Re: ¿CUÁNDO SE ESCOGIERON LOS LIBROS DE LA BIBLIA?...
Heredia dijo:
Me gustaria participar en este apartado:
NINGUN HOMBRE ESCOGIÒ LOS LIBROS DE LA BIBLIA; a mi parecer los libros eran o no de Dios. Dios es soberano y actùa soberanamente. Me parece que respeta la libre intenciòn del hombre, pero en èste caso no existe un atentado contra èsta libertad si Dios mueve los hilos pertinentes para que el hombre fuera apartando y reconociendo lo que venia de Dios e impulsara al hombre a recogerlo bajo el titulo de la Biblia. Y èsto a lo largo de un tiempo y en ocasiones bajo persecuciòn.
El caso es que muchos han querido poner sus libros, quitarlos, añadir, amputar, pero hoy dia lo universalmente aceptado son los 66 libros que contiene la Biblia. Y èstos aceptados ya digo UNIVERSALMENTE.
Yo veo en esta historia un mover poderoso de parte de Dios que nos queria dejar una Palabra fiel y digna de ser aceptada, para que pudieramos confiar seriamente en lo que Ese Libro dice.
¿Quién puede probar a cualquier hombre adulto e inteligente que el canon de los libros de la Biblia que tenemos hoy en día fue escogido por inspiración..., y no por intereses imperiales o religiosos?
Luego lo de la armonía: ¿qué armonía tienen muchas leyes del Antiguo Testamento en cuanto a sacrificios, castigos, penas de muerte, guerras y genocidios... con la palabra misericordiosa de Jesucristo que manda tener misericordia y perdonar siempre?
Yo creo que lo de la inspiración es muy discutible y muy poco probable... Y lo de la armonía... brilla por su ausencia.
En cuanto a lo del canon de las Escrituras, si Jesucristo solamente nos entregó el Evangelio, los demás libros ¿a qué vienen? ¿a ayudarnos a entender el Evangelio?, ¿o a condicionar la Ley del Evangelio a otras leyes ajenas a la Ley de Dios?
¿Es que los hombres son tan inocentes que no se debe desconfiar de ellos?
¿Es que los hombres no mienten?
¿Es que los hombres que dirigen las religiones no se mueven por intereses?
¿Es que los cristianos tenemos que tragarnos todo lo que nos den, aunque sean ruedas de molino?... ¿es que Jesucristo no nos hizo libres para examinarlo todo?... ¿Es que los cristianos humildes siempre tienen que estar atemorizados con las solemnes decisiones de las grandes religiones protegidas por los emperadores de Roma?
En los concilios de Roma del siglo IV se escogieron todos los libros de la Biblia que les interesaron a los emperadores de Roma..., y lo demás son cuentos.
Pero ahí intervienen aquellos cristianos con revelación, que saben sacar de los libros y las Escrituras lo que es nuevo y lo que es viejo.
Las viejas leyes judaizantes que tanto le interesaban a los que hicieron aquellos concilios bajo la tutela de los emperadores..., ya pasaron..., se hicieron viejas..., y Jesucristo las abolió porque eran imperfectas. Desde entonces, la Ley de Dios verdadera que nos trae la salvación, es el Evangelio de Jesucristo. Jesucristo nada nos habló de las Biblias que tenemos ahora y en ningún momento aprobó en su Evangelio los concilios de Roma para escoger todos los libros de la Biblia que hoy tenemos.
La autoridad de aquellos concilios sólo es la autoridad que les quieren dar los hombres... Pero la autoridad de Dios solamente la tiene el Evangelio, porque ésa es la única Biblia que nos mandó predicar Jesucristo por todos los pueblos.
Si aquellos hombres amparados por los emperadores dicen que fueron guiados por la inspiración, y un pobre cristiano como yo, después de estudiar detenidamente la Biblia y su historia, dice que aquellos hombres cometieron muchos errores y la inspiración de aquellos hombres estaba sujeta a intereses mundanos..., ¿quién tiene más autoridad? ¿cuatrocientos hombres confundidos y arrastrados por los intereses o un hombres solo y humilde que sólo quiere servir fielmente al Señor?
¿Es que el número de hombres indica que las cosas sean verdaderas? ¿Cuándo venían legiones de profetas para traer la palabra de Dios? Escrito está que cuando quiere manda a su profeta..., y la verdad del profeta siempre está sola contra la "verdad" de legiones de hombres que defienden intereses religiosos.
Los cristianos tenemos que volver otra vez al Evangelio y comprender que aquellos concilios del siglos IV que hicieron los emperadores de Roma para escoger todos los libros de la Biblia, están en contra del mensaje de Jesucristo y también en contra del concilio de Jerusalén descrito en el libro de los Hechos, capítulo 15. En ese concilio, los apóstoles decidieron que las leyes del Antiguo Testamento eran una carga que nadie podía soportar y que los cristianos solamente estaban obligados a cumplir con el Evangelio de Jesucristo... Y a una carga que nadie puede soportar no se la puede llamar Ley de Dios, pues así llamaron las religiones desde el siglo IV a todas las leyes del Antiguo Testamento, confundiendo de esta manera al mundo.
Si los apóstoles llamaron al Antiguo Testamento "carga que nadie podía soportar", es porque muchas de las leyes del Antiguo Testamento no eran palabra de Dios..., porque la Ley de Dios es un yugo cómodo y su carga es ligera, como nos dice Jesucristo. ¿Y por qué las leyes del viejo testamento habían llegado a ser una carga que nadie podía soportar? Nos dicen las Escrituras que la Ley de Dios había sido recibida por Moisés en el Sinaí..., pero también nos dicen las Escrituras que a través de los siglos los hombres la cambiaron en falsedad:
"Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Yavé; ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:7-9).
"Le preguntaron, pues, fariseos y escribas: ¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los antiguos, sino que comen pan con manos impuras? Él les dijo: Muy bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito:
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí, pues me dan un culto vano, enseñando doctrinas que son preceptos humanos. Dejando de lado el precepto de Dios, os aferráis a la tradición humana. Y les decía: En verdad que donosamente abrogáis el precepto de Dios para guardar vuestra tradición" (Marcos 7, 5-9)