"Reconstrucción del tercer templo"
Ya se intentó, y Dios no quiso:
El Milagro que no te han contado que Estremeció al Imperio Romano
Constantino el Grande legalizó el cristianismo en el Imperio Romano en el 313 d.C. Después de él, varios emperadores abrazaron la fe, hasta que apareció Julián el Apóstata, sobrino de Constantino, quien rechazó públicamente el cristianismo e intentó revivir el paganismo en Roma.
Julián reanudó los sacrificios de animales en templos paganos, mientras que la Iglesia perdió todos los fondos y propiedades imperiales que recibía hasta ese momento.
Julián tanto odiaba el cristianismo que intentó revertir su bautismo bañándose en sangre de toro.
Para este emperador no era suficiente oprimir, perseguir y extorsionar a los cristianos, sino que también para el año 361 concibió lo que para él era el plan maestro para destruir la credibilidad en Jesucristo y creyó que lo lograría anulando una de sus profecías, la que aparece en Mateo 24
“Jesús les dijo: «¿Ven todo eso? En verdad les digo: no quedará ahí piedra sobre piedra. Todo será destruido.»”
Como sabemos, esta profecía se cumplió con la destrucción del templo en el año 70 d.C., durante la Primera Guerra Judeo-Romana.
Para Julián, desacreditar esta profecía era muy fácil, todo lo que tenía que hacer era reconstruir el Templo y ya.
¿Cómo lo lograría? Aprovechando el entusiasmo religioso de la población judía a lo largo y ancho del imperio.
Manos a la obra se comenzaron los trabajos de excavación, se reunió un pequeño ejército de trabajadores entusiasmados, el primer día trabajaron sin descanso hasta que cayó la noche.
Pero, al día siguiente, al amanecer los trabajadores volvieron temprano al área de trabajo descubriendo que la tierra que habían retirado se había movido de nuevo a su lugar.
Impávidos, resumieron su trabajo cuando de repente reventó un fuerte vendaval de tormentas, tempestades y torbellinos que esparcieron todos los materiales y herramientas por doquier.
La calamidad no terminó ahí, después de una breve pausa de tranquilidad el lugar tembló por un terremoto, seguido de explosiones y bolas fuego surgieron de los cimientos incompletos del templo, quemando a algunos hombres y haciendo que otros huyeran.
Algunos buscaron refugio en la iglesia construida por Santa Elena, la madre de Constantino, solo para encontrar que sus puertas se cerraban frente a ellos.
Al final todo terminó con la aparición de la cruz en el cielo según algunos historiadores eclesiásticos o en la ropa de los trabajadores según otros historiadores de la época. De más está decir que el Emperador Julian y sus socios Judíos no volvieron a intentar la reconstrucción del templo.
¿Qué tan cierto es que esto haya ocurrido?
La historia contada arriba es una sinopsis de cinco historiadores eclesiásticos e historiadores paganos los cuales vivieron en la época de estos hechos o inmediatamente después.