¿Contrabandistas y polizones en el cielo?

28 Febrero 1999
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En el capítulo 4 de mi libro UNA VERDAD QUE ASUSTA (Ed.CLIE 2002)
afirmo que no podremos contrabandear nuestros pecados al cielo; que
sería algo así como introducirnos allí de polizones o ilegales.
En un párrafo expreso:
"... existe una especie de superstición evangélica por la cual todos
los pecados, delitos, ofensas y desmanes perpetrados por los creyentes después de la conversión, y de lo que jamás se arrepintieron, por una extraña suerte de indulto quedarán impunes de sus fechorías."
Y en otro:
"... nada hay en las Escrituras que siquiera nos sugiera que el solo tránsito a la eternidad provoque la instantánea santificación de los hijos de Dios. Nada en el espacio o el tiempo tiene la virtud de limpiar los pecados, sino solamente la sangre del Señor Jesucristo. Pero para ello es igualmente necesario el arrepentimiento y la confesión de los pecados que deben ser limpiados."
Y después:
"No es necesario forzar nuestra imaginación especulando con el tiempo, circunstancia y lugar en que debe operarse esta limpieza en los que parten con sus pecados y asuntos sin arreglar; sólo decimos
que es inconcebible el suponer que podamos subsistir con ellos por la eternidad."
Lo dicho de ninguna manera atenta contra la eterna seguridad de los
salvos, sino que únicamente enfrenta una misma realidad con dos aspectos: por un lado, la Palabra es clara en cuanto a que sin santidad ninguno verá al Señor, y que en su presencia no entra ninguna cosa sucia; y por otro lado, continuamente están partiendo a la eternidad hijos de Dios, realmente salvados y renacidos en Cristo, a quienes la muerte sorprende con pecados ocultos no confesados.
La preoucupación pues es legítima, pero responder a ello arriesga ser
malentendidos, como si estuviésemos inventando un purgatorio protestante.
¿A algún forista alguna vez se le ocurrió pensar en ello?
 
Amado Hermano que alegria verte, en tu tema dices:

pecados posteriores de los que no se arrepintieron jamas, medio raro eso Ricardo ya que un cristiano convertido desde que recibe a Cristo tiene conciencia de pecado y aunque este pecado sea pequeño ( a los ojos comunes ya que no existe pecado pequeño o grande para Dios pecado es pecado y punto) se lo siente grande y el Espiritu Santo impulsa al hijo de Dios al arrepentimiento con urgencia.

No se de cristianos que no se arrepientan y se "aprovechen" de la salvacion para seguir con sus vidas, seguro que esas personas no son verdaderos convertidos ya que es imposible, si es algo que llega a doler dentro del corazon, mirar el sacrificio de Cristo y su amor es tan sublime que emociona como serle infiel?.

En todo caso los evangelicos miembros de iglesia no necesariamente son cristianos convertidos.a tu pregunta no lo habia pensado antes.

Saludos en Cristo

Mirna
 
Creo que hay un clamor sobre eso en Rom. 7:14-25 y una respuesta en 1Cor 15;42-50.
¿Que opinas al respecto, Ricardo?
Un abrazo en Cristo.
 
Querida hermana Mirna:
Pues a tu alegría suma la mía que me concedes el alto honor de ser la
primera en responder, luego de una docena de visitas silenciosas.
Tal como tú dices, suele suceder que muchos llamándose de hermanos
viven y mueren en el pecado, y resultan condenados, pues no eran
verdaderos creyentes, sino religiosos de la modalidad cristiana
evangélica. Así que este aspecto no me preocupa, pues está claro.
Los católicos no tienen problema alguno, pues para eso están sus tradiciones del sufragio de las almas, indulgencias y purgatorio.
Pentecostales y demás arminianos tampoco tienen problema, porque
simplemente, al cristiano que vivió toda una vida fiel y santa, si
la muerte le sorprende luego que cae en un pecado escandaloso, sin
oportunidad de arrepentirse, pues le quitan la salvación y descuentan
un candidato al cielo y lo mandan para el infierno. ¡Así de simple!
Pero quienes creemos en una salvación cierta, segura, permanente y
eterna, y sabemos que en la presencia de Dios no entra nada sucio
sino que "sin santidad nadie verá al Señor", ¿cómo explicamos los casos de tantísimos hermanos que hemos conocido como fieles discípulos del Señor Jesús, pero que han muerto poco después de haber
calumniado y ofendido a otros, sin arrepentimiento y confesión de
tanta injusticia cometida?
La primera epístola de Juan es sumamente ilustrativa al respecto:
1 - Dice primeramente: "Hijitos míos... no pequéis", para agregar seguidamente:
2 - "y si alguno hubiere pecado..." (entre los que ya son creyentes)
3 - "...abogado tenemos... a Jesucristo ... y él es la propiciación por nuestros pecados".
4 - Nadie es impecable (1:8)
5 - El que ha nacido de Dios, sin embargo, aunque falible, no practica el pecado (5:18)
Así que lo sorprendente no es que el cristiano peque, sino que no se
arrepienta, confiese y se aparte del pecado, siguiendo como si tal cosa.
Así que coincido contigo en que estos hermanos son "raros", pero su
"rareza" está en su actitud auto-indulgente, mas no en la frecuencia,
pues los exponentes son más numerosos de lo que imaginamos.
Recuerda por favor, e insisto con ello, no podemos resolver rápida y
fácilmente el problema diciendo que no son cristianos genuinos.
Ricardo.
 
Hola Ricardo gusto en saludarte,


Se que esta ha sido tu inquietud desde hace años. ¿Qué pasa cuando al cristiano le sorprende la muerte teniendo pecados sin confesar?

Veamos Judas 24-25

“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

Como vemos lo que nos salva y nos presenta al Padre sin mancha (entiendo sin mancha, el estar limpio de pecado) es el poder de Dios en Cristo “Y aquel que es poderoso”
Como vemos no depende de nosotros, no depende de nuestras fuerzas, sino del poder de Dios, ni siquiera depende de nuestra fe, sino de Cristo. Este poder de Cristo nos guarda “sin caída” ¿que bonito no? Nos guarda sin caída para poder presentarnos al Padre sin mancha.
Si, no entrara nada inmundo al Cielo, pero al Cielo no vamos solos para presentarnos delante de la majestad de Dios, sino que nos lleva nuestro Abogado para presentarnos sin mancha que a pesar de nuestras debilidades nos declara justos ante el Juez por sus propios meritos en la cruz.
Si morimos con pecados, la Biblia menciona un juicio de misericordia, pero aun así nuestro Señor es “como fuego purificador, y como jabón de lavadores” Mal. 3:2 Así que el nos purifica. Claro, esto no aplica a los impenitentes y desobedientes con nombre de cristianos, sino a la debilidad del verdadero cristiano.

Bendiciones
Malcom
 
Apreciado hermano Tobi:
Por lo escueto de tu sugerencia quizás yo no capte bien la idea, así
que arriesgo equivocarme.
La porción de Romanos 7:14-25 entiendo que tiene que ver con la vida
natural del cristiano, sujeta todavía a la carne, que domina por sobre
las intenciones. Pero la vida normal del cristiano está liberada de
aquella nefasta influencia, porque se rige por "la ley del Espíritu
de vida en Cristo Jesús", pues estando en Él ya no hay condenación
alguna. Recordemos que Pablo no estaba viviendo al momento de escribir la epístola en su experiencia del capítulo 7 (derrota) sino
en la victoria plena del capítulo 8.
En cuanto 1Co.15:42-50, creo que sí es una respuesta en lo que acontecerá en la venida del Señor cuando seamos transformados los que todavía vivimos. Entonces, el pecado, la carne, la contaminación del
mundo y la influencia nociva de Satanás oprimiendo, tentando y
acusando a los santos habrá ya pasado tras nuestra reunión con Él.
Pero ya se trate de cristianos carnales o espirituales, santos o
mundanos, si son auténticos, verdaderos, genuinos, ¿qué ocurre cuando
parten para estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor, caso que
la muerte les sorprenda con pecados encubiertos y sin arrepentirse?
¿Entraremos al cielo de polizones disimulando nuestra maleta de
pecados?
 
Quizás ni un solo cristiano muera sin confesar.

Quizás ni un solo cristiano muera sin confesar.

Es posible que el cristiano al morir, en unas decimas de segundo al ir entrando en la presencia del Señor confiese sus pecados.
En un retiro de universitarios evangélicos al que yo asisté, a mitad de retiro, un hermano murió en accidente de coche. La noche anterior le dijo a unos de los hermanos del retiro, "me he reconciliado con Dios". A la mañana siguiente falleció en un accidente.
A raiz de esta experiencia, pienso que el Señor prepara para la muerte a sus hijos.

Cuando entremos en el Reino de los Cielos, lo haremos, no con nuestra naturaleza adámica, sino con la nueva naturaleza que el Señor plantó en nosotros. Y cuando veamos cara a car a Cristo, seremos transformados siendo semejantes a Él. Y no tendremos ninguna inclinación al pecado. Por lo tanto no seremos ladrones, ni estafadores, ni mentirosos, etc...
Los que no han nacido de nuevo, carecen de la nueva naturaleza y no podrán entrar en el Reino de los Cielos, porque solo podemos entrar con naturalezas santas.
Jn 3.3,6
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que EL QUE NO NACIERE DE NUEVO, no puede ver el reino de Dios ... lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es".
 
Un texto, de difícil comprensión, quizá podría darnos algo de luz en este "enigma" planteado por Ricardo:


En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1 Cor 5:4-5)
 
Apreciado Malcom:
Sumo gusto tengo en estrechar filas contigo, como siempre, fieles a
aquella teología llamada de calvinista y puritana, pero que para nosotros representa la vitalidad de nuestra fe.
Cuanto dices es bueno, buenísimo, y yo me adhiero totalmente.
Pero aun y así, persiste en mí la procupación -que no es duda ni
incertidumbre-, por un aspecto de la sana doctrina que me temo no haya
sido tratado nunca en nuestro medio cristiano evangélico, al menos en
lo que oí y leí durante 45 años de vida de iglesia.
Tu cita de Judas 24 junto al texto paralelo de 1Ts.5:23,24 siempre me
ha dado la confianza plena de que la perseverancia final de los santos no estriba en voluntad o esfuerzo nuestro sino en el descanso de la fe en Aquel que ya lo ha hecho todo, y lo ha hecho bien.
Al compartir mi inquietud, yo no rozo la certeza y seguridad de la
salvación, sino que simplemente confronto a los salvos frente al hecho
del tránsito -por la muerte- de esta vida a la eternidad. En hermanos
que no me cabe la menor duda que son auténticos redimidos, percibo
muchas veces cómo les cuesta admitir sus pecados, arrepentirse,
confesarlos al Señor, disculparse con los ofendidos, y hacer restitución cuando así corresponde. A veces tal displicencia se explica porque no han sido bien instruidos o discipulados, o porque
carecen de buenas referencias con ejemplos que puedan emular. Yo sé
que para partir confiados a la presencia del Señor, no nos miramos a
nosotros mismos para ver si alcanzamos el estado de perfección e impecabilidad, sino al Cristo que nos ha redimido, salva y cuyos
brazos nos recibirán en gloria. Lo que creo debo despertar en las conciencias cristianas es ese sentir de que es posible vivir siendo
sensibles a los toques del Espíritu Santo cuando la conciencia nos
remuerde o el corazón nos reprende por pecados que debemos verlos tan feos como Dios los ve, y necesitamos arrepentirnos, confesarlos y
apelar por la sangre de Jesucristo para su limpieza. En caso de que
la muerte nos sorprenda en un andar en tinieblas, sin comunión con
Dios, fiel es el Señor en quien está nuestra salvación. ¿Pero qué
pasa con los pecados encubiertos? Aun los de omisión pueden ser más graves y frecuentes que los de comisión. Ciertamente que no podemos
contrabandear pecados al cielo, mancillando la santidad de aquel lugar. Las Escrituras que he de compartir oportunamente son pocas por
ahora, pero es posible que al progresar nuestro diálogo se van sumando más aportes con otros textos que clarifiquen el punto.
Por ahora te saludo con todo mi aprecio en el Señor Jesús.
Ricardo-
 
¿qué debemos confesar?

¿qué debemos confesar?

¿Qué debemos confesar?
Voy a dar mi opinión.
Si Dios nos mostrase todos nuestros pecados, no podríamos resistir.
La confesión no consiste en que nosotros descubramos nuestros pecados sino en que aceptemos los que Dios nos dice sobre nuestra conducta y motivaciones.
Para el nacido de nuevo, la confesión no es una condición de salvación sino una condición para ser santificado.
Mediante la confesión abrimos nuestro corazón para que Dios nos perdone y nos limpie de todo pecado. El obra en nosotros produciendo el querer y el poder, siempre que nosotros le abramos nuestro corazón en confesión.
En la confesión, Dios no nos muestra todos nuestros pecados sino solamente aquellos en los que Dios ve la mejor oportunidad de transformarnos.
Así que si un pecado es encubierto por Dios es porque no estamos preparados para afrontarlo o poque hay otros pecados que son mas urgentes de tratar.
No hemos de temer el pecado encubierto. El Señor nos va mostrando sabiamente aquelllo que Él quiere cambiar en nosotros.
Por eso la Palabra dice que si decimos pecado le estamos haciendo mentiroso.
Así que la confesión es decir que lo que Dios dice de mí es cierto. Por eso Pablo dice, que ni aún el se juzga a si mismo.
 
Quisiera saber algo sobre el calvinismo y es que si no es acaso esta la idea de que todo depende de la predestinacion y que si la persona esta predestinada a salvarse entonces es para siempre salva sin importar como viva (Gracia Irresistible) , y si no esta predestinada entonces no importa lo que haga la persona, esta se condena, y tambien otras cosas como la Expiación Limitada, quisiera saber si todo esto es de verdad la enseñanza calvinista, si no es asi perdonen mi ignorancia y gracias por sus aclaraciones.
 
Ricardo dice:
"Pentecostales y demás arminianos tampoco tienen problema, porque
simplemente, al cristiano que vivió toda una vida fiel y santa, si
la muerte le sorprende luego que cae en un pecado escandaloso, sin
oportunidad de arrepentirse, pues le quitan la salvación y descuentan
un candidato al cielo y lo mandan para el infierno. ¡Así de simple!"

RE. yo soy pentecostal, pero no es asi como lo planteas el pecado escandaloso a que aludes es la blasfemia al Espiritu Santo que como dijo el señor Jesus no tiene perdon. no es el hombre sino Dios quien vera a esa persona en particular y si va o no al cielo. Yo en todo caso prefiero acogerme a Su misericordia, no es tan simple.

Una experiencia que vivi, cuando sali de la iglesia catolica yo estaba asustada por que me excomulgarian y lloraba el Señor me dijo que nadie tiene poder en la tierra para mandar a nadie al infierno El es Dios, El tiene ese poder.

agregas
"Pero quienes creemos en una salvación cierta, segura, permanente y
eterna, y sabemos que en la presencia de Dios no entra nada sucio
sino que "sin santidad nadie verá al Señor",

RE. eso tambien lo creemos los pentecostales.

Preguntas: ¿cómo explicamos los casos de tantísimos hermanos que hemos conocido como fieles discípulos del Señor Jesús, pero que han muerto poco después de haber
calumniado y ofendido a otros, sin arrepentimiento y confesión de
tanta injusticia cometida?

RE: como es un problema de doctrina calvinista seguire leyendo a ver que dicen ustedes.

Saludos en Cristo

Mirna
 
MARIPAZ:
Ciertamente que el texto que aportas nos da más luz en cuanto al temor
reverente con que debemos conducirnos mientras peregrinamos a la patria celestial.
La muerte prematura puede sobrevenir como un juicio de Dios: así el
caso de Ananías y Safira en Hechos 5; el de creyentes que participaban
de la Cena del Señor indignamente en 1Co.11:30 y este otro ejemplo de
1Co.5:5. La muerte súbita en estos casos impide al creyente seguir
pecando y traer desprestigio al testimonio al nombre del Señor.
Aunque los apetitos de la carne son fuente de la concuspicencia que
da a luz el pecado -en el decir de Santiago-, realmente el pecado
no es una substancia física que pueda destruirse juntamente con la
carne del cuerpo, sino que es un mal que ensucia el alma y contamina el espíritu del hombre.

Hermano rafael7:
Totalmente de acuerdo con lo que expones; sólo que hay casos como los
ejemplos que traes, y casos en que un fallecimiento se produce dejando sin arreglar enojosas situaciones pendientes. Las experiencias pueden ser muy diversas, pero lo que realmente necesitamos es luz de la Palabra de Dios.
 
Gracias Ricardo,


Ahora entiendo mejor tu inquietud estimado Ricardo que se enfoca mas bien en aquellos hermanos que sabemos bien que son hijos de Dios pero por la causa del pecado algunas veces les es tan difícil dejarlo, pues yo entiendo que hay pecados “especiales” que nos atacan específicamente en algún aspecto de nuestra vida, no todos somos atacados por los mismos pecados, pecados que nos asedian y nos impiden correr la carrera que tenemos por delante como quisiéramos. Y son terribles pues pedimos perdón por ellos y no tardamos de caer en los mismos, y valla que nos cuesta pedir perdón porque el Diablo nos susurra que caeremos de nuevo en ellos. Pero también creo que el lecho de muerte Satanás mas ataca a los cristianos poniendo dudas, pero también son tiempos donde abunda mas la oración. Aunque creo que en un cristiano la falta de fe, conocimiento, puede ser mas débiles que aquellos que tienen su deleite en la palabra de Dios de día y de noche.
Es verdad lo que debemos ser sensibles y concientes de la gravedad del pecado y en lo humanamente procurando estar en paz con Dios, pero hay que entender que esto muchas veces es muy difícil recuerda que somos débiles y como sabes con nuestras propias fuerzas no llegaríamos nunca a la meta.
Pero tu inquietud principal es: ¿Pero qué pasa con los pecados encubiertos? Proverbios 28:13 dice “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará Misericordia.” Estimado Ricardo ciertamente encubrir pecados es muy peligroso y simplemente si un hermano muere con pecados nos confesados habiendo cerrado su corazón a ellos, nada podemos saber mas el esperar de Dios un juicio de misericordia.

Bendiciones
Malcom
pd. Ricardo mañana es el 6 partido Kasparov vs. Deep Junior http://207.99.92.151/ en vivo. van iguales a 2.5
 
Refael7
Apreciado hermano:
Le agradezco su muy atinada reflexión sobre la confesión, salvo algún párrafo que a continuación pego y pienso que amerita alguna observación:

Así que si un pecado es encubierto por Dios es porque no estamos preparados para afrontarlo o porque hay otros pecados que son mas urgentes de tratar.
No hemos de temer el pecado encubierto. El Señor nos va mostrando sabiamente aquelllo que Él quiere cambiar en nosotros.
Por eso la Palabra dice que si decimos pecado le estamos haciendo mentiroso.

Yo hallo en mi Biblia que el hombre a veces encubre sus pecados (Job 31:33; Salmo 32:3,5; Pr.28:13),
pero jamás leí ni escuché que “un pecado es encubierto por Dios”. Ciertamente que es el ministerio del
Espíritu y de la Palabra de Dios convencer a los hombres de sus pecados; pero Dios en su gobierno
Omnisciente no se atasca de expedientes como puede ocurrirle a un Ministro de Gobierno, de modo que
le de prioridad a unos pecados antes que a otro. Cuando el hombre permanece inconsciente de algún pecado, preferentemente los de omisión por no ser deliberados, aún así la sensibilidad espiritual le guiará a pedir como David: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son
ocultos”
Supongo también que en la última línea que copié quisiste escribir lo de 1Juan 1:10ª : “Si decimos que no hemos pecado le hacemos a él mentiroso”.
Por lo demás, tu aporte contribuye a nuestro asunto.
Ricardo.

MORRISON
Nada tendrías que temer del calvinismo puro porque equivaldría a que tuvieses miedo también de
escudriñar las Escrituras. Los detractores del calvinismo más bien se equivocan pues lo que hacen es
confundirse con fanatismos extremos del hiper-calvinismo, lo que constituye una exageración de esa línea teológica. Muchos de los más grandes predicadores de la historia, comenzando por Pablo y San
Agustín, enfatizaban también estos aspectos de la gracia soberana de Dios en la salvación de sus
escogidos: John Bunyan, George Whitefield, Jonathan Edwards, Charles H. Spurgeon, etc. Hallarás
más información en los estudios bíblicos de la Web Cristiana, pero en este epígrafe no podemos ahora
distraernos de lo que es nuestro tema principal.
Ricardo

Hermana Mirna:
Hablo de los pentecostales en general, y me gusta oir que también existan pentecostales particulares como tú. Veremos si en la prosecución del diálogo hallamos mejores coincidencias.
Ricardo
 
Gracias por tu aclaracion hermano Ricardo.
 
Pecados ignorados

Pecados ignorados

Jesucristo es nuestro abogado, pero intercede sólo por los pecados confesados. Un abogado debe conocer 'todo' para defendernos de 'todo'

Si tengo dudas sobre pecados ignorados, la solución la da Santiago:

“Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, Y LUEGO OLVIDA CÓMO ERA. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Sg 1:23-25).

Santiago compara a la ley de Dios como un espejo. Este me dice que necesito afeitarme, o que tengo una mancha en la nariz. Si no busco la solución a lo que el espejo me indica, la barba me crece más y la nariz sigue sucia; me voy “ Y LUEGO “OLVIDO” COMO ERA .

Algunos rompen el espejo y de esa manera piensan que ya no hay espejo que le señale su pecado, otros piensan en cortar una parte del espejo, obviamente, la que le señala su pecado.

La solución es la navaja, agua y jabón, DICHO DE OTRA MANERA, CRISTO. La ley no borra ni lava mi pecado cometido, esa no es su función; sólo me indica mi pecado. La solución: el barbero (Cristo), “agua y sangre de Jesucristo”.


¿A qué ley o espejo se está refiriendo Santiago?

“Si en verdad cumplís la ley real, CONFORME A la Escritura: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás ADULTERIO, también ha dicho: NO MATARÁS. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, COMO LOS QUE HABÉIS DE SER JUZGADOS POR LA LEY DE LA LIBERTAD. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio” (St 2:8-13)

Esta ley es de la libertad porque nos LIBERA DE LA IGNORANCIA de nuestro pecado y para que busquemos el perdón en Cristo. El desdeñar el espejo es querer permanecer en pecado, y estos ya no son ignorados, mas podemos ser, como dice Santiago ‘olvidadizos’, pero no hay excusa.


Lo mismo confirma Pablo:

“Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, Y CUALQUIER OTRO MANDAMIENTO, en esta sentencia se resume: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO” (Ro 13:9). Escudriñemos y veamos el ‘cualquier otro mandamiento’ para no ser “olvidadizos” o “ignorantes sin excusa”......... Hay seis mandamientos que son resumidos en el amar al prójimo.


Lo mismo confirma Moisés:

“Y Moisés respondió al pueblo: NO TEMÁIS; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, PARA QUE NO PEQUÉIS” (Ex 20:20).........{ver contexto Ex 19....} Es decir, Dios les ( ¿o nos? ) da el espejo en el cual mirarse ( ¿o mirarnos? ), para que tengan conciencia, para que no tengan pecados por ‘ignorancia’. Sacados de nuestra ignorancia, busquemos a Cristo. Una vez limpiados POR CRISTO , si nos miramos al espejo, este nos dirá que estamos afeitados y la nariz limpia. El espejo lo utilizamos todos los dias, y Cristo es nuestro abogado todos los días.


Así Ricardo, NO TEMAS, mira al espejo y después a Cristo. Si miras a Cristo......... y no su espejo........, TEME, porque tendrás una “larga barba” y la nariz seguirá sucia, o alguna cosa peor....... y sin santidad.......


Que Dios nos haga ver EN SU ESPEJO nuestro cuerpo ‘entero’. ¡Por espejo no falta! ¡Por Cristo tampoco!. El espejo sigue siendo el mismo, Cristo también.

Saludos y que la sangre de Jesucristo nos limpie de todo pecado que nos señale su espejo.
Miguel
 
Confesión a medias, perdón a medias

Confesión a medias, perdón a medias

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Enviado por Rafael
Quote:
En la confesión, Dios no nos muestra todos nuestros pecados sino solamente aquellos en los que Dios ve la mejor oportunidad de transformarnos.

En la confesión ‘escondemos’ nuestros pecados. Todos tenemos, como Eva, la tendencia a decir yo no fui.
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Dios no nos muestra en la confesión nuestros pecados, para eso tiene una herramienta eficaz en todo tiempo y para todo caso, de la cual dice Pablo: “PERO YO NO CONOCÍ EL PECADO SINO POR LA LEY; porque tampoco conociera la codicia, SI LA LEY NO DIJERA: NO CODICIARÁS” (Ro 7:7)....... habría que ver qué más hay en esa ley donde dice No codiciarás.

Si tienes sida, cáncer, hepatitis, reumatismo, ceguera......y tu no lo sabes, ¿crees que Dios se quedará callado en cuanto a una de estas enfermedades?.... ¿En cual de ellas piensas que Dios ve que tiene mejor oportunidad para sanarte?....” He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír (Isa 59:1) ¿En cuales quieres tu ser sanado?. El primer año, la hepatitis, el segundo el cáncer, ¡ah, pero de la ceguera, de eso si que no me opero, no soy ciego!, .........¡por favor! (aquí, ironia)

¡Doctor, la hepatitis ya fue “abolida”!, ¡esa enfermedad “sólo les daba a los israelitas”!....... ¡por favor! (aquí, ironía)

¡Doctor, ahora rige un ‘nuevo código’ de salud! ¡El cáncer ya no es enfermedad!


“El que pide poco, poco le es dado” (me acabo de inventar)

La ley de Dios es como un exámen de laboratorio, COMPLETO, para que nos indique ‘todas’ nuestras dolencias y puedan ser sanadas ‘todas’ ellas. Si confesamos TODOS nuestros pecados, TODOS son perdonados ese mismo momento. Ahora, si tu no quieres reconocer el acierto del exámen o dices que no tienes tal dolencia, dime ¿cuál de ellas rechazas? Y ¡a ver si te sanas!

Dios viene tratando el pecado desde hace mucho tiempo, y sus exámenes son precisos, seguros, no cambian. Lo que El dijo que es pecado antes, lo es ahora, y la forma cómo curaba antes es la misma que hoy, con el sacrificio de Cristo por mis pecados.

Saludos y curación completa
Miguel
 
A todos:
Creo que ya es oportuno aportar la idea que desarrollo en el segundo
capítulo de mi libro:
"... no es necesario inventar ningún purgatorio previo a la entrada al cielo como han hecho los católicos romanos, sino asumir que tras el tránsito de la muerte y el despertar ante la "puerta abierta en el cielo" (Ap.4:1), el choque, el impacto espiritual del alma que creía con su poca fe, ante la gloriosa y eterna realidad con que se encuentra ahora, confesará cuanto tenga que confesar recibiendo perdón y limpieza por la sangre de Jesucristo. Se hará entonces realidad en el alma de cada santo la experiencia de Job cuando decía: "De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven. Por eso me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza (Job 42: 5 y 6).
Es interesante que cuando el Apocalipsis nos describe la ciudad celestial, entre otras cosas negativas que dice que allí no habrá, menciona el llanto, el clamor y el dolor, pero comienza el versículo (21:4) diciendo que "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos". La aparente contradicción podría explicarse por el lloro inicial del arrepentido recién llegado, y que experimenta el trato misericordioso y amoroso del mismo Dios secando sus lágrimas para siempre. Es que no hay forma de evitar que ante una realidad percibida en el espíritu en toda su sublime plenitud, de aquellas cosas celestiales que se habían aprendido y enseñado durante la vida terrenal, el primer acto de adoración no comience con una confesión de nuestra indignidad, incredulidad, ingratitud, y todas las demás faltas y omisiones durante todo el tiempo de nuestra peregrinación."
Las varias teofanías en el Antiguo Testamento produjeron siempre una profunda y fuerte impresión en aquellos que estuvieron ante la divina
majestad. En el Nuevo, recordamos a Pedro tras la pesca milagrosa, cayendo de rodillas ante Jesús, diciendo: "Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador" (Lc.5:8); también la conversión de Saulo
cuando ante la luz venida del cielo cae en tierra (Hch.9:4); y el apóstol Juan en la isla de Patmos, cuando al ver al Señor glorificado,
dice que cayó como muerto a sus pies (Ap.1:17a).
Otros textos bíblicos parecen traernos como reminiscencias de que el hombre al volver al polvo su espíritu vuelve a Dios que lo dio (Ecl. 12:7), y que después de la muerte sigue el juicio (He.9:27), así, lo que fue dicho a Israel como pueblo suena en lo profundo de cada corazón: "... prepárate a venir al encuentro de tu Dios..." (Am.4:12).
La idea que presento no roza para nada la verdad de que sólo en esta vida el pecador perdido tiene la oportunidad de reconciliarse con Dios; pero mantiene activa la eficacia de la sangre de Jesucristo tras
el arrepentimiento y confesión inmediata de quien parte a la presencia del Señor con su lastre de pecados todavía no confesados.
No parece rebuscado este pensamiento, aunque son pocos los textos bíblicos que pueden sugerirlo. No afecta a la teología conocida, pero sí nos anima a andar con Dios como Enoc.
Ahora pues es el momento para que los compañeros foristas contribuyan con el aporte de versículos que abonen esta perspectiva de nuestra
realidad espiritual más allá de esta vida, o los contrarios, que den
por tierra con este pensamiento y expliquen en mejor forma qué es lo que pasa con los salvos que no mueren en comunión con Dios.
Les escucho con atención.
Ricardo.
 
¿Confesión a medias?

¿Confesión a medias?

Miguel Loayza F, gracias por tus aportaciones interesantes.
Has inscrito en tu mensaje esto que yo escribí:
"En la confesión, Dios no nos muestra todos nuestros pecados sino solamente aquellos en los que Dios ve la mejor oportunidad de transformarnos."
Y has añadido, (yo no lo he escrito):
"En la confesión ?escondemos? nuestros pecados. Todos tenemos, como Eva, la tendencia a decir yo no fui.".
No estoy de acuerdo de que en la confesión escondamos nuestros pecados. Si eso fuera cierto la confesión sería rechazada por Dios. Ya que la confesión no consiste en esconder sino en todo lo contrario, en exponernos a la luz de Dios.
Si estoy de acuerdo en que tenemos tendencia a decir "yo no fui".

Al escribir una frase mía en tu mensaje y además titular tu mensaje "Confesión a medias, perdón a medias", tengo la sensación de que me has malinterpretado. Seguramente me he expresado mal. En absoluto pretendia que confesemos a medias. Así que voy a intentar aclararlo. La confesión no ha de ser a medias sino total. Todo aquello que Dios nos muestre en su Palabra, en nuestra conciencia y en la voz del Espíritu Santo, se ha de confesar.

La idea que descubrí de ser examinados por Dios la encontré en el Salmo 139.
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno". (Sal 139.23-24)
Y esta idea quedó reforzada en mi mente cuando Pablo dijo
"Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor" (1 Cor 4.3-4)
Por otra parte Juan dice que negar nuestro pecado es hacer mentiroso a Dios.
"Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso, y su palabra no está en nosotros". (1 Jn 1.9-10).
Por lo tanto en la confesión estamos diciendo que lo que Dios dice de nosotros es cierto. Luego, Dios ha hablado previamente.
Del texto de Pablo deduzco que aunque mi conciencia no me acuse de nada debo decir como David, "examiname Señor".
Obviamente, si veo pecado en mí, no es necesario que Dios me lo muestre porque yo ya lo sé y debo confesarlo. Pero siempre debemos exponernos a la luz (como hacía David en el Salmo 139) para que el Señor nos muestre aquello que Él quiere limpiar (incluido el pecado oculto que Él quiera mostrarnos).
Dios nos habla por su Espíritu Santo que mora en nosotros.
"Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuese, os lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio."
Así que Dios nos muestra en la confesión nuestros pecados. Claro que para que Dios nos lo muestre debemos abrirnos a su Santo Espíritu diciendole al Señor "Exáminame". No es necesario decir las palabras textuales, lo importante es tener la actitud de ser examinado por Dios.

Quiero aclarar eso de que Dios nos muestra todo nuestro pecado. Usaré una ilustración.
Tenemos un campo. El Señor nos muestra primero las piedras mas gordas. Nosotros las quitamos. Luego nos muestra las piedras medinas. Nosotros las quitamos. Y Luego nos muestra las piedrecitas mas pequeñas. etc, etc,...
El Señor usa la confesión para limpiarnos de toda maldad. Así que conforme Dios nos va mostrando, vamos confesando y pecados que antes nos pasaban desapercibidos, ahora los vemos y los confesamos. A medida que maduramos vamos confesando pecados mas finos.
Antes de la venida del Espíritu Santo, la ley era la luz de los judíos. Pero ahora el Espíritu Santo nos habla dándonos luz para interpretar su Palabra, nos habla para que nos "arrimemos a ese carro" (como le dijo a Felipe en Hechos), nos dice que somos hijos de Dios, nos consuela, y, por supuesto, nos muestra lo que hay en nuestro corazones y nos apoya en intercesión a favor nuestro.
Escuchemos la voz del Espíritu Santo y andemos en Él.