Aslan: "Los comentarios que ustedes han puesto a favor se los he repetido hasta muchísimas veces y realmente necesito afirmaciones y confirmaciones bíblicas y no de buenos sentires..."
Para muchos la Navidad es una celebración pagana, pero para entender esta posición es menester saber porque muchos llegan a esta conclusión. El 25 de diciembre el imperio romano celebraba una fiesta pagana llamada Natalis Solis Invicti ( El Nacimiento del Sol Invencible) que no era otra cosa que un culto solar muy antiguo que se hizo popular bajo el mandato de Aureliano. En el mismo, los romanos pedían a sus dioses que permitieran que volviera el sol, ya que desde los primeros días de diciembre y hasta aproximadamente el 6 de enero imperaba en el lugar días oscuros y fríos, debido al solsticio de invierno. Esta especie de festival era tan popular que hasta los mismos cristianos participaban en él. Cuando se habla del 25 de diciembre los que no creen en celebrar el nacimiento de Jesucristo utilizan muy bien el contenido de la celebración pagana para decir que la Navidad es pagana y que no se debe de celebrar. Es ahí cuando comienzan a salir a la luz muchos de los detalles que se hacian en aquel entonces como comidas, fiesta, intercambiar regalos, decoraciones, todo con un sentido de paganismo. También para el mes de diciembre se celebraban las fiestas de saturnalia también paganas. El verdadero cristiano nunca dedicaría un arbol, una decoración, una comida especial, a lo pagano, la diferencia es que el centro de la Navidad es Jesucristo Rey de Reyes y Señor de Señores.
Para muchos la Navidad es la celebración del nacimiento de Jesucristo, hecho que no se le dio importancia sino hasta el siglo V. Mucho tiempo pasó después de su muerte y resurrección para que hubiese un interés por determinar la fecha de la natividad de Jesús. Aunque muchos piensan que no se puede asegurar que Jesús nació el 25 de diciembre debido al poco control de los registros de la época, algunos personajes se encargaron de investigar datos importantes sobre el nacimiento del Mesías. Uno de ellos fue Filocalus, quien en el año 354 determinó que Jesús nació el viernes 25 de diciembre, basándose en su calendario y en ciertos datos que poseía. Otro que colaboró para determinar la fecha fue Tito, quien llevó a Roma unos documentos sobre el censo que se efectuó en esos días. Antes de esto, en el año 245, se hicieron e preparativos en Egipto para celebrar la natividad, tomando en cuenta como fecha el 20 de mayo. Pero Clemente de Alejandría hizo todo lo posible para evitarlo, ya que no aceptaba que el nacimiento de Cristo se celebrara como el cumpleaños de un Faraón. Ademas se habló de otras fechas como el 19 y 20 de abril y el 6 de enero, teniendo esta última una gran significancia para la iglesia oriental. Al poco tiempo se produjeron disputas en la iglesia para determiner la fecha exacta entre el 25 de diciembre y el 6 de enero, imponiéndose definitivamente la primera opción por el concilio romano que se efectuo en el siglo IV. Para la mayoría de los cristianos el celebrar la Navidad no tiene nada de paganismo cuando el centro de esta celebración lo es Jesucristo, y la Gloria y la honra son solo para El. Todo lo de luces y decoraciones son una demostración de alegría para todos los que han experimentado el nacimiento de Jesucristo en sus corazones.
Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el "divino Idrasil" o el "dios Odín", al que le rendían culto cada año, en el solsticio de invierno, cuando suponían que se renovaba la vida. La celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol bailaban y cantaban adorando a su dios.
Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania, derribó el árbol que representaba al dios Odín, y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban a Cristo, la luz del mundo y la gracia que reciben los hombres que aceptan a Jesús como Salvador. Esta costumbre se difundió por toda Europa en la Edad Media y con las conquistas y migraciones llegó a América.
Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las velas por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.
Como pueden ver se pueden dar muchas explicaciones sobre el origen de adornar un árbol. Los paganos lo hacían de una manera y con otro sentido y los cristianos lo hacen de otra manera diferente a los paganos y con otro sentido. Lo importante para los cristianos es que solo representa una decoración pintoresca y alegre que jamás está dedicada a un santo, aun dios, o idolos. Si un cristiano no esta de acuerdo en adornar un árbol porque esa es su convicción personal, eso se le respeta pero no le da derecho a oponerse a que otros lo hagan. No es una doctrina bíblica.
El problema que tenemos en la actualidad es que el pueblo cristiano de divide en tres grupos cuando se le pregunta sobre este tema. Para muchos el celebrar la Navidad es participar de una celebración pagana, para otros es seguirle los pasos al comercio y para el tercer grupo es celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Peor aun para muchos la navidad significa fiestas, regalos, comidas y otra serie de actividades en donde el dinero y el comercio tiene mucho que ver, no obstante, debemos tener presente que ésta fecha tiene profundas raíces religiosas también.
Los Pesebres, Belenes o Nacimientos
En el año 1223 San Francisco de Asís dio origen a los pesebres o nacimientos. La costumbre navideña de colocar figures que representan el momento del nacimiento la comenzó él. La idea se originó por inspiración cuando se encontraba predicando en la campiña de Rieti, Italia. Se dice en diciembre del año 1223 el invierno sorprendió al humilde predicador que vestía ropas muy gastadas, por lo que se refugió en la Hermita de Graccio. En la noche de navidad, mientras oraba y leía el evangelio de Lucas, se le ocurrió reproducir el sagrado momento del nacimiento de Jesús, así que construyó una casita de paja con la entrada en forma de portal, colocó un pesebre en su interior, trajo un burro y un buey que estaban cerca e invitó a algunos de los campesinos que estaban cerca para que representaran el momento de la adoración de los pastores. La Hermosa idea comenzó a ser practicada por los católicos de Italia, luego se extendió por España y posteriormente por Europa. Hacia finales del siglo XV, los actores que protagonizaban la navidad comenzaron a ser sustituidos por figuras de barro. Durante el siglo XV y XVI, los frailes franciscanos trajeron la costumbre a América, volviéndose una actividad obligada durante la navidad en las comunidades cristianas. A partir de ese momento la iglesia católica promovió en los templos, hogares y sitios públicos, las representaciones del nacimiento del niño Jesús, a fin de que creciera el interés por las fiestas navideñas como una exaltación a Cristo. Debido a que la idea y la practica de las figures del pesebre se origina en la iglesia católica, muchas iglesias evangelicas no estan de acuerdo de colocar pesebres, y la catalogan de pagano e idolátrico.
Las tarjetas navideñas
La costumbre de enviar mensajes navideños se originó en las escuelas inglesas, donde se pedía a los estudiantes que escribieran algo que tuviera que ver con la temporada navideña antes de salir de vacaciones de invierno y lo enviaran por correo a su casa, con la finalidad de que enviaran a sus padres un mensaje de Navidad.
En 1843, W.E. Dobson y Sir Henry Cole hicieron las primeras tarjetas de Navidad impresas, con la única intención de poner al alcance del pueblo inglés las obras de arte que representaban al Nacimiento de Jesús.
En 1860, Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de tarjetas de Navidad en las que aparecía impresa la frase "Feliz Navidad".
La imagen de Santa Claus, viejecito regordete y sonriente que trae regalos a los niños buenos el día de Navidad tuvo su origen en la historia de San Nicolás.
Existen varias leyendas que hablan acerca de la vida de este santo:
En cierta ocasión, el jefe de la guardia romana de aquella época, llamado Marco, quería vender como esclavo a un niño muy pequeño llamado Adrián y Nicolás se lo impidió. En otra ocasión, Marco quería apoderarse de unas jovencitas si su padre no le pagaba una deuda. Nicolás se enteró del problema y decidió ayudarlas. Tomó tres sacos llenos de oro y en la Noche de Navidad, en plena oscuridad, llegó hasta la casa y arrojó los sacos por la chimenea, salvando así a las muchachas.
Marco, quien quería acabar con la fe cristiana, mandó quemar todas las iglesias y encarcelar a todos los cristianos que no quisieran renegar de su fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado. Cuando el emperador Constantino se convirtió y mando liberar a todos los cristianos, Nicolás había envejecido. Cuando salió de la cárcel, tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos que lo distinguían como obispo; sin embargo, los largos años de cárcel no lograron quitarle su bondad y su buen humor.
Los cristianos de Alemania tomaron la historia de los tres sacos de oro echados por la chimenea el día de Navidad y la imagen de Nicolás al salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus, viejecito sonriente vestido de rojo, que entra por la chimenea el día de Navidad para dejar regalos a los niños buenos.
El Nombre de Santa Claus viene de la evolución paulatina del nombre de San Nicolás: St. Nicklauss, St, Nick, St. Klauss, Santa Claus, Santa Clos.
No obstante, el ejemplo de San Nicolás nos enseña a ser generosos, a dar a los que no tienen y a hacerlo con discreción, con un profundo amor al prójimo. Nos enseña además, a estar pendiente de las necesidades de los demás, a salir de nuestro egoísmo, a ser generosos no sólo con nuestras cosas sino también con nuestra persona y nuestro tiempo.
Lo lamentable de esta costumbre es que para muchos este personaje es el protagonista de la navidad y a Jesús ni se le menciona. El comercio se ha encargado de darle tanta promoción que lo ha convertido en el centro de la navidad. Otro error es que se le miente a los niños haciendole creer que este personaje existe y que es el que trae los regalos, que vuela en un trineo halado por un grupo de venados, que vive en el polo norte, que entra por todas las chimeneas, que es omnisciente porque conoce todo tu comportamiento durante todo el año. Para un buen cristiano Santa Claus jamás puede tomar el lugar que le corresponde a Jesús. Jesús es el centro de la celebración de la navidad.
Etc etc etc etc.
Sinceramente, los que escapan de todo "pagano" tendrian que pedir asilo politico en la estacion internacional-
Como cristianos podemos redimir todas las cosas tambien.