Re: Catolicos, ¿cual es la funcion de la procesion?
Y...¿Que tiene que ver todo eso con andar las estatuas de yeso de aquí para allá sobre los hombros!!!!???
Dios le bendice!
Greivin.
Los santos son venerables en cuanto a su condición de servidores de Dios como ejemplos edificantes de quienes hemos decidido seguir a Cristo. Los santos comparten por Dios parte de su gloria. Dios les ha hecho ser destacados en la defensa y enseñanza de la fe verdadera.
Son los santos quienes en su oraciones continuamente interceden por nosotros, no se trata de mediación, sino de intercesión. Mediar es ponerse entre dos puntos, en este caso sería Dios y yo, pero los santos no están interpuestos entre Dios y nosotros, sino que están en la contemplacíon perpetua de Dios, y le suplican por nosotros. Ningún católica jamás afirmará que los santos se interponen entre dios y nosotros. El Único mediador entre Dios y nosotros es Cristo. Todo lo que pidamos al Padre ha de ser pedido en el nombre de Jesucristo, quien tiene todos los méritos para que si a él parece bien pida al Padre lo que nosotros le pedimos.
Los Santos tal como se muestra en toda la Escritura interceden ante Dios, recordemos los casos de Moises, Job, Abraham, la Virgen María.
Así pues los Santos en su condición de Iglesia Victoriosa merecen ser honrados, en tanto que muchos de nosotros llegamos al conocimiento de la fe en cristo, gracias a la obediencia de esos santos que han extendido el evangelio de Cristo, es decir, Nosotros Sabemos de cristo por que los Santos no lo han mostrado, Pero nuestra plegaria, nuestroa gradecimeinto no se centra en ellos, lo santos, sino en Dios, quien es el Fin de todos nuestros anhelos.
Las procesiones con los santos es una forma de dulía, es decir, honor. Las Procesiones con el Santísimo Sacramento del Altar son Procesiones de LATRÏA, de Adoración Máxima, Es el Cuerpo de Cristo Presente para nuestra vida. Cristo es Dios, y salir en procesión con él es proclamarle al Mundo que Él es el centro de nuestra salvación y Esperanza de salvación, Camino seguro a Dios Padre, en el Espíritu Santo.