Canallada de la iglesia católica

2 Junio 1999
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Tal y como me ha llegado, la escribo:





30 de octubre 2003

CANALLADA DE LA IGLESIA CATÓLICA (BEATIFICACIÓN DE ISABEL I DE CASTILLA)

Hipòlit Bonnín



Espero que estas líneas lleguen a ser leídas en el Episcopado Español y especialmente por el gestor de la causa de beatificación de Isabel la católica, P. Rafael María Serra Bover.

Es realmente una canallada y una perfidia de la Iglesia Católica pretender beatificar a una mujer que odió con profusión y una sibilina virulencia a los judíos españoles, fueron víctimas del escarnio más surrealista de su época, fue una de las precursoras de la potenciación de la judeofobia que culminó de forma macabra con la Shoá, una judeófoba que contó con la aprobación y legitimación de la Iglesia Católica que utilizaba la maquinaria de la Santa Inquisición para obligar a todos los judíos españoles a ser católicos bajo pena de expulsión, muerte, tortura y las más variadas de las atrocidades que uno se pueda imaginar.

La maquinaria católica de nuestros días, desde un punto de vista subjetivo, parece no diferir demasiado de la de entonces, se quiere beatificar a una mujer que careció de compasión, instigadora del año de la "gran gloria" por el edicto de expulsión, lo que será la vergüenza más grande de España.

Ella, sin darse cuenta, se hizo daño a sí misma, pues se convirtió en encubridora irreversible de la maldad católica que actuó malévolamente contra el pueblo judío por el hecho de serlo.

Su desconocimiento sobre la cultura judía la cegó y se contagió del odio de la iglesia católica hacia los "deicidas" judíos. Bien es cierto que la iglesia ha pedido perdón por las necedades, expolios, torturas, asesinatos y barbaries de todo tipo contra el pueblo de Israel, al parecer ese perdón no se solicitó pensando en Isabel I, dado el interés que ahora existe por su beatificación.


Señores católicos, mientras Vds. no puedan convencer al judío de que
Jesús fue el Mesías con palabras y no con judeofobia, su religión no
puede ser válida. Mientras Isabel I disponía de su poder para expulsar a los judíos, éstos disponían de la verdad para enfrentarse a tan horrible crimen. Menos mal que su "indulgencia" de no expulsión para los que se bautizasen la convirtió en una "santa persona".


Pueden Vds. juzgar tales actuaciones y someterlas al juicio de cualquier católico de la calle y analizar cada una de las respuestas emitidas; estoy seguro de la posibilidad de recapacitar ante tan lamentable acto de beatificación de una gran pecadora. Si aun así persisten en su obstinada persistencia de su beatificación, están Vds. incurriendo en la ratificación del vil y criminal edicto de expulsión de 1492.

SEÑORES DEL EPISCOPADO ESPAÑOL, NO INCURRAN EN DEVOLVER AL PUEBLO JUDIO EL RECUERDO DEL TERRIBLE SUFRIMIENTO QUE ESTA MUJER CAUSÓ A NUESTROS ANTEPASADOS, Y NO SE HAGAN ACREEDORES DE LAS MALDICIONES QUE PROFERIRÁN LAS VOCES DE ISRAEL.

Israel no olvidará jamás de lo que esta mujer, junto a su marido, llevaron a cabo contra nuestro pueblo de forma premeditada y criminal.
 
Maripaz

¿Y te extraña eso?
 
Originalmente enviado por: DanielO
Maripaz

¿Y te extraña eso?


No, pero ese es el testimonio que muchos judíos tienen del cristianismo....que unido al antisemistismo de algunos "evangélicos".....me llena el corazón de tristeza :(...¿cómo llamarse "cristiano" en algunos casos, para que te comparen con estos pesimos testimonios y crean que tu eres igual?
 
Beatificación

Beatificación

El otro dìa, hablando con un ex seminarista de la Iglesia Católica, me dijo que en el supuesto caso de que el Papa beatifique a una persona cuyo destino final haya sido el INFIERNO (vaya uno a saber por qué motivos), esta "declaración pontificia" AUTOMATICAMENTE le cambiaría su morada eterna, pasando de este lugar de tormentos al CIELO...

:confused:

No obstante, confieso que no he tenido tiempo de verificar si existe declaración oficial al respecto. Pero que efectivamente es lo que a este hermano en Cristo le enseñaron cuando estudiaba en un Seminario católico.. de eso no caben dudas.

Bendiciones en el Amado.
 
Dios te bendiga Daniel.

Me parece prudente preguntarle que si no se ha tomado el tiempo de verificarlo ¿para qué lo comenta? ¿algo así como afirmar que el papa no es el anticristo, pero que todo parece decir que sí es él?

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Isabel, ¿santa o villana?

César Vidal

Acusada de intolerante, racista y sucia, Isabel la católica vuelve a ser noticia una vez más gracias a la publicación de varias biografías que se ocupan de ella y por el relanzamiento de su causa de beatificación. Sin embargo, ¿cómo fue realmente Isabel la Católica?

“Isabel y Fernando el espíritu impera…” cantaba uno de los himnos más conocidos del Frente de juventudes. De esa manera, el régimen nacido de la guerra civil proclamaba su deseo de vincularse con las tradiciones nacionales más gloriosas. Por añadidura, la Falange había convertido en símbolo suyo – siguiendo la opinión del socialista Fernando de los Ríos – el yugo y las flechas de la regia pareja. La utilización que el régimen de Franco hizo de los Reyes Católicos facilitaría la tarea de todos aquellos que sentían por otras razones una especial repulsión hacia su legado y deseaban denigrarlo. Los enemigos de la memoria relacionada con los Reyes Católicos han ido históricamente de los republicanos a los islamistas pasando por los separatistas vascos y catalanes que siempre han lamentado la tarea de reunificación nacional consumada – que no iniciada – por Isabel y Fernando. Sobre estas razones políticamente correctas, se ha ido labrando un cúmulo de leyendas especialmente contrarias a la reina de Castilla tachándola de sucia, intolerante, fanática y racista. No cabe duda de que semejante cuadro ha calado en un sector importante de la opinión pública fácil de manipular y ayuno de conocimiento histórico. Sin embargo, la realidad es que ninguno de esos mitos resiste la más elemental confrontación con las fuentes históricas. Empecemos por la leyenda relativa a una Isabel que no se cambiaba nunca de camisa aunque ésta apestara. Lo que nos enseñan las fuentes es que precisamente Isabel era una mujer de pulcritud sorprendente para su época y que se esforzó por hacer extensivas al conjunto de la población sus normas de conducta acentuadamente higiénica. De hecho, no deja de ser significativo que los informes de los médicos de la corte que han llegado hasta nosotros señalan su especial preocupación “por la higiene de los alimentos”. De igual manera es sabido hasta qué punto se vio afectada porque su hija Juana, en su locura, se negaba a cambiarse con frecuencia de ropa interior.

No menos difícil de sostener es la acusación de racista lanzada sobre Isabel. No sólo fue Isabel la principal inspiradora de las Leyes de Indias que convertían a los indios americanos en súbditos de pleno derecho frente a las codicias de no pocos sino que además el número de judíos que trabajaron para ella antes y después del Edicto de Expulsión fue muy numeroso. Nombres de gente de estirpe judía como Pablo de Santa María, Alonso de Cartagena, el inquisidor Torquemada, fray Hernando de Talavera, Hernando del Pulgar, Francisco Alvarez de Toledo o el padre Mariana entre otros muchos son muestra de hasta qué punto Isabel no fue nunca racista. De hecho, en sus últimos días el artesano que se ocupaba de atender algunas de sus necesidades como la de fabricar ratoneras era un moro por el que sentía un gran aprecio. Si las fuentes nos muestran realmente algo no es que Isabel fuera racista – algo que no podría decirse de ilustrados como Voltaire o de socialistas como Lenin y Stalin – sino que carecía de cualquier tipo de prejuicio racial a la hora de defender a sus súbditos o de asignar cargos en la función pública. Este tipo de ataques contra Isabel ha intentado sostenerse sobre todo en episodios como la Expulsión de los judíos y el final de la Reconquista. A medio milenio de distancia, nadie dudaría que la expulsión de los judíos significó un conjunto de dolorosísimos dramas humanos. Sin embargo, en su época la acción distó mucho de tener esa connotación tan negativa. Las fuentes históricas nos muestran no sólo que la medida fue precedida por otras similares en naciones como Inglaterra, Francia o Alemania sino que incluso fue saludada con aprecio en Europa porque, a diferencia de lo ocurrido en otras naciones, los Reyes Católicos no actuaron movidos por el ánimo de lucro. En su momento, la decisión estuvo además relacionada con el proceso de Yuçé Franco y otros judíos que confesaron haber matado a un niño en la localidad de la Guardia en un remedo blasfemo de la Pasión de Jesús y, muy especialmente, con los intentos de ciertos sectores del judaísmo hispano por traer de vuelta a la fe de sus padres a algunos conversos. Actualmente, los historiadores tienden a considerar el caso del niño de la Guardia como un fraude judicial pero lo cierto es que en aquella época las formalidades legales se respetaron escrupulosamente y este hecho, unido a la gravedad del crimen, provocó una animadversión en la población que, en apariencia, sólo podía calmarse con la expulsión de un colectivo odiado. Por otro lado, Isabel se preocupó personalmente de que no se cometieran abusos en las personas y haciendas de los judíos expulsados como se puso de manifiesto en la Real de provisión de 18 de julio de 1492 que velaba por evitar y castigar los maltratos que ocasionalmente habían sucedido en algunas poblaciones como la actual Fresno el Viejo. Por si fuera poco, durante los ciento cincuenta años siguientes, la innegable hegemonía española en el mundo no llevó a nadie a pensar que la expulsión de los judíos hubiera sido un desastre – habría que esperar a la Edad contemporánea para escuchar esa teoría – y, desde luego, difícilmente se hubiera podido sostener que el episodio había sido más grave que otros similares realizados en otras naciones europeas. Aún más fácil de comprender resulta el final de la Reconquista. Que ésta era deseada y concebida como un movimiento de liberación de los invasores islámicos es algo que ya contemplamos en el siglo VIII en fuentes como la Crónica mozárabe de 754. Semejante visión se continuaría a lo largo de casi ocho siglos en que distintos monarcas – desde Alfonso III de León a Sancho el mayor de Navarra – se autotitularían “rey de España” en un afán de reconstruir la unidad perdida y de expulsar a un enemigo despiadado. Que los Reyes católicos, tras reunir los territorios de Castilla y Aragón, ambicionaran concluir el proceso reconquistador era lógico y, desde luego, no chocaba con las trayectorias de otros monarcas anteriores. Con todo, la lucha contra el reino nazarí de Granada no fue provocada por ellos sino por la ruptura de los pactos previos por parte del rey moro y por las incursiones de agresión que los musulmanes desencadenaron contra las poblaciones fronterizas. No se trataba, desde luego, de una lucha meramente religiosa sino también nacional y no deja de ser significativo que cuando se supo que Granada había capitulado los judíos danzaran para celebrarlo ya que también ellos habían sido víctimas de la intolerancia musulmana.

Sin embargo, la grandeza – grandeza difícilmente negable – de Isabel de Castilla descansa no en el hecho de que los ataques contra ella sean de escasa consistencia. Por el contrario, como han dejado sólidamente de manifiesto las biografías debidas a Luis Suárez y a Tarsicio Azcona, Isabel fue una reina verdaderamente excepcional en lo político, en lo humano y en lo espiritual mostrándose en multitud de ocasiones muy adelantada a su tiempo. Por ejemplo, supo comprender el efecto pernicioso que sobre la economía ejercía la subida de impuestos y prefirió la austeridad presupuestaria al incremento de la presión fiscal. Asimismo fue enemiga resuelta de las conversiones a la fuerza y así lo dejó expresado en la Real cédula de 27 de enero de 1500. Además, en agudo contraste con la figura de su hermanastro y antecesor Enrique IV el Impotente, Isabel fue partidaria de una adjudicación de funciones públicas que no derivara del favor real sino de los méritos del aspirante. Esa circunstancia basta por sí sola para explicar buena parte de los méritos de gestión del reinado y, especialmente, el deseo que Isabel tenía de que las mujeres pudieran recibir una educación académica similar a la de los hombres. Como ella misma diría “no es regla que todos los niños son de juicio claro y todas las niñas de entendimiento obscuro”.

Aún más notable es el aspecto humanitario de la personalidad de la reina que contrasta de manera muy acusada con el espíritu de la época. Por ejemplo, cuando en 1495 tuvo noticia de que Colón había traido de América indígenas a los que había vendido, dispuso que se procediera a su búsqueda y se les pusiera en libertad con cargo a las arcas del reino. Así efectivamente se hizo. Este episodio – y otros similares – explican que el presidente norteamericano Eisenhower la denomina “campeona de la libertad de los pueblos” y que su sucesor Lyndon B. Johnson apoyara la colocación de una estatua en su honor en la rotonda del Capitolio de Washington.

Aunque fue una excelente mujer de estado que en no pocas ocasiones superó a su astuto marido – por ejemplo, en el impulso a la gesta americana – Isabel no dejó jamás de mostrar una profunda preocupación por la suerte de los más débiles y desfavorecidos. Baste decir al respecto que es a ella a quien hay que atribuirle el establecimiento de las primeras indemnizaciones y pensiones para viudas y huérfanos de guerra – una disposición tomada después de la guerra civil de Castilla cuando las arcas del tesoro estaban exhaustas – o la creación de los primeros hospitales de campaña durante la guerra de Granada. Todas estas características bastarían para considerarla una reina excepcional – como ciertamente lo fue – y para disipar las campañas que en contra de su persona se han ido sumando a lo largo de los siglos pero no serían suficientes para dar fundamento a la postulación de su beatificación. Ésta se apoya en otros aspectos que, no obstante, también son verificables históricamente como puede ser su ejemplaridad de vida o, de manera muy especial, su celo por la expansión del Evangelio por encima de cualquier otra consideración. En ese sentido debe señalarse que el descubrimiento y la posterior colonización de América son incomprensibles sin una mención cualificada a las causas espirituales expresadas desde el primer momento por Isabel la católica y recogidas en diferentes documentos de la época.

En realidad, la figura de Isabel fue muy estimada en su época y abundan los testimonios de españoles y extranjeros que la tuvieron por una mujer no sólo excepcional sino tocada por la gracia de la santidad. De hecho, los ataques contra su persona procedieron exclusivamente de enemigos que temían lo que representaba e históricamente se han caracterizado por su falacia. Así, el rey Alfonso de Portugal – temeroso de no poder descuartizar Castilla y apoderarse de ella – la acusó de no estar casada con Fernando y de ser meramente una concubina, madre de hijos bastardos. En la actualidad, los ataques contra Isabel arrancan o bien de una clara ignorancia histórica – como muestra la leyenda de su camisa sucia – o de una repugnancia ante sus logros excepcionales. Los enemigos de la institución monárquica, los partidarios de desgajar la unidad nacional que ella restauró en compañía de su esposo Fernando, los adversarios de que la sociedad se vea impregnada por valores cristianos o los que se niegan a contemplar la amenaza que implica el islam para occidente pueden contemplarla como un blanco que debe ser abatido. En contra de esa visión marcada profundamente por el sectarismo se hallan los testimonios de la época y las opiniones favorables de personajes de la talla de Washington Irving, W. T. Walsh, William Prescott Ludwig Pfandl, Marcel Bataillon, Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Ortega y Gasset o los mencionados presidentes de Estados Unidos entre muchos otros. Al final, como sucede con tantas otras cuestiones, sobre el frío y documentado análisis histórico prevalece la lucha política.
 
Luis Suárez, Premio Nacional de Historia 2001 y máximo especialista en la historia de España durante los siglos XIV, XV y XVI.


Isabel de Castilla, mujer que reinó

En torno a la propuesta de la Conferencia Episcopal Española, que mantiene estrecha comunicación con Hispanoamérica, para que se aceleren los trámites del proceso iniciado en 1958 en torno a las virtudes de Isabel la Católica, ha surgido una apasionada polémica, en que, curiosamente, la parte principal y más sonora corresponde a quienes están fuera de la Iglesia o, incluso, de toda religión. Esto obliga a preguntarse por las razones profundas de tal irritación. No se despiertan polémicas de esta especie en torno a otros personajes, magnificados en sus respectivos ámbitos. Para un católico la cuestión no puede ser más simple: la Iglesia cuenta con medios más que suficientes para examinar la muy copiosa documentación recogida, los argumentos a favor y en contra, tomando finalmente una decisión. No voy a cometer aquí el error de prejuzgar cuál pueda ser ésta. A mí me basta con decir que mi confianza en la Iglesia es tan completa que no me abriga la menor duda: ella sabrá bien, al final, lo que conviene hacer. Pues la cuestión no depende de nosotros, los historiadores, a quienes corresponde indagar cómo las cosas fueron en realidad.

No caigamos en dislates. Anda por ahí una página web en que se pretende decir que los judíos eran amenazados de muerte si no se bautizaban. Seriedad, queridos amigos. Todo el mundo es libre de formular opiniones, pero la mentira es como una serpiente que devora a quien la produce. Otros pretenden decir que para ello tenía que conculcar derechos de ciudadanía. En el siglo XV, en todos los países, la ciudadanía estaba ligada al principio religioso, de modo que el no fiel podía ser un huésped tolerado y sufrido ésta es la frase exacta que utilizan los documentos pero no un súbdito. Al huésped, al que se le cobra una determinada cantidad por cabeza a cambio del derecho de estancia, se le podía suspender ese permiso. Lo habían hecho Inglaterra, Francia y todos los países europeos conforme llegaban a su madurez política. De modo que España fue el último. Se trata, en todo caso, de un error colectivo, general y no de una decisión personal. ¿Saben ustedes que el claustro de la Universidad de París se reunió para felicitar a los reyes por la medida que, al fin, habían tomado?

Isabel fue, ante todo, una mujer. Tuvo la suerte de ser educada fuera de la Corte, librándose así de influencias perniciosas. Cuando fue mayor, ella se ocupó de los bastardos de su marido, de los del cardenal Mendoza y de los de la reina Juana, esposa de Enrique IV, justificando su conducta con el propósito de que no se perdieran. Por vez primera impuso a su marido la norma jurídica de que en Castilla las mujeres no sólo no transmiten derechos sino que pueden reinar. Y esta norma estaría vigente hasta principios del siglo XVIII en que, por razones de progreso ilustrado, se impuso la ley Sálica que nos produjo algunas hermosas guerras civiles en el siglo XIX. Firmó una ley que suprimía cualquier resto de servidumbre entre sus súbditos, después de que su marido hubiera resuelto, con admirable maestría, el problema de los remensas de Cataluña. Las tres personas que más influyeron, Teresa Enríquez, Beatriz de Silva, Hernando de Talavera compartieron el mismo grado de santidad... Si fray Hernando no está hoy en los altares, es porque razones de humildad los Jerónimos se prohibían a sí mismos promover procesos canónicos.

Una mujer que reinó. Es muy difícil, para nosotros, los historiadores, distinguir el papel que ella o su marido desempeñaron en los acontecimientos, ya que cuidaban mucho de aparecer juntos. Para ambos, el amor y fue grande el que se profesaron no era consecuencia de la atracción mutua sino del deber que conduce a una entrega. Así lo reconocieron en el momento final de su existencia. Reinar era llevar a nivel alto las obligaciones que significa la monarquía, que es aquella forma de Estado que se apoya, exquisitamente, en el cumplimiento de la ley. Tal vez lo que muchas mentalidades actuales encuentran intolerable es que afirmara, como todos los grandes pensadores de su tiempo, que la ley divina está por encima de todo: las leyes humanas positivas tienen que someterse a aquélla. En consecuencia, muchos aspectos que, hoy, resultan simplemente opinables, para las gentes de su generación, y para ella de un modo particular, estaban axiomáticamente establecidas y fuera de su control. Aborto u homosexualidad escapaban al ámbito de sus decisiones, pues estaban fuera de la ley natural.

Probablemente es aquí en donde encontramos la clave de otras muchas cosas. Los reyes, que fueron oficialmente llamados Católicos, entendían que el Estado, naciente a la sazón, se encuentra supeditado a la noción del orden moral objetivo. Por eso, continuando una línea que el Papa Clemente VI iniciara a mediados del siglo XIV, reconocieron en los habitantes de las islas recién descubiertas a seres humanos dotados de los derechos esenciales inherentes a la persona humana, que no dependen de un acuerdo entre los hombres, sino de que son criaturas divinas. Ciertamente en esta línea de conducta puede decirse que estamos en el primer tramo hacia la construcción de tal doctrina ella se vio defraudada. Los encargados de ejecutar la empresa, buscando beneficios particulares, conculcaron y destruyeron muchas veces esos principios. Ésta es otra de las realidades que es preciso tener en cuenta.

Cuando, en 1958, se inició el proceso y se pidió a algunos historiadores que aportaran su ayuda y su consejo, recuerdo muy bien que una de las condiciones fundamentales que entonces se manejó consistía precisamente en esto: había muchos puntos oscuros; lo importante era descubrir la verdad, sin juicios previos, sin metas prefabricadas. Es mucho lo que se ha avanzado. Hoy estamos bastante seguros de las coordenadas personales y políticas que enmarcan este reinado excepcional. Pero los prejuicios, entre los que no saben Historia y por eso es fácil valerse de ella, siguen subsistiendo. Sólo la verdad puede otorgar la libertad de juicio. Confieso que cuanto más penetro en el conocimiento de aquel tiempo, de sus errores, de sus virtudes, de sus avances y de sus defectos, más crece la admiración por esta figura singular a quien Dios encomendó en este mundo los oficios más difíciles y más fecundos: el de mujer y el de reina. Pues allí nació España. Allí se afirmó esa veta de la modernidad que conduce, por la vía de la racionalidad y el libre albedrío, al derecho de gentes. Y ese amor recíproco hacia la Universidad, casa del saber, como aún puede leerse, en griego, en el frontis de la de Salamanca.

Luis Suárez Fernández.
 
Dios te bendiga Luis Fernando.

Espero el comentario de Don Saniel(Juan 8:32), pero me imagino que has notado lo bien efectivo que es el método de soltar dudas, hacer asociaciones con otros casos y provocar cuestionamientos con la justificación de que quieren levantar conciencias y de paso le añaden un par de comentarios sutiles que puedan encausar esta "búsqueda", que obviamente ya está viciada.

Lo que me preocupa es que su "justificación" realmente les hacer creer que están exentos de culpabilidad. Se pueden detener en frente de Dios y sentirse inocentes, terrible realidad. Me preocupa el lector desinformado que no se tomará el tiempo de indagar y se queda con las sugerencias viciadas. Vaya! si de eso están llenas hasta las mentes de algunos católicos no hay por qué asombrarse de qué estan llenas las de muchos hermanos protestantes. Terrible será aquel día.

Recibe un abrazo en Cristo Jesús.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Esta es la deducción del judío que ha escrito el artículo.....


Señores católicos, mientras Vds. no puedan convencer al judío de que Jesús fue el Mesías con palabras y no con judeofobia, su religión no puede ser válida. Mientras Isabel I disponía de su poder para expulsar a los judíos, éstos disponían de la verdad para enfrentarse a tan horrible crimen. Menos mal que su "indulgencia" de no expulsión para los que se bautizasen la convirtió en una "santa persona".



Todo lo que se pueda decir en favor o en contra de Isabel, no mejora el sentimiento que el pueblo judío tiene del cristianismo :(
 
Re: Beatificación

Re: Beatificación

Originalmente enviado por: Juan 8:32
El otro dìa, hablando con un ex seminarista de la Iglesia Católica, me dijo que en el supuesto caso de que el Papa beatifique a una persona cuyo destino final haya sido el INFIERNO (vaya uno a saber por qué motivos), esta "declaración pontificia" AUTOMATICAMENTE le cambiaría su morada eterna, pasando de este lugar de tormentos al CIELO...

:confused:

No obstante, confieso que no he tenido tiempo de verificar si existe declaración oficial al respecto. Pero que efectivamente es lo que a este hermano en Cristo le enseñaron cuando estudiaba en un Seminario católico.. de eso no caben dudas.

Bendiciones en el Amado.

Dios contigo Juan 8:32

Ni haría falta que lo supieras de forma oficial tu sabes perfectamente que del “otro lado” se maneja una cosa y se dice otra, ni tampoco me extrañaría que dentro de 200 o 300 años, Adolfo Hitler fuera canonizado, ya sabes como se las gastan, una cosa me sorprende que aun no sepan que es santidad, vi algo en estos foros que dice mas o menos así: “Quien no conoce a Dios, a cualquier monito se le hinca”
 
Para Gabaon

Para Gabaon

Originalmente enviado por: Gabaon
Dios te bendiga Daniel.

Me parece prudente preguntarle que si no se ha tomado el tiempo de verificarlo ¿para qué lo comenta? ¿algo así como afirmar que el papa no es el anticristo, pero que todo parece decir que sí es él?

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
Paz de Dios Gabaon.
No deja de ser interesante su observación, pero merece comentarla:

1. Quien no ha verificado la certeza de la oficialidad de dicha frase, SEGUN LE FUE ENSEÑADA EN EL SEMINARIO a mi amigo he, sido yo. Pero que se lo han enseñado, de eso no hay ninguna duda.

2. Mi amigo no tiene nada que verificar, ya que sólo me ha repetido lo que sus profesores de seminario sacerdotal LE HAN ENSEÑADO.

3. Por supuesto no dejaría de ser terrible que profesores de un seminario católico enseñen cosas de su Iglesia que no sean ciertas... Ese sería OTRO tema.

Lamento Gabaón su comentario sobre "levantar dudas" y todo lo demás.

Por si no quedó claro lo repito nuevamente: No existe NINGUNA DUDA de que efectivamente así se lo enseñaron en el seminario. De ser posible me comunicaré con él y le solicitaré la fuente que le hubieren citado para fundamentar la enseñanza. Si es que la hubo, claro. Porque tal vez fue meramente un ataque de "papolatría" del profesor...

Espero que le haya quedado claro.
Bendiciones en Cristo.
 
Dios te bendiga Daniel (Juan 8:32). Y yo te bendigo en el Nombre de Jesús.

Mi pregunta fue a usted no para su amigo: ¿para qué comenta usted algo que no ha verificado?. Usted no preguntó ni solicitó que le ayuden a indagar, por eso mi interés es saber ¿cuál es el objetivo de su comentario?

También le señalo que en su escrito original no hay nada que nos haga pensar que "No existe NINGUNA DUDA de que efectivamente así se lo enseñaron en el seminario". Eso es algo para lo que usted también debería proveer una prueba, al menos afirmar usted que eso le dijo el ex-seminarista, eso no lo dice su escrito. Le pregunto, por si no me ha entendido, ¿el ex-seminarista le afirmó que eso se lo enseñaron en el seminario? ¿que eso se lo dijo un profesor o alguien que fungía como formador del ex-seminarista?

Luego sobre lo que usted lamenta, pues me alegra que se lamente, porque lo que he dicho lo he dicho claramente refiriéndome a usted y sus métodos para hacer de apologeta.

Sobre su persona no tengo dudas de que busca someterse al Señorío de Jesús. Sobre lo que tampoco tengo dudas es que usted se afana por buscarle defectos y errores a esta Iglesia con tal de exponerlos, y que para ello ha cometido el error o la desfachatez (honestamente no sé cual de las dos) de no decir claramente como son las cosas.

Es obvio, pues ya lo ha hecho aquí otra vez y en su web-site muchas otras, que suele mezclar hechos, informaciones, comentarios y sucesos que van en la misma línea de un punto que usted trata, pero que no son responsabilidad de lo que trata en el momento; y si bien es cierto que hace esta salvedad y tampoco se atreve a responsabilizarse de la asociación, no es menos cierto que a quien lee un escrito extenso al final no le queda la salvedad sino la asociación de los dos elementos... y eso tengo la certeza de que usted no lo ignora.

Por respeto a los demás foristas me reservo el comentario sobre lo que creo de una técnica así, pero también tengo la certeza de que usted se lo puede imaginar porque sabe de lo que hablo.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Gabaon:
Un comentario y ya reclama por las pruebas!!! Qué quiere, un video del profesor diciendo lo que dijo?
Si a eso vamos, sería interesante ver las pruebas de cosas más importantes, como que Pedro fue obispo de Roma, o pruebas de la ascención de María (me imagino que se supone que es un hecho histórico), etc.
Además esperaría que no sean pruebas como "las falsas decretales" o "la donación de Constantino", mentiras que manejó muy bien la SCR para hacerse de poder (y dinero).

DLB
 
Me gustaria mucho porder responder a Hipòlit Bonnín (¿será familiar del Bonnin fundador de los llamados "cursillos de cristiandad", mallorquin y de origen "jueta"?

Le diría: ¿Por que crees que desean hacerla santa? Pues esta muy claro: Por el método evangelizador que uso y que siempre ha sido el romanista. Nada de convencer mediante el sistema paulino y petrino que era el de mostrar mediante las Escrituras que Jesús fué, y es, el Mesias prometido. De eso nada de nada. O te bautizas o la expulsión y si despues de bautizado hay la menor sospecha (justificada o no) a la hoguera. Si te han acusado falsamente confesaras mediante tortura que lo falso es fácil convertirlo en auténtico. Así que la justicia de la hoguera la tienes asegurada.
Para ello nuestra piadosa, limpia y siempre con refajos nuevos aderezados con perfumes a lo Cristian d'Or (por lo de "Cristian") nombró Inquisidor General a un judio converso y bautizado con pura agua de Lanjaron de la Granada no contaminada por los sucios moros de aquella ciudad. Ya ves Bonnin que este judio cumple todos los requisitos de la santa reina de la limpieza e inventora de la Seguridad Social y además de venerada por dos Presidentes USA y sobre todo por Luis Fernando que, contando con su beneplácito tiene la santidad asegurada.
Y por si faltara algo, sus acciones y especialmente la de la expulsión de quienes tuvieron en Sefarad sus hogares durante siglos queda justificada por otras naciones que hicieron lo mismo. De eso pueden surgir centenares de beatificaciones, incluyen ( DanielO )
la Hitler que provocó una subida del precio de la vivienda en "el otro barrio" por la cantidad de judíos que les envió.
Ademas Hitler fué mas sincero puesto que no uso subterfugios como la del agua de Lanjaron.
Lo que no entiendo de Hitler fué sus buena migas con un aliado de apellido "Franco" eminentemente judío. ¿Fue por la influencia beatífica de Torquemada? Quien sabe. De mas verdes han madurado.
 
Para Gabaon

Para Gabaon

Paz de Dios Gabaón.

Originalmente enviado por: Gabaon
Mi pregunta fue a usted no para su amigo:
Discúlpeme Gabaón, evidentemente no comprendí bien, a causa de su confusa redacción. Porque usted cambia en las frases la forma de expresarse, con lo cual entendí que se trataba de personas diferentes:

Usted había dicho:
Dios te bendiga Daniel.

Me parece prudente preguntarle que si no se ha tomado el tiempo de verificarlo ¿para qué lo comenta?
Cuando lo lógico, si me hablaba a mi, debería haber dicho: "Dios te bendiga Daniel. Me parece prudente preguntarte que si no te has tomado el tiempo de verificarlo ¿para que lo comentas?.." o bien "Dios le bendiga Daniel. Me parece prudente preguntarle que si no se ha tomado el tiempo de verificarlo ¿para que lo comenta?.."


Originalmente enviado por: Gabaon
¿para qué comenta usted algo que no ha verificado?. Usted no preguntó ni solicitó que le ayuden a indagar, por eso mi interés es saber ¿cuál es el objetivo de su comentario?
Exponer algo que me enteré por boca de un actor directo del asunto.


Originalmente enviado por: Gabaon
También le señalo que en su escrito original no hay nada que nos haga pensar que "No existe NINGUNA DUDA de que efectivamente así se lo enseñaron en el seminario". Eso es algo para lo que usted también debería proveer una prueba
No existe ninguna duda porque así me lo ha manifestado, y yo le creo (mi amigo no tiene razones para mentirme). No obstante usted tiene la libertad personal de suponer que miento.

¿Pruebas? Fíjese que curioso: en otro epígrafe le posteo las imagenes de una Biblia a Catholico34 y por ello me trata de "infantil".


Originalmente enviado por: Gabaon
, al menos afirmar usted que eso le dijo el ex-seminarista, eso no lo dice su escrito. Le pregunto, por si no me ha entendido, ¿el ex-seminarista le afirmó que eso se lo enseñaron en el seminario? ¿que eso se lo dijo un profesor o alguien que fungía como formador del ex-seminarista?
Exacto, y lo digo en mi aporte primario.


Originalmente enviado por: Gabaon
Luego sobre lo que usted lamenta, pues me alegra que se lamente, porque lo que he dicho lo he dicho claramente refiriéndome a usted y sus métodos para hacer de apologeta.
Y si.. sería una actitud soberbia de mi parte el presuponer que mis métodos serán del gusto de todos. Pero no me "lamento" por mi, sino por su prejuicio sobre "mis métodos apologéticos".


Originalmente enviado por: Gabaon
Sobre su persona no tengo dudas de que busca someterse al Señorío de Jesús. Sobre lo que tampoco tengo dudas es que usted se afana por buscarle defectos y errores a esta Iglesia con tal de exponerlos
Créame que no los busco, saltan solos como las truchas de lago.


Originalmente enviado por: Gabaon
, y que para ello ha cometido el error o la desfachatez (honestamente no sé cual de las dos) de no decir claramente como son las cosas.
Bueno, acepto que tal vez no las dije con el nivel de claridad que usted necesita.


Originalmente enviado por: Gabaon
Es obvio, pues ya lo ha hecho aquí otra vez y en su web-site muchas otras, que suele mezclar hechos, informaciones, comentarios y sucesos que van en la misma línea de un punto que usted trata, pero que no son responsabilidad de lo que trata en el momento; y si bien es cierto que hace esta salvedad y tampoco se atreve a responsabilizarse de la asociación, no es menos cierto que a quien lee un escrito extenso al final no le queda la salvedad sino la asociación de los dos elementos... y eso tengo la certeza de que usted no lo ignora.
Le agradezco su opinión y la valoro. Seguramente si posee un website, o cuando lo posea, será soberano de colocar lo que le plazca de la manera que le plazca, y cada lector juzgará la validez de los argumentos que allí coloque. En lo que a mi respecta y en este preciso caso, le agradezco su opinión respecto del mío. La tendré en cuenta.


Originalmente enviado por: Gabaon
Por respeto a los demás foristas me reservo el comentario sobre lo que creo de una técnica así, pero también tengo la certeza de que usted se lo puede imaginar porque sabe de lo que hablo.
Se de lo que prejuzga, que es un poquitín diferente.


Originalmente enviado por: Gabaon
En el Amor de Jesús.
... a Quién someto plenamente todas las intenciones de mi corazón, para que las juzgue con Su perfecta justicia. Amén.


Dios le bendiga ricamente en Cristo.
 
Gabaón, pierdes el tiempo con esta gente. No merecen un minuto de tu esfuerzo en seguir contestándoles
 
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Luis F.
Gabaón, pierdes el tiempo con esta gente. No merecen un minuto de tu esfuerzo en seguir contestándoles

Estimado Luis

Te dire que por "esta gente" entrego Cristo su sangre preciosa en la cruz del calvario.
"Esta gente" fue atraida con cuerdas de amor
"Esta gente" acepto su condicion pecadora, se arrepintio
"Esta gente" creyo en su corazon que Jesus es su Salvador
"Esta gente" declaro con su boca que:

JESUS ES EL SEÑOR

Te recordare, que desde que se nos conocio asi en Antioquia, para referirse a nosotros nos llaman: CRISTIANOS

Otros antes que tu tambien nos llamaron despectivamente "esta gente" o "estos"


"Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron." Hechos 17:4-9

Pues, amigo, aqui seguimos "esta gente" trastronando el mundo entero para la Gloria de Dios, HEMOS VENIDO ACA, Y PROCLAMOS QUE:

JESUS ES EL REY


Luis Fernando, que tristeza me da pensar que una vez fuiste de "estos". El Señor quiera volver a tender cuerdas de amor sobre tu vida.
Un abrazo

PD. Si consideras que luego no vas "perder un minuto" en contestar (te conteste a tu "ingeniosa pregunta", todavia espero respuesta a la mia) me permito sugerirte, en el amor de Cristo, que no "pierdas minutos" colgando tus preguntas en distintos epigrafes
 
Antes muerto que volver a perseguir, insultar, difamar, calumniar, etc, a la Iglesia de Cristo y sus santos como hacéis muchos de vosotros (no todos) en la práctica totalidad de vuestros mensajes. Muchos de vosotros (no todos) entendéis el cristianismo como un ataque constante al catolicismo. Si no existiera la Iglesia Católica os moriríais de aburrimiento. Y si el mismo celo que demostráis por atacar a la Iglesia lo pusierais en convertir a paganos, ateos, musulmanes y demás gente no cristiana........ pero eso es pedir peras al olmo. De donde no hay, no se puede sacar.

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Luis F dice:
Antes muerto que volver a perseguir, insultar, difamar, calumniar, etc, a la Iglesia de Cristo y sus santos como hacéis muchos de vosotros

¿Perseguir, insultar, difamar? ¿A la Iglesia de Cristo?!!! Librenos el Señor.
Yo pertenezco a la Iglesia de Cristo, el me compro a precio de sangre, me llamo por mi nombre, me dijo "Mio eres tu". ¿Como voy a hacerle eso? ¿Puede una casa estar dividida contra si misma?

"Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama." Lucas 11.17-23


Luis F dice:
Antes muerto que volver a perseguir, insultar, difamar, calumniar, etc, a la Iglesia de Cristo y sus santos como hacéis muchos de vosotros

¿Contra sus santos?, ¿como insultarlos? Seria mentiroso y el Amor de Dios no estaria en mi.
Estuve ayer con algunos de ellos, nos congregamos, nos deleitamos en la amada Palabra del Señor, y Alabamos el Nombre de nuestro Señor, en Espiritu y en Verdad. Fue Glorioso. ¿Recuerdas como vibraba tu corazon?

Luis, dice el Señor: ¿Hasta cuando coces contra el aguijon?

Un abrazo mi hermano
Luis