Hermanos en Cristo y El Espíritu de Su Palabra
Con el asunto de la revelación pública del hermano Timoteo, sobre la confesión de fe católica Romana del forista Luis Fernando, el cual nos ha prometido desaparecer del foro, lo cual de ninguna manera creo, se puede intentar reflexionar sobre la credibilidad de lo que las personas escriben, confiesan y dan como testimonio cuando no se les ve la cara y no se les puede mirar directamente a los ojos y apreciar el rictus, que en ocasiones delata la debilidad de carácter, la inmadurez, la falta de dominio, la sabiduría en su propia opinión e incluso la mentira con una evidencia pasmosa.
Lo anterior pareciera poco importante, pero es sabido que muchas personas consideran estos foros y otros como compañía real, como su congregación, donde encuentran alivio para su soledad, llegando a dedicar una gran cantidad de tiempo a estos sistemas, al punto que algunos reconocen cierto grado de adicción. Las repercusiones de esto son insospechadas y recién se están realizando estudios serios sobre este asunto. Además existe una masa oculta que no participa directamente, sino que solo lee los escritos y nunca toma la decisión de participar, en ello hay diversidad de razones, como las hay para los que finalmente se atreven a hacerlo.
En cuanto a lo que a nosotros particularmente nos interesa, es decir la predicación del Evangelio y el compartir con personas de la misma fe, existe una peligro mayor. Me refiero a que ciertas personas llegan a ser consideradas como "maestros", por algunos que encuentran lógica, compañía, amor, inteligencia, erudición e inclusive llegan a identificarse plenamente con los escritos de estas personas y finalmente con la persona misma, dando lugar a los prosélitos que siguen a estos "maestros" a como de lugar y encuentran justificación a todas sus actuaciones no importando lo inconsecuentes que puedan resultar sus declaraciones, las cuales son tomadas por enseñanzas dignas de crédito, llegando a conformar las camarillas, dentro de las cuales se defienden unos a otros, usando el insulto, el llamar antievangelicos, la ironía, la burla, el rasgarse los vestidos, las lagrimas e incluso llamando hijos de satanás a los que se atreven a decirles ustedes nos son dignos de crédito, no les creemos.
Evidentemente, las formas de decir las cosas varían dependiendo del olfato, la paciencia y el carácter de quien se las diga, pero lo importante es decirlas y no claudicar en ello.
El caso de Luis Fernando, es la representación real mas patética de lo que he dicho mas arriba, basta revisar el siguiente echo:
El argumento principal para ocultar su vuelta al catolicismo romano en este foro, fue no querer ser piedra de tropiezo para nadie, pero, cuando él se confesaba evangélico no trepidó en hacer una confesión pública del catolicismo ortodoxo, sin considerar siquiera que sería piedra de tropiezo para muchos. Eso no es digno de crédito y cualquiera que de validez a ese argumento o tiene muy mala memoria o está rematadamente ciego.
Lo mas sorprendente del caso es que se desplegaron grandes esfuerzos subterráneos por evitar que esto se hiciese publico y se verificara, una vez mas, la inconsistencia y la volatilidad del pensamiento de Luis Fernando. En lo personal hablamos por teléfono con Luis F., desde Chile a Madrid 45 minutos y de Madrid a Chile casi 2 horas. Se debe decir aquí, que es falso lo que aseguró Karolusin en el otro foro, de que existía un pacto entre los evangélicos para tapar este asunto, declaro aquí que no participé en ningún acuerdo y que desconozco si existió algo al respecto.
En relación a la actitud del hermano Timoteo al revelar este asunto para el conocimiento de todos, lo encuentro valiente y consecuente hasta el final, porque el hermano Timoteo nunca creyó que Luis Fernando fuese verdaderamente evangélico, esa es la raíz del asunto. Debo agregar que con el hermano Timoteo podemos diferir en la manera de decir las cosas y de hurgar en la motivaciones profundas de la personas y los espíritus que las animan, pero solo hay diferencias en la forma y no en el fondo. En vano resultó mi esfuerzo por interponerme entre quienes le apedreaban sin misericordia y él, a fin de sufrir en parte, y en mi mismo, el castigo que le fue propinado.
Finalmente, solo me resta decir que ojalá Luis Fernando cumpla lo que ha dicho y se retire de una buena vez de foro y que al hermano Timoteo se le permita nuevamente el ingreso.
A los verdaderamente evangélicos y que no tienen al Espíritu de la Palabra de Dios como entretención dialéctica y letra muerta, les digo, cuídense de los lobos rapaces y de llegar a querer mas al hombre y sus obras antes que al Creador.
En Cristo
Rogelio
Con el asunto de la revelación pública del hermano Timoteo, sobre la confesión de fe católica Romana del forista Luis Fernando, el cual nos ha prometido desaparecer del foro, lo cual de ninguna manera creo, se puede intentar reflexionar sobre la credibilidad de lo que las personas escriben, confiesan y dan como testimonio cuando no se les ve la cara y no se les puede mirar directamente a los ojos y apreciar el rictus, que en ocasiones delata la debilidad de carácter, la inmadurez, la falta de dominio, la sabiduría en su propia opinión e incluso la mentira con una evidencia pasmosa.
Lo anterior pareciera poco importante, pero es sabido que muchas personas consideran estos foros y otros como compañía real, como su congregación, donde encuentran alivio para su soledad, llegando a dedicar una gran cantidad de tiempo a estos sistemas, al punto que algunos reconocen cierto grado de adicción. Las repercusiones de esto son insospechadas y recién se están realizando estudios serios sobre este asunto. Además existe una masa oculta que no participa directamente, sino que solo lee los escritos y nunca toma la decisión de participar, en ello hay diversidad de razones, como las hay para los que finalmente se atreven a hacerlo.
En cuanto a lo que a nosotros particularmente nos interesa, es decir la predicación del Evangelio y el compartir con personas de la misma fe, existe una peligro mayor. Me refiero a que ciertas personas llegan a ser consideradas como "maestros", por algunos que encuentran lógica, compañía, amor, inteligencia, erudición e inclusive llegan a identificarse plenamente con los escritos de estas personas y finalmente con la persona misma, dando lugar a los prosélitos que siguen a estos "maestros" a como de lugar y encuentran justificación a todas sus actuaciones no importando lo inconsecuentes que puedan resultar sus declaraciones, las cuales son tomadas por enseñanzas dignas de crédito, llegando a conformar las camarillas, dentro de las cuales se defienden unos a otros, usando el insulto, el llamar antievangelicos, la ironía, la burla, el rasgarse los vestidos, las lagrimas e incluso llamando hijos de satanás a los que se atreven a decirles ustedes nos son dignos de crédito, no les creemos.
Evidentemente, las formas de decir las cosas varían dependiendo del olfato, la paciencia y el carácter de quien se las diga, pero lo importante es decirlas y no claudicar en ello.
El caso de Luis Fernando, es la representación real mas patética de lo que he dicho mas arriba, basta revisar el siguiente echo:
El argumento principal para ocultar su vuelta al catolicismo romano en este foro, fue no querer ser piedra de tropiezo para nadie, pero, cuando él se confesaba evangélico no trepidó en hacer una confesión pública del catolicismo ortodoxo, sin considerar siquiera que sería piedra de tropiezo para muchos. Eso no es digno de crédito y cualquiera que de validez a ese argumento o tiene muy mala memoria o está rematadamente ciego.
Lo mas sorprendente del caso es que se desplegaron grandes esfuerzos subterráneos por evitar que esto se hiciese publico y se verificara, una vez mas, la inconsistencia y la volatilidad del pensamiento de Luis Fernando. En lo personal hablamos por teléfono con Luis F., desde Chile a Madrid 45 minutos y de Madrid a Chile casi 2 horas. Se debe decir aquí, que es falso lo que aseguró Karolusin en el otro foro, de que existía un pacto entre los evangélicos para tapar este asunto, declaro aquí que no participé en ningún acuerdo y que desconozco si existió algo al respecto.
En relación a la actitud del hermano Timoteo al revelar este asunto para el conocimiento de todos, lo encuentro valiente y consecuente hasta el final, porque el hermano Timoteo nunca creyó que Luis Fernando fuese verdaderamente evangélico, esa es la raíz del asunto. Debo agregar que con el hermano Timoteo podemos diferir en la manera de decir las cosas y de hurgar en la motivaciones profundas de la personas y los espíritus que las animan, pero solo hay diferencias en la forma y no en el fondo. En vano resultó mi esfuerzo por interponerme entre quienes le apedreaban sin misericordia y él, a fin de sufrir en parte, y en mi mismo, el castigo que le fue propinado.
Finalmente, solo me resta decir que ojalá Luis Fernando cumpla lo que ha dicho y se retire de una buena vez de foro y que al hermano Timoteo se le permita nuevamente el ingreso.
A los verdaderamente evangélicos y que no tienen al Espíritu de la Palabra de Dios como entretención dialéctica y letra muerta, les digo, cuídense de los lobos rapaces y de llegar a querer mas al hombre y sus obras antes que al Creador.
En Cristo
Rogelio