Re: "Conozca el espiritismo"
Los espíritus no tienen cuerpo, no tienen imagen, no pueden ser vistos, escepto con ojos espirituales, sin embargo en la biblia muchos fueron testigos de ángeles, hablaron con ellos, comieron con ellos, los palparon y hasta los defendieron de ser agredidos sexualmente.
Estudia un poco más amigo!!! El Diablo es un ángel...con espíritu, más no un espíritu.
Dios le bendice!
Greivin.
Vamonos un poquito más a la demonología y miremos un poco más profundo.
Para empezar
¿Que es un demonio?
Un demonio es un ser
espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente. No tiene cuerpo, no existe en su ser ningún tipo de materia sutil, ni nada semejante a la materia. Sino que se trata de una existencia de carácter íntegramente espiritual. Spiritus en latín significa soplo, hálito.
Ahora con la aparición física del demonio podemos decir lo siguiente:
Los demonios no tienen una forma visible determinada, su forma es inmaterial. Por lo tanto si se manifiestan de forma visible podrían adoptar cualquier forma que desearan. Cualquier forma por bella que fuera, humana o angélica, entra dentro de la capacidad de su poder. Podrían aparecerse con la forma de un sacerdote conocido, de un pastor, etc. Como es lógico tal situación crearía una inseguridad total, así que Dios no lo permite. Y Dios, mirando nuestro bien, no sólo no les permite este tipo de apariciones tan sumamente engañosas, sino que ni siquiera les permite aparecerse de cualquier manera, sino sólo en ciertos modos determinados. Para que así nos quede claro a nosotros, que somos como niños al lado de ellos, el carácter maléfico del que se aparece.
Y así Dios sólo les permite aparecerse como sombras que se mueven, como engendros monstruosos, como hombres pequeños de color muy negro. Respecto a esta última forma de mostrarse visualmente como hombrecillos oscuros y pequeños, aparece una y otra vez en la tradición literaria cristiana desde la época de los Padres del desierto. Pero no sólo en ellos, sino que incluso Santa Teresa de Jesús, Santa Teresa de Lisieux (en uno de sus sueños) y otros casos como el de la niña Alexia (1971-1985+) volverán a hablar de que vieron a hombres pequeños y de color muy negro.
Cuando decimos que Satán es un dragón o una serpiente lo que queremos decir es que tiene el carácter monstruoso, fiero, venenoso y astuto de esos seres. Pero en ningún caso que tenga esa forma visual, ya que sigue siendo un bellísimo ángel en su naturaleza, aunque repugnante en su aspecto moral. La deformación él la ha sufrido sólo en su persona, pero no en su naturaleza. Su ser personal se ha deformado, pero su naturaleza permanece y permanecerá intacta haga lo que haga. Dado que ambas cosas son inseparables, él, auténticamente, es un monstruo, un ser deforme, alguien que produce repugnancia y aversión.
En esto podriamos ver otra interrogante:
¿Es adecuado pintar al demonio con cuerpo de hombre y cuernos?
Ya se ha dicho que el demonio no tiene forma alguna que se pueda ver, así que ese modo de representación tradicional con cuernos es completamente convencional. Es decir, se trata de un signo asentado por la tradición occidental durante siglos, que es portador de un significante. De todas maneras es un signo muy adecuado, porque combina dos elementos: la racionalidad representada por la forma humana (única forma visual que conocemos de ser racional) y la bestialidad simbolizada por los cuernos, rabos y garras. De manera que se trata de un signo muy simple pero que refleja tanto la inteligencia como el carácter lleno de furia, de animalesca bestialidad que caracteriza a las manifestaciones de ellos en todas las épocas a través de los posesos.
Igualmente el modo de representar a los ángeles que ha decantado la tradición iconográfica es muy adecuada. El ángel al ser representado como hombre con alas, es un modo de significar por el aspecto humano la racionalidad, y por las alas la sutilidad. Es decir, las alas representan la capacidad de transportarse de un lugar a otro a voluntad, sin obstáculos. También es curioso observar que los ángeles son representados vestidos, mientras que los demonios no, como signo de su carácter bestial.