Un cordero sin defectos físicos era el símbolo perfecto de una vida sin pecado.Pero ése semejante no es María, sino Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo. María no es madre congénita de Jesús nunca.
Jn 19:33 pero cuando llegaron a Jesús como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas
Nunca, ni un solo hueso del Señor sufrió fractura. Por ser nosotros huesos de sus huesos.
No traslademos los símbolos directamente a las realidades materiales, porque corremos el riesgo de que se conviertan en supersticiones.
A Jesús se le rompió la piel, se le rompieron vasos sanguíneos, y se le rompieron otros tejidos que liberaron las substancias que el cerebro interpreta como dolor.
No hay algo mágico en los huesos que los haga más o menos importantes que otros tejidos.
El texto bíblico, en el contexto de su crucifixión, dice que no le romperían los huesos y que sería traspasado. Quedémonos con eso, por favor.
Algunos aspectos de su muerte en la cruz serían distintos a los de los bandoleros y rebeldes que crucificaban habitualmente
Decir que "nunca" ni un solo hueso del Señor sufrió fractura resulta aventurado.
Equivaldría a decir que, para cumplir la profecía de que sería traspasado, lo traspasaron no solo en su crucifixión, sino en otros momentos de su vida.
31 Como era la preparación de la pascua, y a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz durante el día de reposo (ya que aquel día de reposo era de gran solemnidad), los judíos le rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas y se les quitara de allí. 32 Entonces los soldados fueron y le quebraron las piernas al primero, lo mismo que al otro que había sido crucificado con él. 33 Cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua. 35 El que vio esto da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que ustedes también crean. 36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No será quebrado ningún hueso suyo.» 37 Además, hay también otra Escritura que dice: «Mirarán al que traspasaron.» (Juan 19:31-37)