Clemente, veo que tu actitud es semejante a la de aquellos que tanto admiras, lo digo por el documento que citas sobre San Jerónimo contra Elvidio, mira la actitud de tu patrono:
Bueno, la prepotencia, la vanagloria y el orgullo típico de este tipo de personas, demuestra la carnalidad de sus palabras. Yo vengo de familias campesinas que hasta una generación les quedaba imposible acceder a la educación superior, así que puedes considerarme un campesino que tiene escaso conocimiento del primer destello de aprendizaje, desde hace año y medio que he empezado a estudiar las Escrituras. No obstante, quiero recordarte estos hermosos y perfectos versos que contradicen las palabras de tu estimado santo:
Romanos 12:16
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
1 Corintios 1:19
Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
Y he aqui mi favorito:
1 Corintios 1:27
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
1 Corintios 3:19
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
1 Corintios 3:20
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Yo se que rebonill diría que San Jerónimo me daría latigo ante mis argumentos heréticos y prepotentes, pero no es prepotencia lo que me mueve a rechazar la doctrina de la perpetua virginidad, al contrario, lo hago en humildad, reconociendo que sobre la Palabra de Dios no hay santo que valga. Bari me ha dicho algo como esto:
Pues te diré quien soy yo, soy un hijo de Dios preparandome para el ministerio, para servirle con amor y gozo, no por mis propios meritos sino por la gracia y el favor de Dios, quien me escogió a mi y no yo a él, quien por amor envió a Su Hijo a morir por mi, porque no soy un don nadie, soy un siervo de Dios y en el nombre de Jesucristo ato tus palabras ofensivas y declaro que no tienen poder sobre mi vida, porque no soy yo por ti sino por El.
Dejenme decirles una cosa, humildad también es reconocer los dones que Dios nos ha dado, y no tengo que estudiar 20 años teología y ser un doctor en teologia de la iglesia católica, pues la Palabra de Dios está al alcance de quienes la necesitan, así pues, como diría Martin Lutero:
Un simple campesino ignorante que tiene escaso conocimiento del primer destello de aprendizaje armado con las Escrituras es más grande que el más poderoso de los papas sin ellas.
Que Dios les bendiga.
No hace mucho me pidieron algunos hermanos que contestara a un panfleto escrito por un tal Elvidio. He atrasado hacer esto, no porque sea un tema difícil en el cual defender la verdad y refutar a un campesino ignorante que tiene escaso conocimiento del primer destello de aprendizaje, sino porque me temía que mi respuesta pudiera hacerlo parecer alguien digno de ser derrotado.
Bueno, la prepotencia, la vanagloria y el orgullo típico de este tipo de personas, demuestra la carnalidad de sus palabras. Yo vengo de familias campesinas que hasta una generación les quedaba imposible acceder a la educación superior, así que puedes considerarme un campesino que tiene escaso conocimiento del primer destello de aprendizaje, desde hace año y medio que he empezado a estudiar las Escrituras. No obstante, quiero recordarte estos hermosos y perfectos versos que contradicen las palabras de tu estimado santo:
Romanos 12:16
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
1 Corintios 1:19
Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
Y he aqui mi favorito:
1 Corintios 1:27
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
1 Corintios 3:19
Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
1 Corintios 3:20
Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Yo se que rebonill diría que San Jerónimo me daría latigo ante mis argumentos heréticos y prepotentes, pero no es prepotencia lo que me mueve a rechazar la doctrina de la perpetua virginidad, al contrario, lo hago en humildad, reconociendo que sobre la Palabra de Dios no hay santo que valga. Bari me ha dicho algo como esto:
Sin ánimos de ofender pero, ¿quién eres tú para decir que la han distorcionado? ¿quién eres tú para decir que la cristiandad estuvo por siglos equivocada y que la interpretación que tú tienes ahora es la correcta?... más cuando llevas poco leyendo y estudiando la Escritura.
Humildad Eidher, humildad...
Pues te diré quien soy yo, soy un hijo de Dios preparandome para el ministerio, para servirle con amor y gozo, no por mis propios meritos sino por la gracia y el favor de Dios, quien me escogió a mi y no yo a él, quien por amor envió a Su Hijo a morir por mi, porque no soy un don nadie, soy un siervo de Dios y en el nombre de Jesucristo ato tus palabras ofensivas y declaro que no tienen poder sobre mi vida, porque no soy yo por ti sino por El.
En primer lugar lo garantiza el Espíritu Santo. San Jerónimo era antes que nada un cristiano sincero, sin pretenciones, no veo porqué tenga preferencia el Espíritu Santo por ti y no por él.. En segundo lugar lo testimonia la Iglesia, que armonizó con Jerónimo en cuestiones fundamentales, sólo los que tenemos ahora por herejes hacían controversias con él.
Además, si pongo en la balanza a Eidher, un joven ingeniero en informática, y a san Jerónimo, un docto en lenguas bíblicas a quién le debemos las traducciones actuales de la Escritura, llevarías mucho las de perder.
Aquí es donde cabe muy bien la humildad, y reconocer que no hay nada que nos diga que alguien, que apenas ha leído la Biblia, sea capaz de «corregir» a alguien más cercano al tiempo de los apóstoles, y además muy prestigiado, aún entre protestantes, por su sapiencia en Letras Sacras.
Humildad, es todo lo que hace falta...
Dejenme decirles una cosa, humildad también es reconocer los dones que Dios nos ha dado, y no tengo que estudiar 20 años teología y ser un doctor en teologia de la iglesia católica, pues la Palabra de Dios está al alcance de quienes la necesitan, así pues, como diría Martin Lutero:
Un simple campesino ignorante que tiene escaso conocimiento del primer destello de aprendizaje armado con las Escrituras es más grande que el más poderoso de los papas sin ellas.
Que Dios les bendiga.