Apreciado hermano ANTONIO H: Mucho te agradezco este mensaje
que me ha dado gran contentamiento.
Comenzando por el final, yo nada debo disculparte, fuera de aceptar tus disculpas en nombre de MARIPAZ, en lo que no hubo sin embargo, más que cierta severidad en la crítica, pero sin afectar, en lo personal,
tu aprecio por nuestra hermana.
Ahora sí creo que te entiendo, y te confieso que comparto tu criterio,
y descuento conque MARIPAZ sabrá comprender esta leve diferencia
que mantengo con ella. Coincido pues contigo en eso del "buen proceder hermenéutico". Yo comparto con MARIPAZ la prioridad que
en toda conversación ha de tener la Sagrada Escritura. En una época de
mi vida yo era una ametralladora citando versículos bíblicos. Aun ahora
sigo creyendo que no hay mayor poder que el de la misma Palabra, si
la liberamos para que ella sola haga su obra de iluminar y convencer.
Sin embargo, en los Foros, y conversando con cristianos conocedores
de las Escrituras, creo que si mi hablar está impregnado de esa Palabra
que ilumina mi mente, alimenta mi fe, es el disfrute de mi alma y la
prenda más celosamente guardada en mi espíritu, no tengo necesidad
forzada de citarla de continuo. No desaliento a nadie a citar textualmente versículos bíblicos; pero quienes hemos memorizado las
Escrituras, y podemos echar mano de ellos cuando sea necesario,
tenemos también la opción de expresarnos con nuestros propios pensamientos, sabiendo que ellos también surgieron de la meditación
en la Palabra de Dios. Recuerdo que Spurgeon dijo de Juan Bunyan (el
autor de EL PROGRESO DEL PEREGRINO): "Pinchadle donde queráis
y de allí manará Biblia pura, su sangre es "biblina". En los debates, los
foristas apreciarán que cada cual exponga sus propios pensamientos.
Largas listas de sentencias bíblicas (con una loable intención), puede
prestarse a malos entendidos, ya que no todas las palabras de un texto
podrán aplicarse directamente a la situación que se discute. Así uno
podrá usarlo para probar una posición y otro la contraria. Estoy de
acuerdo, por ejemplo, con tu observación: los discípulos no debían
de llevar consigo más que lo necesario, no tanto por no hacer
ostentación, sino porque el mismo Señor arbitraría los medios para
su sostén. El muchacho no se retrajo de aportar sus pocos panes y peces, pero con la bendición del Señor se alimentaron miles.
Al ver lo que algunos extremistas hacen con su cita de las Escrituras,
percibo como si al hacerlo estén dando su propia particular interpretación, pretendiendo -¡nada menos!- que Dios está de su lado.
Lo importante no es tanto que yo pruebe con la Biblia que estoy
acertado -en tal caso me estoy aprovechando de ella-, sino que muestre que lo que doy como mi humana opinión realmente es una
convicción profunda nacida en el "oir, por la palabra de Dios"; y
en este caso, esa Palabra que vive en mí me aprovecha como su
vocero.
Es un gusto compartir contigo y ojalá sigas aportando en el Foro.
Ricardo.