Re: Chavez finalmente acepta su posibilidad de morir
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Pasaporte boricua
Fufi Santori
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7 de marzo de 2013
Hugo Chávez
Nació pobre. Un cruce de amerindio, negro y español. Al igual que Barack Obama, su cuna no le prometía presidencias de clase alguna.
Su inteligencia hizo de la lectura uno de sus pasatiempos favoritos y el nieto de Doña Rosa no solamente se educó sino que a los 21 años sabía lo que era, lo que valía y lo que sería prioridad en su vida. Socialista confeso, Chávez le hizo saber a un reportero que no era anti comunista ni anti cristiano sugiriendo que había más afinidad entre el Cristianismo y el Comunismo que entre el Capitalismo y las enseñanzas de Jesucristo.
Nadie que haya estudiado la extraordinaria carrera política de Hugo Chávez puede dudar de su compromiso con la causa de los pobres de Venezuela y de todas las naciones del mundo. Esa sensibilidad que transmitía en su continuo e intenso contacto con las clases sociales más necesitadas, unido a su 'don de gentes', le ganó el cariño y la simpatía de los venezolanos. Y los menos pudientes , en el momento de la verdad, le dieron su voto en elección tras elección.
Irrita oír y ver por televisión a reporteros que, al comentar sobre su muerte, se refieran a él como el 'dictador' venezolano. Pocos líderes de naciones se han sometido a tantas elecciones democráticas y han logrado el favor de las mayorías. Eso es algo que mortifica a sus detractores que, desde la trinchera neo liberal del Capitalismo, Made in USA, lo han atacado por todos los medios imaginables hasta el punto de estar dándole énfasis a la trivia de si murió la semana pasada, antes de ayer o ayer. Lo importante es lo mucho que, en vida, hizo por su país.
Chávez siempre fue combativo y desde muy temprano en su ascenso al poder identificó a los Estados Unidos de América como el enemigo público número uno de Latinoamérica. Denunció a los codiciosos de Wall Street y a los corporacionistas como los responsables del imperialismo económico y militar que mantiene al mundo al borde de un holocausto.
Lo vi por primera vez en un programa de televisión y en pocos minutos de entrevista pude comprobar que bajo esa facha de luchador profesional había sabiduría, sensibilidad y simpatía. A raíz de su muerte, el ícono de la TV norteamericana Larry King recordó su entrevista con el presidente venezolano calificándolo como uno de los líderes más carismáticos que había conocido.
Historiadores se encargarán de detallar la vida de Hugo Chávez y las opiniones sobre sus aciertos y sus fracasos dependerán de quien o quienes escriben pero de que gobernó siempre con los pobres en mente nadie puede negarlo. Su gran propósito de vida no era hacerse rico o el poder por detentarlo, porque, desde joven, demostró su vocación de servir a su prójimo y a su Pueblo.
Como Cristo ( del cual era fanático) sacó del templo a esos mercaderes capitalistas que por décadas habían explotado la riqueza de su patria, especialmente ese oro negro que tantas veces, generosamente, brindó y hasta regaló a pueblos necesitados y muy especialmente a la Cuba bloqueada por el imperio yanqui.
Podrían estar celebrando la muerte de Chávez en Washington pero en la América Latina y en la mayoría de las capitales del planeta, lamentan su partida. Una figura tan valerosa y valiosa como la de Hugo Chávez no será fácil de sustituir y los latinos cruzamos los dedos para que el pensamiento y filosofía política de este bolivariano haya echado raíces en la instituciones de hacer y poder venezolanas, así como en su gente.
Ha muerto un revolucionario que le ha dado presencia importante a la izquierda latinoamericana haciendo valer el socialismo como una alternativa para detener la locura de la creciente desigualdad económica promovida por el capitalismo salvaje y abusador.
Aunque a la distancia, solo pretendo en estas líneas celebrar su vida y su obra confiado en que su proyecto político sobreviva en Venezuela para que ese país siga siendo inspiración para toda América; TODA.
