Hola a todos,
Yusuf Estes, hoy en día divulgador activo del Islam, relata con humor su historia sobre su conversión al Islam
Muchas personas me preguntan cómo un pastor o sacerdote perteneciente al cristianismo puede convertirse al Islam; especialmente considerando todos los comentarios negativos que escuchamos a diario acerca de los musulmanes y el Islam. Algunas personas son simplemente curiosas, mientras que otras cuestionan profundamente mi “conversión” al Islam. Algunos me han preguntado cómo pude darle la espalda a Jesús, que si de verdad comprendía al Espíritu Santo, y algunos inclusive cuestionaron si me consideraba “nacido de nuevo”, si es que siquiera había sido salvado. Todas estas son preguntas interesantes a las cuales ofreceré respuestas al final de éste escrito. Quisiera agradecer a todos por su interés y, Dios mediante, brindarles mi humilde experiencia.
Un caballero muy amable me preguntó a través de un correo electrónico cómo y porqué dejé el cristianismo por el Islam. Ésta es más o menos una copia de la carta que le envié.
Introducción
En el presente mi nombre es Yusuf Estes, sin embargo, en años pasados mis amigos solían llamarme Skip. He predicado el cristianismo y trabajado en la industria musical y del espectáculo desde que era niño, en la década de los cincuenta. Mi padre y yo establecimos tiendas de música, programas de radio y televisión y produjimos espectáculos al aire libre por gusto (y rédito). Fui ministro de música e incluso usaba un pony para entretener a los niños personificando a “Skippy el Payaso”.
Me he desempeñado como Delegado en la Conferencia de Paz de las Naciones Unidas para Líderes Religiosos. Actualmente soy un capellán musulmán jubilado de la Oficina de Prisiones de los Estados Unidos, Washington DC., y me reúno con muchos musulmanes estadounidenses, trabajando con estudiantes y organizaciones juveniles musulmanas, así como escuelas para niños musulmanes. Como tal viajo por todo el mundo dictando conferencias y predicando el mensaje del Cristo del Corán en el Islam. Entablamos diálogos y grupos de debate con todos los credos y disfrutamos de la oportunidad de trabajar junto a rabinos, ministros, predicadores y sacerdotes en todo el planeta. Parte de nuestro trabajo se lleva a cabo en el área institucional, militares, universidades y cárceles. Nuestro principal objetivo es educar y comunicar correctamente el mensaje del Islam y aclarar quiénes realmente son los musulmanes. A pesar de que el Islam ha crecido de un modo que prácticamente se equipara al Cristianismo en números como la más grande de las religiones en la Tierra, muchos de los que se dicen a sí mismo musulmanes no comprenden ni representan apropiadamente el mensaje de “paz, entrega y obediencia a Dios” [árabe = ‘Islam’].
Discúlpenme, temo haberme adelantado demasiado. Trataba de explicar parte de los antecedentes de nuestro trabajo, de modo que quizás pudiera ser provechoso para aquellos que estén pasando por lo mismo que experimenté mientras pretendía resolver algunos asuntos relacionados al cristianismo.
Cómo sucedió
Esto podrá parecer muy extraño, aunque compartamos algunas perspectivas y conceptos distintos acerca de Dios, Jesús, profecías, el pecado y la salvación. Verá usted, hubo un tiempo en el que fui un pasajero a bordo del mismo barco en que se encuentran muchas personas hoy en día. Realmente, lo fui. Déjeme explicar.
Nacido como un cristiano fuerte
Nací en una familia de orígenes fuertemente cristianos en el medio oeste de los Estados Unidos. Nuestra familia y antepasados no sólo construyeron las iglesias y escuelas a través de esta región, sino que además fueron los primeros en llegar a poblar estos sitios. Mientras aún cursaba la escuela primaria nos trasladamos a Houston, Texas, en 1949 (sí, estoy viejo). Asistimos a la iglesia regularmente y fui bautizado en Pasadena, Texas, a los 12 años de edad. En la adolescencia mi interés era visitar otras iglesias para aprender más sobre sus enseñanzas y sus creencias. Los bautistas, metodistas, episcopales, sectas religiosas, nazarenos, La Iglesia de Cristo, La Iglesia de Dios, La Iglesia de Dios en Cristo, la evangélica, la católica, la presbiteriana y muchas otras. Desarrollé gran interés respecto al evangelio o, como también le decimos, “Las Buenas Nuevas”. Mi investigación religiosa no cesó en absoluto con el cristianismo. La metafísica, el hinduismo, el judaísmo, el budismo y las creencias estadounidenses nativas formaron parte de mis estudios. La única a la que prácticamente no investigué seriamente fue “el Islam”. ¿Por qué?... Buena pregunta.
Ministro de música
Debido a que toda mi familia era religiosa y musical era de esperarse que también seguiría mis estudios en ambas áreas. En fin, me interesé en diversas clases de música, especialmente la clásica y la “Gospel”. Lógicamente, ello dispuso que me asignaran la posición de Ministro de Música en muchas de las iglesias a las que estuve afiliado con el paso de los años. En 1960 comencé mi docencia enseñando instrumentos de teclado, y antes de 1963 ya poseía mis propios estudios llamados “Estes Music Studios”, en Laurel, Maryland.
Proyectos comerciales en Texas, Oklahoma y Florida
Durante los siguientes 30 años mi padre y yo trabajamos conjuntamente en diversos proyectos comerciales. Tuvimos programas de entretenimiento, espectáculos y atracciones. Abrimos tiendas de pianos y órganos en Texas y Oklahoma hasta Florida. Generamos millones de dólares durante esos años, pero no hallábamos la paz interior que sólo se encuentra por medio de la verdad y la auténtica visualización de la salvación. Seguramente te habrás preguntado: “¿Por qué Dios me creó?”, o “¿qué pretende Dios de mí?”; más exactamente, “¿quién es Dios?”, “¿por qué creemos en el ‘pecado original’?” y “¿por qué los hijos de Adán fueron forzados a aceptar sus ‘pecados’ y por consiguiente ser castigados para siempre?” Si le preguntaras a alguien acerca de esto seguramente te responderían que deberías creer sin preguntar, probablemente te dirían que es un “misterio”: “Tan sólo ten fe, hermano”.
El concepto de la Trinidad
Aunque resulte extraordinario, la palabra Trinidad no se encuentra en la Biblia. Su inexistencia es motivo de inquietud para los eruditos religiosos desde 200 años luego de que Jesús fuera elevado hacia Dios Todopoderoso. Le pedí a predicadores y ministros que me dieran alguna idea, cualquiera fuere su especie, de cómo “uno” podría convertirse en “tres” o de cómo y por qué es posible que Dios, Quien lleva a cabo Su Voluntad sin condicionamientos, simplemente no perdonó los pecados de la humanidad, sino que en vez de eso descendió a la Tierra volviéndose una persona y asumiendo los pecados de todo el mundo. Ello, teniendo en cuenta que este proceso transcurrió mientras Él permanecía siendo Dios de todo el universo, cuya Voluntad se cumple cuando y como Él quiere. Aparentemente jamás tuvieron la capacidad de crear una respuesta, sino que se limitaron a expresar opiniones o extrañas analogías al respecto.
Su padre, ordenado como Ministro sin denominación
Mi padre era un activo partidario del trabajo de la iglesia, especialmente de los programas de la escuela eclesiástica. En 1970 fue ordenado ministro. Él y su esposa (mi madrastra) conocían a muchos de los pastores y evangelistas de la TV, incluso visitaron a Oral Roberts y ayudaron a la construcción de la “Torre de Oración” situada en Tulsa, Oklahoma. Además, fueron importantes defensores de Jimmy Swaggart, Jim y Tammy Fae Baker, Jerry Fallwell, John Haggi y el principal enemigo del Islam en los Estados Unidos de América: Pat Robertson.
Distribución de audios de “oración” para Jesús
A comienzos de la década de1980 mi padre y su esposa trabajaron conjunta y activamente en la grabación y distribución de audios de “oración” gratuitos a hogares para jubilados, hospitales y asilos para ancianos. De verdad conseguíamos “reclutar almas para el Señor Jesús” día tras día.
Conocí a un egipcio
A comienzos de 1991 mi padre empezó a comerciar con un egipcio y me dijo que deseaba que yo lo conociera. Esta idea me resultó atractiva al pensar en la posibilidad de degustar cierto sabor internacional. Ustedes saben, pirámides, esfinge, Río Nilo y todo eso.
Era un “Mozlem”
Luego mi padre mencionó que este hombre era musulmán… Secuestradores, pone bombas, terroristas y quién sabe qué más. Ante todo, odiaba la idea de conocer a un “infiel, secuestrador, terrorista, incrédulo”. A cualquier persona normal le parecería repulsiva dicha idea, no podía creer lo que escuchaba. ¿Un musulmán? ¡De ninguna manera! Le recordé a mi padre diversas cosas que habíamos escuchado acerca de estas personas.
Mentiras que nos contaban acerca de los musulmanes y el Islam:
No creen en Dios, veneran una caja negra en el desierto y besan el suelo cinco veces al día. ¡De ninguna manera! No quería conocer a ese musulmán… ¡De ninguna manera! Mi padre insistió en que lo conociera y me aseguró que era una persona muy agradable. Esto era demasiado para mí; especialmente ya que todos los evangélicos con los que solíamos viajar odiaban de sobre manera a los musulmanes y al Islam. De hecho nos mentían para asustarnos y para que las personas temieran al Islam. Así que, ¿por qué querría conocer a estas personas?
Idea: “Convirtámoslo en cristiano”
Entonces se me ocurrió una idea: “podemos convertir a este hombre en un cristiano”. Por ende, me rendí y accedí a la reunión, aunque de acuerdo a mis términos. Acepté conocerlo un domingo después de la iglesia ya que habríamos rezado y estaríamos en buenos términos con el Señor. Llevaría mi Biblia bajo mi brazo como de costumbre, mi cruz grande y brillante colgando y mi gorra que dice: “Jesús es el Señor”. Mi esposa y mis dos jóvenes hijas llegaron, estábamos preparados para nuestro primer encuentro con los musulmanes.
¿Dónde está?
Cuando entré a la tienda y le pregunté a mi padre dónde estaba el musulmán, apuntó y dijo: “Se encuentra justo allí”. Estaba confundido. Ese no podía ser el musulmán. De ninguna manera.
¿Turbante y barba?
Esperaba encontrar un hombre inmenso con túnica y batas ondeando, un gran turbante sobre su cabeza, una barba larga que llegaría a su pecho, cejas que atravesarían su frente de lado a lado y una espada o una bomba bajo su abrigo.
Ni barba ni turbante [¡de hecho no tenía cabello alguno!]
Este hombre no usaba barba, a decir verdad, no tenía cabello alguno en su cabeza, era prácticamente calvo. Lo mejor de todo es que era muy agradable, saludaba con una calurosa bienvenida y apretón de manos. Esto no tenía sentido; pensaba que eran terroristas y pone bombas. ¿De qué se trataba todo esto?
Necesita a Jesús
No hay problema. Me pondré a trabajar inmediatamente con este tipo. “En nombre de Jesús” necesita ser “salvado”; el Señor y yo lograremos hacerlo.
Introducción e interrogatorio
Luego de una rápida introducción, le pregunté:
“¿Usted cree en Dios?”
Dijo: “Sí”. - (¡Bien!)
Entonces pregunté: “¿Cree en Adán y Eva?”
Dijo: “Sí”. - (¡Muy bien!)
Otra vez pregunté: “¿Qué me dice de Abraham, cree en él y en cómo trató de sacrificar a su hijo por Dios?”
Respondió: “Sí”. – (¡Aún mejor!)
Nuevamente pregunté: “¿Y Moisés, los diez mandamientos, la separación del Mar Rojo?”
Nuevamente respondió: “Sí”. – (¡Mejor todavía!)
Luego inquirí otra vez: “¿Y los demás profetas, David, Salomón y Juan el Bautista?”
Dijo: “Sí”. – (¡Genial!)
Volví a preguntar: “¿Cree en la Biblia?”
Volvió a responder: “Sí”. – (¡Bien!)
Finalmente, le llegó el momento a la gran pregunta: “¿Cree en Jesús, y en que fue el Mesías (Cristo) de Dios?”
Y nuevamente me respondió: “Sí”. – (¡Fantástico!)
En fin, esto sería más fácil de lo que pensaba, él estaba prácticamente listo para ser bautizado, sólo que no lo sabía. ¡Y yo era justamente el indicado para llevarlo a cabo!
continuara...