cuando somos bautizados con espiritu santo?

13 Octubre 2001
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saludos a todos

en que momento somos bautizados con espiritu santo?

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.
 
¡Hola ERNESTO!

El Espíritu se recibe tan pronto como se acepta a Cristo como Señor de nuestra vida.
Tu pregunta se debe a lo que muchos se confunden con el "bautizar". Este vocablo significa "sumergir" y eso significa que el Espíriti de Dios nos envuelve totalmente. Se convierte en nuestro protector ante todo aquello que desde fuera nos puede dañar de una manera fatal. Tambien conduce nuestra espiritualidad a la verdad esencial de Dios en Cristo Jesús. De aquí que es el Espiritu el que nos redarguye de todo pecado dandonos testimonio de que el sacrificio de Cristo se realizó para ti. Que el Señor pensaba en ti en aquel terrible momento en el que dijo "consumado es" y la remisión del pecado de ERNESTO ya es una relidad completada.

Pero no esperes que esta realidad se convierta en un espectáculo público. Es todo lo contrario puesto que opera en tu intimidad. "Entraré a él y hare con el morada y cenaremos juntos".
"Tu y él" en una perfecta y absoluta intimidad. Que despues tu compartas con otros sus dones es otra cosa, porque en este compartir está la riqueza de aquellos que forman iglesia, la cual sigue edificándose mediante los dones compartidos.

¿No es maravilloso?
Que él te bediga, HERNESTO.
 
saludos tobi

saludos tobi

saludos tobi

disculpa que no te conteste antes, ya te habia leido, lo que pasa es que me enferme, pero ya estoy aqui.

mi pregunta mas bien es en cuanto a lo que diijo JESUS a sus discipulos:
"y habiendo dicho esto, soplo, y les dijo: recibid el ESPIRITU SANTO"
juan 20:22

cuando JESUS les dijo eso no habian sido bautizados todavia, tienes razon al decir que:
El Espíritu se recibe tan pronto como se acepta a Cristo como Señor de nuestra vida.

los aposatoles tambien recibieron al ESPIRITU SANTO y no por ello ya habian sido bautizados, sino despues.

por eso mi pregunta : cuando somos bautizados en ESPIRITU SANTO?

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.
 
El bautismo en el Espíritu Santo

El bautismo en el Espíritu Santo

Originalmente enviado por: ERNESTO HERNANDEZ
saludos tobi

disculpa que no te conteste antes, ya te habia leido, lo que pasa es que me enferme, pero ya estoy aqui.

mi pregunta mas bien es en cuanto a lo que diijo JESUS a sus discipulos:
"y habiendo dicho esto, soplo, y les dijo: recibid el ESPIRITU SANTO"
juan 20:22

cuando JESUS les dijo eso no habian sido bautizados todavia, tienes razon al decir que:
El Espíritu se recibe tan pronto como se acepta a Cristo como Señor de nuestra vida.

los aposatoles tambien recibieron al ESPIRITU SANTO y no por ello ya habian sido bautizados, sino despues.

por eso mi pregunta : cuando somos bautizados en ESPIRITU SANTO?

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.


Estimado hermano Ernesto:

Se han propuesto varias explicaciones plausibles de este texto. No voy a revisarlas todas, sino que voy a presentar la que me parece más probable.

Veamos ante todo el texto:

21. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
23. A quienes remitiéreis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

(Reina-Valera 1960)

El texto parece ser una forma de la Gran Comisión. Como Cristo fue enviado, él a su vez envía a los Apóstoles.

Un detalle que puede ser importante es que, a diferencia de los que dicen traducciones generalmente confiables como la Biblia de las Américas y la Nueva Versión Internacional, en el griego no dice "sopló sobre ellos" , sino simplemente "sopló" (griego enefusêsen).

En mi opinión, se trató de un anuncio de lo que habría de ocurrir en Pentecostés de manera ostensible. En este sentido, este texto sería paralelo a Hechos 1:4-5

4. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
5. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, pero yo os bautizaré con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Espero que esto sea de ayuda.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA, AYER y HOY

EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA, AYER y HOY

1. EL ESPIRITU SANTO EN EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA

El Señor Jesucristo prometió bautizar a sus discípulos con el Espíritu Santo (Hechos 1:5; ver Juan 14:116; 16:17). Esta promesa se cumplió luego de la ascensión del Señor a la diestra del Padre.

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hechos 2:1-4

Aquí ocurrieron tres milagros:

1. Un estruendo como el de un fuerte viento.

2. Lenguas de fuego -es decir, llamas visibles- sobre cada uno de los discípulos.

3. Capacitación instantánea de los 120 para hablar idiomes extranjeros, perfectamente comprensibles para quienes los conocían (Hechos 2: 5-11).

Este fue el bautismo con el Espíritu Santo, experimentado entonces simultáneamente por todos los discípulos reunidos. Por otra parte, no se mencionan señales milagrosas cuando el mismo día se convirtieron tres mil personas[/b], aunque estos también recibieron el don del Espíritu Santo (Hechos 2:33, 38, 41).

El milagro de Pentecostés fue un acontecimiento fundacional, de iniciación de la Iglesia como cuerpo de Cristo. En lo sucesivo, con milagros o sin ellos, todo creyente participa del don del Espíritu Santo por el solo hecho de aceptar a Jesús por fe como Señor y Salvador e incorporarse al Cuerpo de Cristo.

Es cierto que la manifestación visible y milagrosa del bautismo en el Espíritu Santo se repitió en otras ocasiones, en concreto cuando la conversión de los samaritanos y de Cornelio y los suyos (Hechos 8:5-25; 10:44-48, ver 10:24-43). Pero estas instancias son también fundacionales, la primera porque dio a los creyentes provinientes del judaísmo testimonio de la presencia del Espíritu en los samaritanos, con quienes estuvieron por mucho tiempo enemistados (Juan 4:9). Otro tanto puede decirse de la manifestación del bautismo en el Espíritu de los primeros convertidos de entre los gentiles.

El caso de los discípulos de Juan el Bautista mencionados en Hechos 19:1-7 es diferente. Ellos no eran creyentes en Cristo, aunque inicialmente Pablo creyó que lo eran. Pero estos doce ignoraban que el Mesías que Pablo anunciaba ya había venido, y por consiguiente que ya era posible recibir el Espíritu Santo (cf. Mateo 3:11). Entonces Pablo los evangelizó, ellos creyeron, se bautizaron, y recibieron el Espíritu Santo.

Sin embargo, estas experiencias iniciales con manifestaciones milagrosas no pueden transformarse en una regla para todos los que posteriormente habrían de creer. El don del Espíritu Santo va indisolublemente unido a la fe en Jesucristo. Por esta razón Pablo pudo afirmar:

Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo ... y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

1 Corintios 12:13, negritas añadidas; ver Juan 7:37-39.

La Escritura no enseña que quien ya es creyente deba esperar o pedir el mal llamado "bautismo del Espíritu Santo. Tal expresión no aparece en la Biblia; siempre es Jesús el que bautiza con, por o en el Espíritu: Mateo 3:11; Juan 1:33; Hechos 2:33.

Si se trata de un creyente, un discípulo de Cristo, ya ha sido bautizado en el Espíritu Santo. De lo contrario, ni es creyente ni pertenece realmente a la Iglesia.



2. EL ESPIRITU SANTO EN LA VIDA DE CADA CREYENTE

A. Sello

Es la certeza con la cual todo creyente es confirmado, debida a la presencia del Espíritu morando en su corazón (para los hebreos, el término "corazón" representa la sede de la vida interior).

En él [Cristo] también vosotros ... habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.

Efesios 1:13; ver también 4:30, 2 Timoteo 2:19, Apocalipsis 7:3.

[Dios] también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

2 Corintios 1:22, ver también 5:5.

...el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Romanos 5:5, ver también 1 Juan 3:24.

...si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Romanos 8:9; ver también 1 Corintios 2:12, 6:19, Gálatas 3:13-14.

En resumen, la única, necesaria y suficiente condición para recibir el Espíritu Santo, ser bautizado con él, y ser sellado (confirmado) por el mismo Espíritu, es creer en el Señor Jesucristo.

Todo el que es de Cristo tiene el Espíritu

Ninguno que no es de Cristo tiene el Espíritu. Quien no tiene al Espíritu, no es creyente.


B. Certeza

Uno de los grandes beneficios que otorga la presencia del Espíritu Santo en el corazón de los creyentes es la certeza de la salvación de todos aquellos que permanecen en Cristo.

Mis ovejas oyen mi voz ... y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Juan 10:27-28

Por lo cual [Cristo] puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

Hebreos 7:25

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Romanos 8:16

C. Plenitud

El Apóstol Pablo nos exhorta a no apagar el Espíritu, ni entristecerlo (1 Tesalonicenses 5:19; Efesios 4:30).

Por el contrario, debemos buscar estar continuamente llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18).

Tal llenura o plenitud del Espíritu no se evidencia primariamente en manifestaciones espectaculares o milagrosas, sino en el carácter y la conducta propias del creyente, que expresan el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).

En el Antiguo Testamento, el Nuevo Pacto fue anunciado y descrito por los Profetas como la morada del Espíritu y de la Palabra de Dios en el corazón de cada creyente: Jeremías 31:31-34 y Ezequiel 36:26-27.

En el Nuevo Testamento se habla de la llenura del Espíritu (Efesios 5:28) que produce el mismo fruto que la Palabra de Cristo morando en nosotros (Colosenses 3:16-22). Idealmente, la plenitud del Espíritu debiera ser una experiencia continua en cada creyente.

Cabe aclarar que la presencia y manifestación de dones del Espíritu no es, por sí sola, prueba de plenitud. Pablo dijo a los corintios que no les faltaba nada en ningún don, y que cada miembro de esa iglesia poseía al menos un don (1 Corintios 1:7; 12:7-11). Sin embargo, en esa misma congregación y al mismo tiempo que sobreabundaban los dones, había contiendas (1:1), carnalidad (3:1-4), inmoralidad sexual (5:1), pleitos (6:1-8), orgullo intelectual (8:1,10-13), idolatría (10:19-22), glotonería, borracheras y egoísmo (11:20-22) y hasta incredulidad y herejía (15:12).

La situación de Corinto se explica por el mal uso de los dones. Estos son instrumentos que deben ser bien utilizados para la gloria de Dios, pero que cuando se emplean mal traen contienda y desgracia.

Por tanto, tener uno o más dones del Espíritu -no importa cuán espectaculares puedan ser- no es garantía de estar lleno del Espíritu.

En cambio, sabemos que estamos llenos del Espíritu Santo si hallamos en nuestras vidas:

(1) Gozo y alabanza (Efesios 5:19) por la Palabra que mora en nosotros (Colosenses 3:12-19).

(2) Agradecimiento en todo y por todo (1 Tesalonicenses 5:18).

(3) Buenas relaciones con todos los que nos rodean (Efesios 5:21- 6:9).

(4) Limpieza de corazón y conciencia de pecado (1 Juan 1:2-2:14). Un pecado sin confesar es un obstáculo insalvable para la plenitud del Espíritu.


(Continuará)

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Excelente Jetonius! 100% de acuerdo

En mi pais decimos "mas claro no canta un gallo!"

Bendiciones
 
saludos Jetonius

saludos Jetonius

saludos Jetonius

estoy de acuedo cuando dices:

la única, necesaria y suficiente condición para recibir el Espíritu Santo, ser bautizado con él, y ser sellado (confirmado) por el mismo Espíritu, es creer en el Señor Jesucristo.

Todo el que es de Cristo tiene el Espíritu

Ninguno que no es de Cristo tiene el Espíritu. Quien no tiene al Espíritu, no es creyente.

entonces Jetonius porque, las personas que hemos recibido a CRISTO dejamos de orar, dejamos de leer la biblia, cambiamos por unos dias y despues volvemos a nuestra forma de vida pasada, es decir, nuestro corazon se enfria. si ya recibimos a CRISTO y fuimos sellados con el Espiritu Santo.

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.
 
Re: saludos Jetonius

Re: saludos Jetonius

Originalmente enviado por: ERNESTO HERNANDEZ
saludos Jetonius


entonces Jetonius porque, las personas que hemos recibido a CRISTO dejamos de orar, dejamos de leer la biblia, cambiamos por unos dias y despues volvemos a nuestra forma de vida pasada, es decir, nuestro corazon se enfria. si ya recibimos a CRISTO y fuimos sellados con el Espiritu Santo.

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.

Disculpame que intervenga, ya que la pregunta va dirigida a Jetonius, pero tu pregunta es algo... no sabria definirla, tal vez parvulosa, aunque seguramente no existe esa palabra.

Se que es de mal gusto, pero te podría responder con otra pregunta: ¿porque los que conocemos al Señor y somos sellados con el ES seguimos pecando (cuidado, no he dicho, practicando el pecado, sólo pecando)?

Si puedes responder eso, seguramente puedes responder tu pregunta...

Saludos.
 
De acuerdo contigo Jetonius

De acuerdo contigo Jetonius

Amado Jetonius:

Muy de acuerdo lo que dices a lo que eseña la Palabra de Dios.

Recibimos una vez al Espiritu Santo y recibimos su sello.

Solo que la Escritura habla de el ser llenos del Espiritu y esta plenitud se puede perder y volver a ser llenos otra vez.

Me gustaria que nos hablaras algo sobre esto, que Dios te bendiga por tus aportes.

Una pregunta que tengo para ti es si haz escrito libros?

La obra del Espiritu es preciosa exalta a jesucristo y toma de El y nos lo da a conocer, produce el fruto del Espiritu en nuestra vida, nos capacita y da dones, nos ayuda a orar como conviene, nos guia a toda verdad, en fin tantas maravillas hace en nuestra vida el amado Espiritu Santo.

Bendiciones :corazon:
 
Originalmente enviado por: ERNESTO HERNANDEZ
saludos Jetonius

estoy de acuedo cuando dices:

la única, necesaria y suficiente condición para recibir el Espíritu Santo, ser bautizado con él, y ser sellado (confirmado) por el mismo Espíritu, es creer en el Señor Jesucristo.

Todo el que es de Cristo tiene el Espíritu

Ninguno que no es de Cristo tiene el Espíritu. Quien no tiene al Espíritu, no es creyente.

entonces Jetonius porque, las personas que hemos recibido a CRISTO dejamos de orar, dejamos de leer la biblia, cambiamos por unos dias y despues volvemos a nuestra forma de vida pasada, es decir, nuestro corazon se enfria. si ya recibimos a CRISTO y fuimos sellados con el Espiritu Santo.

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.


Estimado Ernesto:

Pablo exhorta a no entristecer (contristar) y a no apagar al Espíritu Santo. Y esto no se lo dice a incrédulos, sino a creyentes.

Por tanto, de estas Escrituras es evidente (y la experiencia lo corrobora) que Dios exige nuestra disposición y diligencia para que el Espíritu cumpla el propósito de Dios en nuestras vidas, que es la santificación.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Metidos en el tema me gustaría leer opiniones sobre este pasaje:

Hechos

8:12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.  8:13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 8:14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 8:15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 

8:16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.
 

8:17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 


No hay trampa, ya sabeis que más o menos soy de doctrina reformada (Calvinista) y he leido a F.F. Bruce y unos cuadernos bautistas, pero me gustaría leer más opiniones.

Muchas gracias y bendiciones.

PD: Queda sobreentendido que no es el tema de la "simonía" lo que me inquieta.
 
Un acontecimiento excepcional

Un acontecimiento excepcional

Originalmente enviado por: Jonathan Navarro
Metidos en el tema me gustaría leer opiniones sobre este pasaje:

Hechos




No hay trampa, ya sabeis que más o menos soy de doctrina reformada (Calvinista) y he leido a F.F. Bruce y unos cuadernos bautistas, pero me gustaría leer más opiniones.

Muchas gracias y bendiciones.

PD: Queda sobreentendido que no es el tema de la "simonía" lo que me inquieta.

Estimado Jonathan:

Supongo que lo que te inquieta es que los samaritanos hayan recibido el Espíritu Santo después de haber creído en Jesús, y de haber sido bautizados, y por añadidura por imposición de manos por parte de los Apóstoles Pedro y Juan.

Mi opinión personal es que esta dilación en la recepción del Espíritu Santo fue un hecho excepcional que Dios permitió en beneficio de los Apóstoles y la misión que ellos tenían.

En virtud de la enemistad que había entre judíos y samaritanos, los Apóstoles y los demás discípulos (todos ellos judíos) necesitaban un testimonio indubitable de que la salvación alcanzaba también a los samaritanos. Esto fue posible porque en esta ocasión el don del Espiritu debió aguardar la llegada de Padro y Juan. De este modo, ambos Apóstoles vieron por sí mismos la manifestación del descenso del Espíritu Santo, y a su vez pudieron dar testimonio a los demás.

Como lo ocurrido en el día de Pentecostes a los 120 discípulos, y más tarde a los gentiles representados por Cornelio y los suyos (cuando Pedro estuvo presente), estos son, como antes dije, acontecimientos fundacionales que no necesariamente deben repetirse. No forman un patrón que debamos esperar en las subsiguientes conversiones de judíos, samaritanos o gentiles.

Espero que esto te ayude.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Querido Jetonius, sí que me ayuda, cuando leo los Hechos, tengo presente que en la mayoría de las veces no son textos de los que se pueda sacar doctrinas, pero igualmente es un texto inquietante.

Así que ¿es como una confirmación de y para los apóstoles y una confirmación de y para los Samaritanos? ¿Algo necesario para "sacar el Evangelio de Jerusalem de una forma "oficial? (Y más tratandosse de Samaria).


¿Crees que la imposición de manos es un símbolo o algo efectivo? (En ese contexto)

Muchas gracias y bendiciones.
 
saludos Jetonius

saludos Jetonius

saludos Jetonius

tu dices:
Pablo exhorta a no entristecer (contristar) y a no apagar al Espíritu Santo. Y esto no se lo dice a incrédulos, sino a creyentes.

Por tanto, de estas Escrituras es evidente (y la experiencia lo corrobora) que Dios exige nuestra disposición y diligencia para que el Espíritu cumpla el propósito de Dios en nuestras vidas, que es la santificación.

-----------
con esto entiendo que el ES esta en nosotros pero ha sido apagado, esto va relacionado con lo que dice vilobe42, que no estamos llenos de ES, es decir, yo puedo estar sellado con ES y estar vacio.


te pido por favor si me puedes ayudar a comprender lo siguiente:

si yo ya recibi y fui sellado con ES:
1. me falta ser lleno de ES?
2. como poder ser llenos de ES?
3. como se si ya no estoy lleno de ES?
4. y al ser llenos de ES es posible hablar en lenguas, es decir, es un don del ES que regala a algunos, o solo fue ese don para los apostoles, en la actualidad es posible hablar en lenguas.?

gracias Jetonius

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.
 
Re: saludos Jetonius

Re: saludos Jetonius

Originalmente enviado por: ERNESTO HERNANDEZ
saludos Jetonius

tu dices:
Pablo exhorta a no entristecer (contristar) y a no apagar al Espíritu Santo. Y esto no se lo dice a incrédulos, sino a creyentes.

Por tanto, de estas Escrituras es evidente (y la experiencia lo corrobora) que Dios exige nuestra disposición y diligencia para que el Espíritu cumpla el propósito de Dios en nuestras vidas, que es la santificación.

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con esto entiendo que el ES esta en nosotros pero ha sido apagado, esto va relacionado con lo que dice vilobe42, que no estamos llenos de ES, es decir, yo puedo estar sellado con ES y estar vacio.


te pido por favor si me puedes ayudar a comprender lo siguiente:

si yo ya recibi y fui sellado con ES:
1. me falta ser lleno de ES?
2. como poder ser llenos de ES?
3. como se si ya no estoy lleno de ES?
4. y al ser llenos de ES es posible hablar en lenguas, es decir, es un don del ES que regala a algunos, o solo fue ese don para los apostoles, en la actualidad es posible hablar en lenguas.?

gracias Jetonius

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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.

Se está lleno del Espíritu Santo cuando la vida de uno sobreabunda con los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Sobre cómo saber... no te preocupes. Te darás cuenta. Si te preguntas si estás lleno o no, probablemente no lo estás.

Hablar en lenguas es uno de los dones del Espíritu Santo, pero como dije antes el tener un don (lenguas o cualquier otro) no es evidencia de plenitud del Espíritu Santo. El ejemplo más claro es el de la Iglesia de Corinto, donde abundaban los dones pero había toda clase de contiendas debido a su uso inapropiado y desordenado. Trataré de este tema en la segunda parte de mi escrito.

Bendiciones en Cristo

Jetonius
 
No me inquieta

No me inquieta

Originalmente enviado por: Jonathan Navarro
Querido Jetonius, sí que me ayuda, cuando leo los Hechos, tengo presente que en la mayoría de las veces no son textos de los que se pueda sacar doctrinas, pero igualmente es un texto inquietante.

Así que ¿es como una confirmación de y para los apóstoles y una confirmación de y para los Samaritanos? ¿Algo necesario para "sacar el Evangelio de Jerusalem de una forma "oficial? (Y más tratandosse de Samaria).


¿Crees que la imposición de manos es un símbolo o algo efectivo? (En ese contexto)

Muchas gracias y bendiciones.

Sobre tus preguntas: sí a la primera. En cuanto a la segunda, creo que fue un milagro mediado por los Apóstoles (lo que no significa que pueda institucionalizarse).

No hay que inquietarse porque el Espíritu de Dios se mueva donde, cuando y como quiera. Más bien, hay que contemplar las maravillas de Dios con reverente gozo.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Gracias Jetonius y saludos a todos los participantes:

Es maravilloso la obra que el Espiritu Santo ha hecho y hace en nuestra vida; al cual recibimos cuando por la gracia de Dios el E. S. nos regenera o nacemos de nuevo. Jn e: 3,7.
Es obra del Espiritu de Dios cuando un corazon convencido de pecado acepta a Jesucristo y pasa de muerte a vida. Jn 3:16 y 5:24

El nos bautiza 1or 12:13 "porque fuimos todos bautizados para formar un cuerpo... y entramos los creyentes en una nueva posicion "En Cristo" de la que tanto habla la Biblia. Formamos un cuerpo con otros miembros unidos a Cristo la cabeza.

El bautizmo en agua es un simbolo de lo que Dios ha hecho en nuestra vida siendo revestidos de Cristo, Gal 3:27 Hemos sido identificados con Cristo en su muerte, y resurreccion.

Nos fue dado el Espiritu de la promesa Jn 7:38 y somos morada de Dios en el Espirtitu.

Da testimono el Espiritu Santo de que somos hijos de Dios. Ro 8:15, 16.

Recibimos el sello del Espiritu como arras de nuestra herencia de la posicion adquirida... Efesios 1:13.14 y 4:30.

Cuando hay pecados no confesados contristamos al Espiritu porque se interrumpe la comunion con Dios y no se manifiesta su plenitud o llenura no es que estemos vacios El se nos da sin medida pero si no somos dociles a su accion, estorbamos su obra en areas de nuestra vida.

Efesios 5:18 y Jn 7:37 nos habla de ser llenos del Espiritu Santo y de beber del Espiritu.

Perdonen que me haya extendido y mi aporte al este tema que para mi es algo de mucha bendicion y luego seguimos con la ayuda de Dios.

Bendiciones
 
Gracias, Virginia

Gracias, Virginia

Originalmente enviado por: vilobe42
Gracias Jetonius y saludos a todos los participantes:

Es maravilloso la obra que el Espiritu Santo ha hecho y hace en nuestra vida; al cual recibimos cuando por la gracia de Dios el E. S. nos regenera o nacemos de nuevo. Jn e: 3,7.
Es obra del Espiritu de Dios cuando un corazon convencido de pecado acepta a Jesucristo y pasa de muerte a vida. Jn 3:16 y 5:24

El nos bautiza 1or 12:13 "porque fuimos todos bautizados para formar un cuerpo... y entramos los creyentes en una nueva posicion "En Cristo" de la que tanto habla la Biblia. Formamos un cuerpo con otros miembros unidos a Cristo la cabeza.

El bautizmo en agua es un simbolo de lo que Dios ha hecho en nuestra vida siendo revestidos de Cristo, Gal 3:27 Hemos sido identificados con Cristo en su muerte, y resurreccion.

Nos fue dado el Espiritu de la promesa Jn 7:38 y somos morada de Dios en el Espirtitu.

Da testimono el Espiritu Santo de que somos hijos de Dios. Ro 8:15, 16.

Recibimos el sello del Espiritu como arras de nuestra herencia de la posicion adquirida... Efesios 1:13.14 y 4:30.

Cuando hay pecados no confesados contristamos al Espiritu porque se interrumpe la comunion con Dios y no se manifiesta su plenitud o llenura no es que estemos vacios El se nos da sin medida pero si no somos dociles a su accion, estorbamos su obra en areas de nuestra vida.

Efesios 5:18 y Jn 7:37 nos habla de ser llenos del Espiritu Santo y de beber del Espiritu.

Perdonen que me haya extendido y mi aporte al este tema que para mi es algo de mucha bendicion y luego seguimos con la ayuda de Dios.

Bendiciones

Querida hermana en Cristo:

No tienes nada de qué disculparte, tu contribución es edificante y bienvenida.

Bendiciones en el Amado

Jetonius

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saludos a todos

saludos a todos

saludos a todos los foristas por sus aportes, ya que han sido de gran bendicion para mi.
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QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESUCRISTO SOBREABUNDE SOBRE TODOS NOSOTROS.
 
EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA, AYER Y HOY

EL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA, AYER Y HOY

Segunda y última parte

EL ESPIRITU SANTO EN LA IGLESIA, AYER Y HOY (continuación)


3. EL ESPIRITU SANTO EN LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

A. Propósito, vigencia y condiciones de ejercicio de los dones del Espíritu Santo

La palabra «carisma» viene del griego jaris, ¨gracia¨ o favor inmerecido. Por esto se lo puede traducir como «regalo» o «don». El propósito expreso de Dios al otorgar a su Iglesia los dones (jarismata) del Espíritu Santo es la edificación del Cuerpo de Cristo, es decir, de la propia Iglesia.

Empero hay repartimiento de dones; mas el mismo Espíritu es.
Y hay repartimiento de ministerios; mas el mismo Señor es.
Y hay repartimiento de operaciones; mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.
Empero á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho.
Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
A otro, operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas.
Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere.
Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.

1 Corintios 12: 4-12

En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor:
En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.

Efesios 2:21-22

El Señor concede tantos dones como sean necesarios para este fin, es decir, la nutrición y el crecimiento de su Iglesia. Existen varias listas de carismas (ver 1 Corintios 12:8-10, 28-30; Romanos 12:6-8; Efesios 4:11). Ya que dichas listas muestran diferencias entre sí, cabe pensar que ninguna de ellas es completa y exhaustiva. En realidad, no hay razones que obliguen a pensar que existe un número de dones fijo y preestablecido. Un autor moderno identifica 30 carismas diferentes. ¡No hay razón para pensar que no pueda haber más!

En cuanto a la vigencia de los carismas en la Iglesia de hoy, no hay base bíblica segura para aseverar que algunos dones han desaparecido desde la era apóstolica; la única excepción es el propio ministerio de los Apóstoles como testigos y representantes personales de Cristo resucitado (ver, por ejemplo, 1 Corintios 15:5-8; 2 Pedro 1:16-18). La labor apostólica sentó el fundamento de la Iglesia.

A veces se apela a 1 Corintios 13:8 - «El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará» - para sostener la desaparición de ciertos dones. Sin embargo, este texto no prueba tal cosa, según se desprende del contexto. Pablo continúa diciendo: «Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará». Es claro que «lo perfecto» es el estado eterno en la presencia de Dios, cuando «conoceremos como fuimos conocidos». No será sino hasta entonces que no necesitaremos de la fe ni de la esperanza.

Otros apelan a las diversas listas de carismas para intentar demostrar que algunos de ellos han desaparecido. No obstante, tal comparación tampoco prueba que ciertos dones desaparecieron porque (1) ninguna de las listas es exhaustiva; (2) lo que se dice en cada epístola y los carismas que efectivamente se mencionan depende de la situación concreta de la congregación (Roma, Corinto, Éfeso) a la que cada carta fue dirigida; y (3) los dones espectaculares, que causaron problemas en Corinto, pueden no haber tenido dicho resultado en otras iglesias. Por ejemplo, al escribirle a los gálatas Pablo alude a las señales poderosas –o maravillosas- como evidencia de la presencia del Espíritu de Dios entre ellos (Gálatas 3:5).

He aquí las listas de dones (los cito según el orden de los libros en el Nuevo Testamento):

Romanos 12: 6-8
De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme á la medida de la fe;
ó si ministerio, en servir; ó el que enseña, en doctrina;
El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

1 Corintios 12:8-10
Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
A otro, operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas.

1 Corintios 12:28-30
Y á unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero doctores; luego facultades; luego dones de sanidades, ayudas, gobernaciones, géneros de lenguas.
¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿todos facultades?
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

Efesios 4:10-12
El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)
Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;
Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;

1 Pedro 4:8-11
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.
Hospedaos los unos á los otros sin murmuraciones.
Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo á los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.
Si alguno habla, hable conforme á las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme á la virtud que Dios suministra: para que en todas cosas sea Dios glorificado por Jesucristo, al cual es gloria é imperio para siempre jamás. Amén.

Una lista compilada incluiría al menos los siguientes dones:

(1) Apostolado
(2) Profecía
(3) Enseñanza (doctores)
(4) Exhortación
(5) Evangelismo
(6) Palabra de ciencia (conocimiento)
(7) Palabra de sabiduría (aplicación práctica del conocimiento)
(8) Administración (reparto)
(9) Administración (gobernación)
(10) Pastorado
(11) Presidencia (¿dirección del culto?)
(12) Servicio (ministerio)
(13) Hospitalidad
(14) Fe
(15) Milagros (facultades)
(16) Sanidad
(17) Discernimiento de espíritus
(18) Misericordia
(19) Lenguas
(20) Interpretación

Ahora bien, existen ciertos principios básicos para el sano ejercicio de los dones:

(1) PARA LA EDIFICACIÓN DEL CUERPO. Dado que ese es el propósito explícito de los carismas, no es sorprendente que en las diversas listas de dones figuren en los primeros lugares los referidos a predicación, exhortación y enseñanza. Y hay que notar también que dones poco llamativos pero muy importantes, como los de ayuda y administración, se anteponen a los más ostensibles de lenguas e interpretación. Y es que la utilidad de un carisma no tiene ninguna relación con su espectacularidad. Por esta eazón Pablo recomienda anhelar los mejores dones pero anteponiendo siempre el amor: sin amor, los dones serán seguramente mal utilizados.

(2) SEGÚN LAS ESCRITURAS. Esto significa que podemos determinar, siquiera aproximadamente, un orden de jerarquía. Así, quien tenga el don de profecía, que figura en las cuatro listas antes citadas, no puede nunca declarar nada que contradiga o invalide la Palabra de Dios tal como está registrada en la Biblia. Es la Escritura, y no las profecías contemporáneas, la norma de nuestra fe. Tener en cuenta este principio permite evitar los excesos: Por un lado, el error de adjudicar manifestaciones extravagantes al Santo Espíritu de Dios, sin confrontarlas con la verdad bíblica. En el otro extremo se encuentra el miedo a la libertad del Espíritu que lleva a afirmar, sin autoridad bíblica suficiente, que ya no puede haber manifestaciones milagrosas del poder de Dios.


B. Distribución de los dones del Espíritu Santo

Con respecto a la distribución de los carismas en la Iglesia, es necesario recordar lo siguiente:

(1) CADA CREYENTE POSEE AL MENOS UN DON DEL ESPÍRITU SANTO.

... cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.

1 Corintios 7:7

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás.

1 Corintios 12:7 , NVI (ver también v. 11; Romanos 12:3,6; Efesios 4:7).

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los demás, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

1 Pedro 4:10

El don que a cada uno le sea dado puede ser vistoso o no serlo; de nuevo, el Espíritu Santo distribuye los carismas conforme a su voluntad y propósito. Además, todos debemos recordar que un don no es un galardón. Nadie debería envanecerse por sus dones, ya que todos los recibimos por gracia (1 Corintios 4:7). La palabra clave es «servicio» o «ministración» )griego diakonia. Los dones se orientan fundamentalmente hacia el servicio a los demás.

(2) NINGÚN CREYENTE TIENE TODOS LOS DONES. Esto puede inferirse de las preguntas retóricas de Pablo a los corintios:

¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos doctores? ¿Hacen todos milagros?
¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?

1 Corintios 12:29-30, NVI

Aunque esto pudiera a primera vista ser una desventaja, resulta en realidad una expresión más de la sabiduría de Dios, pues esto hace que nadie pueda sentirse autosuficiente sino que, por el contrario, dependamos los unos de los otros, nos compadezcamos unos de otros, y nos gocemos juntos: «si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él». Esto nos enseña humildad al tiempo que nos mueve al servicio. Es la voluntad de Dios que el Cuerpo de Cristo posea miembros que cumplen diversas funciones (1 Corintios 12:14-26).

(3) LOS DONES DEBEN SER IDENTIFICADOS, EJERCIDOS Y PERFECCIONADOS POR CADA MIEMBRO. Para cumplir con este objetivo, son útiles las siguientes pautas:

a. Escudriñe las Escrituras. Aunque las listas de dones no sean exhaustivas, las que existen constituyen un fundamental punto de referencia y de orientación.
b. Anhele los mejores dones. Si bien el Espíritu Santo los distribuye según le place, es plenamente conforme a las Escrituras que no sólo es lícito sino también muy bueno desear los mejores dones. Pablo lo enseña en 1 Corintios 12:31 que, en la Biblia de las Américas, dice «Mas desead ardientemente los mejores dones».
c. Sea sensible a las necesidades de su congregación. Trate de identificar cuál o cuáles de los dones que cree tener pueden ser de mayor bendición para el crecimiento y desarrollo de su iglesia.
d. Practique el don que cree poseer. De nada sirve un don si no es ejercitado. La práctica desarrolla y consolida nuestros dones.
e. Analice los resultados de su ejercicio. Debe valorar si la práctica del don resulta en bendición para la vida de quienes lo rodean y fortalecimiento de la congregación.
f. Permanezca abierto a los consejos de los hermanos. «En el consejo de muchos está la sabiduría». Las sugerencias y recomendaciones de los hermanos, en particular de aquellos que desde hace tiempo siguen fielmente al Señor, deben ser cuidadosamente escuchados.
g. Consagre su don a Dios. Recuerde que en último extremo el ejercicio de todo don se orienta a la mayor gloria de Dios, a través de la edificación de la Iglesia. El ejercicio provechoso de los dones requiere madurez en el camino del Señor.
h. Busque la plenitud del Espíritu, para que Él le guíe siempre en el recto y eficaz ejercicio de su don.
i. Ore, ore, ore. Lo pongo al final no porque sea lo menos importante, sino para destacarlo de manera especial. Ore para que el Señor le permita discernir cuál es su don, para que le enseñe a ser humilde y dócil a la guía del Espíritu, y para que perfeccione su práctica día a día.


C. Algunos dones que son motivo de controversia

(1) LENGUAS E INTERPRETACIÓN.

Como ya observé, entre los milagros de Pentecostés estuvo la capacitación instantánea de los varones y mujeres que perseveraban en la oración para hablar idiomas extranjeros, lo cual permitió que los peregrinos les escuchasen cada uno en su propio idioma (Hechos 2:4-11). En Hechos 10:45-47 se narra que a los gentiles que creyeron, los judíos les oían «hablando en lenguas y magnificando a Dios». Hechos 19:6 dice que cuando Pablo les predicó el Evangelio a los discípulos de Juan, estos fueron bautizados y el Apóstol les impuso las manos, «vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban».

Algunos sostienen que cuando Pablo hace referencia al don de lenguas en 1 Corintios 12 al 14 se refiere exclusivamente a una capacidad similar a la de Pentecostés, de expresarse en idiomas extranjeros. No obstante, esta opinión presenta algunas dificultades. En realidad, no queda muy claro si las lenguas mencionadas en Hechos 10 y 19 son similares a las que se oyeron en Hechos 2, sobre todo porque no se declara que constituían diferentes idiomas y porque, no hallándose presentes personas de diferentes países, tal diversidad de idiomas extranjeros no era necesaria, salvo como testimonio a los propios discípulos judíos.

Sea cual fuere el caso en Hechos 10 y 19, hay razones para pensar que el don de lenguas que Pablo menciona en 1 Corintios era una forma de glosolalia o don de expresión extática. Entre los argumentos a favor de esta interpretación pueden mencionarse:

(a) El contexto general de la exhortación, incluyendo el llamado al orden y a desear los dones mejores (1 Corintios 12:1, 31; 14:40).
(b) En 1 Corintios 13:1 Pablo nombra lenguas humanas y angélicas. Aunque esto puede ser una figura del lenguaje, hay que recordar que cuando el Apóstol fue arrebatado al paraíso escuchó allí «palabras inefables que no le es dada al hombre expresar» (2 Corintios 12:4), tal vez una lengua angelical.
(c) Pablo dice que quien habla en lenguas «le habla a Dios», no a los demás. De hecho, tanto quien habla como quienes escuchan se quedan sin entender (1 Corintios 14: 2,9,11,14) a menos que haya alguien con el don espiritual de interpretación (no el simple conocimiento de un idioma extranjero; 1 Corintios 14:5, 13, 28). Cabe concluir entonces que este don de lenguas tiene como propósito principal la adoración, mientras que las lenguas de Pentecostés tenían como objeto principal la predicación.
(d) Aunque Pablo hablaba en lenguas más que todos los corintios (1 Corintios 14:18) obviamente no entendió el idioma de Licaonia (Hechos 14:11-15).

Sin pretensión de dogmatismo, cabe concluir pues que la glosolalia a la que Pablo se refiere en 1 Corintios es un don del Espíritu diverso del manifestado en Pentecostés. De todos modos, conviene tener en cuenta que:

(a) El carisma de lenguas es un don más entre muchos otros, dado por el Espíritu a quien Él quiere.
(b) Por lo anterior, no todos los auténticos creyentes, por consagrados que sean, lo poseen (1 Corintios 12:30). No es en absoluto evidencia del «bautismo del Espíritu Santo» en el sentido en que algunos hermanos pentecostales lo entienden.
(c) Poseer este don en particular no torna al creyente más ni menos espiritual que otro hermano poseedor de un don más «silencioso». Es una pena que en algunas congregaciones el carisma de lenguas sea tan sobrevalorado que muchos hermanos se sienten inferiores si no lo poseen, y en algunos casos llegan a «aprenderlo» por imitación para no ser discriminados. Pero el don no puede aprenderse; o se lo recibe o no se lo recibe.
(d) El carisma de lenguas se orienta principalmente hacia la edificación individual. Por cierto que no debe ejercitarse en el culto público si no hay quien traduzca, y aun así con moderación (1 Corintios 14: 4, 28).
(e) Al igual que todos los demás dones, su ejercicio es controlable. De las instrucciones de Pablo se desprende que quien posee el carisma de lenguas puede hablar o callar a voluntad (1 Corintios 14:27).

(3) CURACIÓN DE ENFERMOS

Dios puede ciertamente sanar en respuesta a la oración de fe (Santiago 5:14-15), y haremos bien en reconocer que Dios causa toda curación, tanto las milagrosas como las ocurridas por medios naturales. Por otra parte, es errónea la noción según la cual toda enfermedad es causada por Satanás. Esto es cierto sólo en ciertas instancias, y hallamos ejemplos bíblicos en el caso de Job y de la mujer encorvada (Lucas 13:10-13).

Según las Escrituras, la enfermedad también puede deberse a la voluntad de Dios, Creador y Sustentador de todos (Éxodo 4:11). La redención de nuestros cuerpos, como la de este mundo, no se completará sino hasta que el Señor vuelva (Romanos 8:18-25). Para cumplir sus sabios y miericordiosos propósitos eternos en nosotros, Dios puede disponer caminos que sólo a Él le son conocidos (Isaías 55:8-9). Si partimos de una admisión franca de estos hechos, aprenderemos humildad y sumisión, maduraremos espiritualmente y podremos entender y ayudar mejor a otros.

El sufrimiento puede también deberse a la disciplina de Dios por el pecado, según lo enseñan varias Escrituras como Santiago 5:15; 1 Corintios 11:30 y Hebreos 12:5-13.

En resumen, el Señor puede sanar física y mentalmente hoy como ayer, pero debemos recordar ciertos hechos fundamentales:

(a) La obra redentora de Cristo apunta primariamente a la sanidad espiritual. Cuando Pedro se refiere a la obra de Cristo en la cruz y dice que «por su llaga fuimos curados» (1 Pedro 2:24) , la «enfermedad» a la que hace referencia es el pecado, como también de esto se trata el pasaje de Isaías 53 que el Apóstol cita aquí (Mateo 8:17, en cambio, da este pasaje como parcialmente cumplido en las curaciones de Jesús durante el ministerio terrenal, pero antes de la obra de la cruz).
(b) La sanidad física o mental no es un derecho a ser reclamado, sino una gracia por la cual debemos implorar. Y en muchas ocasiones los creyentes debemos resignarnos gozosamente a recibir un «No» como respuesta. De hecho, esta fue la experiencia drel propio Apóstol Pablo (2 Corintios 12:7-10). Los que afirman que quien tiene fe siempre es sanado no se basan en la Biblia. Es erróneo y cruel decirle a todos los que no se sanan que ello se debe a la falta de fe. El sentido común corrobora la enseñanza de la Escritura: si todo el que tiene fe debe ser curado, los cristianos con mucha fe deberían ser ya inmortales; la obvia realidad es que hasta los más fieles mueren. La inmortalidad y la ausencia de todo sufrimiento no son posibles de este lado de la eternidad; solamente del otro (Juan 16:33; Apocalipsis 7:16-17; 21:4).
(c) La prioridad absoluta es la cura de almas (Mateo 28:19; Marcos 16:15; Hechos 1:8). En el Nuevo Testamento las curaciones son señales que testimonian la verdad del Evangelio. Los Apóstoles jamás organizaron ni mandaron realizar las campañas de sanidad a las que son afectos algunos hermanos con más celo que ciencia.
(d) Rogar por la salud de los enfermos no excluye la búsqueda de ayuda médica idónea, del mismo modo que rogar por nuestro pan cotidiano no supone que no debamos trabajar por él (2 Tesalonicenses 3:10). No se es más espiritual por privarse o privar a otros de ayuda especializada. Podría decirse que la mayor parte de las sanidades son producidas hoy por Dios con los medios ordinarios que Él ha dispuesto en su misericordia.
(e) El don de sanidad que algunos dicen poseer hoy debe confrontarse siempre con el que se observa en operación en las Escrituras:
(1) Jesús y los Apóstoles curaban con unas pocas palabras o un toque.
(2) Jesús y los Apóstoles sanaban enfermos en cualquier parte, como caminos, estanques, sinagogas o en el Templo. En esa época no había hospitales, pero si los hubiera habido no cabe duda que el Señor y sus discípulos hubieran predicado y sanado en ellos.
(3) Jesús y los Apóstoles sanaban a voluntad a todos aquellos que iban a ellos con fe (Mateo 8:16; Marcos 6:56, etc).
(4) Jesús y los Apóstoles sanaron toda clase de enfermedades: manos paralíticas, ceguera, sordomudez, paraplejía, hemorragia crónica e infecciosas como lepra y disentería (Marcos 3:5; 5:25-34; 7:31-37; 8:22-26; Hechos 28:8, etc).
(5) Jesús y los Apóstoles realizaron sanaciones que eran completas, inmediatas y perfectamente comprobables (Marcos 1:40-42; Juan 9:1-41; Hechos 3:6-9).
(6) Jesús y sus Apóstoles resucitaron muertos como el hijo de la viuda (Lucas 7:11-17), la hija de Jairo (Mateo 9:18-26), Lázaro (Juan 11:38-44), Dorcas (Hechos 9:36-41) y Eutico (Hechos 20:6-12).


(4) DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS Y EXORCISMOS

El don bíblico de discernimiento de espíritus (1 Corintios 12:10) no debe confundirse con la mera intuición ni mucho menos con alguna clase de adivinación. Pablo mismo tenía este don, como queda demostrado en Hechos 16:16-18. El Apóstol se dio cuenta que la muchacha, aunque decía la verdad, estaba poseída. Como todos los carismas, el de discernimiento de espíritus debe ejercerse en amor y para la edificación de la Iglesia. Esto exige una completa sujeción al Espíritu Santo y una adecuada preparación espiritual. Para discernir si un espíritu es o no de Dios es necesario, por añadidura, santidad de vida y conocimiento práctico de las Escrituras; y son muy útiles conocimientos básicos de medicina. Si estas condiciones no se cumplen, hermanos bien intencionados pero mal preparados pueden causar daño a muchos y provocárselo ellos mismos. ¡Baste recordar que hubo religiosos que pensaron que el mismísimo Señor estaba poseído! (Mateo 12:24-30).

No hay que confundir la enfermedad física o mental con la posesión demoníaca. Un ataque de epilepsia o una crisis histérica, maníaca o depresiva no implican necesariamente la presencia de malos espíritus. La mayoría de los enfermos no están endemoniados (ciertamente ninguno de los enfermos creyentes), y, en contraposición, los endemoniados pueden no presentar signos o síntomas de enfermedad.

Por lo antedicho, vale la pena subrayar que:

(a) La lucha contra las tinieblas es muy real (Efesios 6:12; 1 Pedro 5:8).
(b) Cristo ya ha doblegado a las huestes satánicas, las que están obligadas a rendirse ante el Señor (Marcos 5:7-8; Filipenses 2:9-11; Colosenses 2:15-17).
(c) Para vencer a Satanás, es necesario permanecer en completa sumisión a Dios (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:6-9). Si esto no se cumple, quien pretende arrojar fuera un demonio puede resultar malherido él mismo (Hechos 19: 13-15).
(d) Hasta los discípulos más cercanos a Jesús a veces fracasaron en expulsar demonios (Marcos 9:14-29).
(e) Algunos de los que arrojaron demonios no serán salvos sino que quedarán fuera del Reino de Dios (Mateo 7:22-23). El don de expulsar demonios no garantiza la plenitud del Espíritu Santo.
(f) La liberación de poseídos es un asunto muy serio. Debe ejercerse en oración y ayuno, por personas consagradas, con el don de discernimiento, y que puedan reconocer la existencia de condiciones no demoníacas como enfermedades psiquiátricas (1 Corintios 12:10; 1 Juan 4:1).
(g) Aunque los creyentes son asediados por Satanás (Lucas 22:31-32; 1 Pedro 5:8; Apocalipsis 2:10; 12:17) no existe ningún fundamento bíblico para pensar que un genuino discípulo de Cristo pueda estar poseído. Es inconcebible que Satanás pueda morar donde habita el Espíritu Santo (1 Corintios 6:19).

Por lo antedicho, si se exorciza un endemoniado, es imprescindible llevarlo también a Cristo, pues si no acepta a Jesús como Señor y Salvador puede terminar peor que antes (Mateo 12:43-45) y la responsabilidad de esto recaerá sobre quienes actuaron con tan poca sabiduría, quitando el demonio momentáneamente pero sin proporcionar los elementos para resistirle.

Este escrito es una revisión de un folleto preparado por mí y suscrito por todos los demás miembros de nuestro Consejo Pastoral como expresión de la posición de nuestra Iglesia acerca de estos temas.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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