Holaaaa.... lo prometido es deuda, Maripaz, voy a responder al artículo de Jetonius, con cuidadito y despacio, pero al fin lo hago... estas fiestas patrias en México me impidieron dedicarme a otra cosa, pero en fin, la vida sigue adelante.
Muy bien, el autor nos inicia en lo que él llama "culto a las imágenes", ¿Cuál culto?... lo ignoramos. Como católico, creo que a las imágenes se les debe culto relativo de dulía, y sinceramente, no creo que a ESE culto se refiera el autor.
Cabe subrayar que lo que se prohíbe de manera absoluta es que el hombre se haga imágenes por su propia iniciativa con el objeto de rendirles culto.
De nuevo nos preguntamos, ¿Qué clase de culto a las imágenes estaba prohibido?.. considerando el fundamentalismo evangélico, que no admite más que un tipo de culto, y considerando las prohibiciones de idolatría hechas anteriormente, creo que el autor quiere darnos a entender que está prohibida la idolatría a las imágenes. Correcto, la doctrina católica PROHIBE la idolatría a las imágenes, aunque admite un culto
relativo de dulía a las imágenes.
¿En qué consiste éste culto? En cuidar la imagen, protegerla y exhibirla, en considerarla un objeto que
representa a Dios o a una creación de Dios (La Virgen, los santos, los ángeles...), el culto de prenderle velas a la imagen significa devoción no por la imagen material misma, sino, por la persona A LA QUE REPRESENTA la imagen. Hasta ese momento, no veo idolatría en ningún punto del culto católico a las imágenes, porque no se atribuye a la imagen ningún poder ni significado propio.
Por tanto, no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes con fines didácticos, recordatorios u otros diferentes del culto.
Éxodo 20, 4-5, dice claramente:
"No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian"
El rigorismo indica que está prohibido HACER IMÁGENES, y RENDIRLES CULTO. Esto implica considerar DOS partes:
la hechura de imágenes y el
culto rendido a ellas.
Ante todo, el mandato rigorista fue para los judíos y NO para los cristianos.
El autor (Jetonius), dice: "...no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes...".
Es decir, el autor deroga la primera parte del mandamiento (hechura de imágenes), pero NO deroga la segunda (rendirles culto, de cualquier tipo). No entiendo por qué el autor deroga un punto del mandamiento, y mantiene un segundo punto. El autor dice que la hechura no está prohibida (primer punto), pero el culto sí (segundo punto). ¿Qué argumentos da para derogar el primer punto y mantener el segundo? Ninguno. ¿Alguna objección hasta el momento por parte del autor para la derogación del segundo punto?. Ninguna. Solo silencio.
Aunque el judaísmo tardío entendió la prohibición de las imágenes de manera absoluta
Aquí el autor admite que la prohibición de imágenes era relativa, porque atribuye a los judíos la interpretación ABSOLUTA.
El autor, nuevamente, no explica qué puntos del mandamiento completo (Éxodo 20, 4-5), eran
absolutos, y qué puntos eran
relativos. Hasta el momento NO hay argumento que demuestren que el primer punto es relativo, y el segundo absoluto.
En efecto, Dios mismo mandó hacer imágenes bordadas, talladas y esculpidas para el tabernáculo, como también la serpiente de bronce (Números 21:9) que según Jesús enseñó era un tipo de su muerte redentora (Juan 3:14).
El autor no se extiende sobre la Serpiente de Bronce. Yahvé mandó poner la Serpiente de Bronce (una imagen HECHA), para que mirándola, los israelitas mordidos por serpientes se curaran. En mi humilde opinión, si el culto (de cualquier tipo) a las imágenes, estuviera prohibido, Yahvé no hubiera recurrido a ella para que fuera instrumento de su poder curativo. Con ello Yahvé se arriesgaba a una mala interpretación por parte de los israelitas. Si Yahvé autorizó que la imagen fuera intermedio entre su poder y los hombres, queda claro que la imagen puede ser un intermedio, y de ese modo, ser digna de un aprecio más alto que a otra imagen, eso es el culto relativo de dulía que entendemos los católicos: una estimación alta.
Para los católicos, las imágenes RARAMENTE son intermediarios directos entre Dios y los hombres (como fue el caso de la Serpiente de Bronce), para nosotros son intermediarios MUY indirectos, porque son simples representaciones, mientras que la Serpiente de Bronce fue más un instrumento que una simple representación.
Sin embargo, no existe evidencia de que existiese ningún tipo de culto hacia tales imágenes recordatorias.
El autor habla sobre las imágenes cristianas de los primeros siglos, y por primera vez menciona que hay más de un tipo de culto, porque dice "ningún tipo de culto". Obviamente, el autor omite (ignoro por qué), el tipo de culto que enseña la Iglesia Católica (como práctica y no como deber), hacia las imágenes.
Los Padres de los primeros siglos condenan la veneración de imágenes
Es decir, el autor habla de una
veneración, NO explica que la Iglesia Católica entiende que hay diferencias entre Adoración y Veneración... vamos a ver.
De este modo, la enseñanza unánime de los Padres de los primeros siglos, la cual la Iglesia de Roma se precia de respetar y venerar, es radicalmente adversa al uso de imágenes en el culto.
TODAS las citas patrísticas citadas por el autor, condenan la IDOLATRÍA, es de notar que en esa época aún imperaba el paganismo clásico, por lo tanto, los cristianos no concebían aún el culto relativo de dulía a las imágenes, aunque sí a los santos (mártires), y a las reliquias. El autor se guarda de explicar que la Iglesia Católica considera distintos el culto de Adoración a Objetos (Idolatría), y Veneración a los mismos.
Adicionalmente, como notó Agustín, tampoco los paganos, salvo los muy incultos, tomaban a las imágenes como algo más que representaciones; pero son precisamente tales representaciones lo que los escritores cristianos antiguos prohíben como contrarias a las Escrituras y por tanto opuestas al cristianismo.
Pero el mismo autor reconoce ANTES, que el hecho simple de utilizar imágenes como representaciones, no es ningún problema porque el mandato era RELATIVO. Por lo tanto, si los autores cristianos antiguos condenaban las simples representaciones, debemos entender que estaban al mismo nivel del judaísmo tardío que entendía como ABSOLUTA la prohibición de las imágenes.
De esto sacamos como conclusión que aquellos autores antiguos estaban al mismo nivel que el judaísmo tardío, al menos en lo que a hechura y culto de imágenes se refiere. No es una gran base cristiana, la opinión de quienes estaban al mismo nivel que los judíos.
Gregorio Magno reitera su posición; "tomad todas las medidas para evitar la adoración de las imágenes" (Epístola 9,4:9)
Aquí vemos que se tiene que evitar la ADORACIÓN de las imágenes, esto es, igual a lo que manda el catolicismo oficial.
Como en la época de Gregorio aún no se había inventado la artificial distinción entre el culto de latría y el de dulía, es obvio que él se refiere a todo tipo de culto.
Por primera vez el autor admite que el catolicismo considera dos tipos de culto, el de latría y el de dulía, ANTES no lo hizo, para dar la impresión, en mi opinión, de que el culto únicamente puede ser de latría. No explica que la Iglesia Católica considera distintos los dos tipos de culto, ni explica que el dado a las imágenes es de DULÍA.
Dice el autor que en la época de San Gregorio Magno (600 D.C.), aún "no se inventaba" la distinción entre ambos cultos, pero esto ES FALSO.
Sobre el culto de Dulía (éste como absoluto se rinde a los ángeles y los santos), el testimonio más antiguo data de 156 D.C., en el
Martyrium Policarpi, donde el autor dice: "A éste (Cristo), le adoramos por ser el Hijo de Dios; y a los mártires los amamos con razón como discípulos e imitadores del Señor, por su adhesión eximia a su rey y maestro" (17, 3). Esto sería redundante si no se diera a los mártires un tipo de culto DISTINTO al que se daba a Cristo, porque dicha explicación sería innecesaria en caso contrario.
San Jerónimo, en sus pugnas con Vigilancio, defendió éste tipo de culto, diferenciándolo de la Adoración a Dios (Ep. 109, I, Contra Vigil. 6).
San Agustín también defiende el culto a los mártires refutando la objección de que con ello se adoraba a hombres (Contra Faustum XX, 21).
"Veneramos a los siervos para que los resplandores de ESE CULTO glorifiquen al Señor", palabras de San Jerónimo en Ep. 109, I, cf. Cat. Rom. III, 2, 14).
Sobre el culto relativo de dulía (a las reliquias), el
Martyrium Policarpi recoge también datos, refiriendo cómo los cristianos de Esmirna recogieron los huesos del obispo mártir "más valiosos que las piedras preciosas y más estimables que el oro" (18, 2).
Todo esto nos indica CLARAMENTE que mucho antes de San Gregorio Magno YA se conocía, sobradamente, que el culto de Adoración a Dios, y el culto de Veneración a Reliquias y Santos era diferente, por lo tanto, San Gregorio Magno no podía ignorar que existían
distintos tipos de culto.
Del mismo modo, para cualquiera que, como quien esto escribe, viva en un país de tradición católica, el retrato que hace de los excesos de los orientales resulta dolorosamente familiar.
El autor ya habla aquí del desarrollo del culto a las imágenes, aunque su comparación no es tan acertada, en prácticamente todos los templos católicos, hay imágenes de Cristo, y cruces. El autor dice acertadamente que el culto a las imágenes no se remonta a los tiempos primitivos. Esto es exacto, el culto relativo de dulía a las imágenes no se remonta a los tiempos primitivos, por motivo del paganismo y de lo peligroso que era el culto a las imágenes en aquellos tiempos en que el cristianismo convivía con el paganismo. Lo que sí existía en los tiempos primitivos era el culto relativo de dulía a los santos y a las reliquias, lo cual indica distinciones: en el paganismo, si bien se conocía el culto látrico a las imágenes, NO se daba ningún tipo de culto a "santos" o "reliquias", por lo tanto, en lo que se refiere a santos y reliquias, el cristianismo tenía diferencias grandes con respecto al paganismo, lo cual permitió que los Padres antes mencionados reconocieran otros tipos de culto.
Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía.
El autor no nos da el Denzinger del Concilio que estableció tal cosa, de modo que estoy a la espera de que nos proporcione el dato. Sería interesante determinar quiénes establecieron que el Pan y el Vino eran "símbolos".
Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI. Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que sería lícito para los santos. También se habló de un culto "terminativo", dirigido a la persona, y otro "relativo" dirigido a la imagen que la representa.
Ya quedó demostrado que San Jerónimo y otros Padres reconocían distintos grados y tipos de culto, mucho ANTES de éste Concilio de Nicea, de modo que es imposible que en éste Concilio se hayan introducido las distinciones. Los términos sí, pero no las distinciones, estas YA eran reconocidas
mucho antes.
Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige al Trino Dios.
Las Escrituras NO dicen que sólo haya un tipo de culto, aunque sí dejan claro que sólo a Dios se debe de adorar, cultos de otros tipos, y bases para los mismos; también los hay en la Escritura:
Santos (Daniel 8, 17; Tobías 12, 16, 2Macabeos 15, 11-16; Tobías 12, 12; Apocalipsis 8, 3)
Imágenes (Números 21, 8)
Reliquias (Éxodo 13, 19; 2Reyes 13, 21; Hechos de los Apóstoles 19, 12).
Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico.
Nuevamente el autor omite el, o los, Denzinger de dicho Concilio... falta una pieza de investigación histórica.
Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes.
El autor acusa de "iconólatras" a los obispos, sin dar
pruebas históricas de que dichos obispos rindieran culto de latría a las imágenes, lo cual los haría "iconólatras". Falta otro elemento de investigación histórica.
Esgrimieron en cambio una espuria "tradición de la iglesia católica" cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación.
Leyendo los escritos anterior, "semejante abominación" era el culto idolátrico a las imágenes, cosa que los mismos obispos "iconólatras", no hubieran aceptado... de lo contrario no hubieran propuesto, en el Concilio de Nicea, los términos distintos para ambos tipos de culto.
En conclusión, el culto a las imágenes, prohibido en la Biblia
Si el autor se arroga el derecho de derogar el primer punto del mandamiento de Éxodo 20, 4-5 (hechura de imágenes), por tomarlo de modo RELATIVO, los católicos podemos con igual derecho derogar el valor absoluto del segundo punto (culto a las imágenes), y tomarlo del mismo modo relativo, de modo que el culto prohibido en la Biblia, no nos queda duda, es el culto
idolátrico, pero NO así el relativo de dulía, al que se aproxima muy de cerca, el episodio de la Serpiente de Bronce.
rechazado unánimemente con horror por los maestros cristianos primitivos, y prohibido por el obispo de Roma Gregorio I y por los trescientos obispos reunidos en Hiereia
Naturalmente, dichos cristianos primitivos rechazaban la idolatría a las imágenes, por esto la Iglesia Católica la condena del mismo modo.
Así que, queridos católicos y orientales, les invito a rechazar a los falsos maestros que los extravían y a volver a las Escrituras y a la práctica de la Iglesia primitiva.
Por supuesto, tengo en cuenta la recomendación del autor (Jetonius), y en cuanto la Iglesia me diga que debo
adorar imágenes, me saldré de ella, pero mientras me diga que se les puede (no como deber sino como opción), VENERAR, no veo motivos para salirme de ella.
PD: El autor mencionó el
Manual de Teología Dogmática, de Ludwig Ott, explicando cuándo apareció el culto a las imágenes en las iglesias griegas, pero OMITIÓ (este autor omite muchas cosas), decir quiénes defendieron el culto a las mismas.
Recordando las enseñanzas de San Jerónimo, para algunos maestros del conflicto iconoclasta, y de hecho para la doctrina católica actual, queda claro que el culto a las imágenes es el mismo debido a las reliquias (éste sí se remonta a los tiempos primitivos), es decir, el relativo de dulía:
San Juan Damasceno, Germán y Nicéforo de Constantinopla, y el abad Teodoro de Estudión, dejaron claro el carácter relativo del culto a las imágenes.
Saludos!!!!!!!!!!
