En el capítulo 4 de mi libro UNA VERDAD QUE ASUSTA (Ed.CLIE 2002)
afirmo que no podremos contrabandear nuestros pecados al cielo; que
sería algo así como introducirnos allí de polizones o ilegales.
En un párrafo expreso:
"... existe una especie de superstición evangélica por la cual todos
los pecados, delitos, ofensas y desmanes perpetrados por los creyentes después de la conversión, y de lo que jamás se arrepintieron, por una extraña suerte de indulto quedarán impunes de sus fechorías."
Y en otro:
"... nada hay en las Escrituras que siquiera nos sugiera que el solo tránsito a la eternidad provoque la instantánea santificación de los hijos de Dios. Nada en el espacio o el tiempo tiene la virtud de limpiar los pecados, sino solamente la sangre del Señor Jesucristo. Pero para ello es igualmente necesario el arrepentimiento y la confesión de los pecados que deben ser limpiados."
Y después:
"No es necesario forzar nuestra imaginación especulando con el tiempo, circunstancia y lugar en que debe operarse esta limpieza en los que parten con sus pecados y asuntos sin arreglar; sólo decimos
que es inconcebible el suponer que podamos subsistir con ellos por la eternidad."
Lo dicho de ninguna manera atenta contra la eterna seguridad de los
salvos, sino que únicamente enfrenta una misma realidad con dos aspectos: por un lado, la Palabra es clara en cuanto a que sin santidad ninguno verá al Señor, y que en su presencia no entra ninguna cosa sucia; y por otro lado, continuamente están partiendo a la eternidad hijos de Dios, realmente salvados y renacidos en Cristo, a quienes la muerte sorprende con pecados ocultos no confesados.
La preoucupación pues es legítima, pero responder a ello arriesga ser
malentendidos, como si estuviésemos inventando un purgatorio protestante.
¿A algún forista alguna vez se le ocurrió pensar en ello?
afirmo que no podremos contrabandear nuestros pecados al cielo; que
sería algo así como introducirnos allí de polizones o ilegales.
En un párrafo expreso:
"... existe una especie de superstición evangélica por la cual todos
los pecados, delitos, ofensas y desmanes perpetrados por los creyentes después de la conversión, y de lo que jamás se arrepintieron, por una extraña suerte de indulto quedarán impunes de sus fechorías."
Y en otro:
"... nada hay en las Escrituras que siquiera nos sugiera que el solo tránsito a la eternidad provoque la instantánea santificación de los hijos de Dios. Nada en el espacio o el tiempo tiene la virtud de limpiar los pecados, sino solamente la sangre del Señor Jesucristo. Pero para ello es igualmente necesario el arrepentimiento y la confesión de los pecados que deben ser limpiados."
Y después:
"No es necesario forzar nuestra imaginación especulando con el tiempo, circunstancia y lugar en que debe operarse esta limpieza en los que parten con sus pecados y asuntos sin arreglar; sólo decimos
que es inconcebible el suponer que podamos subsistir con ellos por la eternidad."
Lo dicho de ninguna manera atenta contra la eterna seguridad de los
salvos, sino que únicamente enfrenta una misma realidad con dos aspectos: por un lado, la Palabra es clara en cuanto a que sin santidad ninguno verá al Señor, y que en su presencia no entra ninguna cosa sucia; y por otro lado, continuamente están partiendo a la eternidad hijos de Dios, realmente salvados y renacidos en Cristo, a quienes la muerte sorprende con pecados ocultos no confesados.
La preoucupación pues es legítima, pero responder a ello arriesga ser
malentendidos, como si estuviésemos inventando un purgatorio protestante.
¿A algún forista alguna vez se le ocurrió pensar en ello?