Dicho hecho, que los lugares santos sean preservados, no significa necesariamente que quienes los preserven sean los judíos originarios.
Comprendiendo este punto, podemos entender que gente de otros credos y razas pudieran preservar los lugares santos si DIOS asi lo dispusiera.
No, judíos, no se confíen en sus antepasados porque es precisamente su pasado el que los condena.
Mateo 23:29-35
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, y dicen: «Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas [y de Jesucristo]». Así que dan testimonio en contra de ustedes mismos, que son hijos de los que asesinaron a [Cristo y a] los profetas. Llenen, pues, la medida de la culpa de sus padres. ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno? Por tanto, miren, yo les sigo enviando profetas, sabios y escribas: de ellos, a unos los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán [moralmente o literalmente] en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, para que recaiga sobre vosotros la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel pasando por la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, la sangre de Jesucristo, la sangre de todos los asesinados en sus libelos a través de los siglos, la sangre de niños inocentes, madres y esposos de los extranjeros que con ustedes residen.