http://www.epos.nl/ecr/ (Pag 7)
¿CÓMO NOS ENTENDEREMOS
si no hablamos del mismo Cristo?
"En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos, así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras". Mat. 23.2.3.
Su revista ECR constantemente está saturada de las reales, supuestas e inventadas fallas que a través de la historia se han sucedido en la Iglesia Católica. Todo se critica, máxime si proviene de la conducta del Papa o alguien más de los eclesiásticos. La misma técnica de las sectas destructivas. Nunca ven algo positivo en ellos.
En la Iglesia de Cristo ya se dijo, crecerán juntos el trigo y la cizaña. Siempre han existido y existirán hasta el fin de los tiempos fallas terribles en la parte humana de quienes la forman, seamos clérigos o laicos.
Ante la actitud inmoral de nuestros hermanos en la fe, ya sean sacerdotes o relevantes líderes de la Iglesia cuando ésta en ellos se suscita, tenemos la regla expresada por Jesús, arriba mencionada. Lo que señala en este aspecto ECR con índice de fuego, debe verse desde esta óptica.
El mismo Papa, al celebrar diariamente la Sagrada Eucaristía, como todos los sacerdotes, se declara ante la Asamblea como un gran pecador, cuando dice "Yo pecador me confieso a Dios y a Uds. hermanos porque he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión... He aquí la razón de las constantes oraciones de la Iglesia Universal para que cada día ésta, en todos sus miembros, se perfeccione en la caridad. Debemos estar en una lucha constante para lograrlo, siguiendo a Cristo, renunciándonos a nosotros mismos, siendo violentos para ganar el Reino Mat. 11,12, no huyendo como los apóstatas.
Mismo Jesús, viendo la situación de la Iglesia de su tiempo, se condolió de sus fieles y decía que parecían ovejas sin pastor Mat. 9,36 ya que sus dirigentes no cumplían con su función encomendada por Dios; sin embargo, el buen Jesús, jamás alentó a nadie a salir de ese sistema religioso, Él mismo, visitaba el templo y sus sinagogas para exponer la sana doctrina. Él, único y eterno Sacerdote tuvo toda la oportunidad de alejar a los fieles de aquella clerecía corrupta (aunque no toda lo era, recordemos al justo Simeón Luc. 2,25) y haber ordenado alguna publicación semejante a ECR y no lo hizo. Hermosa enseñanza, la reforma y purificación de un sistema, se logra, luchando desde dentro, no huyendo con cobardía. Varios santos de la Iglesia, son ejemplo de ello:
S. Francisco de Asís, Sta. Catarina de Siena, Sta. Brígida de Suecia, etc. Ante escándalos de su tiempo, obraron de esa manera, se quedaron en la Iglesia y con su santo ejemplo cuestionaron a los mismos altos e indignos dirigentes de la misma.
¿Por qué entonces debemos escandalizarnos cuando ECR se afana en resaltar las sombras de los miembros de la Iglesia y oculta sus luces, sus grandes personajes santos, así como sus obras?
Sería mejor que ECR inicie un plan de predicación del Evangelio de Cristo en el ambiente holandés que actualmente tanto lo necesita.
ECR debía adicionar en sus artículos temas que alienten a los que se dicen cristianos a cooperar al menos en Holanda a la obra del Creador, no evitando el nacimiento de los niños, condenando el control natal artificial en pro de un hedonismo vacío de Cristo. También sería muy conveniente, que esta campaña la extendiera a España (donde hay sucursal de ECR) para que corrijan esta anomalía que está convirtiendo a ese País en una Nación de ancianos. (También visité España). La Iglesia Católica lo realiza en éstos y todos los países del mundo....
José L. Fierro Córdova
NUESTRA REFLEXIÓN:
El texto bíblico, con el que el Sr. Fierro encabeza su escrito, nos da la exacta respuesta en todo el capítulo 23 a sus planteamientos de Iglesia.
Nos sorprende que diga de nuestra revista que "está saturada de supuestas e inventadas fallas de la Iglesia Católica". Porque nuestra intención nunca ha sido airear los errores de ninguna iglesia, y menos la conducta moral de sus miembros, aunque como sacerdotes de esa iglesia, tal vez conozcamos mejor que usted la actitud y vida de los sacerdotes y religiosos. Pero, seamos objetivos, muéstreme una sola página de nuestra revista donde hayamos publicado algo sobre la mala conducta de un sacerdote o religioso de su Iglesia. De eso ya se encargan los periódicos sensacionalistas, cuyo objetivo es vender ejemplares para ganar dinero.
Nosotros no entramos en ese juego hipócrita, porque no buscamos la perdición y humillación del pecador, sino que el hombre, sea sacerdote o laico, busque a Cristo y reciba de Él, el perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Jesús en este capítulo 23 no habla contra los escribas y fariseos porque fuesen pecadores, sino porque cambiaban la Palabra y la Ley de Dios por sus normas y tradiciones. Y esto mismo es lo que nosotros denunciamos dentro de la Iglesia Católica o de cualquier iglesia que no sea fiel a la Palabra de Dios. En este tiempo no debemos olvidar las palabras de Jesús a los escribas y fariseos: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros" (v.15). Aunque puedan parecer duras las palabras del Señor, Él llama hijos del infierno tanto a los escribas y fariseos como al que acepta sus normas y tradiciones. Porque ellos mismos cierran la entrada al reino de los cielos con esas normas y tradiciones, y así ni entran ellos, ni dejan entrar (v.13).
La misión de los cristianos es la de llevar los hombres a Cristo, nunca a unas normas o tradiciones de iglesia, porque en ese caso estaríamos cerrando la entrada al reino de los cielos, y haciendo hijos del infierno.
¿Y quién podría estar callado, siendo sabedor de esta lamentable situación? Jesús no se calló y con duras palabras desenmascaró la hipocresía de los escribas y fariseos como guías ciegos que habían dejado lo más importante de la ley: "la justicia, la misericordia y la fe" (v.23).
¿Qué sentido tiene para usted el mandato de Jesús de que "no llaméis padre vuestro a nadie sobre la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos" (v.9), si usted llama al Papa, no sólo padre, sino "Padre Santo"?. También nos dice que ni llamemos ni seamos llamados maestros, "porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" (v.10).
Cristo es el único Maestro que nos enseña el Camino para ir a la casa del Padre. Por eso, sus discípulos, jamás podrán admitir que alguien, llámese como se llame, cambie, modifique o mutile Su Palabra fiel y verdadera. Él no admitió que los escribas y fariseos, que gustaban de que las gentes les llamasen "padres" y "maestros", modificaran la Palabra y el mandamiento de Dios. Y hoy tampoco, porque eso es cerrar el camino a las gentes para que le conozcan a Él personalmente: El Camino, La Verdad y la Vida. Pero, hoy como entonces, la Iglesia Romana como otras muchas, nos presentan a los hombres "padres" y "maestros" de la iglesia que interpretan a su antojo las Escrituras, y nos ocultan al Cristo viviente.
Esta es una realidad que de continuo denunciamos en nuestra revista, para que esos "padres" y "maestros" de iglesia no cierren el reino de los cielos delante de los hombres, pues se ponen ellos mismos delante, y les impiden transitar por el CAMINO vivo y nuevo que es CRISTO.
Al final de su escrito usted nos invita a predicar el Evangelio en los ambientes holandeses y españoles porque hay pocos nacimientos como es el caso de España. Me temo que tenemos un concepto totalmente distinto de lo que es el verdadero Evangelio. Para nosotros el Evangelio nos presenta a Cristo viviente con el perdón total del Padre y la vida eterna. Por eso el que acepta a Cristo y está en Cristo es una nueva criatura, capaz de vivir por el Espíritu conforme a la voluntad de Dios para la gloria de Su gracia. Esta nueva criatura conoce y vive conforme a la voluntad del Padre. No necesita de normas ni leyes externas, porque la ley de Dios está escrita en su corazón con el fuego del Espíritu, el amor. En este amor es imposible quebrantar la ley de Dios, porque " el amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor" (Romanos 13:10).
Todos esos eclesiásticos que, día tras día, apuntalan sus propias doctrinas con nuevas normas y formas de conducta, según lo demanda el desvarío de la conducta moral de la sociedad, le presentan al hombre de hoy un humanismo "cristiano" lleno de normas y vacío de vida, pero le ocultan al Cristo viviente fuente de Luz y Vida para el hombre de hoy y de ayer.
Así nos encontramos con un país, como España, formado y contrarreformado por la santa madre Iglesia Católica que vive totalmente de espaldas a ese humanismo "cristiano" enseñado por la Iglesia Católica. ¿Por qué?: Porque esta Iglesia siempre les presentó al Papa de Roma y a sus escribas y fariseos, pero nunca permitió que las gentes de este país tuviesen un conocimiento personal de Cristo y de Su Santa Palabra. Y utilizó siempre todo su poder e incluso el fuego de la hoguera para mantener a este pueblo en la más profunda ignorancia sobre la Palabra de Dios.
El gran problema de su país y de mi país es que han sido enseñados en las normas y tradiciones de Roma, pero no han sido formados en la Palabra de Dios y en la vida personal de Cristo y en Cristo por medio de la fe viva.
Fco. Rodríguez
¿CÓMO NOS ENTENDEREMOS
si no hablamos del mismo Cristo?
"En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos, así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras". Mat. 23.2.3.
Su revista ECR constantemente está saturada de las reales, supuestas e inventadas fallas que a través de la historia se han sucedido en la Iglesia Católica. Todo se critica, máxime si proviene de la conducta del Papa o alguien más de los eclesiásticos. La misma técnica de las sectas destructivas. Nunca ven algo positivo en ellos.
En la Iglesia de Cristo ya se dijo, crecerán juntos el trigo y la cizaña. Siempre han existido y existirán hasta el fin de los tiempos fallas terribles en la parte humana de quienes la forman, seamos clérigos o laicos.
Ante la actitud inmoral de nuestros hermanos en la fe, ya sean sacerdotes o relevantes líderes de la Iglesia cuando ésta en ellos se suscita, tenemos la regla expresada por Jesús, arriba mencionada. Lo que señala en este aspecto ECR con índice de fuego, debe verse desde esta óptica.
El mismo Papa, al celebrar diariamente la Sagrada Eucaristía, como todos los sacerdotes, se declara ante la Asamblea como un gran pecador, cuando dice "Yo pecador me confieso a Dios y a Uds. hermanos porque he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión... He aquí la razón de las constantes oraciones de la Iglesia Universal para que cada día ésta, en todos sus miembros, se perfeccione en la caridad. Debemos estar en una lucha constante para lograrlo, siguiendo a Cristo, renunciándonos a nosotros mismos, siendo violentos para ganar el Reino Mat. 11,12, no huyendo como los apóstatas.
Mismo Jesús, viendo la situación de la Iglesia de su tiempo, se condolió de sus fieles y decía que parecían ovejas sin pastor Mat. 9,36 ya que sus dirigentes no cumplían con su función encomendada por Dios; sin embargo, el buen Jesús, jamás alentó a nadie a salir de ese sistema religioso, Él mismo, visitaba el templo y sus sinagogas para exponer la sana doctrina. Él, único y eterno Sacerdote tuvo toda la oportunidad de alejar a los fieles de aquella clerecía corrupta (aunque no toda lo era, recordemos al justo Simeón Luc. 2,25) y haber ordenado alguna publicación semejante a ECR y no lo hizo. Hermosa enseñanza, la reforma y purificación de un sistema, se logra, luchando desde dentro, no huyendo con cobardía. Varios santos de la Iglesia, son ejemplo de ello:
S. Francisco de Asís, Sta. Catarina de Siena, Sta. Brígida de Suecia, etc. Ante escándalos de su tiempo, obraron de esa manera, se quedaron en la Iglesia y con su santo ejemplo cuestionaron a los mismos altos e indignos dirigentes de la misma.
¿Por qué entonces debemos escandalizarnos cuando ECR se afana en resaltar las sombras de los miembros de la Iglesia y oculta sus luces, sus grandes personajes santos, así como sus obras?
Sería mejor que ECR inicie un plan de predicación del Evangelio de Cristo en el ambiente holandés que actualmente tanto lo necesita.
ECR debía adicionar en sus artículos temas que alienten a los que se dicen cristianos a cooperar al menos en Holanda a la obra del Creador, no evitando el nacimiento de los niños, condenando el control natal artificial en pro de un hedonismo vacío de Cristo. También sería muy conveniente, que esta campaña la extendiera a España (donde hay sucursal de ECR) para que corrijan esta anomalía que está convirtiendo a ese País en una Nación de ancianos. (También visité España). La Iglesia Católica lo realiza en éstos y todos los países del mundo....
José L. Fierro Córdova
NUESTRA REFLEXIÓN:
El texto bíblico, con el que el Sr. Fierro encabeza su escrito, nos da la exacta respuesta en todo el capítulo 23 a sus planteamientos de Iglesia.
Nos sorprende que diga de nuestra revista que "está saturada de supuestas e inventadas fallas de la Iglesia Católica". Porque nuestra intención nunca ha sido airear los errores de ninguna iglesia, y menos la conducta moral de sus miembros, aunque como sacerdotes de esa iglesia, tal vez conozcamos mejor que usted la actitud y vida de los sacerdotes y religiosos. Pero, seamos objetivos, muéstreme una sola página de nuestra revista donde hayamos publicado algo sobre la mala conducta de un sacerdote o religioso de su Iglesia. De eso ya se encargan los periódicos sensacionalistas, cuyo objetivo es vender ejemplares para ganar dinero.
Nosotros no entramos en ese juego hipócrita, porque no buscamos la perdición y humillación del pecador, sino que el hombre, sea sacerdote o laico, busque a Cristo y reciba de Él, el perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Jesús en este capítulo 23 no habla contra los escribas y fariseos porque fuesen pecadores, sino porque cambiaban la Palabra y la Ley de Dios por sus normas y tradiciones. Y esto mismo es lo que nosotros denunciamos dentro de la Iglesia Católica o de cualquier iglesia que no sea fiel a la Palabra de Dios. En este tiempo no debemos olvidar las palabras de Jesús a los escribas y fariseos: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros" (v.15). Aunque puedan parecer duras las palabras del Señor, Él llama hijos del infierno tanto a los escribas y fariseos como al que acepta sus normas y tradiciones. Porque ellos mismos cierran la entrada al reino de los cielos con esas normas y tradiciones, y así ni entran ellos, ni dejan entrar (v.13).
La misión de los cristianos es la de llevar los hombres a Cristo, nunca a unas normas o tradiciones de iglesia, porque en ese caso estaríamos cerrando la entrada al reino de los cielos, y haciendo hijos del infierno.
¿Y quién podría estar callado, siendo sabedor de esta lamentable situación? Jesús no se calló y con duras palabras desenmascaró la hipocresía de los escribas y fariseos como guías ciegos que habían dejado lo más importante de la ley: "la justicia, la misericordia y la fe" (v.23).
¿Qué sentido tiene para usted el mandato de Jesús de que "no llaméis padre vuestro a nadie sobre la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos" (v.9), si usted llama al Papa, no sólo padre, sino "Padre Santo"?. También nos dice que ni llamemos ni seamos llamados maestros, "porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos" (v.10).
Cristo es el único Maestro que nos enseña el Camino para ir a la casa del Padre. Por eso, sus discípulos, jamás podrán admitir que alguien, llámese como se llame, cambie, modifique o mutile Su Palabra fiel y verdadera. Él no admitió que los escribas y fariseos, que gustaban de que las gentes les llamasen "padres" y "maestros", modificaran la Palabra y el mandamiento de Dios. Y hoy tampoco, porque eso es cerrar el camino a las gentes para que le conozcan a Él personalmente: El Camino, La Verdad y la Vida. Pero, hoy como entonces, la Iglesia Romana como otras muchas, nos presentan a los hombres "padres" y "maestros" de la iglesia que interpretan a su antojo las Escrituras, y nos ocultan al Cristo viviente.
Esta es una realidad que de continuo denunciamos en nuestra revista, para que esos "padres" y "maestros" de iglesia no cierren el reino de los cielos delante de los hombres, pues se ponen ellos mismos delante, y les impiden transitar por el CAMINO vivo y nuevo que es CRISTO.
Al final de su escrito usted nos invita a predicar el Evangelio en los ambientes holandeses y españoles porque hay pocos nacimientos como es el caso de España. Me temo que tenemos un concepto totalmente distinto de lo que es el verdadero Evangelio. Para nosotros el Evangelio nos presenta a Cristo viviente con el perdón total del Padre y la vida eterna. Por eso el que acepta a Cristo y está en Cristo es una nueva criatura, capaz de vivir por el Espíritu conforme a la voluntad de Dios para la gloria de Su gracia. Esta nueva criatura conoce y vive conforme a la voluntad del Padre. No necesita de normas ni leyes externas, porque la ley de Dios está escrita en su corazón con el fuego del Espíritu, el amor. En este amor es imposible quebrantar la ley de Dios, porque " el amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor" (Romanos 13:10).
Todos esos eclesiásticos que, día tras día, apuntalan sus propias doctrinas con nuevas normas y formas de conducta, según lo demanda el desvarío de la conducta moral de la sociedad, le presentan al hombre de hoy un humanismo "cristiano" lleno de normas y vacío de vida, pero le ocultan al Cristo viviente fuente de Luz y Vida para el hombre de hoy y de ayer.
Así nos encontramos con un país, como España, formado y contrarreformado por la santa madre Iglesia Católica que vive totalmente de espaldas a ese humanismo "cristiano" enseñado por la Iglesia Católica. ¿Por qué?: Porque esta Iglesia siempre les presentó al Papa de Roma y a sus escribas y fariseos, pero nunca permitió que las gentes de este país tuviesen un conocimiento personal de Cristo y de Su Santa Palabra. Y utilizó siempre todo su poder e incluso el fuego de la hoguera para mantener a este pueblo en la más profunda ignorancia sobre la Palabra de Dios.
El gran problema de su país y de mi país es que han sido enseñados en las normas y tradiciones de Roma, pero no han sido formados en la Palabra de Dios y en la vida personal de Cristo y en Cristo por medio de la fe viva.
Fco. Rodríguez