La Agenda 2030 tiene en su portada, (los títulos de sus objetivos) una APARIENCIA de humanitaria y bienhechora
Analicemos los tres primeros objetivos desde la perspectiva cristiana
Jesús y la agenda 2030
1 Fin de la pobreza
La preocupación de Jesús por los pobres
Como hemos visto, los evangelios muestran claramente que Jesús era pobre materialmente. También muestran que tenía una preocupación especial por los pobres, los necesitados, los oprimidos. De entrada, no es nada probable que en una época en que la gente estaba sujeta a pesadas cargas tributarias relacionadas tanto con el templo como con el gobierno romano, Jesús pudiera ir de ciudad en ciudad y de aldea en aldea sin notar la pobreza que afligía a las masas. Las enfermedades de las cuales sanaba a muchos era sin duda un aspecto de la condición de destitución de esas multitudes que le inspiraban compasión porque «estaban angustiadas y desvalidas, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9:36).
2 Hambre cero
Jesús y los que padecen hambre
Jesús dice a sus discípulos que den ellos mismos de comer a la gente, les pide que hagan sentar a la gente formando comunidades de cincuenta, toma el pan, los peces, levanta los ojos al cielo, los bendice, los parte y hace que los discípulos distribuyan los panes y los peces que no se acaban y que sacian la multitud.
“Este es el milagro, más que una multiplicación es un compartir, animada por la fe y la oración.” «Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad.
3 Salud y bienestar
Jesús y la salud
En particular, al examinar la actividad de Jesús con las personas que se encontraron con él o le buscaron, somos invitados no tanto a pensar la salud como la recuperación de un paraíso perdido cuando llega la enfermedad, sino más bien a trabajar por la salud de manera comprometida y en todas las dimensiones: en el cuerpo, en la mente, en las relaciones, en la gestión de los sentimientos, en la vivencia de los valores y de nuestra condición de seres trascendentes. Los autores de estas páginas son creyentes apasionados en el Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret, en la salvación hecha salud para nosotros; y no solo nos ofrecen conocimientos sobre la persona de Jesús, sino que también nos retan a vivir saludablemente como personas y como creyentes.