- CONTEXTO DE UNA INFAMIA -
La Iglesia Catòlica se ocupò de que "Nuestra Señora de Guadalupe" se convirtiese en la santa patrona de Mèxico, y atribuyò mucha importancia al hecho de que se le hubiera aparecido a un indio;
demostraba de que modo Dios podìa recompensar a un miembro de la raza conquistada que aceptaba "la verdadera religiòn" y estaba dispuesto a obedecer y servir a los amos españoles, "puestos sobre èl por el propio Dios".
La influencia, el poder y la riqueza de la Iglesia Catòlica en Mèxico aumentaron durante los tres siglos que siguieron a la conquista.
Los piadosos reyes españoles otorgaron a la Inquisiciòn o Santo Oficio de Mèxico, las mismas atribuciones que tenìa en España, y que le permitìan lidiar (y quemar) a los acusados de herejìa y vicio.
Los obispos catòlicos, generalmente provenientes de España, se convirtieron en el organismo màs influyente del virreinato.
La Iglesia Catòlica adquiriò cada vez màs tierra, y hacia el siglo XIX decìase que era la propietaria de màs o menos LA MITAD DE LA TIERRA DE MÈXICO!!
Hacia fines del siglo XVIII, el rey de España habìa abolido oficialmente la servidumbre en Mèxico, pero los indios todavìa se veìan obligados, a causa de las leyes discriminatorias, los reglamentos policiales y las fuerzas econòmicas, a trabajar en la tierra propiedad de los criollos (Ellos, que eran los dueños originales!!).
Aunque eran desesperadamente pobres, se les exigìa pagar "tributo", asì como diferentes impuestos y gabelas al gobierno y a la Iglesia Catòlica, y se los mantenìa en una posiciòn de inferioridad mediante el hambre y las convenciones sociales.
Durante las festividades de Semana Santa, era comùn encontrar a un indio en cualquier pueblo representando el papel de Judas, que recibìa los escupitajos de la gente del pùblico.
No puede sorprender que el odio de clases fuese muy intenso.
En 1799 el obispo catòlico de Michoacàn escribiò que los indios "son criados, sirvientes o peones empleados por la clase alta.
Por consiguiente, entre ellos y la clase española existe el conflicto de intereses y la hostilidad que invariablemente prevalece entre los que no tienen nada y los que tienen todo, entre los vasallos y los señores"
Condideraba que el odio de clases era màs intenso en Amèrica que en otros lugares, pues en Amèrica "no hay graduaciones....todos son ricos o pobres, nobles o bajos"
El noble pomeranio, baròn Alexander Von Humboldt, que estaba familiarizado con una sociedad basada en las distinciones y las desigualdades de clase, se sintiò sorprendido cuando fue a Mèxico en 1803 y presenciò la opresiòn de las clases, la "monstruosa desigualdad de derechos y riquezas" existente allì.
Escribiò que Mèxico era "el paìs de la desigualdad".
Cuando los liberales señalaban que la Inquisiciòn quemaba vivos a los protestantes y a "otros" herejes, los conservadores decìan que el Santo Oficio y las autoridades catòlicas de Mèxico defendìan de la herejìa a la "cristiandad", aunque sus mètodos quizàs habìan sido "un poco duros".
Los conservadores mexicanos tambièn se mostraban hostiles a la influencia anglo-sajona, que comenzaba a filtrarse en Mèxico desde Estados Unidos.
En Filadelfia se habìa llevado a cabo la Declaraciòn de la Independencia de Thomas Jefferson, con su absurda y blasfema afirmaciòn de que "todos los hombres han sido creados iguales".
¿No era evidente que Dios habìa creado desiguales a los hombres, de modo que algunos eran prìncipes y otros sùbditos, algunos señores y otros siervos, algunos ricos y otros pobres, algunos los amos y otros los esclavos? (Decìan los conservadores catòlicos mexicanos).
La Revoluciòn Francesa tuvo un efecto todavìa màs grave en Mèxico.
Los revolucionarios parisiences proclamaron la doctrina de la libertad, la igualdad y la fraternidad, y los Derechos del Hombre, que el Papa Pìo VI anatematizò como perversa y herètica, pues "el Hombre no tenìa derechos, solo el deber de servir a Dios EN EL LUGAR DE LA SOCIEDAD EN QUE EL TODOPODEROSO LE HABÌA PUESTO; y debìa servirle obedeciendo a sus superiores y creyendo en la Iglesia Catòlica y defendièndola" (Doctrina catòlica de castas y clases sociales inmutables y hereditarias).
Hacia 1794 las doctrinas de la Revoluciòn Francesa circulaban clandestinamente en Mèxico.
La Inquisiciòn catòlica inmediatamente advirtiò al virrey y le exhortò (le ordenò, màs bien) a prohibir la publicaciòn de THE RIGHTS OF MAN (Los Derechos del Hombre) de Thomas Paine, asì como los libros sobre "ese acontecimiento deplorable" de la Revoluciòn Francesa.
En Buenos Aires, Lima y Bogotà, la revoluciòn fue dirigida por liberales blancos, que despuès de muchos años consiguieron independizarse de España.
En Mèxico, los revolucionarios de 1810 fueron en su mayorìa indios, aunque su lìder era el sacerdote catòlico criollo Manuel Hidalgo, que habìa dedicado su vida a cuidar de los indios en las propiedades de su padre y que se sentìa impresionado por la pobreza y las injusticias que aquellos padecìan.
Hidalgo fue miembro de una extensa lìnea de sacerdotes revolucionarios, que se remonta a Arnaldo de Brescia en la Italia del siglo XII, que creìan que la religiòn de Cristo debìa defender a los pobres en lugar de ser un baluarte de la clase gobernante privilegiada.
La lucha revolucionaria, continuò despuès de Hidalgo en manos de otro sacerdote catòlico, mestizo, llamado Josè Morelos.
En 1820 una revoluciòn en España determinò que los liberales asumieran el poder en Madrid, abolieran la Inquisiciòn y confiscaran las propiedades de la Iglesia Catòlica, y ordenaron al virrey de Mèxico que hiciera lo mismo en el virreinato -que aboliese la esclavitud, la discriminaciòn racial, el juicio por tribunales militares y que proclamase la tolerancia religiosa-
Cuando esas instrucciones llegaron a Mèxico, los terratenientes, la Iglesia Catòlica y el Ejèrcito las rechazaron y proclamaron la independencia del paìs frente a España (!!!).
Eligieron como lìder al general Agustìn de Itùrbide, que era criollo, un importante terrateniente y un devoto catòlico.
De modo que la independencia nacional de Mèxico frente a España, que en los restantes virreinatos fue conquistada por los revolucionarios liberales, en Mèxico fue obra de contrarrevolucionarios conservadores!
Despuès, los conservadores decidieron que el propio Itùrbide fuese el emperador Agustìn I de Mèxico (!!!).
EL PAPA PÌO VI CONDENÒ LA ABOLICIÒN DE LOS PRIVILEGIOS FEUDALES y las doctrinas de la Revoluciòn Francesa en sus Encìclicas de 1791.
Poco despuès, los revolucionarios parisienses estaban clausurando iglesias y reprimiendo el culto catòlico.
La Iglesia Catòlica reaccionò fomentando los alzamientos contrarrevolucionarios en la Vendèe y en otras provincias, episodios que se convirtieron en una salvaje guerra civil.
Durante el siglo XIX la lucha se extendiò a Italia y a España, donde la Iglesia Catòlica se opuso a lo que ella llamaba "la Revoluciòn";
cuando las ideas de la Revoluciòn Fraancesa llegaron a Mèxico, la guerra entre la Iglesia Catòlica y los liberales estallò allì, y fue librada con la misma crueldad que en España.
Otro de los liberales odiados era el indio Benito Juàrez.
La Iglesia Catòlica se ocupò de que "Nuestra Señora de Guadalupe" se convirtiese en la santa patrona de Mèxico, y atribuyò mucha importancia al hecho de que se le hubiera aparecido a un indio;
demostraba de que modo Dios podìa recompensar a un miembro de la raza conquistada que aceptaba "la verdadera religiòn" y estaba dispuesto a obedecer y servir a los amos españoles, "puestos sobre èl por el propio Dios".
La influencia, el poder y la riqueza de la Iglesia Catòlica en Mèxico aumentaron durante los tres siglos que siguieron a la conquista.
Los piadosos reyes españoles otorgaron a la Inquisiciòn o Santo Oficio de Mèxico, las mismas atribuciones que tenìa en España, y que le permitìan lidiar (y quemar) a los acusados de herejìa y vicio.
Los obispos catòlicos, generalmente provenientes de España, se convirtieron en el organismo màs influyente del virreinato.
La Iglesia Catòlica adquiriò cada vez màs tierra, y hacia el siglo XIX decìase que era la propietaria de màs o menos LA MITAD DE LA TIERRA DE MÈXICO!!
Hacia fines del siglo XVIII, el rey de España habìa abolido oficialmente la servidumbre en Mèxico, pero los indios todavìa se veìan obligados, a causa de las leyes discriminatorias, los reglamentos policiales y las fuerzas econòmicas, a trabajar en la tierra propiedad de los criollos (Ellos, que eran los dueños originales!!).
Aunque eran desesperadamente pobres, se les exigìa pagar "tributo", asì como diferentes impuestos y gabelas al gobierno y a la Iglesia Catòlica, y se los mantenìa en una posiciòn de inferioridad mediante el hambre y las convenciones sociales.
Durante las festividades de Semana Santa, era comùn encontrar a un indio en cualquier pueblo representando el papel de Judas, que recibìa los escupitajos de la gente del pùblico.
No puede sorprender que el odio de clases fuese muy intenso.
En 1799 el obispo catòlico de Michoacàn escribiò que los indios "son criados, sirvientes o peones empleados por la clase alta.
Por consiguiente, entre ellos y la clase española existe el conflicto de intereses y la hostilidad que invariablemente prevalece entre los que no tienen nada y los que tienen todo, entre los vasallos y los señores"
Condideraba que el odio de clases era màs intenso en Amèrica que en otros lugares, pues en Amèrica "no hay graduaciones....todos son ricos o pobres, nobles o bajos"
El noble pomeranio, baròn Alexander Von Humboldt, que estaba familiarizado con una sociedad basada en las distinciones y las desigualdades de clase, se sintiò sorprendido cuando fue a Mèxico en 1803 y presenciò la opresiòn de las clases, la "monstruosa desigualdad de derechos y riquezas" existente allì.
Escribiò que Mèxico era "el paìs de la desigualdad".
Cuando los liberales señalaban que la Inquisiciòn quemaba vivos a los protestantes y a "otros" herejes, los conservadores decìan que el Santo Oficio y las autoridades catòlicas de Mèxico defendìan de la herejìa a la "cristiandad", aunque sus mètodos quizàs habìan sido "un poco duros".
Los conservadores mexicanos tambièn se mostraban hostiles a la influencia anglo-sajona, que comenzaba a filtrarse en Mèxico desde Estados Unidos.
En Filadelfia se habìa llevado a cabo la Declaraciòn de la Independencia de Thomas Jefferson, con su absurda y blasfema afirmaciòn de que "todos los hombres han sido creados iguales".
¿No era evidente que Dios habìa creado desiguales a los hombres, de modo que algunos eran prìncipes y otros sùbditos, algunos señores y otros siervos, algunos ricos y otros pobres, algunos los amos y otros los esclavos? (Decìan los conservadores catòlicos mexicanos).
La Revoluciòn Francesa tuvo un efecto todavìa màs grave en Mèxico.
Los revolucionarios parisiences proclamaron la doctrina de la libertad, la igualdad y la fraternidad, y los Derechos del Hombre, que el Papa Pìo VI anatematizò como perversa y herètica, pues "el Hombre no tenìa derechos, solo el deber de servir a Dios EN EL LUGAR DE LA SOCIEDAD EN QUE EL TODOPODEROSO LE HABÌA PUESTO; y debìa servirle obedeciendo a sus superiores y creyendo en la Iglesia Catòlica y defendièndola" (Doctrina catòlica de castas y clases sociales inmutables y hereditarias).
Hacia 1794 las doctrinas de la Revoluciòn Francesa circulaban clandestinamente en Mèxico.
La Inquisiciòn catòlica inmediatamente advirtiò al virrey y le exhortò (le ordenò, màs bien) a prohibir la publicaciòn de THE RIGHTS OF MAN (Los Derechos del Hombre) de Thomas Paine, asì como los libros sobre "ese acontecimiento deplorable" de la Revoluciòn Francesa.
En Buenos Aires, Lima y Bogotà, la revoluciòn fue dirigida por liberales blancos, que despuès de muchos años consiguieron independizarse de España.
En Mèxico, los revolucionarios de 1810 fueron en su mayorìa indios, aunque su lìder era el sacerdote catòlico criollo Manuel Hidalgo, que habìa dedicado su vida a cuidar de los indios en las propiedades de su padre y que se sentìa impresionado por la pobreza y las injusticias que aquellos padecìan.
Hidalgo fue miembro de una extensa lìnea de sacerdotes revolucionarios, que se remonta a Arnaldo de Brescia en la Italia del siglo XII, que creìan que la religiòn de Cristo debìa defender a los pobres en lugar de ser un baluarte de la clase gobernante privilegiada.
La lucha revolucionaria, continuò despuès de Hidalgo en manos de otro sacerdote catòlico, mestizo, llamado Josè Morelos.
En 1820 una revoluciòn en España determinò que los liberales asumieran el poder en Madrid, abolieran la Inquisiciòn y confiscaran las propiedades de la Iglesia Catòlica, y ordenaron al virrey de Mèxico que hiciera lo mismo en el virreinato -que aboliese la esclavitud, la discriminaciòn racial, el juicio por tribunales militares y que proclamase la tolerancia religiosa-
Cuando esas instrucciones llegaron a Mèxico, los terratenientes, la Iglesia Catòlica y el Ejèrcito las rechazaron y proclamaron la independencia del paìs frente a España (!!!).
Eligieron como lìder al general Agustìn de Itùrbide, que era criollo, un importante terrateniente y un devoto catòlico.
De modo que la independencia nacional de Mèxico frente a España, que en los restantes virreinatos fue conquistada por los revolucionarios liberales, en Mèxico fue obra de contrarrevolucionarios conservadores!
Despuès, los conservadores decidieron que el propio Itùrbide fuese el emperador Agustìn I de Mèxico (!!!).
EL PAPA PÌO VI CONDENÒ LA ABOLICIÒN DE LOS PRIVILEGIOS FEUDALES y las doctrinas de la Revoluciòn Francesa en sus Encìclicas de 1791.
Poco despuès, los revolucionarios parisienses estaban clausurando iglesias y reprimiendo el culto catòlico.
La Iglesia Catòlica reaccionò fomentando los alzamientos contrarrevolucionarios en la Vendèe y en otras provincias, episodios que se convirtieron en una salvaje guerra civil.
Durante el siglo XIX la lucha se extendiò a Italia y a España, donde la Iglesia Catòlica se opuso a lo que ella llamaba "la Revoluciòn";
cuando las ideas de la Revoluciòn Fraancesa llegaron a Mèxico, la guerra entre la Iglesia Catòlica y los liberales estallò allì, y fue librada con la misma crueldad que en España.
Otro de los liberales odiados era el indio Benito Juàrez.