Re: ¿Cuándo un católico deja de serlo?
Demócrito dijo:
Yo no lo veo así. Creo que Lutero vio ante sí dos opciones: 1ª Seguir a Cristo y vivir el Evangelio con plena libertad; 2ª Permanecer dentro de una iglesia corrupta que no se preocupaba de evangelizar, de enseñar la Palabra de Dios al pueblo ni de formar a sus sacerdotes.
Entre las dos opciones, elegió la primera y creo que hizo muy bien. Si Dios no hubiera estado con él, dado el enorme poder temporal y represivo de la ICR en aquella época, jamás hubiera podido llevar a cabo su Reforma. Su obra, vista a distancia, parece fácil, pero habría que estar dentro de su piel en pleno siglo XVI para experimentar la dificultad que suponía su misión.
San Ignacio de Loyola vivió casi en la misma época de Lutero, y vivió el mismo estado de decadencia moral que existía en la Iglesia. En todo caso, él se vió enfrentado a una tercera alternativa: quedarse en la Iglesia y reformarla.
Gracias a Dios se quedó en la Iglesia, y la reformó. Formó la Compañía de Jesús y le juró lealtad al Papa. San Ignacio amó profundamente a la Iglesia y quiso purificarla de sus decadencias humanas. Y lo hizo.
Así fue también el caso de santa Teresa de Avila, de san Francisco de Asís, de santo Domingo de Guzman, etc.
En particular el caso de san Francisco de Asís es muy especial. El estaba orando en una ermita pequeña que estaba a muy mal traer, casi a punto de derrumbarse. Había en ella un crucifijo, con la imagen de Jesús crucificado. En medio de la oración, Francisco oyó la voz de Jesús desde el Crucifijo que le decía:
"Francisco, restaura mi Iglesia, que amenaza ruina"
Francisco creyó que Jesús le pedía restaurar la ermita, y se dedicó en los días siguientes a organizar la restauración de la ermita, organizó a la gente, reunieron fondos y se iniciaron los trabajos. Al tiempo después, Francisco se fue dando cuenta de la profundidad de las palabras de Jesús: en realidad, lo que Jesús le pedía era restaurar su Iglesia, la Iglesia universal.
Y durante su vida Francisco formó una comunidad que con el tiempo se transformaría tal vez en la Orden Religiosa más importante en la Iglesia: los franciscanos. Francisco y su Orden restauraron profundamente la Iglesia, fue el cambio más profundo que experimentó la Iglesia durante su historia. Realmente Francisco restauró la Iglesia.
Yo tuve la oportuinidad de orar frente al Crucifijo de san Damian, que está actualmente en Asís, en la Basílica de Santa Clara.
Eso le faltó a Lutero.