Estimado Ari, tengo muchísimas cosas por decir:
1- Agradecerte por tan valiosa información, que más que una información, es la transmisión misma de la palabra eterna que se encarna en nosotros cuando la leemos y nos transmite esa energía y ese espíritu Santo divino mediante el mashiaj, palabra eterna que además tu lo endulzas con un lenguaje apropiado para tratar un tema de tanta relevancia y reverencia. Esta lectura me ha tomado un par de horas para leerlo con calma y digerir tanta información.
2- Es muy grato que te hayas abierto a difundir las enseñanzas de sabios judíos y mucho más grato todavía, que lo cotejes con el NT, pues soy de los que creo que el tanaj y el NT están estrechamente relacionados, y por ende, no debería existir ninguna división entre el judaísmo y el cristianismo (verdadero), dicha división fueron causadas por mil razones de parte y parte en el transcurso de más de 2 mil años, y que gracias al Eterno, tengo la impresión que en estos tiempos parece haber un nuevo acercamiento entre judíos y cristianos para hacer brotar nuevamente el debate teológico.
La invitación está hecha: sumérjase en la profunda sabiduría del texto y redescubra la insondable riqueza de la cultura hebrea plasmada en cada letra y frase del Evangelio de Juan.
Sin duda, una gran daath.
La cuarteta oculta y la huella hebrea en Juan 1:1-2
Adentrémonos en el análisis de Juan 1:1-2 y descubramos un detalle sorprendente y revelador que ha sido, por largo tiempo, invisibilizado por la versificación tradicional: la presencia de una cuarteta. Este conjunto de versos, estructurado de la siguiente manera:
- Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος
- καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν
- καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος
- οὗτος ἦν ἐν ἀρχῇ πρὸς τὸν θεόν
Esta disposición poética, lejos de ser un mero ornamento estilístico, deja entrever la indiscutible identidad hebrea del autor, quien plasma en cada verso la esencia de su rica tradición cultural y espiritual.
Métrica y rima
La cuarteta en Juan 1:1-2 posee una métrica y rima particulares, características de la poesía hebrea. Cada verso contiene un número específico de palabras, y su disposición sigue un patrón rítmico y sonoro:
- Cinco palabras.
- Siete palabras.
- Cinco palabras.
- Siete palabras.
En cuanto al uso del término griego “kai” (καὶ) al inicio de cada frase, este elemento refleja fielmente la estructura y el pensamiento hebreo del escritor. La palabra griega “kai” es, en realidad, la materialización de la “vav” (וְ) hebrea en el texto. A modo de ilustración, podemos encontrar ejemplos de cómo la “vav” se utiliza en hebreo, de manera similar a cómo se emplea el “kai” en Juan 1:1-2.
Texto hebreo de Génesis 1
Ver el archivo adjunto 3325014
Revelando la musicalidad hebrea en la cuarteta de Juan 1:1-2
El hallazgo de esta cuarteta nos invita a repensar la manera en que abordamos el estudio de Juan 1:1-2, permitiéndonos descubrir su rica musicalidad y la esencia hebrea que subyace en cada palabra y estructura. Al desentrañar estos secretos, nos sumergimos en un océano de sabiduría y poesía que trasciende el mero análisis lingüístico y nos conecta con la profundidad espiritual del autor y su mensaje.
Excelente enfoque cabalistico.
¿Se podría afirmar entonces con mayor seguridad, que los escritos del NT son auténticas obras judías? (Obviando toda la parte manipulada de las traducciones)
En base a todo este artículo, veo que entonces existe legitimidad hebrea en los textos cristianos.
El eco del Génesis en Juan 1:1
La introducción del evangelio atribuido a Juan alude inequívocamente al Génesis, desvelando una conexión profunda y deliberada con las raíces hebreas de su autor. Para comprender la magnitud de este vínculo, es menester examinar las palabras en su forma original: en griego, “ἀρχή” (arjé), y en hebreo, “בְּרֵאשִׁית” (bereshit).
Bereshit y Arjé: la esencia de un principio
La palabra hebrea “bereshit” es única en el Tanaj, puesto que solo se emplea para evocar comienzos trascendentales. Sin embargo, al ser traducida al griego como “arjé”, esta palabra pierde su singularidad y exclusividad en el texto, dando lugar a una introducción que, aunque poderosa e impactante, no refleja cabalmente la visión original del autor.
La visión original: un Tabernáculo de palabras
Siguiendo con el símil bíblico, Moisés construyó el Tabernáculo conforme a lo que se le mostró, de igual manera, el texto griego de Juan 1:1-2 es solo una representación de lo que el autor percibió en su mente. Es indudable que esta visión primigenia fue concebida en hebreo, el idioma y la cosmovisión que impregnaba cada fibra de su ser. Al igual que el Tabernáculo, el evangelio de Juan es una estructura literaria edificada a partir de un diseño celestial: el mensaje original en hebreo.
La exclusividad y versatilidad de בְּרֵאשִׁית (bereshit)
Efectivamente, la palabra hebrea בְּרֵאשִׁית (bereshit) aparece en cinco ocasiones en la Biblia hebrea. Aunque su aparición más célebre es en el primer versículo de la Torá, las otras cuatro ocurrencias se hallan en el libro del profeta Jeremías. Sin embargo, es importante recalcar que cada aparición de “bereshit” es única en su contexto, lo que le confiere un significado especial y exclusivo en cada caso.
El contexto de בְּרֵאשִׁית en el Tanaj
- Génesis 1:1 – En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.
- Jeremías 26:1 – En el principio del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, sucedió esto.
- Jeremías 27:1 – En el principio del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, sucedió esto.
- Jeremías 28:1 – En el principio del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, sucedió esto.
- Jeremías 49:34 – En el principio del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, sucedió esto.
Cada aparición de “bereshit” en el Tanaj sirve como punto de partida para un relato o evento específico. En el caso de Juan 1:1, la alusión a בְּרֵאשִׁית refuerza la idea de un comienzo trascendental, que se relaciona con la creación y la inauguración de una nueva era, aludiendo al papel del Mesías como agente de cambio y luz en el mundo.
El número seis y su vínculo con el Mashiaj
El hecho de que בְּרֵאשִׁית aparezca seis veces, contando su alusión en Juan 1:1, es relevante en la tradición judía, ya que el número seis posee un simbolismo especial. El número seis representa la creación del mundo en seis días, así como la culminación de la obra divina antes del Shabat, el séptimo día.
En la tradición mística judía, el seis también se asocia con la sefirá Tiféret, un atributo divino que simboliza la armonía, la belleza y la compasión. Mashiaj, como encarnación de la redención y la restauración del mundo, puede ser asociado con este atributo divino, ya que su llegada traerá equilibrio y paz al mundo.
De esta forma, el uso de בְּרֵאשִׁית en Juan 1:1, además de sus cinco apariciones en el Tanaj, establece un vínculo poderoso entre la creación, la historia de Israel y la promesa mesiánica, subrayando la importancia de comprender el evangelio de Juan desde una perspectiva hebrea.
Muy edificante enseñanza, gematría divina.
La preexistencia en el pensamiento hebreo y el verbo “ἦν”
El concepto de preexistencia en la cosmovisión hebrea se distancia de las interpretaciones doctrinales que han oscurecido y distorsionado su significado. La preexistencia, en la mente del autor del Evangelio de Juan, no se refiere a una forma de vida anterior, sino a una previsión divina de la solución al problema. En el pensamiento hebreo, Dios concibe y establece sus planes desde antes de que ocurran los acontecimientos, como se evidencia en la figura mesiánica.
El verbo ἦν, presente en Juan 1:1, es crucial para entender el alcance de la declaración en el versículo. Al compararlo con el verbo הָיָה en hebreo, se puede apreciar la diferencia en la percepción y enfoque de la preexistencia en la tradición hebrea. La ventaja de הָיָה sobre ἦν radica en su capacidad para transmitir un sentido más profundo de continuidad y existencia, más acorde con la visión hebrea.
Bereshit Rabbah 1:4: el Mesías en el pensamiento hebreo
El Midrash de Bereshit Rabbah 1:4 ofrece una perspectiva valiosa sobre la idea de Mashíaj (Mesías) en la tradición hebrea. La porción citada establece:
Seis cosas precedieron a la creación del mundo; algunas de ellas fueron creadas y otras se decidió crearlas. La Torá y el Trono de Gloria fueron creados. Los Patriarcas, Israel, el Templo y el nombre del Mesías fueron decididos para ser creados. ¿Cómo sabemos sobre el nombre del Mesías? Como dice (Salmos 72:17): “Que su nombre exista para siempre”.
Esta declaración refuerza la noción de que la figura mesiánica fue concebida por Dios antes de la creación, en consonancia con la idea de preexistencia desde la perspectiva hebrea.
Este enfoque ilumina nuestra comprensión de Juan 1:1, al revelar que el verbo ἦν no necesariamente implica una existencia pre-mundana literal del Mesías. Más bien, resalta cómo Dios, en su infinita sabiduría, ideó y estableció el plan mesiánico desde antes de la creación, siendo el Mesías la piedra angular de la historia de la redención.
Entiendo que la pre-existencia que se refiere Juan 1:1 es al Ma'amar que siempre ha estado con Dios.
Revelando la verdad en el Logos: una perspectiva hebrea
El enigma del Logos
Uno de los desafíos más intrigantes en el análisis del Evangelio de Juan es la interpretación del concepto “Logos” en su primer versículo. Lamentablemente, la búsqueda de su significado en la filosofía griega ha ocasionado confusiones y malentendidos. Este estudio pretende arrojar luz sobre el Logos desde la perspectiva hebrea, adentrándose en las profundidades de la cosmovisión y tradición judías.
El error de buscar en las profundidades equivocadas
Es crucial reconocer el yerro de aquellos que se han sumergido en el océano de la filosofía griega, extraviados en pos de un significado que no corresponde con la intención del autor. La palabra “Logos” fue utilizada por el autor debido a las limitaciones del idioma griego, pero su visión era eminentemente hebrea y centrada en la figura del מָשִׁיחַ (Mashíaj).
El dilema de los movimientos mesiánicos
Por otro lado, los movimientos mesiánicos, que en esencia perpetúan dogmas cristianos bajo una apariencia pseudo hebrea, incurren en el error de sustituir la palabra griega λόγος por דָּבָר (davar). Esta práctica evidencia una comprensión superficial del judaísmo y una adopción de un mero disfraz, alejado de la esencia y profundidad de la tradición hebrea.
El tesoro escondido en el פִּרְקֵי אָבוֹת (Pirkei Avot)
Para comprender el verdadero significado del Logos, debemos adentrarnos en el tesoro del פִּרְקֵי אָבוֹת (Pirkei Avot), una obra que forma parte de la מִשְׁנָה (Mishná) y expone la sabiduría de los maestros judíos. En particular, la Mishná 5:1 ilumina la cosmovisión hebrea sobre la creación del mundo a través de diez מַאֲמָרוֹת (ma’amarot), en contraposición a la noción de diez דְּבָרִים (devarim):
Con diez ma’amarot se creó el mundo. ¿Y qué enseña esto, ya que seguramente podría haber sido creado con un solo ma’amar? Pero esto fue así para castigar a los malvados que destruyen el mundo que fue creado con diez ma’amarot, y para dar una buena recompensa a los justos que mantienen el mundo que fue creado con diez ma’amarot.
La manipulación en la traducción de Logos como “Verbo”
El término griego λόγος (Logos) se encuentra disperso a lo largo del Nuevo Testamento, pero curiosamente, su traducción como “Verbo” se limita principalmente a los pasajes de Juan y el Apocalipsis. La elección de la palabra “Verbo” como equivalente de Logos, en lugar de aportar claridad, genera confusión y oscurece el concepto original. Este hecho sugiere una manipulación en la traducción, cuya intención podría estar lejos de ofrecer una interpretación precisa del texto.
Anacronismo y surgimiento del concepto gramatical de “verbo”
La traducción de Logos como “Verbo” resulta anacrónica, puesto que el concepto gramatical de “verbo” como lo conocemos en la actualidad, no existía en la época en que se redactó el Nuevo Testamento. La gramática y terminología modernas han evolucionado a lo largo de los siglos, y en ese proceso, el significado de ciertos términos ha cambiado o se ha adaptado a nuevas realidades.
El concepto de “verbo” como una categoría gramatical que designa una acción, estado o proceso, tiene sus raíces en la tradición grecolatina. Sin embargo, no fue hasta la obra del gramático romano Prisciano en el siglo VI d. C. que se consolidó la noción de “verbo” como la conocemos hoy. Antes de Prisciano, el término latino “verbum” se usaba para referirse a una palabra en general, sin la connotación específica de acción, estado o proceso que actualmente le atribuimos.
La aplicación anacrónica del término “Verbo” para traducir Logos de Juan 1 y el Apocalipsis genera una discrepancia con la intención original del autor. Al hacerlo, se introduce un elemento ajeno al contexto en el que se escribió el texto, lo cual distorsiona y oscurece su mensaje.
La traducción de Logos como “Verbo” en Juan y el Apocalipsis representa una manipulación y un anacronismo que tergiversa el significado original del término. La adopción de esta traducción parece obedecer a motivaciones ajenas a una interpretación fiel y precisa del texto, lo cual ha contribuido a oscurecer y distorsionar el mensaje de estas escrituras desde una perspectiva hebrea.
Logos, Davar y Ma’amar: Diferencias esenciales en el estudio de Juan 1:1
La intrascendencia del λόγος (Logos) en el Nuevo Testamento
Para adentrarnos en la comprensión profunda del versículo en cuestión, es imprescindible definir y contrastar tres conceptos clave: λόγος (Logos), דָּבָר (Davar) y מַאֲמָר (Ma’amar).
La palabra λόγος (Logos), empleada en el griego, ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Sin embargo, es importante señalar que su relevancia en el Nuevo Testamento es circunstancial, pues el autor del Evangelio de Juan se veía constreñido por el léxico griego para plasmar su visión hebrea del מָשִׁיחַ (Mashíaj). Por tanto, buscar profundidad en el λόγος (Logos) resulta inapropiado y desorientador.
La esencia del דָּבָר (Davar) en la cosmovisión hebrea
Por otro lado, la palabra hebrea דָּבָר (Davar) se refiere, en esencia, a una palabra o mensaje, y es utilizada frecuentemente en el contexto de las Escrituras hebreas. Sin embargo, es erróneo asumir que el λόγος (Logos) alude al דָּבָר (Davar) en el Evangelio de Juan. Al atribuirle ese significado, se estaría desvirtuando la perspectiva hebrea del autor y oscureciendo la verdadera intención del mensaje.
El papel de la מַאֲמָר (Ma’amar) en la creación
En contraposición, el término מַאֲמָר (Ma’amar) se relaciona directamente con la cosmovisión hebrea de la creación del mundo. De acuerdo con la Mishná 5:1 del פִּרְקֵי אָבוֹת (Pirkei Avot), el mundo fue creado mediante diez מַאֲמָרוֹת (ma’amarot), término que alude a expresiones divinas. La distinción entre דָּבָר (Davar) y מַאֲמָר (Ma’amar) es esencial para evitar confusiones y aproximarnos a la visión hebrea del autor en Juan 1:1.
En busca de la verdad sobre el Logos
El propósito de este estudio es descubrir la verdad en el Logos desde la perspectiva hebrea, evitando los errores de atribuirle significados ajenos a la intención del autor. Al diferenciar de manera clara y comprensible los conceptos de λόγος (Logos), דָּבָר (Davar) y מַאֲמָר (Ma’amar), y al analizarlos en el marco de la cosmovisión hebrea, se busca revelar la profundidad y autenticidad del mensaje original en Juan 1:1, desentrañando el sentido último del texto y permitiendo al lector adentrarse en la riqueza de la tradición hebrea que subyace en el Evangelio de Juan.
El enigma de Éxodo 13:1: La revelación de Dios a través del verbo (ma’amar)
En un análisis profundo de la comunicación divina, el relato de Éxodo 13:1 es de particular interés. El versículo nos presenta a Dios comunicándose con Moisés mediante el verbo וַיְדַבֵּר (Vaiedaver), seguido por לֵאמֹר (Lemor). La obra exegética de Rabbeinu Bahia, un erudito hebreo de renombre, desentraña las sutilezas detrás de esta elección de palabras.
Éxodo 13:1
וַיְדַבֵּר יְהוָה אֶל-מֹשֶׁה לֵּאמֹר
Vaidaber Hashem el-Moshé lemor
Y habló el Señor a Moisés, diciendo
Rabbeinu Bahia revela que el דָּבָר (Davar) de Dios contenido en וַיְדַבֵּר (Vaiedaver) representa un flujo de luz divina incomprensible para la mente humana. Este flujo de información celestial, en su forma más pura, escapa a la capacidad de asimilación del hombre. En contraste, el מַאֲמָר (Ma’amar) es la adaptación de esa luz inefable a una percepción humana más accesible. La Torá utiliza el verbo וַיְדַבֵּר (Vaiedaver) al narrar la comunicación de Dios con Moisés en Éxodo 13:1, mientras que el verbo לֵאמֹר (Lemor) se emplea cuando se refiere a la transmisión del mensaje divino al pueblo.
La transición del Davar al Ma’amar: El Mesías como mensaje directo de Dios
La figura de Jesús como Mesías se ajusta de manera sorprendentemente natural a este marco conceptual judío. Anteriormente, el pueblo de Israel requería de un intermediario, como Moisés, para transformar el Davar incomprensible en un Ma’amar accesible. Sin embargo, desde la perspectiva hebrea del autor de Juan 1, Jesús representa la encarnación misma del Ma’amar. En otras palabras, el Mesías ya no es un mero intermediario; él es el mensaje de Dios, directamente transmitido, hecho “carne”.
Entendí mal... ¿realmente estás afirmando que el Ma'amar se hizo carne en Jesús? Me parece contradictorio que un judío ortodoxo lo afirme, no estoy seguro de entenderte, pues el judaísmo ve a Jesús cómo un estafador sin relevancia teológica. (Disculpa si mi percepción es errada)
Esta interpretación desafía la tendencia generalizada de concebir a Jesús como el λόγος (Logos) en el sentido de la filosofía griega o incluso como el Davar hebreo. En lugar de ello, sitúa a Jesús en el centro de la comunicación divina y la experiencia espiritual, como el Ma’amar que Dios ha enviado directamente a la humanidad.
Al desentrañar estas complejidades lingüísticas y conceptuales, se ilumina la verdadera naturaleza del mensaje en Juan 1:1. El autor, imbuido de una cosmovisión hebrea, no pretende establecer una conexión entre Jesús y el Logos o el Davar; más bien, busca revelar al Mesías como la manifestación tangible y accesible del Ma’amar divino, la comunicación perfecta de Dios con la humanidad.
Es interesante que se pueda comprender de esta manera esa mediación de Jesús entre Dios y la humanidad, excelente.
Desentrañando las tensiones en Juan 1:1 desde la perspectiva hebrea
“Todas las cosas por “él” fueron hechas”
El conflicto en la interpretación tradicional
Asignar los artículos “αὐτοῦ” (autou) al Logos en Juan 1:3-4 genera un intrincado laberinto de tensiones y conflictos. Al igual que en un complejo mecanismo de relojería, donde una pieza mal colocada puede alterar el funcionamiento de todo el sistema, la atribución errónea de “αὐτοῦ” al Logos desencadena una sucesión de incoherencias irresolubles.
Si consideramos que en Juan 1:3 “αὐτοῦ” se refiere al Logos, entonces afirmamos que “todas las cosas fueron hechas por el Logos”. Este enfoque choca frontalmente con pasajes del Nuevo Testamento como Colosenses 1:16, donde se lee que “todo fue creado por medio de él”. El Nuevo Testamento sostiene que todo fue hecho por medio de él, no por él mismo. La asignación de “αὐτοῦ” al Logos parece obedecer a una agenda dogmática en favor de una doctrina que, sin intervención moderna, no encontraría sustento en el texto original.
En 1 Corintios 8:16 se afirma que “solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas”. Esto deja en claro que no existe un Dios-Logos ni un Dios-Hijo; hay un único Dios, el Padre, del cual emanan todas las cosas. Asignar el artículo “él” de Juan 1:3-4 al Logos entra en conflicto con este versículo, pues estaríamos diciendo que del Logos proceden todas las cosas, cuando está expresamente señalado que solamente del Padre, que es el único Dios, proceden todas las cosas.
Efectivamente, esto lo confirma la versión aramea:
«3- Por medio de Él fueron hechas todas las cosas»
En plena concordancia con Colosenses 1:16 como bien dices.
Reevaluando la atribución de αὐτοῦ
Al analizar minuciosamente el texto y liberarnos de las ataduras dogmáticas y doctrinales, podemos encontrar una interpretación más ajustada al pensamiento del autor hebreo.
La solución radica en atribuir el artículo “αὐτοῦ” a Dios y no al Logos. De este modo, no solo nos alineamos con la visión original del autor, sino que también logramos que todo encaje de manera natural, sin tensiones ni contradicciones. Como resultado, las doctrinas impuestas durante siglos se desmoronan, dejando al descubierto la verdad subyacente.
Reformulemos los versículos con este nuevo enfoque:
3 Todas las cosas por Dios fueron hechas, y sin Dios nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En Dios estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Esta interpretación revela un texto armonioso y coherente, libre de tensiones y sobrecargas doctrinales.
En tu análisis anterior quedó muy bien explicado que el verso 3 sostiene «
por medio de Él» es decir, de Dios por medio del Ma'amar. ¿Porqué no lo agregaste en tu nuevo enfoque? Y en cambio, estas agregando la palabra Dios.
La omisión de la palabra «por medio de» que estás haciendo afecta el sentido de los versículos posteriores, dando a entender que es Dios, y no el Ma'amar.
Me parece que te estás contradiciendo, alegando primero que el verso 3 debe decir «por medio de» y apenas unas líneas más abajo eliminas tu mismo esa palabra del verso 3.
Continuo en un siguiente post...