¿Cual es la verdadera iglesia de Jesucristo (pentecostal, testigos, mormones, etc) ?

jos

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28 Enero 2001
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¿Cual es realmente la iglesia que jesus eligira?
No todas las iglesias tienen la misma doctrina ¿Estara de acuerdo el señor Jesucristo con esto?
Existen para el Señor los titulos eclesiasticos. Escribe tuopinion acerca de esto.
 
Originalmente enviado por jos:
¿Cual es realmente la iglesia que jesus eligira?
No todas las iglesias tienen la misma doctrina ¿Estara de acuerdo el señor Jesucristo con esto?
Existen para el Señor los titulos eclesiasticos. Escribe tuopinion acerca de esto.

Jesús ya sabe cual es Su Iglesia, y NO ES ninguna institución humana, ni católica, ni evangelica, ni ortodoxa........simplemente la componen TODOS LOS REDIMIDOS por Su sangre, aquellos que guardan Su Palabra y le tienen a El como unico Señor de sus vidas y le obedecen a Él en vez de a los hombres.

Maripaz. Moradora de Sión
 
¿Alguien tiene la exclusiva de ser la Iglesia de Cristo?


¿Le pusieron ya el copyright? :D


Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.(Hch 2:44-47)


¿Alguna de las iglesias establecidas: catolica, protestante u ortodoxa cumple estas premisas?


:confused: :confused: :confused:


¡¡Dejemonos de ser exclusivistas y busquemos el parecernos lo más posible a la Iglesia de los primeros tiempos, tomemos su ejemplo!!.


puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.(Hechos 12:2)

Maripaz
 
Algo extenso, pero excelente.

Extraído de http://aguasvivas.lawebcristiana.com


LA IGLESIA COMO VIUDA
(Eliseo Apablaza)

La iglesia hoy sobre la tierra es comparada por el Señor con una mujer que lamenta la partida de su esposo. Ella no es feliz mientras esté separada de su amado. Ella no procura establecer en la tierra un reino sin Él.
La iglesia no es como una reina en el mundo, sino como una viuda. Su riqueza no es material, sino espiritual. Ella vive enteramente para Él, y espera –ansiosa– su venida.
Las viudas que aparecen en la Biblia nos muestran preciosos rasgos de la iglesia aquí abajo, a la vez que nos consuelan en nuestras aflicciones, y nos enseñan cómo sufrirlas.

(Este mensaje fue compartido originalmente a las hermanas de la iglesia en Santiago, Chile, en el mes de mayo de 1997. Su objetivo era suplir una necesidad específica de esas hermanas en aquel momento; sin embargo, poco después se publicó en forma de folleto que circuló en varias asambleas en Chile. Hoy ponemos este mensaje a disposición de todos quienes aman al Señor Jesucristo, con la esperanza de que el Señor se sirva usarlo para su gloria.)

“Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.” Lucas 4:25-26.
“Jehová asolará la casa de los soberbios; pero afirmará la heredad de la viuda.” Proverbios 15:25.

La mujer ocupa un importante lugar en la Biblia, porque ella nos habla de la iglesia en sus diversos aspectos, tales como la elección, el origen, el llamamiento, la redención, la herencia, etc. Un tipo especial de mujer, que podemos agrupar de modo genérico y que también nos habla de la iglesia, es el de la viuda. Cada una de las viudas en la Biblia nos muestra alguna faceta de la iglesia como es en el mundo.
Juan el Bautista dijo: “El que tiene la esposa es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido” (Jn.3:29). Aquí tenemos una primera aproximación a esta relación de Cristo y la iglesia, en la antesala del ministerio del Señor Jesucristo. Aquí está el esposo (Cristo), la esposa (los de Cristo) y el amigo del esposo (Juan, que pertenece a la antigua dispensación). Juan, como amigo del esposo, venía a preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto, venía a favorecer la unión entre Cristo y la iglesia. Él anuncia que la relación de Cristo y los suyos tendría este carácter matrimonial. Poco después, el Señor mismo lo confirmaría.
En cierta ocasión, los discípulos de Juan vinieron al Señor con la siguiente pregunta: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?”. El Señor les contestó: “¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán” (Mat.9:14-15). El Señor mismo se identifica aquí con el esposo, en tanto que identifica a los discípulos con “los que están de bodas”. Ellos no son los amigos del esposo (como Juan), sino la esposa. Teniéndolo a Él a su lado, ellos no podían estar de luto. No era el día del ayuno. El ayuno es sinónimo de cilicio, de tristeza y llanto. Ellos tenían al esposo consigo, así que no había lugar para estas cosas. Pero, en seguida, el Señor anuncia que el esposo les sería quitado y que entonces ayunarían. El anuncio que hace no es halagüeño: el esposo les sería quitado y entonces vendría el tiempo del luto.
Así que, en este sentido, por habérsele quitado el esposo a la iglesia, hoy ella es como una viuda.
Es en este sentido que se deben entender las palabras del Señor, en Juan 16:20,22: “De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo… vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.” Aquí tenemos dos momentos diferentes: uno en que la iglesia llora y lamenta mientras el mundo se alegra; y el otro en que “os volveré a ver” –dice el Señor– y entonces ya nadie le podrá quitar el gozo. Evidentemente, nosotros estamos aún en ese primer momento. Aún el Señor no ha regresado y, por tanto, nuestro gozo no es pleno. Notemos que el Señor no muestra a la iglesia aquí buscando consolarse por la partida de su Amado, sino más bien lamentando su ausencia. Una iglesia adaptada al mundo y que disfruta de él en esta era, no es la iglesia según la Biblia.
La iglesia del Señor no está destinada a ser reconocida en el mundo, sino aborrecida: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán … Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado … Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho.” (Jn.15:19-21; 16:1-4)
Más de alguien podría pensar que estas palabras del Señor no corresponden con la realidad presente, cuando parece que la iglesia de Cristo presenta en el mundo una situación totalmente opuesta. Ella es muy bien considerada en el mundo, y aun por muchos es temida. Tiene poder político, se codea con los reyes de la tierra y tiene un reino en este mundo. Pero nosotros bien sabemos que las palabras del Señor son verdaderas y que antes podrían pasar el cielo y la tierra que caer alguna de ellas. La verdadera iglesia es aborrecida hoy en el mundo; en tanto que aquélla es recibida en el mundo. Por tanto, está claro que esa no es la iglesia de Cristo, por mucho que se autoproclame como tal. ¡Que el Señor abra nuestros ojos para ver en qué lugar estamos! Y si ocurriese que no estamos en el lugar correcto, escapemos antes de que sea tarde, porque los juicios sobre aquella que ha usurpado el nombre de iglesia van a caer pronto.
Es así como tenemos que la iglesia en este tiempo encuentra en la viuda un tipo fiel y preciso. No es que sea una viuda que ha perdido para siempre a su esposo, porque el Señor Jesús está exaltado a la diestra de la Majestad en las alturas. Pero ella es como una viuda aquí abajo, que no está completa mientras no tenga a su lado a su Señor. “Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1ª Jn.3:2). Por eso hoy estamos permanentemente como en ayuno, con aflicción en nuestro corazón; por eso “gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción.” Pero el día del luto está terminando, porque ya se acerca aquél día.
Nosotros no menospreciamos la obra del Espíritu Santo para este tiempo. Su presencia permanente dentro de nosotros, su socorro, y su preciosa obra revelándonos a Cristo, son invaluables para el caminar diario. Sin Él simplemente no podríamos permanecer firmes. Por Él disfrutamos hoy de los poderes del siglo venidero. Pero, justo es decirlo, aunque Él nos dé un testimonio valioso de nuestro Esposo que está lejos, y nos dé gozo en medio de las tribulaciones, esto no es comparable con ver al Señor cara a cara. Esta esperanza cierta de verle nos asiste y nos alegra con gozo inefable y glorioso. Será algo supereminentemente más grande verlo regresar y estar para siempre con Él.
El mundo hoy se alegra, pero en aquél día nos alegraremos nosotros y nadie nos quitará nuestro gozo.
Pero, por ahora, la iglesia es como una viuda.
Las viudas en las Escrituras siempre han sido objeto de cuidados permanentes y delicados por parte de Dios (Ex. 22:22; Is.1:17; Zac.7:10, entre otros), y esto no sólo por motivos humanitarios, sino también porque representan a la iglesia de Cristo en su peregrinar por la tierra, en su indefensión, en la injusticia de que es objeto.


La viuda y el juez injusto

En la parábola de la viuda y el juez injusto (Luc.18:1-8), la viuda es objeto de injusticia por parte de su adversario, por lo cual ella clama insistentemente ante el juez. Veamos un poco la figura de esta viuda.
¿No es éste el cuadro más patético de la indefensión? ¿Qué otro recurso tiene la viuda para que se le haga justicia, sino esperar en el juez, aunque éste sea injusto? No tiene marido, ni tampoco tiene hijos. Su única posibilidad es porfiar en el ruego, insistir en el clamor delante del juez. Nosotros vemos en la historia, sin embargo, muchos períodos en que la iglesia no ha esperado su justicia del Dios justo, sino que se la ha procurado por sí misma. Ha echado mano de los recursos de este mundo y ha hecho gala del poder político, y aun del poder militar, para infligir un tremendo daño al testimonio de Dios, quien no pelea con espada ni con fuerza, sino con su Santo Espíritu. ¿Es eso la iglesia según Dios? La verdadera iglesia de Dios nunca echará mano de los recursos de la carne, y menos para hacerse justicia a sí misma.
Notemos que esta viuda tiene un solo recurso, y ese recurso es la justicia que le pueda hacer un juez injusto; no obstante, ella no se la procura por sí misma. ¿Cuánto más la iglesia del Dios vivo y verdadero, que le tiene a Él como juez, no injusto, sino justísimo, debe esperar de Él toda justicia? “Os digo –dice el Señor– que pronto les hará justicia.”
La viuda aquí son los escogidos que claman a Dios día y noche, a los cuales el Señor pronto les hace justicia. Son los escogidos, que no todos los hijos de Dios. La cristiandad está dormida de día y de noche, por lo que no puede orar día y noche. Ella se ha adormecido, tal como las vírgenes insensatas, las cuales, “cabecearon todas y se durmieron” antes de la venida del esposo (Mat.25:5). Aquí vemos a los escogidos presentando una batalla espiritual a favor de toda la iglesia. Estos son los vencedores que, ininterrumpidamente, incluso a través de los períodos más oscuros de la historia, han sostenido el testimonio de la fe. Porque en toda época el Señor se ha reservado “siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.” (Rom.11:4); el Señor ha sabido reservarse “un remanente escogido por gracia” para llevar adelante su propósito. Estos son la viuda que ruegan sin cesar: “Haznos justicia de nuestro adversario”. No hay más alto tribunal que el de nuestro Dios para traer las causas que nos afectan. Entremos confiadamente hasta su trono, el trono de la gracia “para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Heb.4:16). Acusemos a nuestro enemigo delante de nuestro Dios, y no permitamos que nos hostigue; resistamos sus obras y deshagamos sus maquinaciones. Los escogidos saben que cuentan con un trono, con una entrada libre a Él, y hacen uso de tal privilegio todos los días, de día y de noche. Y por eso, sin tardanza, el Señor les hace justicia.


La viuda pobre

La viuda que dio las dos blancas (Mar. 12:41-44) nos habla de la iglesia ofreciendo, en su pobreza, todo al Señor. El Señor dijo de ella: “De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han dado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.” El Señor no se impresiona por el mucho dinero que dan aquellos a quienes les sobra, sino más bien cuando le es ofrecido todo lo que tenemos, todo nuestro sustento. En esas dos blancas estaba la vida de la viuda, porque era todo lo que tenía, y lo ofreció al Señor, en un acto de fe sublime y conmovedor. Si hubiese usado las monedas para ella, podría tal vez, haber alargado un poco más su subsistencia, pero ¿después?. En cambio, ofreciéndoselas al Señor, ponía su esperanza en la misericordia de Dios, en aquel que “al huérfano y a la viuda sostiene” (Salmo 146:9). Esta es la viuda que camina delante del Señor y espera de Él todo su sustento. Lo da todo al Señor, porque sabe y confía que Él la sostendrá. He aquí la iglesia dando el mayor testimonio de fe en la Providencia divina y en su fidelidad.
¡Oh, qué hermosa figura de la iglesia! Ella no tiene plata ni oro, su única riqueza son los recursos espirituales de Dios, disponibles para salvar, para sanar, para consolar a los pobres de la tierra. Ella pone toda su vida delante de Dios en una entrega absoluta y confiada. O es socorrida por Dios o, simplemente, se muere. Pero ¡aleluya! ella no morirá.


Ana, la profetisa

En Lucas 2:36-38 se nos habla de Ana, profetisa, hija de Fanuel, que esperaba la redención de Jerusalén, sirviendo día y noche en el templo con ayunos y oraciones. Tras siete años de matrimonio, enviudó, de lo cual hacía ya ochenta y cuatro años. A ésta le fue permitido ver con sus propios ojos al Señor Jesús, cuando era un niño de unos cuarenta días.
Ana nos habla de la iglesia que, tras un breve pero perfecto período de dicha con su Señor, arrastra una larga espera (sus ochenta y cuatro años son estos dos mil largos años para la iglesia) para verlo de nuevo, y no va a ser defraudada. Sus ojos le verán y se consolará de su larga tristeza. Ana esperaba la redención en Jerusalén; nosotros esperamos el arrebatamiento de la iglesia en los próximos días. ¡Aleluya!
¡Cómo nos habla esta mujer anciana, de más de cien años, viuda hacía ochenta y cuatro! Ella no buscó consuelo en otro marido; ella fue fiel a la memoria de su amado lejos, sirviendo a Dios de noche y de día. Tal como aquella otra viuda ante el juez injusto, ésta también es diligente. Aquélla ruega; ésta sirve. Pero ambas lo hacen “día y noche”, con una entrega total a la santa causa que les ocupa.
Oh, el Señor nos libre de toda forma de infidelidad. El Señor nos libre de buscar, como iglesia, consuelo en otros maridos y disfrutar de este mundo, cuando nuestro único quehacer debiera ser esperar “la redención de Jerusalén”, que es el arrebatamiento de la iglesia. Con razón las Escrituras nos exhortan tan fuertemente: “¡Oh, almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios.” (Stgo.4:4). Aunque las fuerzas flaqueen a veces, aunque el vigor pareciera que se extingue, alentémonos mirando a esta mujer, y viendo cómo su esperanza no fue defraudada. Ella vio con sus propios ojos al Señor.
Oh, amados, falta poco, falta muy poco, y el Señor vendrá a buscarnos. Aunque parezcamos una viuda pobre y debilitada en el aspecto exterior, mas estamos llenos de esperanza en la venida de nuestro Señor Jesucristo. “Como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.” (2ª Cor.6:9-10) ¡Aleluya!

La viuda de Sarepta


Sin duda, es el relato de la viuda de Sarepta de Sidón (1 Reyes 17:8-24), el que mejor nos ilustra cómo la iglesia, en su viudez, se relaciona con su esposo en este tiempo.
Después de predecir la sequía al rey Acab, y de ser sustentado por los cuervos en el arroyo de Querit, Elías fue enviado por el Señor a Sarepta, de Sidón: “He aquí, yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.” (17:9). Es el período más duro de la sequía. Aunque ella es viuda extranjera (Bienaventurados, ¡oh gentiles!, porque a vosotros os ha visitado el Señor) y pobre, recibe la capacidad para sustentar al profeta. Elías es aquí el Señor Jesucristo, en tanto la viuda es la iglesia. ¡Qué cuadro más solemne y conmovedor! ¡La iglesia sustentando a su Señor! ¿En qué sentido puede ella sustentarle? No en que la iglesia pueda sostener al Señor, el cual está glorificado en los cielos, en el más alto trono del universo; sino en cuanto sostiene su testimonio aquí en la tierra. A la iglesia le es dado, como columna y baluarte de la verdad, sostener el testimonio del Señor. ¡Esto es glorioso! Una iglesia así, aunque menospreciada e ignorada por el mundo, sostiene el glorioso Nombre de su Señor. Dios ha querido, en su sabiduría, depositar sus recursos, su altísimo testimonio, no en los fuertes de la tierra, ni en los sabios, sino en los desheredados, los pobres, lo necio, lo débil, lo vil, lo menospreciado, lo que no es, a fin de que nadie se jacte en su presencia, para que la “excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” (2ª Cor.4:7-9).
Cuando el profeta llegó a Sarepta, encuentra a la viuda recogiendo leña. Ella se disponía a preparar el último pan para ella y para su hijo, y luego se dejaría morir. Estaba al límite de sus fuerzas. Tan extrema era su situación que ni siquiera la sobrevivencia de su hijo lograba motivarla para seguir viviendo. Así como esta viuda estábamos nosotros cuando el Señor llegó a nuestras vidas. No teníamos ya esperanza, habíamos probado con nuestras fuerzas sostener nuestra vida, pero los recursos estaban extinguiéndose. Estábamos en la más grande orfandad, la cual no consiste en ser viuda, sino en no tener a Cristo.
Al conocer su situación de boca de la mujer, y contra toda lógica, el profeta le pide que le prepare a él primero, y después haría para ella y su hijo. Ese “Hazme a mí primero” no es razonable para la mente natural. Tal parece que ni siquiera considera una mínima actitud de cortesía hacia la pobre mujer. Una mujer y un niño deben postergar sus más legítimas necesidades, para atender al profeta. Sin embargo, nosotros sabemos que esto es espiritual, y debe entenderse espiritualmente. El Señor estaba ofreciendo las condiciones para operar un milagro que la viuda no olvidaría, que salvaría su vida y que a todos nosotros nos traería una profunda lección. Tal como el profeta a la viuda, el Señor nos pide que le demos a Él todo lo que tenemos, arriesgándonos a morir si Él nos abandonara. La viuda debe olvidarse de ella (su amor propio) y de su hijo (sus afectos humanos); debe olvidarse de sí misma y de lo más preciado que tiene, por amor al Señor. ¡Qué demanda! Pero, junto con la demanda, Elías le hace una promesa de parte del Señor. Porque las demandas del Señor siempre van acompañadas de promesas, para que la fe encuentre un firme asidero. “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: la harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías.” La mujer cree y obedece. Es una fe que se sobrepone a las circunstancias difíciles, porque se basa en las promesas de Dios. Cuando un hombre o una mujer le creen a Dios, hacen posible que Dios obre. “Porque sin fe es imposible agradar a Dios.” (Heb.11:6)
Aquí vemos que la obediencia hace posible el cumplimiento de las promesas de Dios. Ella obedeció y el Señor cumplió: “La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.” (17:16). ¿De qué nos hablan a nosotros el pan y el aceite? ¿No es el pan el Señor mismo, dado por nosotros, comido cada día, alimento y sustento del creyente? ¿No es el aceite la Unción verdadera que ha venido a morar en nuestro espíritu, el Espíritu Santo que nos fortalece y capacita para servirle? ¡Oh, qué provisión para el pueblo de Dios! ¡Qué abundancia de comida hay – como dice un hermano – en la casa de los pobres! No escaseará el sustento de Dios en tanto creamos sus promesas y obedezcamos su Palabra.
Sin embargo, además de esta demanda, viene una prueba mayor para la fe de la viuda. Ella iba a ser tocada en lo más íntimo: su hijo muere. ¿Acaso no había obedecido a Dios? ¿No la había socorrido el Señor con abundante provisión? ¿Para qué el Señor les salvó, entonces, la vida si había de hacer morir al hijo poco después? ¿Es así Dios? Similar angustia debió de padecer Abraham cuando Dios le pide que sacrifique a Isaac. ¿Es que Dios da por un poco de tiempo, para después quitar? Nosotros sabemos que no hay crueldad en Dios. Lo que hay es una paciente enseñanza, una misericordiosa guianza por el camino de esta vida para que participemos de su santidad. Ella debía aprender (y nosotros también) que tenía que recibir todas las cosas en resurrección, es decir, desde la muerte, para que no estimara nada como suyo propio, sino como recibido de Dios. Así podría decir, sin lugar a dudas, que su vida había sido rescatada de la muerte, y la de su hijo doblemente. Esto es lo que significa la consagración de los primogénitos. “Mi hijo debía morir, pero como otro murió en su lugar, ahora este mi hijo te pertenece, Señor. El merecía la muerte, pero como tú lo salvaste, ahora es tuyo.” Si el Señor no nos lo da, no tenemos nada: ni vida, ni hijo.
Cuando se hubo cumplido el propósito de aquella muerte, entonces el Señor le dio otra vez vida. “Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.” Antes de producirse este milagro, Elías debió de haber estado muchos días allí, sin embargo, notemos que es ahora cuando la viuda conoce que Elías era un varón de Dios. La mujer debió de hacerse muchas conjeturas acerca de este hombre. Su conducta era santa, sus palabras también lo eran, pero, ¿cuán realmente era lo que parecía ser? Así también ocurre con nosotros en cuanto al conocimiento de nuestro Señor. Es necesario pasar por diversas tribulaciones y pruebas a nuestra fe antes de que nosotros sepamos quién de verdad es Él. Aunque muchos le hayamos conocido anteriormente de oídas, es preciso ser enfrentados a situaciones límites para recién conocerle de verdad. Su carácter precioso, la verdad de cada una de sus palabras, sus promesas fieles y verdaderas, su provisión abundante para todas nuestras necesidades, sólo son conocidas de verdad cuando resisten el fuego de la prueba. Ahora la mujer podía decir también: “Ahora conozco … que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.” Ahora la mujer pudo ver cabalmente la correspondencia entre las palabras del profeta y sus obras.

Babilonia, la reina

Por contraste, Apocalipsis 17 y 18 nos muestra a otra mujer –Babilonia–, que dice: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto” (18:7). El decir “Y no soy viuda” es un rasgo que, en este versículo tiene mucha intención. En medio de la amplia descripción que se hace de ella en estos dos capítulos, resulta sorprendente la mención de este rasgo; primero, porque no se deriva directamente del razonamiento en que está inserto, y segundo, porque bien pudiera pensarse que es suficiente con decir que ella está sentada como reina. Creemos que esta pequeña alusión nos remite claramente a la iglesia, para resaltar por contraste lo que Babilonia no es (aunque lo proclame). La palabra de Dios, rica en contraposiciones, nos da aquí una valiosísima muestra de ello.
Ella está “vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas”, y tiene en la mano “un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de sus fornicación”. Ella tiene en su frente un nombre escrito: “Babilonia la Grande, la Madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.” Esta mujer es la antítesis de la iglesia. Aquí vemos que Babilonia no es sólo una ciudad, sino también una mujer (Apoc.17:18). Ella aparece “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús.” Ella se ha glorificado sobre la tierra y ha vivido en deleites. Ella es reina, todos los reyes de la tierra le rinden honores. Babilonia dice: “No soy viuda y no veré llanto”. ¡Qué contraposición más clara de lo que es la iglesia, la cual sí es viuda y sí llora la separación de su Señor! ¡Qué contraste hay entre estas dos mujeres: una viuda pobre y una reina que vive en deleites!
Al ver la posición de una y otra, ¿cómo no hemos de alinearnos tras aquella cuya gloria no es de esta tierra, cuya corona no está hoy sobre su cabeza y cuyo reino no es de este mundo? ¿Cómo no hemos de aborrecer la vana esplendidez de Babilonia, esplendidez que esconde la más horrible abominación, y toda suerte de inmundicia? Porque ella “se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo”. Oh, no nos dejemos seducir por su vestido de púrpura y escarlata, por sus adornos de oro y por su cáliz de oro, porque está lleno de abominación e inmundicia. Por eso las mujeres de Dios huyen de estas cosas y se atavían “de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.” (1ª Tim.2:9-10). Cuando nuestros ojos son ungidos para ver las cosas como Dios las ve, entonces no nos impresionamos por aquello que los hombres tienen por sublime, porque sabemos que delante de Dios es abominación. (Luc.16:15).
Consecuentemente con lo anterior, el fin de estas dos mujeres (de la reina y de la viuda) es totalmente opuesto.
De Babilonia se dice: “En un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga” (Apoc.18:8). Al presenciar los juicios de Dios sobre ella, aparecen tres tipos de personas, que miran desde lejos su caída y expresan su consternación y su dolor. Ellos son, primeramente, los reyes de la tierra que han fornicado con ella. Ellos dirán: “¡Ay, ay de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” (Recordemos que esta mujer es también una ciudad). Luego están los mercaderes, que se han enriquecido a costa de ella. Ellos dirán: “¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas!” (Comparar con 17:3-4). Asimismo, están los pilotos y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, llorando y lamentando. Ellos dirán: “¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!”. Estos tres “ayes” dobles dan cuenta de un juicio divino categórico y definitivo.
La iglesia, en cambio, será consolada. Su tristeza se convertirá en gozo, “y como el gozo del esposo con la esposa, se gozará contigo el Dios tuyo” (Is.62:5). Luego del relato de la condenación y caída de Babilonia en los capítulos 17 y 18, el capítulo 19 de Apocalipsis describe el gozo que hay en el cielo por lo que Dios ha hecho con la esposa, y “porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apoc.19:7-8). ¡Aleluya! La que antes lloraba, ahora ríe; la que antes tenía hambre, ahora está saciada; la que antes era menospreciada, ahora está en los brazos de su Señor; la que antes padecía injusticia, ahora se le ha hecho justicia ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!
Que el Señor nos permita vivir en la modestia confiada de todas las viudas que hemos examinado, para aprender de ellas cómo conducirnos todo el tiempo de nuestra peregrinación aquí abajo, hasta el día del reencuentro con nuestro Esposo. Que así sea. Amén.
 
La verdadera iglesia es una, y esta compuesta por todos aquellos que han sometido sus vidas a Jesús, Señor y Dios, que han decidido seguirle y obedecerle, y estos no pertenecen a ninguna organización, ni institución sino a Jesucristo, quien es su Pastor, y quien su vida dio por sus ovejas.
La iglesia verdadera es santa, que sirve a su Señor únicamente, y vive para El.
La verdadera iglesia es Cristocéntrica, Tiene como único centro de atención, veneración, adoración, a Jesús Señor de todo, y a quien la iglesia alaba por el Espíritu Santo.
La verdadera iglesia es misionera, dedica su mejor esfuerzo, su tiempo y su talento (sin dejar de mencionar su dinero)a predicar a Jesús, y a Este resucitado (No en una cruz, sangrante, herido, derrotado) sino vivo, triunfante sobre la muerte, sobre el pecado.

Mizpa
Daniel Ortega
 
Originalmente enviado por DanielO:
La verdadera iglesia es una, y esta compuesta por todos aquellos que han sometido sus vidas a Jesús, Señor y Dios, que han decidido seguirle y obedecerle, y estos no pertenecen a ninguna organización, ni institución sino a Jesucristo, quien es su Pastor, y quien su vida dio por sus ovejas.
La iglesia verdadera es santa, que sirve a su Señor únicamente, y vive para El.
La verdadera iglesia es Cristocéntrica, Tiene como único centro de atención, veneración, adoración, a Jesús Señor de todo, y a quien la iglesia alaba por el Espíritu Santo.
La verdadera iglesia es misionera, dedica su mejor esfuerzo, su tiempo y su talento (sin dejar de mencionar su dinero)a predicar a Jesús, y a Este resucitado (No en una cruz, sangrante, herido, derrotado) sino vivo, triunfante sobre la muerte, sobre el pecado.

Mizpa
Daniel Ortega

AMEN


¡¡Aleluya!!


Maripaz
 
Originalmente enviado por DanielO:
La verdadera iglesia es una, y esta compuesta por todos aquellos que han sometido sus vidas a Jesús, Señor y Dios, que han decidido seguirle y obedecerle,

daniel brion:
Bravo, vienes bien.

daniel0:
y estos no pertenecen a ninguna organización, ni institución sino a Jesucristo, quien es su Pastor, y quien su vida dio por sus ovejas.

daniel brion:
Ahhh, casi, casi. Bue.... otra vez será.
Siempre me pregunto (Y NUNCA ME RESPONDEN) ¿cómo puede ser que dos personas, que se dicen animadas por el mismo Espíritu, profesan dos interpretaciones NO IDENTICAS?, ¿Quién se equivoca?, ¿El Espíritu o alguno (O LOS DOOS !!!!) intérpretes?.

Por eso el espíritu se manifiesta en el seno de LA Iglesia. Allí encontraras la verdad.

Daniel0:

La iglesia verdadera es santa, que sirve a su Señor únicamente, y vive para El.
La verdadera iglesia es Cristocéntrica, Tiene como único centro de atención, veneración, adoración, a Jesús Señor de todo, y a quien la iglesia alaba por el Espíritu Santo.
La verdadera iglesia es misionera, dedica su mejor esfuerzo, su tiempo y su talento (sin dejar de mencionar su dinero)a predicar a Jesús, y a Este resucitado (No en una cruz, sangrante, herido, derrotado) sino vivo, triunfante sobre la muerte, sobre el pecado.

daniel:
Adscribo a todas y cada una de tus afirmaciones, con pocos matices. Por ejemplo algo que no entienden es el Cristo sobre la Cruz. La Iglesia sabe, como dice Pablo, (1Co 15,17.) Y si CRISTO no resucitó, vuestra fe es VANA: estáis todavía en vuestros pecados.
Pero también Cristo dijo: (Jn15.13) Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

Y esto es lo que adoramos, el Amor de Dios manifestado en Cristo crucificado. Y entonces entendemos mejor que:

1Jn 3,16. En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su VIDA por nosotros. También nosotros debemos DAR LA VIDA por los hermanos.

Y el Cristo de la Cruz no esta derrotado es Pleno de Amor y de Perdón.

Espero que se comprenda el por que del Cristo en la Cruz.

Dios te bendiga.
 
Daniel Brion dice:

Siempre me pregunto (Y NUNCA ME RESPONDEN) ¿cómo puede ser que dos personas, que se dicen animadas por el mismo Espíritu, profesan dos interpretaciones NO IDENTICAS?


Si fueran IDENTICAS serían humanas y dirigidas como en una secta. ;)

¿Sabes por qué cada evangelista escribió el relato bíblico de forma diferente, complementandose unos con otros?

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.(Juan 8:31-32)


Maripaz
 
Originalmente enviado por Maripaz:
Daniel Brion dice:


Si fueran IDENTICAS serían humanas y dirigidas como en una secta. ;)

¿Sabes por qué cada evangelista escribió el relato bíblico de forma diferente, complementandose unos con otros?

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.(Juan 8:31-32)


daniel:
Claro, Maripaz. por eso unos dicen que Jesús es Dios y otros no, unos dicen que se debe reposar en Sábado y otros en Domingo, Unos dicen que pueden casarse validamente luego del divorcio y otros no; unos ......

Podría seguir media hora mas. Pero me dirás: ¿Por qué el Espíritu enseña estos errores? O mas bien, ¿de que "espíritu" estas hablando?

Personalmente prefiero seguir en mi Iglesia en la cual se manifiesta UN SOLO Espíritu.
 
Originalmente enviado por Maripaz:
Daniel Brion dice:


Si fueran IDENTICAS serían humanas y dirigidas como en una secta. ;)

¿Sabes por qué cada evangelista escribió el relato bíblico de forma diferente, complementandose unos con otros?

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.(Juan 8:31-32)


daniel:
Claro, Maripaz. por eso unos dicen que Jesús es Dios y otros no, unos dicen que se debe reposar en Sábado y otros en Domingo, Unos dicen que pueden casarse validamente luego del divorcio y otros no; unos ......

Podría seguir media hora mas. Pero me dirás: ¿Por qué el Espíritu enseña estos errores? O mas bien, ¿de que "espíritu" estas hablando?

Personalmente prefiero seguir en mi Iglesia en la cual se manifiesta UN SOLO Espíritu.
 
Originalmente enviado por daniel brion:
Originalmente enviado por Maripaz:
Daniel Brion dice:


Si fueran IDENTICAS serían humanas y dirigidas como en una secta. ;)

¿Sabes por qué cada evangelista escribió el relato bíblico de forma diferente, complementandose unos con otros?

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.(Juan 8:31-32)


daniel:
Claro, Maripaz. por eso unos dicen que Jesús es Dios y otros no, unos dicen que se debe reposar en Sábado y otros en Domingo, Unos dicen que pueden casarse validamente luego del divorcio y otros no; unos ......

Podría seguir media hora mas. Pero me dirás: ¿Por qué el Espíritu enseña estos errores? O mas bien, ¿de que "espíritu" estas hablando?

Personalmente prefiero seguir en mi Iglesia en la cual se manifiesta UN SOLO Espíritu.


Si, claro, por eso unos dicen que la de Guadalupe es más guapa que la del Remedio;o que una virgen es mas "milagrosa" que otra; por eso unos creen en las apariciones marianas y otros no; por eso unos creen y aceptan el don de lenguas y sanidades y otros los ignoran;por eso unos creen fielmente lo que dice el Papa y otros no; por eso unos usan escapularios y otros no;por eso unos son franciscanos, otros carmelitas, otros salesianos............se ve bastante la unidad :D :D :D


Maripaz
 
Cierto tocayo

Otros dicen que sus pastores no se casen, estando en contra totalmente con la Palabra de Dios, y otros mas (serán los mismos?) se oponen a comer viandas, 1Tm:4:3 Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con acción de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad. (RVA)

Mizpa
Daniel Ortega
 
Originalmente enviado por Maripaz:

Si, claro, por eso unos dicen que la de Guadalupe es más guapa que la del Remedio;o que una virgen es mas "milagrosa" que otra; por eso unos creen en las apariciones marianas y otros no; por eso unos creen y aceptan el don de lenguas y sanidades y otros los ignoran;por eso unos creen fielmente lo que dice el Papa y otros no; por eso unos usan escapularios y otros no;por eso unos son franciscanos, otros carmelitas, otros salesianos............se ve bastante la unidad :D :D :D

daniel:
No confundas Maripaz. Como se que no lo haces para confundir sino solo porque no conoces lo explico.

En la Iglesia ante lo escencial= unidad; en lo demás= diversidad.

Por ello yo puedo ser mas devoto de San Francisco de Asis que de la Virgen de Luján (Argentina). PERO ESTO NO ES IGUAL A DECIR QUE CRISTO ES DIOD O NO ES DIOS :rolleyes:

Si quieres usar escapulario o ser salesiano no estas en error. Pero QUE UNOS DIGAN QUE HAY QUE GUARDAR EL SABADO Y OTROS EL DOMINGO Y EL QUE NO VIOLA LOS MANDAMIENTOS implica que UNO O EL OTRO están en pecado.

Lo que pasa Maripaz, y no me extraña, es que no entiendes que el espíritu se manifiesta en la Iglesia en las numerosísimas formas en que lo hace. Porque el Espíritu (y por ello Su Iglesia) es infinitamente rico y no se reduce a "soplarme" como se traduce tal o cual pasaje bíblico. Nunca perderé las espéranzas de que lo entiendas porque Cristo seguira llamandote hasta el fin.

Dios te bendiga y te revele la infinita riqueza de Su Espiritu.
 
Originalmente enviado por daniel brion:
No confundas Maripaz. Como se que no lo haces para confundir sino solo porque no conoces lo explico.

En la Iglesia ante lo escencial= unidad; en lo demás= diversidad.

Lo que pasa Maripaz, y no me extraña, es que no entiendes que el espíritu se manifiesta en la Iglesia en las numerosísimas formas en que lo hace. Porque el Espíritu (y por ello Su Iglesia) es infinitamente rico y no se reduce a "soplarme" como se traduce tal o cual pasaje bíblico.


Si Maripaz, no te confundas, si es entre los católicos es una diversidad infinitamente rica del Espíritu Santo, pero si no son católicos todo es división y pleitos, ahí no hay nada de diversidad!!!
:D :D :D :D :D
 
Originalmente enviado por haaz:

Si Maripaz, no te confundas, si es entre los católicos es una diversidad infinitamente rica del Espíritu Santo, pero si no son católicos todo es división y pleitos, ahí no hay nada de diversidad!!!
:D :D :D :D :D


Recibido, claro y fuerte Haaz :D


Daniel Brion, déjalo ya, que ya veo que te ciega tu religiosidad católica. :(


Maripaz
 
CARAY MUCHACHOS !!!

QUE PASA????

Por favor: decir si ES LO MISMO:

Discutir sobre si Cristo es o no DIOS.

Ser devoto de la Virgen de Lourdes o de San José.

SI PARA VOS MARIPAZ Y PARA HAAZ ES LO MISMO, QUE ME LLEVEN PRESO!!!!

A VER QUIEN ESTA CIEGO :eek:
 
Originalmente enviado por daniel brion:
CARAY MUCHACHOS !!!

QUE PASA????

Por favor: decir si ES LO MISMO:

Discutir sobre si Cristo es o no DIOS.

Ser devoto de la Virgen de Lourdes o de San José.

SI PARA VOS MARIPAZ Y PARA HAAZ ES LO MISMO, QUE ME LLEVEN PRESO!!!!

A VER QUIEN ESTA CIEGO :eek:


Pero es que los evangélicos TODOS CREEMOS QUE JESUCRISTO ES DIOS. ;)


Pon otro ejemplo, pero te costará, ya que en las principales doctrinas tenemos UNIDAD


Maripaz
 
Originalmente enviado por Maripaz:

Pero es que los evangélicos TODOS CREEMOS QUE JESUCRISTO ES DIOS. ;)


Pon otro ejemplo, pero te costará, ya que en las principales doctrinas tenemos UNIDAD


daniel:

He aquí el punto Maripaz, mientras ustedes tienen UNIDAD "en las principales doctrinas" en la ICA tenemos UNDIDAD EN TODAS Y CADA UNA DE LAS DOCTRINAS. :D

Y no confundas "doctrinas" con "devociones", ya que estas últimas son actos piadosos personales de cada fiel a los que la Iglesia acompaña en su piedad. ;)
 
Originalmente enviado por daniel brion:
Originalmente enviado por Maripaz:

Pero es que los evangélicos TODOS CREEMOS QUE JESUCRISTO ES DIOS. ;)


Pon otro ejemplo, pero te costará, ya que en las principales doctrinas tenemos UNIDAD


daniel:

He aquí el punto Maripaz, mientras ustedes tienen UNIDAD "en las principales doctrinas" en la ICA tenemos UNDIDAD EN TODAS Y CADA UNA DE LAS DOCTRINAS. :D

Y no confundas "doctrinas" con "devociones", ya que estas últimas son actos piadosos personales de cada fiel a los que la Iglesia acompaña en su piedad. ;)

Si claro, pues si no se obedece a esa UNIDAD se declara automáticamente anatema o pecado mortal, ¡¡directos al infierno!!


¿Eso es la libertad con la que Cristo nos hizo libres?

Jesucristo NO VINO A ESTABLECER DOCTRINAS, eso es un invento humano(incluso las evangélicas); Él vino a librarnos de la esclavitud del pecado y a que por amor, le obedezcamos y nos humillemos ante Él; tenemos las Sagradas Escrituras como norma de fe y al Espíritu Santo como guía; LO DEMÁS SOBRA y en tu iglesia hay demasiadas normas humanas y pocos adoradores en espíritu y en verdad; mucha religiosidad pero poca vivencia de Cristo (que ha sido habilmente sustituido por Maria); mucha liturgia y sacramentos pero poca consagración de uno mismo; muchas obras y devociones pero poca comprensión de la Gracia de Dios. En fin, mucha UNIDAD pero poco espíritu de humillación ante el Dios vivo. ¿Qué lástima no, que llevando tantos años, cuantos más pasan, más se desvian del cristianismo bíblico? :(


Maripaz
 
>La diversidad en la Iglesia es posible si es que no afecta la parte principal de las creencias Biblicas.

>Hay enzeñanzas en la Biblia que pueden ser alteradas porque fueron dada como solucion para ese tiempo tales como las normas para la mujer en la iglesia(que no hablen, usen velo), para los esclavos cristianos(no insulten a sus amos).Aunque el principio no cambia se puede adaptar para nuestros tiempos.

> Pero otra cosa es cambiar el corazon mismo de la Biblia, las enzeñanzas morales de Cristo proclamadas en el Sinai(no mates, no adulteres, no hagas imagen ni escultura, no ..) y en el nuevo pacto escritas en el corazon.

>Despues de todo la iglesia verdera no es aquella que sabe todo la teologia de la Biblia(aunque debiera)sino la que hace uso de la luz que Dios da.

>Es verdad que Espiritu Santo se mueve por toda la Cristiandad y el mundo pero cuando sabemos la hacer lo correcto y no nos decidimos a cambiar y continuamos en nuestra rebeldia pueda que nuestro corazon te torne tan duro que no podamos oir la tierna voz de Jesus.