Re: ¿De verdad salvos siempre salvos, o se pierde la salvación?
Apo_22:19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. ¿Puede Dios borrarnos del libro de la vida? ¿Por supuesto, es Dios?
En mi modesta opinión la salvación consiste de dos partes.
Una parte la lleva a cabo Dios y la otra la llevamos a cabo nosotros.
Dios pone en marcha el plan de salvación enviando a un postrer Adán que a diferencia del primero, le obedece en todo y se mantiene bajo el gobierno y la autoridad de Dios.
El primer Adán al creerle mas al Diablo que a Dios se paso del gobierno de Dios al gobierno de Satanás.
Y toda su descendencia para siempre quedamos en el Egipto espiritual, esclavizados a faraón o sea Satanás.
La ley es solo para enseñarnos que la descendencia de Adán no tiene salvación ya que un muerto no se puede auto resucitar.
De esta primer nacimiento nadie se salva.
El error de Adán no se puede echar atrás.
Si no entramos en este nuevo pacto quedamos bajo el que nos corresponde por descendientes del primer Adán.
Pero para poder desengancharnos del nacimiento en Adán y que se nos cuente como descendientes del postrer Adán, Dios nos pide que nos arrepintamos.
¿Acaso puede el arrepentimiento genuino salvar a Adán? De ninguna manera.
¿Acaso puede el arrepentimiento genuino salvar a la descendencia de Adán? De ninguna manera.
Porque todos pecamos y estamos separados de Dios para siempre según este nacimiento en Adán.
¿Entonces si el arrepentimiento no nos puede salvar, porque Dios nos manda a que nos arrepintamos?
Porque Dios se proveyó de otro Adán, el cual fue justo ante el y en nada pecó y determinó una estrategia de salvación.
Si bien el arrepentimiento no nos puede salvar en Adán, es el requisito que Dios pone para que podamos arrebatar para nosotros el nacer de este nuevo Adán y heredar vida.
La necesidad de nacer de nuevo se impone, para morir al primer adán y por ende a este pacto de sangre en el y nacer del nuevo Adán, por medio de un nuevo pacto de sangre.
La parte de la salvación que hace Dios comienza en María, cuando el Espíritu Santo, engendra al postrer Adán en su vientre y se completa con su obediencia hasta la muerte por los pecados del mundo.
La parte nuestra radica en creer en este mensaje de salvación de Dios y arrepentirnos y morir Adán, nuestro viejo hombre, y nacer en Cristo como criaturas nuevas por medio de la fe.
La parte que hizo Dios ya ha sido consumada y no se puede deshacer. No existe forma de perder esta oferta de Dios. Este nuevo pacto, para reemplazar cualquier pacto anterior.
La parte nuestra es aceptar su oferta de salvación y creer en el evangelio de Jesucristo.
Agradó a Dios salvar a los hombres por la locura de la predicación.
Es secreto es creerle a Dios y guardar esa fe viva hasta el final.
Y como a partir de este nuevo nacimiento todo es una cuestión de fe, porque somos muertos a Adán y nacidos en Cristo por fe y no en la realidad. Porque en esta realidad que vivimos somos hijos de Adán.
Por eso sin fe es imposible agradar a Dios.
Las obras humanas salen de los descendientes de Adán.
Pero la fe es de los hijos de Dios.
Para el nacido de nuevo todo pasa por la fe y conforme a tu fe te será echo.
Si crees que nunca vas a perder tu fe, nunca la perderás, pero si crees que la podés perder, también conforme a tu fe será.