Descubren a 65 curas pederastas en México; uno de ellos en Cajeme. En México hay al menos 65 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores. Todos ellos fueron trasladados a distintas arquidiócesis del país luego de que se presentaron denuncias en su contra en territorio estadounidense por pederastia.
Éric Barragán, presidente para América Latina de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP por sus siglas en inglés), afirmó que gracias al Directorio Eclesiástico de la República Mexicana 2009, elaborado por la Arquidiócesis de México y que salió a la venta el mes pasado, se ha podido localizar a 16 curas en activo con denuncias.
Estos sacerdotes, provenientes de diferentes países, fueron colocados, para ejercer su ministerio, en las Arquidiócesis de Guadalajara, San Luis Potosí, Xalapa, Tlalnepantla, Yucatán, México, Querétaro y Tijuana, así como en las diócesis de Colima, Aguascalientes, Ciudad Guzmán, Ciudad Obregón, Cuernavaca y Culiacán.
Eric Barragán explicó que, desde diciembre de 2005 en México, se sospechaba que unos 40 sacerdotes que integraban una lista de ministros religiosos culpables de abusos y que escaparon de la justicia estadunidense, se encontraban en México.
Con esos datos se le entregó una carta al cardenal Norberto Rivera Carrera en sus oficinas de la curia, donde se le solicitó intervenir para evitar que esos sacerdotes dañaran a otros niños.
A los dos meses, el cardenal respondió que estaba dispuesto a trabajar con la SNAP, pero no tenía competencia para buscar, ni jurisdicción para actuar, pues sólo las víctimas podrían denunciar ante el Ministerio Público.
Para evitar equívocos, la lista que fue dada a conocer ayer, señaló Barragán, fue cuidadosamente cotejada con el directorio eclesiástico y con la base de datos que se tiene de todos los casos en Estados Unidos, en donde están las denuncias y los generales de los curas.
De la Arquidiócesis de México se identificó a dos sacerdotes: uno que llegó de Denver, Lucas Antonio Galván Valdez, a quien se le ubicó en el templo del Sagrado Corazón y San Cayetano, así como Francisco Javier García Ortiz, del templo la Medalla Milagrosa.
Cuando supo del asunto, el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, explicó que Galván Valdez se encuentra actualmente suspendido de su ministerio sacerdotal y aseguró que el cardenal Norberto Rivera, al conocer la denuncia solicitó información a su congregación, por lo que el religioso “ya es investigado”.
Sin embargo, en el caso de Francisco Javier García Ortiz reconoció que no tiene conocimiento de su situación, aunque también prometió que será investigado.
José Bonilla, abogado de la SNAP, explicó que el sacerdote Carlos López Valdés ya había sido denunciado por el joven Jesús Romero Colín, quien entregó a las autoridades un cd con más de 400 fotografías para documentar el abuso sexual y en las cuales se puede observar al cura atacando sexualmente a niños de 10 y 12 años de edad, sin embargo, un juez desestimó estas pruebas.
Bonilla afirmó que López Valdez aún imparte misas en templos de Tlalpan, sin embargo Hugo Valdemar Romero afirmó que ha sido suspendido como sacerdote, “su caso se encuentra en Roma y sólo se espera la respuesta oficial para que sea reducido al estado laical”.
En la lista de sacerdotes pederastas de la SNAP aparece el nombre del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, quien falleció hace dos años, por lo que, comentó Éric Barragán, existe la posibilidad de que otros sacerdotes acusados del mismo delito hayan muerto.
También hay otros que ya han sido suspendidos, como Nicolás Aguilar Rivera, a quien se le acusa de haber abusado sexualmente de más de 120 niños en México y Estados Unidos.
Para Éric Barragán es difícil que se haga justicia en México a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, pero al hacer pública la lista espera que las personas denuncien a otros. “Sólo así se podrá avanzar en la búsqueda de la justicia, castigando a los culpables”.
(Información de Milenio)
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Especialmente dedicado al devoto de Pio X y al caminante parado. Les aseguro que no tengo pruebas arqueológicas de lo que se denuncia es este epígrafe.