" Y ME BUSCARÉIS Y ME HALLARÉIS, PORQUE ME BUSCARÉIS DE TODO VUESTRO CORAZÓN." Jeremías 29:13
¿Quieres mejorar tu vida de oración? Francisco Fenelón, un francés del siglo XVII, nos dice cómo .
Escucha:
"Dile a Dios lo que está en tu corazón como quien descarga su corazón, sus alegrías y sus dolores ante un amigo querido. Cuéntale tus problemas para que Él pueda consolarte. Cuéntale tus anhelos para que pueda purificarlos. Dile tus manías para que te ayude a superarlas. Cuéntale tus tentaciones para que te proteja de ellas. Muéstrale las heridas de tu corazón para que Él las sane. Muéstrale sin engaño tu indiferencia para con Él, tu depravado gusto por el mal, tu inestabilidad. Díle cómo tu egocentrismo te hace injusto para con los demás, cómo te tienta la vanidad de ser poco sincero, cómo el orgullo te oculta de ti mismo y de los demás. Si derramas así todas tus debilidades, necesidades y problemas, no te faltará qué decir. Nunca agotarás los temas, pues se renuevan continuamente.
A las personas que no guardan secretos entre si, nunca les faltan temas de conversación. No miden sus palabras, pues no hay nada que ocultar. Tampoco buscan algo de qué hablar. Hablan de la abundancia del corazón . Sin miramientos dicen sencillamente lo que piensan. Cuando piden, piden con fe, seguros de ser oídos. Bienaventurados son quienes alcanzan tal comunicación con Dios, familiar y sin reservas."
Del devocional " La Palabra para hoy"
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En esta web, en el apartado de Estudios bíblicos, hay un libro de François Fenélon, "El anhelo del corazón" y es de lo mejor que he leído últimamente.
http://estudios.iglesia.net/asp/elanhelodel.asp
¿Quieres mejorar tu vida de oración? Francisco Fenelón, un francés del siglo XVII, nos dice cómo .
Escucha:
"Dile a Dios lo que está en tu corazón como quien descarga su corazón, sus alegrías y sus dolores ante un amigo querido. Cuéntale tus problemas para que Él pueda consolarte. Cuéntale tus anhelos para que pueda purificarlos. Dile tus manías para que te ayude a superarlas. Cuéntale tus tentaciones para que te proteja de ellas. Muéstrale las heridas de tu corazón para que Él las sane. Muéstrale sin engaño tu indiferencia para con Él, tu depravado gusto por el mal, tu inestabilidad. Díle cómo tu egocentrismo te hace injusto para con los demás, cómo te tienta la vanidad de ser poco sincero, cómo el orgullo te oculta de ti mismo y de los demás. Si derramas así todas tus debilidades, necesidades y problemas, no te faltará qué decir. Nunca agotarás los temas, pues se renuevan continuamente.
A las personas que no guardan secretos entre si, nunca les faltan temas de conversación. No miden sus palabras, pues no hay nada que ocultar. Tampoco buscan algo de qué hablar. Hablan de la abundancia del corazón . Sin miramientos dicen sencillamente lo que piensan. Cuando piden, piden con fe, seguros de ser oídos. Bienaventurados son quienes alcanzan tal comunicación con Dios, familiar y sin reservas."
Del devocional " La Palabra para hoy"
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En esta web, en el apartado de Estudios bíblicos, hay un libro de François Fenélon, "El anhelo del corazón" y es de lo mejor que he leído últimamente.
http://estudios.iglesia.net/asp/elanhelodel.asp