En algún momento Luis Fernando llamó a Calvino "el asesino". Yo le respondí que él y yo éramos también "asesinos". No recuerdo qué contestó Luis Fernando, pero sí recuerdo que ningún otro forista se alarmó por este intercambio de idea entre nosotros dos.
Ya que se levanta otra vez el tema de Calvino, especialmente en lo referente a su relación histórica con el hereje Servet, antecesor de Julio7 y Mónico, negadores de lo que el Espíritu Santo es en la Deidad, creo yo que tenemos que afirmar que nadie defiende a Calvino queriéndolo elevar a la categoría de santo. Calvino no se encuentra en el altar de los protestantes, ni mucho menos en el altar de los cristianos calvinistas. Calvino es un pecador más que nunca pudo cumplir con la Ley de Dios y por eso es culpable de toda la Ley de Dios, como yo, tú y cualquier ser humano, con la excepción del Hombre Perfecto: Jesucristo, el Eterno Hijo de Dios, de la misma sustancia de Dios, Dios mismo. Fuera de este Jesús a quien adoramos no hay ningún hombre que no haya transgredido todos los mandamientos inclusive el de "No Matarás", todos somos asesinos, dice la Palabra de Dios. Los que quieren hablar de la persona de Calvino tienen que mirarse a sí mismos y auto-evaluarse. Yo ya lo hice, y el Señor me encontró falto.
Aquí tengo que decirles, mis queridos contertulios, que como cristianos debemos conocer las raíces históricas de nuestra Fe. La historia debe ser conocida por toda cristiano que se considera maduro. Yo propongo un estudio serio y profundo del legado del Espíritu Santo a través de su siervo Juan Calvino. Hasta que tuve la oportunidad de encontrarme con La Institución Cristiana y sus Comentarios Bíblicos, lo único que aprendí en la Escuela Secundaria, y la Universidad es que Calvino enseñaba la Predestinación (¡qué palabra tan fea para católicos y muchos protestantes y evangélicos, y que había hecho matar a Servet, descubridor de la circulación de la sangre). Esto es todo lo que dicen los diccionarios y enciclopedias humanistas o semi-humanistas. ¡Claro! ¿Cómo van a decir algo diferente? Eso sería hacer lo que hizo Calvino, declarar abiertamente y sin tapujos que Dios es Dios, que Dios es Soberano, y que el hombre (incluido Calvino) no es digno de estar en la presencia de Dios. Esto no lo pueden afirmar religiosos que quieren seguir dominando a las multitudes con religiones humanas y humanistas y humanistoides.
Después de saber esto, hablemos de Calvino y descuarticémoslo a nuestro antojo. Podremos desprestigiar al hombre Calvino, pero la obra de Calvino nunca caerá en el desprestigio porque es una obra que proclama, con mucha inteligencia y denuedo, la necesidad de conocer a Dios y de conocernos a nosotros mismos. Esta es su tesis con la que abre su monumental obra “La Institución Cristiana”. Calvino no fue un místico (no estoy en contra de los místicos), Calvino fue un hombre que usó la razón ya que proclamó a Dios, el inventor de la razón humana.
Buieno, señores, esta noche es una noche célebra para mí porque es necesario poner esto en el ciberespacio para que todos comencemos a conocer la verdadera historia del pueblo de Dios.
Gracias,
Ezequiel Romero
Ya que se levanta otra vez el tema de Calvino, especialmente en lo referente a su relación histórica con el hereje Servet, antecesor de Julio7 y Mónico, negadores de lo que el Espíritu Santo es en la Deidad, creo yo que tenemos que afirmar que nadie defiende a Calvino queriéndolo elevar a la categoría de santo. Calvino no se encuentra en el altar de los protestantes, ni mucho menos en el altar de los cristianos calvinistas. Calvino es un pecador más que nunca pudo cumplir con la Ley de Dios y por eso es culpable de toda la Ley de Dios, como yo, tú y cualquier ser humano, con la excepción del Hombre Perfecto: Jesucristo, el Eterno Hijo de Dios, de la misma sustancia de Dios, Dios mismo. Fuera de este Jesús a quien adoramos no hay ningún hombre que no haya transgredido todos los mandamientos inclusive el de "No Matarás", todos somos asesinos, dice la Palabra de Dios. Los que quieren hablar de la persona de Calvino tienen que mirarse a sí mismos y auto-evaluarse. Yo ya lo hice, y el Señor me encontró falto.
Aquí tengo que decirles, mis queridos contertulios, que como cristianos debemos conocer las raíces históricas de nuestra Fe. La historia debe ser conocida por toda cristiano que se considera maduro. Yo propongo un estudio serio y profundo del legado del Espíritu Santo a través de su siervo Juan Calvino. Hasta que tuve la oportunidad de encontrarme con La Institución Cristiana y sus Comentarios Bíblicos, lo único que aprendí en la Escuela Secundaria, y la Universidad es que Calvino enseñaba la Predestinación (¡qué palabra tan fea para católicos y muchos protestantes y evangélicos, y que había hecho matar a Servet, descubridor de la circulación de la sangre). Esto es todo lo que dicen los diccionarios y enciclopedias humanistas o semi-humanistas. ¡Claro! ¿Cómo van a decir algo diferente? Eso sería hacer lo que hizo Calvino, declarar abiertamente y sin tapujos que Dios es Dios, que Dios es Soberano, y que el hombre (incluido Calvino) no es digno de estar en la presencia de Dios. Esto no lo pueden afirmar religiosos que quieren seguir dominando a las multitudes con religiones humanas y humanistas y humanistoides.
Después de saber esto, hablemos de Calvino y descuarticémoslo a nuestro antojo. Podremos desprestigiar al hombre Calvino, pero la obra de Calvino nunca caerá en el desprestigio porque es una obra que proclama, con mucha inteligencia y denuedo, la necesidad de conocer a Dios y de conocernos a nosotros mismos. Esta es su tesis con la que abre su monumental obra “La Institución Cristiana”. Calvino no fue un místico (no estoy en contra de los místicos), Calvino fue un hombre que usó la razón ya que proclamó a Dios, el inventor de la razón humana.
Buieno, señores, esta noche es una noche célebra para mí porque es necesario poner esto en el ciberespacio para que todos comencemos a conocer la verdadera historia del pueblo de Dios.
Gracias,
Ezequiel Romero