-Esa iglesia ocupaba entonces un antiguo y grande teatro de una de las ciudades del interior del país. Nunca había predicado en un lugar así y con tanta gente. Pregunté al que me había invitado: -¿De cuánto tiempo dispongo para el mensaje? Respondió: -Tenemos hora para empezar pero no para terminar. Usted observe el rostro de las personas, mientras los vea atentos, como con interés o entusiasmo ¡prosiga! Así que prediqué observando siempre sus rostros, como si mantuviera una conexión con los oyentes. Mi propio interés en el asunto de la predicación me entusiasmó ¡y eso fue contagioso!
-Con respecto a la conversación continua con un hermano, él también habló mucho pero me supo escuchar también. El oír al otro es lo que proveía tema a la conversación haciendo que fuera fluida y siempre interesante. Una charla puede ser extensa y a la vez amena y provechosa cuando los interlocutores son recíprocos al escucharse el uno al otro.
-Aquí en el Foro, fácilmente se cae en el vulgar error de pensar que escribiendo largo se muestra como mejor y más convincente orador. En realidad, se teme a la réplica breve pero eficaz.
Cordiales saludos
¡Interesante!
Comentamos el último punto. Tu actitud "breve pero eficaz" se lee desde fuera como pura holgazanería, quizás debida a la edad (ya debes ser anciano) y al estado del foro (que no es el ideal). Es evidente que desde hace años, el "foro de debate" ha declinado hacia el "chat de debate". En un mundo y un foro que se ha vuelto entusiasta de lo "corto y conciso" (Twitter, Tik-Tok...), etc, está claro que tú "encajas" como un guante. Ahora bien, veo que también te escudas continuamente en lo "corto y sencillo" para rehuir lo "inconveniente".
El "chat" tiene una gran ventaja a personas en tu posición: nunca profundizas realmente en nada. Entiendo que a estas alturas de tu vida no quieras realmente "revisar" ni "profundizar", porque lo contrario es incómodo y laborioso y no tienes fuerzas para "trabajos". Así que no "debates", claro está. Lo que haces es "marear la perdiz", que se dice en España. Si alguien quiere debatir contigo un tema, lo máximo que puede conseguir es una frase grandilocuente, facilona y pomposa al estilo "Tik-tok". Y si alguien te preguntara, "¿a qué viene esta frase grandilocuente, facilona y pomposa?", contestarías con otra de superior calibre, si es que te dignas a ello: lo que podríamos llamar "super-pomposidad".
Esto está bien (podría calificarse casi de "buena táctica") para un incrédulo que también le guste jugar al "tik-tok" como tú. Pero a un creyente... o a cualquiera que busque debatir ideas, tu actitud se ve como "pasota", "desdeñosa", "pomposa". No hay debate, realmente, sino una especie de "reparto condescendiente de migajas que no me voy a molestar en explicar".
Es una "táctica de supervivencia" fantástica, desde luego. "Poco trabajo y mucha efectividad". Pero la contrapartida es un "crecimiento personal" muy limitado, tanto el tuyo como el ajeno.
¿Es esto lo que Dios quiere para ti? Quizás esta pregunta es por donde deberías empezar.
Te hablo mirándote como "miembro honorífico del foro", superior a mí en todo.
Léeme como alguien que no va a tardar en desaparecer de nuevo del foro.
Mis recientes participaciones son sólo un "paréntesis", una "excepción".
Pero tú te "quedas" aquí.
Medítalo.
Amor,
Ibero