21.5).
El Nuevo Testamento manda orar en todo tiempo (Lc 18.1.; Ef 6.18; 1 Ts 5.17) y en todo lugar (1 Ti 2.8). De acuerdo con las Sagradas Escrituras, la actitud del espíritu del que ora es más importante que la hora, el lugar, la posición del cuerpo o las fórmulas. Se debe orar con intensidad espiritual (Lc 22.44; Ef 6.18; 1 Ts 3.10).
Con excepción de la oración dedicatoria de diezmos y primicias en el Antiguo Testamento (Dt 26.1–15) y del Padrenuestro en el Nuevo Testamento (Mt 6.9–13), la Biblia no ordena la repetición de fórmulas fijas de oración. Aun en el Padrenuestro la intención es establecer los elementos principales que deben incluirse en toda oración cristiana y el orden de importancia en que deben presentarse.
En ocasiones ni las palabras son necesarias para que una oración sea eficaz (Neh 2.4, 5). Puede ser un acto de contemplación, o un diálogo entre el orante y Dios en el lenguaje del espíritu. En el más puro sentido cristiano, una lágrima, un gemido o el silencio pueden convertirse delante de Dios en oración del más alto nivel espiritual (1 S 1.10, 12, 13; Ro 8.26). La Biblia dice que Cristo pasó noches enteras en oración. Probablemente no hablaba en voz alta, sino oraba en su fuero interno sin palabras siquiera. Eso es lo que hace practicable el mandamiento de 1 Ts 5.17. La mucha palabrería y no la falta de palabras fue lo que Cristo censuró (Mt 6.7).
La oración no debe usarse tampoco para ostentar religiosidad. En Mt 6.5 Cristo no condena el hecho de la oración pública, sino la motivación orgullosa con que esta se hacía.
La historia bíblica revela un proceso evolutivo en la oración. En el Antiguo Testamento, con algunas bellas excepciones, la oración es un recurso para conseguir bienes materiales y protección temporal. No muchos encontraban en ella un medio de comunión verdadera con Dios. En el Nuevo Testamento la oración se convierte, en forma más general, en una experiencia del espíritu. Disfrutar de la presencia de Dios y la unión con Cristo son los fines principales.
La oración ha involucrado generalmente ® Adoración, por la que expresamos nuestro sentimiento de la bondad y grandeza de Dios (Dn 4.34, 35); ® Confesión, por la que reconocemos nuestra iniquidad (1 Jn 1.9); súplica, por la que pedimos perdón, gracia o cualquier otra bendición (Mt 7.7; Flp 4.6); ® Intercesión, con la que rogamos por otros (Stg 5.16); y ® Acción de gracias, con la que expresamos nuestra gratitud a Dios (Flp 5.6).
Las Sagradas Escrituras contienen pasajes en los que pareciera que la oración pone al arbitrio indiscriminado del hombre los poderes ilimitados de Dios. Sin embargo, a esos pasajes los complementan otros que establecen condiciones claras para la eficacia de la oración, a saber: relación de hijo (Mt 6.9. 26, 32; 7.11; 15.26), fe (Mt 17.20; Lc 11.24; Stg 1.6), limpieza de vida (1 Ti 2.8; 1 P 3.7), armonía con la voluntad de Dios (1 Jn 5.14), corazón perdonador (Mc 11.22–26), persistencia (Gn 32.22–31; Lc 11.5ss; Hch 1.14; 12.5; Ro 12.12; Col 4.2) y buenos motivos (Stg 4.3).
Es responsabilidad cristiana orar por los enemigos (Mt 5.44), por los gobernantes (1 Ti 2.1–3), los unos por los otros (Stg 5.16), la obra de Dios y para que esta se lleve a cabo (Mt 9.36–38) y para que su reino se establezca (Mt 6.10). En Jud 20 se ordena orar en el ® Espíritu Santo, y según Jesucristo, lo mejor que Dios puede dar en respuesta a la oración es el Espíritu Santo (Lc 11.11–13).
Entre los interrogantes con relación a la oración, algunos se preguntan: ¿Por qué orar si Dios sabe lo que sus hijos necesitan antes de que se lo pidan y si ya Él tiene un plan para cada uno? ¿Por qué no se producen estas cosas espontáneamente? La Biblia enseña que se debe orar porque, aun cuando Dios sabe todas las cosas, Él ha establecido intervenir en ellas generalmente en respuesta a la oración. Además, de esta manera se le impone al hombre cierto grado de responsabilidad y se le permite desarrollarse y establecer un orden de prioridades.
La oración no tiene como finalidad decirle a Dios lo que debe hacer ni cómo debe hacerlo. El Altísimo es árbitro de sus planes pero, siendo el hombre un ser moral, Dios no le impone su plan, sino que se lo ofrece. A través de la oración el hombre conoce la voluntad divina, la acata y se capacita para llevarla a cabo en su vida (Ro 8.26, 27).
¿Por qué algunas oraciones no son contestadas? En realidad, Dios contesta todas las oraciones. Lo que sucede es que a veces su respuesta es negativa. A veces Dios explica el porqué de su negativa (Dt 3.23–26; 2 Co 17.7–9).
Si el que ora tiene absoluta fe en el amor (Jn 3.16; Ro 8.32), la justicia (Gn 18.25), la sabiduría (Jud 25) y la omnipotencia de Dios (Ap 1.8), estará capacitado no solo para aceptar las negativas o el silencio de Dios, sino aun las circunstancias que parezcan negar la eficacia de la oración. Saldrá triunfante aun frente a los casos más desconcertantes (Mt 11.11; 14.1–12).
El que ora enfrenta en ocasiones grandes obstáculos, no todos naturales: personalidad, preocupaciones, limitación de tiempo, ambiente, desconocimiento de lo que conviene (Ro 8.26), etc. Para que la oración llegue a Dios tiene que enfrentarse a las fuerzas espirituales de maldad (Dn 10.12–14; Lc 4.13; Ef 6.10–20). En esta lucha la única garantía de triunfo en la oración viene del auxilio del Espíritu Santo (Ro 8.26–28; Ef 6.18).
Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.
Bendiciones!
Estimado Armando
Bueno, mi pregunta nació en razón a tus argumentos de acuerdo a los parámetros que tu mismo haz puesto:
La Escritura.
Creo que existirá acuerdo entre nos que un diccionario jamás puede estar a la altura de la Biblia, y que para nosotros la guía está en su palabra más que en un diccionario... Con mucha frecuencia, el significado, de algunas palabras o actitudes, lo entrega su palabra distinto a lo que dice un diccionario.
Veamos entonces. Por supuesto, sin desmerecer tu forma de orar y de consagrarte a Dios junto a los tuyos, que es muy loable,... pero... debemos considerar que es lo que nos enseña su palabra en cuanto a la oración.
Primero, creo que sería insólito para cualquiera, aunque orar signifique "conversar con Dios"; estar cocinando y a la vez conversando con algún personaje importante,.... pensemos por ejemplo en que llegáse a nuestro hogar el presidente de la nación;... y mientras conversamos con un personaje tan importante, trabajamos, o barremos, o cocinamos, o aseamos, o lavamos el carro... ????
¿Cuanto más Dios?... o ¿Dios será menos importante que un presidente, y por tanto podemos conversar con él aún en las instancias más insólitas, y realizando cualquier actividad?
No estoy en contra de "hablar" con Dios mientras desarrollamos algún tipo de actividad; pero insisto, ... a eso yo no le llamo orar... Cuando hablamos con el Dios creador de todas las cosas; ¿no hemos de prestarle TODA la atención necesaria?... ¿podemos distraernos, estando delante del Rey de reyes y Señor de señores?
La oración, no debe ser una disciplina espiritual tan liviana; sino que debe merecer toda nuestra dedicación.
¿Que dice pues su palabra tocante a la práctica de la oración de Jesús... de los apóstoles... de los discípulos..?
Si hemos de mirar si la Palabra apoya el "ojos abiertos o cerrados", ¿porque no mirar la forma en que la oración la practicaron los primeros creyentes de la iglesia de Cristo?
¿Como oraba realmente Jesús?...
¿Se conformaba Jesús con "hablar con Dios" mientras desarrollaba su ministerio?:
"Y levantándose muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fué a un lugar desierto, y allí oraba" (marcos 1:35
Obviamente no vamos a buscar un lugar desierto; pero sí hemos de tomarnos el tiempo para estar a solas con Dios, dedicados solo a él; entregados concentradamente, no solo a tomar conciencia de lo que pedimos, sino también de la voz del Espíritu de Dios hacia nosotros. Cuando estamos delante de Dios, debemos guardar la más absoluta reverencia, respeto y disposición para con Dios....
Sigamos con Jesús:
"Y como llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación; y él se apartó de ellos como un tiro de piedra; y PUESTO DE RODILLAS, ...ORÓ.." (Lucas 22:40,41)
Ahora, ¿como oraban los discípulos?..
"Por ésta causa, DOBLO MIS RODILLAS al Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Hech. 3:14)
"Y como hubo dicho estas cosas, se puso DE RODILLAS, y oró con todos ellos" (Hech. 20:36)
¿Como oraban antiguamente los hombres de Dios?...
"Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entróse en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalem, HINCÁBASE DE RODILLAS tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Dios, COMO LO SOLIA HACER ANTES." (Daniel 6:10)
"Y púsose sobre él, é HINCÓSE DE RODILLAS delante de toda la congregación de Israel, y extebndiendo sus manos al cielo, dijo:" (2 Cron. 6:13)
"Venid, adoremos y postrémonos; ARRODILLÉMONOS delante de Jehová nuestro hacedor" (Salm. 95:6)
¿Porqué hago hincapié en "doblar las rodillas"?... Pues, porque eso nos señala claramente que la oración, no solo debe hacerse con respeto y reverencia ante Dios, sino también, porque ponerse de rodillas, entraña darse realmente el tiempo de dedicarse EXCLUSIVAMENTE a orar, de darse un tiempo, de mañana,... muy de mañana, al mediodía y al anochecer...
"Tarde y mañana y al mediodía ORARÉ y clamaré; y el oirá mi voz" (Salm. 55:17)
La oración no es algo improvisado, que podemos hacer aún estando en el baño, cocinando, trabajando, etc. etc. eso es clamor, que por cierto debe ser permanente, estemos donde estemos, PERO LA O-R-A-C-I-O-N, requiere tiempo, dedicación, consagración, exclusividad...
¿Cuanto se debe orar?... Creo que una de las grande falencias de la gran mayoría de los creyentes, es el poco o nada de tiempo que se dedica a la oración... Se conforman con "orar", cuando van conduciendo su carro, cuando están llenos de trabajo en la oficina, cuando están haciendo trámites, cocinando, pintando, etc. etc. etc.
Pero.. ¿que dice SU PALABRA tocante al tiempo que debemos dedicar a la oración?
Jesús, dijo que se debe orar, como
mínimo una hora:
"Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no has podido velar conmigo UNA HORA?" (Mat. 26:40)
Este es el punto de partida, UNA HORA, ... desde allí, debemos partir cuanto necesitemos orar...
Sin embargo, hoy por hoy, el tren de vida, lo vertiginoso de la sociedad, los afanes de éste mundo convulsionado, a algunos no les permiten dedicarse a la oración más que diez, quince minutos, media hora, y quizás ocasionalmente un poco más... Algunos solo alcanzan a saludar a Dios, y despedirse enseguida...
Casi en forma innata, cerramos nuestros ojos, contentrándonos... cuando queremos recordar algo, ... ¿cuanto más, cuando debemos concentrarnops reverente y arrobadamente delante de aquel Dios que nos ha honrado con permitirnos allegarnos a él?...
"¿Que es el hombre para que le visites... y el hijo del hombre, para que tengas de él memoría?"... ¿Debemos actuar tan displicentemente, realizando actividades, ocupándonos de nuestras cosas, mientras "conversamos con Dios"?... ¿Con aquel que nos ha honrado tomándonos en cuenta?
¿Hemos de orar a Dios, con los ojos abiertos, cuando estamos en su presencia, cuando nos hemos dado el tiempo para la oración, cuando entramos al mundo espiritual, ... buscando qué,... con nuestros ojos?...
Dios te bendiga